Estaría de acuerdo contigo, pero entonces ambas estaríamos equivocadas

I'd Agree With You, But Then We'd Both Be Wrong [Español]
Please Subscribe to read the full chapter

Seulgi piensa que ha establecido un nuevo récord en cuanto una persona posiblemente puede ir sin hablarle a la otra persona con quien comparte la renta.

Hablando en serio, ella habló con su compañera de piso exactamente ¿una vez en el mes que han vivido juntas? Tal vez dos — eso es, si cuenta la vez que tuvo que juntarse con el arrendador para hablar acerca del alquiler. Seulgi es afortunada con al menos saber cómo luce su compañera hasta ahora. La única razón por la cual ella recuerda el nombre de la otra chica – Irene Bae – es porque está escrito en con letras estilo cursivo en la puerta opuesta al dormitorio de Seulgi.

Al menos, saben de la presencia de cada una, incluso si solo es en las pequeñas cosas. Seulgi hace la cena (o pide/calienta comida para llevar, pero detalles,) y deja suficientes sobras para que Irene coma o cuando tropieza por el departamento muy temprano en la mañana, para volver a hacer dios-sepa-que. Irene es sorprendentemente una asombrosa cocinera, y le hace a Seulgi comidas y limpia cuando Seulgi sale a trabajar. Han adquirido un sistema, e incluso cuando no se ven la una a la otra, funciona.

Así que sí, es probablemente inseguro y no ideal que la única cosa que Seulgi actualmente conozca acerca de Irene personalmente es que ella es mayor que Seulgi (por cuantos años, Seulgi no sabe), pero eh. Es lo que hay. Seulgi está 91% segura que su compañera no es una asesina serial, y eso es lo suficientemente bueno para ella. Y seguro, quizá está muriendo por un poco de compañía a las 4 AM de la mañana, cuando esta emborrachada jugando video juegos en la sala de estar, su insomnio pegándole en todo su esplendor, pero de nuevo, es lo que hay.

También, la compañera de Seulgi parece saber que Seulgi ama el sushi, y casi todos los días, Seulgi retorna a casa con rollos de sushi esperándola en la mesa.

Realmente tiene que darle créditos a Irene por la consideración en eso.

--

Tal vez es porque han sido dos meses y medio desde que Irene llegó y Seulgi sigue sin tener una conversación apropiada con la chica mayor, pero Seulgi impulsivamente compra una pizarra magnética y la pega bruscamente en el refrigerador.

Seulgi es una persona muy positiva, como, el 75% del tiempo, así es que empieza a escribir mensajes inspiradores y espera ver si su compañera lo notará. Porque todos necesitan un poquito de rayo de sol en su vida, ¿Verdad?

¡Sigue sonriendo! Lee en la pizarra antes que Seulgi se vaya a trabajar a las 7 AM.

¿Cómo es que se supone que tú sigas sonriendo cuando despiertas antes de que el sol salga? Es lo que dice cuando Seulgi vuelve a casa desde el trabajo en el estudio de danza a las 8 PM, trece horas después. Las palabras, escritas perezosamente en la pizarra, hacen que positivamente explote de risa después de un duro día de enseñar.

Sí, Seulgi definitivamente usará esta pizarra más seguido.

Actualmente está determinada a hacer esto su algo— comunicación a través de la escritura, eso es. Seulgi siempre se levanta antes que Irene, así que tiene el tiempo de sobra para dejarle algo escrito en la pizarra. No puede evitar pero darse cuenta de lo primitivo que es, comunicarse con una pizarra y un marcador, pero realmente es lo mejor que pueden hacer a este punto, y sobre todo la única forma de comunicación que tienen, por lo que Seulgi no se queja. Al menos no es tan incómodo de esta forma.

Al segundo día, Seulgi continúa con todo el tema “reforzamiento positivo” que empezó el día anterior.

Ella escribe nadie es perfecto en el centro de la pizarra antes de irse ansiosamente, preguntándose por la mordaz respuesta que Irene dejará para ella esta vez.

