Primera Parte: No soporté

You Will Fall Before Me

— Vamos, Jessica, ¿Por qué le temes tanto a esto?

 

 

— Stephanie… Dios, ambas sabemos que esto está mal.

 

 

— ¿Qué? ¿Sólo porque somos mujeres?

 

 

— No, bueno… Sí, pero no es sólo por eso.

 

 

— Jessica, joder, ya me besaste por tu propia voluntad… Ya dejaste bien claro que tu esposo, es lo último que tienes en mente todos los días.

 

 

— No…

 

 

— Acéptalo, ya no lo quieres, ya no lo necesitas.

 

 

— No…

 

 

Jessica… ¿Por qué me hiciste esto?

 

 

Kris… Yo, no, no quise…

 

 

Yo te amaba, Jessica, pero… Tú sólo eres una cosa rara, igual que esa.

 

 

¡No! ¡Yo no soy como esa! ¡Yo no la quiero!

 

 

— ¡NO!

 

 

— ¿Jessica? — El chico se despertó y musitó el nombre de su esposa al escucharla gritar de aquella manera, se sentó también en la cama no sin antes haber prendido la lámpara cercana a él para poder observar con mejor claridad a su mujer que se había sentado de una manera brusca — ¿Todo bien?

 

 

— Kris… — Jessica, asustada, abrazó a su esposo y escondió su rostro en el pecho descubierto de este, confirmando que lo anterior había sido sólo una pesadilla. Apretó sus ojos y también su agarre en el muchacho rubio, quien preocupado, correspondía con la misma intensidad a aquel abrazo.

 

 

— Hey, amor, ¿Todo bien? — Volvió a preguntar, acariciando la cabeza de esta con suma delicadeza, sintiendo como luego ella empezaba a menear su cabeza de manera vertical, asintiendo así como respuesta.

 

 

— Todo… Bien.

 

 


 

 

— En serio, ¿Es necesario que el día de hoy vayas a trabajar?

 

 

— Jess — Kris sostuvo a su esposa de las manos, conectando por un momento sus miradas, le brindó una pequeña sonrisa y asintió — Pero, trataré de venir lo más antes posible el día de hoy, ¿Te parece?

 

 

— Espero que sí puedas.

 

 

— Yo te avisaré — La atrajo y le dio un beso — Te amo.

 

 

— Yo también — Respondió inmediatamente, sin esperar algún segundo de meditación.

 

 

El chico soltó las manos tibias de su rubia, se puso sus gafas y bajó los últimos escalones para dirigirse a su auto que no estaba tan distante de ambos, subió a este y antes de arrancar, se despidió por última vez de Jessica con un meneo de mano; Jung correspondió a ese gesto y estuvo ahí de pie hasta que su esposo salió de la propiedad, esta suspiró y cruzó sus brazos cuando la imagen de su joven empleada apareció en su mente, sabía que tendría que lidiar con ella y eso, se le tornaba algo difícil luego de aquella pesadilla.

 

 

— Nada de confianza, ya no puedo cruzar tantas palabras con esa… Ni con TaeYeon.

 

 

— Señora.

 

 

Sin embargo, los nervios llegaron a ella al oír aquella voz detrás, su compatriota estaba atrás suyo y al parecer, no tan lejos de ella. Jessica, después de haber inhalado lo suficiente, giró y con su aspecto frío, observó a la mucama.

 

 

— ¿Qué quieres, Stephanie?

 

 

— Eh, uh… Yo…

 

 

— Deja de tartamudear, se clara.

 

 

— Mhm… — La pelinegra también inhaló y tímida, bajó los escalones necesarios para estar enfrente de su ‘jefa’, quién quiso retroceder pero al darse cuenta de que andaban aún en esas pequeñas gradas, se le haría sospechoso — Vengo a pedirle disculpas por la… Situación en la que nos encontró a TaeYeon y a mí… El día de ayer.

 

 

— Ah, era eso — Quiso hacerse la desentendida — Okey, disculpa aceptada pero, no quiero que eso se vuelva a repetir, mocosa.

 

 

— S-Sí — Asintió mientras bajaba su mirada, apretando sus dos manos contra su abdomen cubierto por aquel mandil blanco que cubría aquella parte de su cuerpo — No vo-volverá a pasar, señora Wu.

 

 

— Y si vuelve a pasar, yo no me quedaré callada, ¿Okey? — Su mirada descendió y notó como su menor había empezado a jugar nerviosa con sus dedos, se veía algo tierna.

 

 

— S-Sí, señora.

 

 

— Bien, quiero que Kim también venga a disculparse, cada una se defiende.

 

 

— Yo le diré — Respondió elevando su mirada, observando con pena a su mayor, Jessica esquivó su mirada puesto que empezó a subir los escalones.