E Irene realmente es creativa, Seulgi tiene que darle eso, porque cuando llega a casa con su escrito aún justo en el medio de la pizarra, pero ahora hay algo hay algo más que ha sido escrito, y a decir verdad, a Seulgi le gusta más esta nueva frase:

Yo soy nadie

Nadie es perfecto

Por lo tanto, soy perfecta

Seulgi resopla a cuan apropiado es todo— después de todo, Irene es virtualmente “nadie” para Seulgi. Ellas ni siquiera se conocen, y realmente están viviendo cruzando el pasillo compartido. Aun así, Seulgi decide no borrar la cita, en vez de eso fija su propio e inteligente comentario:

Estaría de acuerdo contigo, pero entonces ambas estaríamos equivocadas.

Luego esa tarde, cuando Seulgi sale de la ducha y entra a la cocina por un poco de jugo, para su sorpresa, encuentra el refrigerador abarrotado de magnetos de colores en la forma de letras – ambas en mayúscula y minúscula – y Seulgi se ahoga en su propio jugo con la extraña e irónica estética de su compañera.

Debajo de su ingenioso cambio por la pizarra, se encuentra escrito en letras de magnetos (porque ya no hay más espacio en la pizarra), las palabras:

Okay, pero tú eres pequeña, y yo soy malvada

Y Seulgi sonríe porque se siente como que Irene la ha aceptado (y alguien finalmente entendió su humor).

--

Seulgi no es tonta. Sabe que Irene trae a casa… invitados semanalmente.

Realmente no le importa mucho, creo. Se preparó para esto desde el primer día. La única razón por la cual Seulgi puso actualmente el aviso de que estaba buscando un compañero de piso es porque sabe que las paredes de los dormitorios son a prueba de sonido, y porque necesita que alguien pague la otra mitad de la renta.

Aún así, aunque los dormitorios sean a prueba de sonido, no es como que las otras habitaciones lo sean. Seulgi aún despierta brevemente en medio de la noche de los fines de semana con gemidos y jadeos y gritos mientras Irene y con quien sea entren en su humilde morada, probablemente pegándose en las cabezas con el marco de la puerta, solo para que sus ruidos y todo desaparezcan una vez dentro del dormitorio de Irene. A ella no le importa que Irene traiga a casa un invitado semanalmente, pero Seulgi no puede evitar notar, en su adormilado estupor, que nunca escucha los mismos gemidos o jadeos o gritos dos veces. Es diferente cada semana, y Seulgi se pregunta si es saludable, pero no se atreve a preguntar nada.

Después de todo, ella ni siquiera conoce a Irene.

En una ocasión, se despierta en la mañana con voces susurrantes hablando, luego el sonido de la puerta cerrándose, e Irene suspirando luego de dirigirse a su dormitorio. Quizá esos invitados causan más daño emocionalmente de lo que Seulgi pensó en un principio. Y le hace preguntarse qué es lo que Irene busca.

Aun así, no la restringe de escribir, eres bastante ruidosa. ¿Quieres ser más silenciosa? En su pizarra.

Encuentra los magnetos reposicionados en lo intentaré pero no garantizo ;), con el ;) en una nota adhesiva, en la tarde de ese día.

Oh bueno. Valió la pena el intento.

--

Todo cambia cuando una tarde, cuando Seulgi llega a casa desde el estudio de baile como lo usual, y husmeando en la cocina buscando algo para comer. No se da cuenta de que alguien ha entrado en el lugar cuando una suave voz comenta,

“Hey, te dejé un poco de comida rápida Thai en el refrigerador.”

Seulgi gira, con los ojos abiertos y una mano sobre su corazón. Salta sorprendida cuando ve la ágil forma de Bae Irene justo detrás de ella, viendo a Seulgi curiosamente con la cabeza inclinada hacia la derecha casi apoyando su cabeza en el mostrador de la cocina

Una pequeña sonrisa aparece en los labios de Irene mientras mira a Seulgi abrir y cerrar la boca como un pez, sin palabras saliendo de sus labios.

“¿Qué?” Molesta a la más joven. “¿Un gato se comió tu lengua?”

“Más como un conejito,” Dice Seulgi sin pensar, porque Irene luce como el más adorable conejo que Seulgi haya visto, cubierta con la suave luz amarilla de su cocina, vestida con una enorme polera de una banda y pantalones de ejercicio como pijama, Irene levanta una ceja.

“¿Hm?”