 

 

— Eso es todo, no me molestes el día de hoy, niña.

 

 

Tiffany se volteó para ver como Jessica se empezaba a retirar y justo en aquel momento, una enorme sonrisa apareció en su rostro y más al devorar -de una manera descarada- con su mirada a su mayor; la menor tenía todo listo para empezar con su dichoso plan.

 

 

— Usted caerá en mis encantos, Jessica Wu… Usted será sólo mía, porque cuando Tiffany Hwang le echa el ojo a algo, lo consigue… Sea como sea.

 

 


 

 

— Hey, Fanny — La otra empleada, llegó inmediatamente a su menor cuando la vio ingresar al espacio de descanso para los que trabajan en la mansión.

 

 

Tiffany contenta, dejó que su mayor la abrazase y más bien, envolvió sus brazos en el cuello impropio, besando sutilmente los labios ajenos.

 

 

— ¿Por qué esa sonrisa, eh?

 

 

— Jessica está incomoda por habernos vistos así, el día de ayer.

 

 

— Oh… ¿Es homofóbica?

 

 

— No lo sé — Se alejó de ella y se aproximó al refrigerador para tomar de ahí una botella con agua, la abrió y se encargó de beber de esta con cierto aspecto sensual, cuyo tentó a que la baja se acercara y la sujetara firmemente de su cintura.

 

 

— Mgh, eres tan provocativa, Tiff.

 

 

— Estoy practicando para serlo frente a Jessica.

 

 

— Haha… Ella no te hará caso.

 

 

— Lo hará, verás que caerá rendida a mis pies.

 

 

— Tiffany — La soltó y tomó distancia de ella, lo suficiente para arreglar su cabello — La conozco más tiempo por lo que vivía no muy cerca de aquí y de verdad, ella anda loca por su esposo.

 

 

— ¡No! — Lanzó la botella que hace un momento había cerrado — Ella será mía, TaeTae, ¡Mía! — Y como toda una pequeña caprichosa, se fue de ahí enojada y dejando a la mayor resignada.

 

 

— Saldrá herida.

 

 


 

 

— Tsk, Jessica será mía, mh — Murmuraba con dirección al estudio de su jefa.

 

 

Jessica trabajaba como diseñadora, tenía su propia empresa montada antes de haberse comprometido y hasta antes de haber sido novia de su actual esposo; como toda dueña de una marca, debía de ser constante con más producciones y más que todo ella, ya que tenía la costumbre de hacer sus propios modelos de ropas, así que, aprovechando a que tenían tan enorme lugar como hogar, había decido poner un estudio en la mansión para ahorrarse tiempo en estar yendo a su empresa.

 

 

Justamente, la rubia se encontraba realizando un boceto de un nuevo vestido que tendría que sacar para la línea de otoño que se aproximaba, además, porque la demanda en la empresa era demasiada gracias a la gran reputación que ha obtenido en todo aquel tiempo, era obvio que Jung estaba orgullosa de ello y por ese mismo motivo, debía de esforzarse un poco más; sin embargo, regresando al tema, ella para aquel momento no se encontraba concentrada ni inspirada del todo, hacía sus bocetos pero al no verlos tan atractivos, tomaba la hoja y arrugaba esta para luego botarla.

 

 

Sólo tenía en mente el rostro de Tiffany y su otra empleada, en esa posición que las había encontrado el día de ayer en su propia cocina, según ella eso era tan asqueroso que ni podía quitarlo de la cabeza, pero para su mala suerte, la aguda voz de la americana aún sonaba y retumbaba en su cabeza.

 

 

— Mierda — Murmuró al fallar una vez más, arrugó su hoja y la lanzó esta vez hacia la puerta de su estudio. Cerró sus ojos y apretó estos, bajó su cabeza y apoyó esta sobre sus manos, más bien, estas sujetaron su cabellera — Vamos, Jessica, ¿Por qué sólo andas pensando en eso, eh? ¿Qué tiene que importarte lo que hagan esas… Dos?

 

 

— Señora.

 

 

Y justamente, para su suerte, la muchacha había vuelto a ella como para tormento suyo. Elevó su mirada y se encontró con la anatomía ajena parada en plena gran puerta de su estudio, hizo un movimiento con su diestra y así, su empleada ingresó no sin antes haber cerrado con seguro –disimulado-; Jessica se recostó en su asiento y desinteresada, la observó.

 

 

— ¿Qué es lo que quieres ahora?

 

 

— Bueno… Quería decirle sobre… Piensa en algo, Tiffany, Uh… Sobre TaeYeon — Dijo acercándose al escritorio impropio, deteniéndose enfrente de su mayor.