“¡Realmente existes!” Seulgi exclama en vez de responder, y luego se engrapa la boca porque nada de lo que dice está bien y dios, está haciendo una tonta de sí misma, pero cuando ve la forma en que los ojos de conejito de Irene centellean, piensa que vale totalmente la pena.

“¡Soy real!” Irene concuerda fácilmente, sus palabras siendo consumidas por un sonido que a Seulgi le recuerdan campanillas sonando, y oh, esa es la risa de Irene. “¡Y tú lo eres también!”

Esto no se siente real, es lo que Seulgi piensa. A este punto, Seulgi pensó que ella e Irene estaban condenadas a pasar por las vidas de la una y de la otra por años como compañeras de piso. ¿Y desde cuando Irene es tan linda? Casi hace a Seulgi desear volver el tiempo atrás y hacerse amiga de Irene desde el principio— cara-a-cara, con una conversación real, saltándose toda la fase de comunicación-por-escrito-porque-son-muy-extrañas-para-hablar-en-persona.

“Realmente estaba dudando de tu existencia,” Suelta Seulgi, sin saber que decir. Debería de verdad parar de pensar con la boca. “Pensaba que me odiabas por una razón u otra.”

“¿De verdad? Pensaba que nos estábamos llevando bien,” dice Irene arrastrando las palabras, moviéndose evasivamente a su última conversación de refrigerador (Seulgi escribió solo tomo los insultos en forma de cumplidos e Irene respondió con wow eres pequeña <3 con magnetos.)

“Espera.” Como si una luz se hubiera encendido en su cabeza, y en donde ella tiene pegada la cabeza al refrigerador para sacar la comida Thai, Seulgi de inmediato se pone rígida, enderezando su postura, y apunta en modo acusador a Irene. ¡Esto es injusto y no es cierto siquiera! “Espera un segundo, ¡soy más alta que tú!”

“Lo sé.” Irene luce increíblemente divertida.

“Pero tu dijiste–”

“¿Y qué si eres más alta que yo?” Irene sonríe maliciosamente, y Seulgi sabe a dónde va todo esto. “Eres considerablemente pequeña en la gran mayoría de las cosas, Seulgi.”

Seulgi no responde con palabras, solo gruñe y golpea su cabeza contra un gabinete. La comida Thai aún en una mano y los palitos en otra, mientras Irene se ríe disimuladamente. Irene es muy linda, concluye Seulgi. Su compañera es probablemente la chica más linda que Seulgi haya visto, y ella siempre se le ponen débiles las rodillas con las chicas lindas, así que solo se lo aguantará y dejará ganar esta ronda a Irene.

--

Seulgi no esperaba que las cosas cambiaran después de eso, pero por alguna razón, lo hacen. Ella ve a Irene más seguido, y es un agradable cambio para los ojos de Seulgi y para la atmósfera del departamento (Seulgi piensa que todo luce más brillante por alguna razón; tal vez es reconocer la compañía). Pero hablando de la atmósfera, es eso lo que el dormitorio de Seulgi no tiene. Su departamento es encantador, especialmente con Irene. El dormitorio de Seulgi no lo es.

Fruñe el ceño mientras esta acostada en su cama una tarde de domingo, mirando a las vacías, sin brillo blancas paredes que parecen mirarla de vuelta sin gracia. Su dormitorio es bastante aburrido, sin duda. Nada como el dormitorio que tenía en casa de sus padres, que gritaban carácter. Cuando tenía diecisiete, Seulgi y sus amigos llenaron su habitación con salpicones de pintura en las paredes. Había sido espontáneo, divertido, y estéticamente placentero, muy parecido a la personalidad de Seulgi durante esa edad.

Ahora, cinco años después, Seulgi sigue cercana a esos antiguos amigos (diablos, ella sigue viéndolos como, uno a que otro día,) pero aunque hacer eso fue divertido, Seulgi no está buscando repetir la historia de nuevo. Mirando a sus desabridas paredes del departamento, ella está buscando algo un poco más… maduro. Pero aun estéticamente placentero, por supuesto. (Es algo bueno que el arrendador les permita prácticamente tener un libre mandato sobre su departamento. Seulgi sabe que no todos son así de simpáticos.)

No es hasta que deja abierta la puerta de su dormitorio y mira la puerta cerrada de Irene cuando repentinamente le llega la inspiración.