 

 

— ¿Qué tiene Kim?

 

 

— E-Eh, ella… Bingo — Agachó su mirar y empezó a actuar desde aquel accionar.

 

 

Estaba empezando a fingir un lloriqueo dramático, digno de todo abuso que alguna chica haya podido recibir; Jung observó ahora confundida a su menor, no entendía su actitud si apenas el día de ayer esa estaba enrollándose con la que acababa de mencionar.

 

 

— TaeYeon acaba de amenazarme.

 

 

— ¿Qué? — Se enderezó en su asiento, posicionando sus palmas sobre su escritorio, mirando ya con preocupación a su menor llorona.

 

 

— Ella me amenazó — Dijo claramente, elevando su rostro con lágrimas esparciéndose en ellos, entrelazando sus propios dedos debajo de su pecho.

 

 

— ¿Qué es lo que te dijo?

 

 

— Bue-Bueno — Llevó una de sus manos sobre su boca, empuñando la restante contra su cuerpo para exclamar con este algo de su ‘dolor’ — Me empezó a tratar co-como una pu-puta.

 

 

— ¿Una puta? Pero, si eso eres — Pensó de forma inmediata, sacando una pequeña sonrisa ladina.

 

 

— Y luego, me amenazó con decirle… Mentiras al señor Wu.

 

 

— ¿Qué? — Cuestionó ya con un ceño fruncido, poniéndose de pie con un impulso tremendo, golpeando también su escritorio con sus palmas que ya estaban ahí.

 

 

Tiffany retrocedió con un brinco, asustada por la reacción de su mayor.

 

 

— ¿Qué mierda dijo?

 

 

— Di-Dijo que… Usted… Lo estaba engañando conmigo…

 

 

— ¡¿QUÉ?!

 

 

Hwang juró haber visto llamas en los ojos de la rubia para aquel instante.

 

 

— Ah, no, conmigo no se va a meter.

 

 

— ¡No! ¡Señora! — La menor corrió hasta su jefa para abrazarla con fuerza, deteniéndola en el acto.

 

 

Jessica furiosa, empezó a moverse queriendo zafarse del abrazo e ir a encarar a su empleada pero Tiffany era terca y no la soltaba, por más que Jung se movía con fuerza y hasta le mandaba sus golpes, ella no cedía.

 

 

— No, señora Wu, por favor.

 

 

— Suéltame, idiota, esa me escuchará.

 

 

— Le vengo a decir esto pero no con el objetivo de que la eche, si no…

 

 

— ¿Si no?

 

 

“Este es mi momento” Pensó Hwang y a continuación, fijó su mirada en su mayor.

 

 

— De que…

 

 

Pero, sucedió algo ya sea para su favor o para su contra, el celular de la mayor sonó y esta, aprovechando el silencio que Tiffany formuló en un instante, se zafó de su abrazo y corrió a contestar la llamada antes de que esta finalice, esperaba que fuese su esposo.

 

 

Jessica.

 

 

Kris, amor.

 

 

Jess, quería decirte que no podré estar en casa hoy…

 

 

¿Qué? Pero-.

 

 

Ni mañana…

 

 

Espera, ¿Qué?

 

 

Ha salido un viaje de improviso, unos socios de Japón quieren hablar algo a máximo detalle y es algo, sumamente importante.

 

 

— Pero…

 

 

— Por favor, discúlpame, sé que no te sentiste bien el día de hoy, sin embargo…

 

 

Entiendo… Es algo sumamente importante.

 

 

La empleada notó ese cambio de voz en su mayor, quizá, ese no era el momento apropiado para llevar a cabo su plan o algo de este… Quizá.

 

 

Te amo, gracias por entenderme.

 

 

Sí… Yo también te amo… ¿Por cuánto te irás?

 

 

Creo que será por unos días, si me dicen con exactitud, te llamo.

 

 

Está bien…

 

 

Gracias, te amo, Jessica.

 

 

Y yo a ti, Kris.

 

 

Adiós, suerte con tus modelos.

 

 

Y a ti con… Eso.

 

 

Gracias, hablamos luego.

 

 

Jessica no quiso articular alguna palabra más y en silencio, colgó la llamada y sostuvo su celular en esa mano, teniendo su vista pegada en el suelo; Tiffany sólo la observaba apenada, dudando si acercarse y aprovechar un poco de eso, sin embargo, la lástima que empezó a sentir por su jefa le ganó y con timidez, volvió a acercarse a ella para posar tímidamente su mano en el brazo de la rubia.

 

 

— ¿E-Está bien, señora?

 

 

— Lárgate de aquí, Hwang.

 

 

— Se ve mal…

 

 

— Que te largues — Decía secamente y sin mirarla.