Por detrás de su mente, Seulgi vagamente se da cuenta de los pasos de Irene gentilmente golpeando el pasillo mientras ella está moviendo su librero, ropero, escritorio y cajoneras. Realmente tiene que prestarle más atención a los asuntos de sus compañeros, pero al menos esta vez se sobresalta cuando Irene habla después de un silencioso minuto de observación.

“¿Qué estás haciendo?” Pregunta Irene, inclinando su cabeza (Seulgi nota que Irene hace eso a menudo cuando esta curiosa acerca de algo, y es adorable.)

“Moviendo mis cosas para hacer espacio en esta pared,” Responde Seulgi, mostrando la pared donde sus muebles están apoyados.

“¿Por qué?”

Seulgi se encoge de hombros, escarbando en su closet en donde dejó todos sus artículos de artes cuando por primera vez se mudó. Lamentablemente ha estado más ocupada desde entonces, y no ha tenido tiempo para pintar mientras sigue ajustando su horario como instructora de baile, pero como sea. Ahora es un buen día para empezar a pintar nuevamente.

“Mi dormitorio es aburrido. Quiero darle vida un poco.”

“No sabía que pintabas,” Dice Irene, su voz ligera e inquisitiva. “Creí que eras una instructora de baile.”

Seulgi sonríe. Así que Irene ha estado prestándole atención a ella…

“Lo soy,” Responde Seulgi. “El baile siempre ha sido mi primera pasión, pero el arte es definitivamente la más cercana a ser mi segunda. Mi antiguo dormitorio estaba lleno de pinturas y montones de papeles y bocetos. Dame unos pocos meses y estaré ahí de nuevo,” suelta una risita, agitando su cabeza al organizado caos de su antigua habitación.

Irene asiente, una suave sonrisa adorna sus labios. “No puedo esperar a ver qué es lo que pintas, Seulgi. Aunque honestamente, pensé que ya habías hecho algo a estas paredes hasta ahora, que fueron dadas como… sin vida.”

Seulgi mira a Irene con un recién descubierto interés. “¿Le has hecho algo a tus paredes, Irene?”

Otra inclinación de cabeza. “Odiaba como lucían cuando me mudé, así que como que empecé con el proyecto al día siguiente. Es algo… que se ha estado dando bastante bien, actualmente.”

“¿Puedo verlo?” Seulgi intenta no sonar tan ansiosa, pero es difícil cuando la compañera que ha estado en el borde de tu existencia de repente muestra interés en tu oh-tan-excitante vida personal. (La verdad es que Seulgi ha estado curiosa acerca de Irene muy desde el principio.)

“Claro,” Dice Irene, y se ríe mientras Seulgi intenta discretamente celebrar con su puño. “Sígueme.”

La habitación de Irene es la mayor parte, exactamente como Seulgi imaginaba que podría ser— mayormente limpia y ordenada, con una cama hecha (que seguramente ya no estará tan hecha esta noche, siendo que es sábado e Irene definitivamente tendrá un invitado), y un escritorio ligeramente desordenado.

Lo más destacado del lugar, sin embargo, son las no-tan-vacías paredes de Irene.

Hay citas por todos lados, empezando por encima del respaldo de cama de Irene y floreciendo como un géiser de palabras, todas escritas con la misma elegante letra cursiva; la misma letra que Seulgi reconoce por el “Irene Bae” escrito fuera de la puerta de Irene. Es locuaz y hermoso y muy Irene, y esa es la única forma que Seulgi puede verdaderamente explicarlo.

“Soy escritora,” Explica Irene, mirando cuidadosamente mientras Seulgi se acerca a la pared y delinea alguna de las letras. Tiene sentido; explica el escritorio desordenado. “Esas son solo cosas que me gustan; mayormente citas de canciones, libros, películas, series de TV, e incluso cosas que solo las he escuchado en la vida diaria. Me gusta escribir todas las cosas memorables. ¿Qué mejor forma de recordarlas que haciendo un mural con ellas?”

“Solía soñar con escapar de mi ordinaria vida, pero mi vida nunca ha sido ordinaria.” Seulgi lee desde una nota, e Irene sonríe “Simplemente he fallado al notar lo extraordinaria que era.”

“Esa es del libro La Casa de Miss Peregrine y los niños peculiares,” dice la mayor. “Uno de mis favoritos.”