 

 

— Pe-Pero…

 

 

— ¡QUÉ TE LARGUES, MALDITA SEA! — Lo último que pronunció, fue acompañado de un empujón tan brusco que mandó al suelo a la menor, quién sólo podía mirar asustada a su jefa — Hwa-Hwang… Yo…

 

 

— Lo siento — Mencionó algo quebrada, sus lágrimas estaban avecinándose y esta vez, sí eran verdaderas.

 

 

Como pudo se levantó y así, ya de pie corrió hacia la puerta para abrir esta con suma rapidez, soltando desde ya sus lágrimas sin hacer algún chillido para sonar exagerada. Jessica la observó apenada, no solía reaccionar así pero, toda la culpa la tuvo su hombre y sabía qué había hecho mal al haber empujado con tremenda fuerza a su tímida empleada.

 

 

Soltando un suspiro muy sonoro, acomodó su larga cabellera desde su raíz hasta las puntas, sacudió su cabeza y lanzó su celular al escritorio, regresó a su asiento y se lanzó técnicamente a este, echando su cabeza hacia atrás. Cerró sus ojos y quiso calmarse antes de ir a disculparse con esa joven que no tenía culpa de nada.

 

 

— TaeYeon la había amenazado y yo, termino tirándola… Genial, Jung — Se decía a sí misma, como resondrándose — Ella no tiene la culpa de que Kris suela ser muy descuidado conmigo… — Y con esas palabras, se convenció de ir tras la muchacha para disculparse.

 

 


 

 

— Siéntate, Tiff — Decía TaeYeon, haciendo ingresar a su menor a su propia habitación para que intentase calmarse ya que su llanto, no había cesado desde que salió de la oficina ajena — Te dije, cuándo se trata de Kris en la vida de la señora, ella es más que violenta.

 

 

— Pe-Pero, no debió tra-tratarme así — Hablaba entrecortada, secando sus lágrimas con el pañuelo que TaeYeon le había entregado en el camino a su cuarto.

 

 

— Lo sé pero, no hay nada que se pueda hacer, ella suele ser así.

 

 

Tiffany, ya casi moqueando, hizo un puchero entre sus espasmos que la atacaban puesto que, por fin, estaba calmando su lloriqueo.

 

 

— Ya, ya no llores, princesa — TaeYeon extendió su mano hacia el rostro de Tiffany para acariciarla y secar, de paso, algunas de sus lágrimas — Eso te pasa para que no vuelvas a ir detrás de esa bruja.

 

 

— N-No le digas a-así, TaeTae.

 

 

— Haha, okey, okey — Con esa misma mano que estaba en su rostro, sujetó su mentón para elevarla lo suficiente, conectando su hinchada mirada con la de la baja — Una princesa como tú, no debe de llorar — Susurró, mirándola con detenimiento.

 

 

— Kiss me, please — Lo pidió en un susurro.

 

 

— Con gusto — Acortó toda distancia y se apoderó de los labios de su menor con pasión, cerrando sus ojos de una manera inmediata al ver como Tiffany también lo hacía.

 

 

La menor, justamente, envolvió sus brazos en el cuello ajeno, echándose con cuidado sobre el cuerpo impropio, siendo tomada así por la cintura para mayor comodidad; Tiffany se removió encima y tomó una posición adecuada, moviendo a cada lado su cabeza sin haber detenido el beso pero sí, el llanto.

 

 

— Mhm, Tiffany… — Murmuró TaeYeon, deslizando una de sus manos por el cuerpo de su menor, deteniendo esta en uno de los glúteos ajenos listo para estrujarlo.

 

 

— Ah, TaeTae — Jadeó provocativa, el apodo de su mayor, meneando de paso un poco su trasero para esta.

 

 

— Joder…

 

 

— Stephanie.

 

 

Sin embargo, la temperatura que había empezado a elevarse en aquella habitación, cayó como un salto de tremenda altura al oír la voz de su jefa, sabiendo que esta ya había ingresado. Hwang sólo giró su rostro para mirar sorprendida a su mayor, enseñando lo rojo que se encontraban sus ojos y lo poco hinchada que estaba también su nariz.

 

 

— Oh, mh… Lo siento — Dio un paso atrás y como reacción, Tiffany bajó del cuerpo ajeno y de la cama que estaban compartiendo — No quería… Ngh — Acarició su cuello y raspó un poco su garganta para pasar el incómodo momento — Hablamos luego, niña — Pronunció y se retiró de ahí, cerrando la puerta de un golpe.

 

 

— .

 

 

— Nuevamente, interrumpidas — Comentó con cierto tono burlón, acomodándose sobre sus propios codos mientras miraba con gracia la espalda de su menor — Hey, oye, Tiff — Sin embargo, empezó a llamarla al verla como todo perro faldero que iba detrás de su amo.

 

 

Fue el turno de MiYoung de ir tras de su mayor.

 

 


 

 

— Yo queriendo disculparme, cuando esa ya estaba siendo consolada de otra manera — Murmuraba Jessica caminando con apuro a su oficina, negando a su vez al ver una escena así y con sus empleadas — Joder, que esas quieren traumarme.

 

 

— ¡Señora! ¡Señora!

 

 

Jessica giró su rostro lo suficiente para ver como su empleada se le acercaba corriendo, esta negó con su cabeza y para su suerte, ya se encontraba frente a su lugar de trabajo, por lo tanto, tan sólo se apuró en ingresar y cerrar la puerta con seguro.

 

 

— ¡Kyah! — Chilló Tiffany al estamparse contra la puerta ya asegurada — ¡Señora! ¡Por favor! — Gritaba mientras empezaba a tocar con desesperación, sabiendo que la rubia todavía no se había apartado de la puerta — ¡Ábrame! ¡Quiero disculparme!

 

 

— Puedes hacerlo detrás de la puerta — Le respondió esta de inmediato.

 

 

— ¡No! Eso… Eso es de mala educación — Pronunció ya en un tono bajo.

 

 

— No lo es, si es que yo te lo permito.

 

 

—… Por favor, déjeme ingresar y disculparme con usted.

 

 

— Hazlo desde ahí, Hwang.

 

 

—… ¿Por qué?

 

 

— Porque así quiero.

 

 

— Acaso… — Una sonrisa traviesa apareció en el rostro de Hwang — ¿Usted me tiene miedo?

 

 

— ¡¿Qué?! — Preguntó con un tono elevado y de delfín, ofendiéndose por la pregunta — Tsk, Jessica Ju… Jessica de Wu no le tiene miedo a nadie.

 

 

— ¿Y por qué no me abre?

 

 

Un silencio se formó al terminar su pregunta, el siguiente ruido en ser escuchado fue el pomillo al girar y quitar el seguro, la imagen de la rubia apareció al ir abriendo la puerta y la menor agradecida, hizo una pequeña reverencia.

 

 

— ¿Me dejaría entrar?

 

 

— Suficiente hice con abrirte la puerta, mocosa.

 

 

— Por favor — Pidió con un pequeño puchero, volviendo a entrelazar sus dedos.

 

 

—… Entra y discúlpate rápidamente.

 

 

— ¡Sí! — De un brinco, ingresó al enorme lugar, escuchando como la mayor por 5 años cerraba la puerta después de que haya ingresado.

 

 

— Bien, habla.

 

 

— Oh, sí — Dio una media vuelta y mirando sonriente a su mayor, dio unos pasos hacia esta para quedar enfrente suyo — Espere… ¡No! — La señaló con un grito, confundiendo a Jung por su accionar — Usted se debe de disculpar conmigo, ¡Usted me empujó!

 

 

— ¿Ah?... Oh… Sí… — Descendió su mirada pero, de inmediato recordó que ella estaba yendo para hacer eso pero se topó con otra cosa — Yo estaba yendo a disculparme contigo pero… Tú ya estabas siendo consolada.

 

 

— Mh, ah… — Ahora, avergonzada, descendió su rostro por lo caliente que este estaba empezando a ponerse — E-Eso…

 

 

— Hahaha, qué tierna te ves.

 

 

Las palabras de Jessica la sorprendieron e hicieron que la viese de ese modo, con sus ojos abiertos totalmente y con sus mejillas, ahora algo rojizas; la mayor calló al darse cuenta de lo que había dicho sin querer.

 

 

— Digo, me hiciste recordar a mi hermana.

 

 

— Gra-Gracias… Usted… Usted se ve muy tierna…

 

 

— Já, ¿yo?

 

 

— Usted lo es… Cuando sonríe.

 

 

Y esta vez, fue el turno de Jessica para quedarse sin palabras y avergonzada. Bien era cierto que recibía miles de halagos de parte de mujeres, nunca ninguna de ellas había logrado avergonzarla de aquel modo, como lo hacía su esposo.

 

 

—… Cállate.

 

 

— Señora Wu, quiero disculparme por lo que vio, otra vez… Sé que su casa no es lugar para hacer eso pero… Cómo decirle que la imagino cada que TaeYeon me besa y me toca.

 

 

— ¿Pero?

 

 

—… — Unos pasos más fueron dados por la menor, haciendo retroceder un poco a la rubia — Usted debe de saber que… — Se detuvo y sostuvo su labial con una mordida, quizá, algo provocativa que hasta hizo pasar saliva a Jessica de una manera dificultosa — Cuando el cuerpo le pide algo… Es difícil negarlo.