“Recuerdo ese título,” dice Seulgi. Lo cual es verdad. Lo hará. Le gusta sentarse con un buen libro para leer de vez en cuando. E Irene es una escritora, para agregarle más de una razón. Quizá ella pueda ganarse el favor de Irene y entrar en sus buenos deseos de forma permanente. “No me he sentado a leer un buen libro desde hace un tiempo.”

“No te decepcionarás,” le asegura Irene, y Seulgi piensa que es increíblemente adorable la forma en que la mayor luce tan segura en su elección de literatura. Irene es definitivamente apasionada, en todo caso.

Seulgi camina alrededor de la cama hacia el otro costado, y levanta una ceja en sorpresa cuando reconoce una cita en particular.

“Los deseos pueden hacerse realidad, pero no si solo esperas por milagros. Milagros son cosas que hacemos nosotros mismos. Aquí, y ahora,” lee en voz alta antes de mirar a Irene con emoción. “Esta es de Final Fantasy XIII. ¡Amo ese juego! ¿Juegas videojuegos?”

“Soy una gran fan de jugar por mí misma juegos de rol,” admite Irene, y su sonrisa se amplía aún más al ver como Seulgi parece brillar considerablemente ante su humilde confesión. “Nuevamente, soy una escritora, tengo una debilidad por esos videojuegos que pueden meterte en la historia. Final Fantasy es una de mis franquicias favoritas, pero no he podido jugarlos el último tiempo.”

“Acabo de comprar Final Fantasy XV,” Exclama Seulgi, saltando de arriba hacia abajo como un niño en navidad, como si la navidad hubiera llegado por adelantado. Se detiene abruptamente, se balancea sobre sus talones para ver a Irene a través de sus pestañas. “¿Te… te gustaría jugar conmigo alguna vez? La historia ha tenido unas críticas increíbles, y yo… yo creo que te gustaría, Irene.”

La sonrisa de Irene parece aumentarse aún más. “Me encantaría, Seulgi.”

“¡Genial!” Sonríe Seulgi, su corazón late aceleradamente por la aceptación de Irene. Luego se vuelve hacia la pared, escaneándolo una vez más antes de reírse al ver una familiar línea.

Allí, puesta estratégicamente en el medio del géiser de las citas, está el orgullo y alegría de Seulgi.

Estaría de acuerdo contigo, pero entonces ambas estaríamos equivocadas.

La risa de Seulgi hace eco en la habitación, fuerte y sin disculparse por el volumen, y pronto Irene se da cuenta de que ha sido atrapada.

“Ay, maldita sea, ¡Creí que no te darías cuenta!” Irene chasquea sus dedos con ganas, y no ya no está tratando de actuar. “Fue una buena cita, ¿okay?” Juguetonamente mira de forma asesina a Seulgi. “¡No te des tanto crédito!”

Seulgi agita su cabeza, temblando de la risa. “¿Cuánto dinero tendré que pagarte para que escribas mi gran respuesta ingeniosa en la historia de todas las respuestas ingeniosas en medio de mi pared para que todos lo vean, en esa grandiosa letra que tienes?”

Seulgi no recibe una respuesta verbal, Irene solo recoge una almohada para lanzársela a su cabeza.

(Irene falla. Por supuesto que lo hace, y Seulgi sonríe y se la tira de vuelta aún más fuerte.)

--

“¿Puedo agregar algo?” Pregunta Seulgi, e Irene lentamente asiente en confirmación, amasando la almohada que cayó en sus manos.

Y Seulgi literalmente finaliza escribiendo dentro de paréntesis eres (más) pequeña (que yo) de la forma más minúscula que pudo lograr dentro de la pared de Irene cuando una segunda almohada vuela hacia ella, y “¡¡¡Kang Seulgi!!!” se escucha a través de la habitación.

Irene persigue a una sonriente Seulgi de vuelta a la habitación de la otra chica, donde la derriba en el suelo, casi golpeando a la chica más alta en el montón de pinceles, y procede a golpearla repetidamente con el oso felpudo favorito de Seulgi, amenazando con hundir al juguete en una botella de pintura.

“¡Discúlpate tu, idiota!” Con una Irene positivamente radiante, y Seulgi no puede notar si realmente no está enojada o está dejándose llevar. Pero una vez más, Seulgi cae en lo linda que se ve, y una vez más, la debilidad de Seulgi con las chicas lindas. Así que otra vez, se lo tragará y dejará ganar a Irene esta vez. Otra vez.