 

 

— Uh, Hwang…

 

 

— Usted… ¿Nunca lo ha sentido? — Torpemente, su mano fue a parar al saco que su mayor portaba elegantemente, uno con un toque sport y para qué decir, que esta misma lo había diseñado — No ha sentido… — Su vista bajó por timidez ante todo lo que decía — ¿Ese cosquilleo? Y no precisamente en el estómago.

 

 

Otra vez, Jessica tuvo que tragar su saliva de los nervios.

¿En qué se había metido?

 

 

— Stephanie Hwang, por favor — Habló con un poco de firmeza.

 

 

— Lo siento, señora Wu — Se alejó y permitió que Jessica respirara tranquila — Pero, hay veces, no puedo controlar mis hormonas — Quiso bromear un poco para relajarla, había notado sus nervios y eso, era un buen avance para ella en aquel día.

 

 

— Pues… — Se enderezó como pudo y movió su cabeza un poco — Aprende a controlarte, bien sabes y lo has dicho, mi casa no es para esas cosas.

 

 

— Lo sé… Intentaré hacerlo — Volvió a regalarle sus medias lunas, noqueándola con estas por algunos segundos que Hwang aprovechó para volverse a acercarse — Aunque, ¿Por qué usted se está poniendo nerviosa?

 

 

Quizá, aquel avance no era lo suficiente, debía de aprovechar la ausencia de su jefe.

 

 

— Tiffany…

 

 

— ¿La pongo nerviosa? — Preguntó fingiendo inocencia, volviendo a sujetar algo del saco rosado ajeno — ¿Es eso?

 

 

— ¿Qué? ¿Qué idioteces dices?

 

 

— Sé que lo hago — Se apegó un poco más, tornando su sonrisa a una ligeramente coqueta, ascendiendo su mano hasta colocarla en pleno abdomen ajeno cubierto por la blusa ligera que llevaba — Y eso…

 

 

— Hwang — La llamó, luego de haber reunido un poco de valor.

 

 

— Señora Wu… — Aprovechando el hecho de que tuviesen la misma talla, a pesar de que ella fuese la menor, apegó sus labios al oído impropio — Justamente, es ahora cuando siento… Esos cosquilleos…

 

 

 

Jessica se mareó.

 

 

Esa voz de su menor.

 

 

Joder, ¿Qué estaba haciendo?

 

 

— Ti-Tiffany…

 

 

La risilla de la chica, la hizo reaccionar y más el que esta se le haya vuelto a apartar.

 

 

— Lo lamento, TaeYeon me dejó así.

 

 

— A-Ajá… No era necesario saberlo.

 

 

— Iré a cumplir con mis deberes, con su permiso — Hizo a un lado a la mayor anonadada y sin más, se retiró de ahí, satisfecha de lo que había logrado en esa oportunidad — Ahora, la segunda parte del plan.

 

 

 


 

 

Los días en el que el ‘hombre de la casa’ no se mantuvo ahí, pasaron y este mismo, ya había llegado del viaje de negocios, Jessica se lo agradecía con inmensidad e intensidad. Es más, esa misma noche que llegó le solicitó, no, lo obligó a que la hiciera suya, que hiciera saber a todos los que vivían allí de que sólo él, lograba satisfacerla como se debía.

 

 

Era obvio que para la menor de Tiffany, eso fue un golpe bajo pero no se iba a rendir y más bien, siguió con el segundo paso de su plan, cuyo consistía en que no haría nada por esos días en los que el hombro no estaba. Se supone que debía de aprovecharlos pero, no, ella más bien quiso dejar tranquila a su jefa ya que luego, se desquitaría y hasta peor, la pondría en situaciones tan incómodas.

 

 

Y ese, era el momento preciso en el que empezaría a cometerlos.

 

 

La primera fase de ese segundo paso: El señor y la señora Wu, estaban sentados en sus respectivos asientos de aquel amplio y bello comedor en espera de que los platos llegaran a la mesa para empezar a comer. Tiffany era la encargada de llevar los platillos a la mesa, para su suerte.

 

 

La pareja de esposos charlaba amenamente de lo que les había estado sucediendo durante aquellas noches que no las pasaron juntos, Jessica no comentó para nada de lo que le había acontecido con su menor.

 

 

— Y entonces, Kwon hizo un problema enorme con un estúpido comentario.

 

 

— Hahaha, él nunca cambiará, ¿No? — Preguntó Jessica sonriente, jugando de paso con sus cubiertos.

 

 

— No, ya sabes cómo es… — Giró su rostro para justamente notar a la muchacha ingresando con los platos en mano — Oh, perfecto, ya estaba por quejarme, haha.