--

Es viernes por la noche en algún lugar y Seulgi está relajándose con sus amigas en algún bar, algo-casi borracha pero no para apagarse (aún), lamentándose de la vida en general (como hace uno típicamente cuando se emborracha en un bar cuando eres forzado por tus amigas a dejar tu casa.) Se ha estado cuestionando el por qué accedió a venir desde el principio de la noche, y ahora no es nada distinto.

“¿Por qué diablos estoy aquí?” Gruñe Seulgi, dejando descansar su cabeza en la mesa. Es un poco difícil, considerado como esta de apretada en medio de Yeri y Joy, quienes ambas están un poco fuera de sí. “Podría estar en casa, sin que me punce la cabeza, jugando algún videojuego.”

“Estas obsesionada,” Wendy, la buena, la sobria mamá-amiga, la regaña al otro lado de la mesa. “Necesitas un poco de aire.”

“Ah, sí,” Replica con sequedad, forzándose a sí misma a levantar su cabeza y para medio-borracha mirar a Wendy a los ojos. “Porque el alcohol diluido, aire con humo de cigarrillo es justo lo que necesito en esta agradable noche de viernes. Aún no sé qué hago aquí.”

“¿Desde cuándo Seulgi esta tan sarcástica?” Pregunta Yeri, riéndose— ¿o está teniendo hipo? Nadie parece capaz de notarlo. “Nunca pudimos influenciarla tanto, cuando Joy y yo la molestamos todos los días en el colegio.”

“¡Desde Irene!” Gruñe Seulgi nuevamente, golpeando su cabeza en la mesa con un poco más de fuerza. “Tengo que estar al tanto con el hermoso cerebro de ella.” Se detiene. “Es más difícil de lo que piensas,” añade después. “Irene es escritora. Todas sus palabras son lindas. Su cara es linda también. Todo lo de Irene es lindo. Incluso su espalda.”

Wendy levanta una ceja, preguntando, “¿Irene? ¿La compañera de piso que nunca vez? Al mismo tiempo que Joy se ríe, “¡Su espalda también!”

“La veo mucho ahora. Ella es real,” Insiste Seulgi casi en un tono acusatorio, como si sus amigos no le creyeran. No puede realmente culparlos, especialmente con su mareada mente. Difícilmente puede recordar que Irene existe también. “Ella es escritora, y le gusta escribir en su pared. También le gustan los videojuegos. Vamos a jugar uno juntas algún día… ¿por qué diablos estoy aquí? ¡Podría estar jugando con Irene! También es más pequeña que yo.”

“¿Y quién dice que ella no ella no está haciendo lo mismo que tú ahora? Desafía Joy, y Seulgi agita su cabeza.

“No, ella no sale los viernes. Ella sale los sábados. Hoy es viernes… ¿Verdad? ¿O ya es sábado?”

Con un rápido vistazo a su reloj, Wendy se ríe, pasando por sobre la mesa para darle una palmadita en la cabeza a Seulgi. “Ya casi es sábado. Las diez y media. Bastante cerca, ¿Verdad?”

“Quiero ir a casa y dormir,” Murmura Seulgi entre las mangas de su sweater, donde tiene enterrada su cabeza en sus brazos. “Estoy cansada.”

“Verdad,” Se ríe Wendy, levantándose y moviéndose hacia el otro lado de la mesa, forzando a Joy, Yeri y Seulgi levantarse. “Vámonos a casa chicas. Todas nosotras.”

--

Seulgi llega a casa a salvo (muy gracias a Wendy, por ser la mejor conductora asignada siempre, con analgésicos en su auto y todo), y la primera cosa que hace es colapsar en el sofá. No se siente tan mal ahora, ya que durmió durante el viaje a casa, cuando estaban estancadas en el tráfico y tomó prácticamente el doble de tiempo de lo usual. Los analgésicos de Wendy ayudaron también. Aún así, se siente muerta de cansada, y bastante hambrienta también, pero ella no se puede a sí misma como para ir a la cocina.

Ha estado acostada boca abajo en el sofá por tal vez un minuto cuando, para máxima sorpresa, Irene camina hacia la sala de estar, con un polerón enorme que le llega hasta sus pantalones cortos. Le sonríe burlonamente a Seulgi, caminando lentamente hacia el sofá para sentarse en el brazo.

“Así que…” Empieza Irene, y Seulgi silenciosamente deja salir un ruido agudo de sufrimiento antes de enterrar su cara en la almohada del sofá. Irene se ríe. “¿No crees que estás sobre exagerando un poco?”

“No.” Se queja Seulgi. “Me siento morir.”

No puede ver, pero sabe que Irene tiene una mueca de petulancia en su cara.

“¿De verdad? Como ¿Muerte real?”

En un tono juguetón, Seulgi se gira un poco para mirar a la chica mayor. “Sí.”

Irene se ríe otra vez, y Seulgi apretuja su nariz y le saca la lengua a la otra chica.

“Entonces ¿Por qué estás en el sofá y no estás acostada en la cama?”

“Porque tengo hambre,” Se queja Seulgi, sin poder acercarse a la cocina. La cual está literalmente a dos metros de ella, y actúa como si tuviera que atravesar montañas para llegar a su destino. “Pero también estoy cansada, y no me quiero mover. También, creo que se están yendo los efectos de los analgésicos.”

Irene da vuelta los ojos, pero hay una leve sonrisa en su cara, y Seulgi también piensa que pudo haber escuchado un poco de afecto en su voz mientras Irene se para, golpeando suavemente el brazo de Seulgi, y dice, “Okay entonces, tu borrachita. Espera aquí un segundo.”

Y con eso, Irene se dirige a la cocina. Seulgi puede escuchar que abre el refrigerador, como saca los utensilios del gabinete, y el sonido del agua en el lavaplatos.

Los ojos de Seulgi brillan considerablemente cuando Irene regresa a la sala de estar, con un plato de sushi en su mano derecha, y un par de palitos con un gran vaso con agua en la izquierda. Los deja sobre la mesita de café y gentilmente empuja a Seulgi para que se levante, ayudando a la chica más joven a hacerlo de una forma para que no le duela más la cabeza. Mientras Seulgi se acomoda, Irene saca un frasco de Advil desde el profundo bolsillo de su polerón y lo pone en la mesa, junto al agua.

Tan pronto como se toma dos pastillas de Advil, Seulgi le lanza a Irene una mirada de agradecimiento.

“Gracias por esto,” Dice Seulgi sinceramente, cautelosamente sosteniendo los palitos y tomando un roll de sushi. “Muchas gracias, Irene. Mi resaca mañana no será tan mala gracias a ti.”

Irene sonríe y se encoge de hombros. “No hay problema. Siempre es bueno tener a alguien allí para ti al final de la noche— ya sea tropezando a tu habitación junto a esa persona, o si te está esperando en casa.”

“Con mucho gusto estaría al otro lado del problema, esperando en casa,” Murmura Seulgi, y recibe otra risa de Irene. “¡No, es verdad! Yo te cuidaría, Irene – eso es, da por hecho que si estás sola y necesitas que alguien te cuide – no digo que no cuidaría de ti en caso de que no estés sola o algo así, y… y… y estoy dispersándome de nuevo, ¿Lo estoy haciendo…?”

Oh Dios, porque no puedo aprender a cerrar mi boca…

Pero los ojos de Irene están centelleando, justo como lo hacían cuando S

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
DubuKawaii
#1
Chapter 2: Super linda la historia *-* la amo ♡
DubuKawaii
#2
Chapter 1: Ahhhh, Irene tan linda *3*
Paulacarolinafr #3
Gracias por la traducción!
-Micki- #4
Chapter 2: Gracias por la traducción <3
Es muy linda :)
danisone #5
Chapter 2: *_* hshdyejwiwsk ❤❤❤❤❤
CrownedKing #6
Soo good
Taeganger_9
#7
Chapter 2: Demonios todo es taaaaan fluff que quiero llorar de alegría, gracias por traducirlo y subirlo ❤
Mayink #8
¡¡Muchas gracias por la traducción!! ????
Ni las palabras perfecto y hermoso juntas pueden describir cuanto me encantó ❤️
danisone #9
Chapter 1: Me ha encantado ??????❤❤❤❤ muchas gracias por la traduccion :"3