 

 

— Disculpe, señor Wu, es que Irene se tardó un poco — Se justificaba angelicalmente, llegando al hombre para dejarle enfrente suyo, su comida solicitada — Espero que lo disfrute — Dijo con una tierna sonrisa, ganándose un asentimiento de parte de Kris.

 

 

Perfecto, entre tantos empleados… Tuvo que venir esta.

 

 

— Y, aquí está también para usted… — La distancia de los esposos era muy considerable y de eso, quiso aprovecharse la menor; le dejó también el plato inclinándose de una manera muy exagerada, queriendo asegurarse de que la mayor desviara su mirada por un minuto hacia su trasero… Cosa que sí, sí consiguió — Señora Wu.

 

 

— Hwang… — La resondró un poco, más que todo al divisar la traviesa sonrisa que ella le había dado.

 

 

— Provecho — Se enderezó y salió del lugar con un suave contoneo de caderas dirigido especialmente para su mayor, quién pudo fijarse un poco en ello y sólo, quiso que la tierra la tragase.

 

 

— Mhm, esto, esto está muy rico — Hablaba el chico con comida aún en su boca.

 

 

— Sí… ajá — Respondió ida la rubia, enojándose un poco por el accionar de su menor — Esa mocosa está loca…

 

 

— Mh, ¿Me decías? — Preguntó todavía con aquel mal gesto.

 

 

— No… amor, come bien, haha. Pareces un niño.

 

 

 

La segunda fase de ese segundo paso: Todo tenía que situarse en la sala principal o de descanso, cualquiera de las dos estaba bien y con la presencia de su mayor (por supuesto) y mejor con la del hombre, también. Y justamente, para su suerte, otra vez, la pareja se encontraba descansando en su sala mientras platicaban de lo que harían próximamente en las vacaciones del hombre.

 

 

— Yo opino que vayamos a China, para que estés con tus padres.

 

 

— Oh, mi amor — Ante tal gesto, le dio un beso fugaz — Eso es muy dulce pero… También, podríamos ir a USA para estar con mis suegros.

 

 

— Eso también estaría bien, Krys ya quiere volver a verte.

 

 

— ¿Tan bien le caigo?

 

 

— Uh, en realidad, no, haha. Pero, quiere conocerte más.

 

 

— ¿A petición tuya?

 

 

— Quizá.

 

 

Los dos rieron y compartieron un tierno beso, dejando a un lado el periódico que este sostenía para sujetar a su chica de su cintura; todo un momento romántico en una pareja de esposos que lamentablemente, fue interrumpido por la otra chica americana, quién ‘avergonzada’ se detuvo casi ya a media sala.

 

 

— Oh, lo siento.

 

 

— ¿Eh? — Kris se separó lo suficiente para observar a la menor — Oh, Tiffany, sigue con lo tuyo.

 

 

Jessica, por su contrario, observaba de una manera tan fría y detestable a su menor que si las miradas mataran, Hwang ya hubiese estado enterrada en aquel momento; justamente, esa misma, le regaló una ladina sonrisa a su jefa.

 

 

Esto ya no es gracioso.

 

 

— ¿Jess? — Kris sujetó sutilmente el rostro de su esposa para ganarse su atención — ¿Todo bien?

 

 

— Eh, sí, sí, amor — Soltando una pequeña risa, se acomodó en su mueble y tomó su celular para revisar algunas novedades que le llegaban a su página, estaba tan concentrada en eso cuando de repente, se le dio por desviar su mirada de la pantalla para posarla en la menor, quién limpiaba los objetos de aquella sala.

 

 

Todo bien hasta el momento, sin embargo, sabía que eso no duraría ya que, para su desgracia, Tiffany la atrapó con su mirada en ella y queriendo molestarla o ‘provocarla’, volvió a ponerse en esa posición que sólo podía lucir su abundante trasero; lo meneó un poco mientras seguía limpiando y fue que se detuvo cuando Jessica le tiró un lapo a Kris, quién también se había quedado algo embobado observando a la joven empleada.

 

 

— Auch, Jess.

 

 

— Tsk — Con esas mismas, se levantó de ahí y se dirigió a su oficina para empezar unos cuántos proyectos solicitados.

 

 

— Já… Se me puso celosa — Comentó en lo alto con diversión, observando a su menor que se había enderezado — Tiffany, puedes seguir con tu trabajo.

 

 

— No, ya terminé — Dijo con cierta sequedad y se retiró de la sala, yendo por un camino opuesto al de su mayor.

 

 

— Qué raras son las mujeres…

 

 


 

 

Lamentablemente, el que su esposo haya dirigido su mirada al tremendo trasero de su empleada, fue lo que derramó el vaso de su paciencia y tolerancia con su empleada, así que, aprovechando a que su hombre ya dormía, fue a encarar a la muchacha de limpieza para que terminara con todo aquel jueguito suyo.

 

 

Llegó a la habitación de la menor y antes de abrir esta, se preparó por si llegaba a encontrarse con esas escenas que ya la estaban hartando, esperó lo suficiente y así, ingresó a la habitación encontrándose con algo que no se esperaba para nada. Tiffany se puso de pie al notar a su mayor, le sonrió de esa manera únicamente suya y empezó acercársele.

 

 

— Sabía que vendría hoy.

 

 

Ya era de noche, para aclarar y el hecho de que Tiffany estuviese con aquel ‘baby doll’ puesto y más lo que dijo, la habían confundido por completo, hasta había olvidado el motivo por el que se encontraba ya dentro de la habitación de su menor. MiYoung llevó sus brazos alrededor del cuello impropio, haciendo que Jessica intentara apartarla.

 

 

— ¿Qué haces?

 

 

— Sabía que no soportaría, que tendría que venir a mí.

 

 

— No soporté… — Frunció su ceño al recordar la escena de la tarde, así que, ya con unas fuerzas, empujó a la chica sin tirarla — Que mi esposo te viera el culo, ¿Quién te crees para menearlo así enfrente de él?

 

 

— Pero, señora… — Dándose la vuelta, apegó su espalda contra el cuerpo de Jung, específicamente, hizo que su trasero se apegara al pelvis ajeno — Yo sólo lo hacía para usted… — Decía con un tono de voz provocador.

 

 

— Hwa-Hwang… — Ya se estaba poniendo nerviosa y hasta inquieta.

 

 

— Acaso, ¿No le gustó mi trasero? — Cuestionó al tiempo en el que empezó a mover su cadera contra el centro de su mayor — Mgh… ~

 

 

— Tiffany… — Estaba empezando a calentarse y no se entendía, no podía creerlo.

 

 

Una mujer la estaba calentando.

 

 

— Oh, señora… Quisiera que cogiera este culo — Murmuró excitada, dando ahora una vuelta para volver a envolver sus brazos en el cuello ajeno — Quisiera que me cogiera tan duro, mgh, que me hiciera gemir…

 

 

— Tiffany, ¿qué mierda dices? — Jadeó algo al pronunciar todo eso, sus pezones estaban colocándose duros.

 

 

— La verdad, lo que quiero que me haga… Oh, diablos, estoy tan loca por usted… — Aproximó sus labios a los ajenos, respirando en estos — Por su elegancia, su frialdad, esa firmeza… Oh, mierda, es toda una mujer… La activa que toda pasiva como yo, quisiera.

 

 

— Stephanie…

 

 

Tomó las manos de Jessica y las posó en sus senos, sorprendiendo a la mayor por eso.

 

 

Tiffany la ponía tan nerviosa, tan curiosa, tan inquieta y ahora, tan estúpida.

 

 

— Niégueme que se le antoja estrujarme los senos… Que se le antoja lamerlos… — A cada palabra que daba, movía con un poco más de rapidez las manos ajenas — Morderlos, chuparlos… Hacerme gemir con todo eso.

 

 

— Diablos, Stephanie…

 

 

— Me encanta cuando me llama así — Mordió su labial coqueta y eso bastó para Jessica — Suena bastante y.

 

 

Estrujó con una fuerza los senos de Tiffany.

 

 

Se ganó un buen par de gemidos.

 

 

Estos alimentaron ese cosquilleo que una vez, Tiffany le mencionó.

 

 

— Nyah~…

 

 

— Se sienten tan…

 

 

— Shh, béseme, mierda — No lo soportó y se lanzó a devorar los labios impropios, cuyos correspondieron a gusto aquel beso que iniciaba salvaje gracias a la situación candente en la que estaban.

 

 



 

A/N: ¿Qué tal les va pareciendo? ¿?

¿Merece una segunda parte o suficiente con eso? ¿?

 

Espero que les haya gustado y más que todo, a ti, sonyeshidae. <3

Ya que, este escrito nació gracias a ti. ¿?

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

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Comments

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DollySweet
#1
Chapter 1: Obvio no puedes dejarlo asi
sonyeshidae
#2
Chapter 1: Gracias Boo Boo ♥ Eres la mejor! Y quiero decir que me encantó! Merece una segunda parte! La tienes verdad?
DollySweet
#3
:O
jessjung_dew
#4
omg! My KriSica feeling!!! I love Kris T_T but JeTi is stronger!! What can i do???!! why , author? why????
sonyeshidae
#5
Miercoles, enserio? Mi única couple hetero y mi amado Jeti -_-
Boo boo! Eres la mejor! ;)