Capitulo 2



Mi violencia está en niveles insospechados hasta las venas resaltan en mi frente, más que la sangre que destila de ella, esa vieja no se baja para nada de su auto, creo que Hitler tiene más sensibilidad que la muy idiota, por más que le exijo que lo haga para darme la cara, no lo hace solo arruga su naricilla que de seguro es operada, supongo que le metieron el bisturí como mil veces para quedar perfecta y para subir mi rabia veo su carota de me vales un cuerno lo que digas, me dan ganas de azotarla contra la acera ahora mismo y lo pienso realizar si no me pela, me canso que la arrastro por toda la avenida a esta güerita huraña, si lo hice con Taeyeon por solo verme feo cuando estábamos en la pubertad, ahora que tengo un motivo verdadero esta si no se salva.

─Salte de mi camino o te atropello, tengo asuntos importantes que atender─Dice la castaña buscando su espejo para mirar si sigue su impecable arreglo, mientras remueve sus anteojos para el sol, sin tomarle nada de importancia a la joven que se le desangra enfrente.

−No conforme con matar a Duran, desea matarme a mí también asesina.─Arremango mis mangas para hacer justicia con mis propias manos, contra esta pomposa.

−¿He?─Sorprendida al escuchar asesinato en la oración.

Hasta que veo una reacción de esta güerita creída y se baja al fin de su auto de riquillo para que me dé la cara, se nota que se puso pálida por decirle de su grave delito.

−¿A quién mate?─Alarmada por la noticia.

−A mi amigo.

Lloro amargamente al recordarlo que se me baja la rabia y me entra un sentimiento horrible de soledad, al saber que me dejo sin ni siquiera darme un aviso previo, no tuvimos oportunidad de despedirnos formalmente o ir de paseo por última vez y se fue al más allá espero que Wall-e cuide su alma de acero, sin embargo esta mujer al fin se da cuenta de su pecado capital y su mirada se ve afligida toca mi hombro temblando al saber de su fechoría, hasta que miro emociones en la estirada, tiene corazón después de todo la juzgue mal.

−Dime donde está tu amigo quizás aún este vivo− ¿debo llamar a una ambulancia o primero a mi abogado? Mejor ambos los dos pueden sacarme del problema−muchacha señálamelo.─Le digo sobresaltada al creer que llegaría tarde a mi cita, por matar a un transeúnte que sinceramente nunca lo visualice.

Voy cojeando y me hinco debajo del auto de la riquilla, llorándole a mí Duran que dio todo de sí, estoy desolada la dura realidad me pega el ya no estará conmigo nunca, al ver que ni el resucitador mismo podrá salvarlo.

−Es una broma de mal gusto idiota.─Vuelve a su ánimo normal, se gira indignada por haberle creído a la cría.

−No es una broma− Dice seria en medio de su desconsuelo−usted lo mato que acaso no lo ve su aceite se desparrama debajo de su verdugo. ─acusa al auto con odio en su mirada.

"Jessica ve con desinterés el lamento de la joven, nota la hora de su reloj de nuevo, así que piensa quitarse a esa molestia de encima de una vez por todas y procede a sacar unos billetes de su cartera y se los avienta en la moto"

−Con esto es suficiente, deja de hacer drama por esto sin importancia y dedícate a trabajar de en vez de estar estafando, que con un estafador tengo más que suficiente.─Le dice con superioridad sin ni siquiera mirarla de frente, ya que no le importa seguir teniendo tratos con alguien ridículo a su parecer.

─¿Estafa?

─No te hagas la inocente solo con ver tus fachas de pordiosera, puedo decirte que te me aventaste al auto a propósito, para que te de una indemnización mi seguro, pero espérate sentada que no te daré más de mi dinero.

─Cómo diablos dice eso, si usted me golpeo por atrás, ¿cuál estafadora?

─Ese es tu trabajo hacer creer que yo tengo la culpa, pero conmigo no funciona.

Esa güera desabrida me dan ganas de darle una paliza ante su acusación sin fundamentos y todavía me juzga por cómo visto diciéndome pordiosera, que no me la pase en el espejo toda la eternidad como si fuera mi alma gemela, no quiere decir que soy una delincuente y eso se lo iba a dejar saber, pero cuando me di cuenta la muy viva se marchó a toda velocidad, dejándome en medio del tránsito herida emocional y físicamente, sin darme tiempo de partirle todo lo que se llama cara.

Siento al fin mi cuerpo hecho trizas por el trancazo que me di por salir volando como papalote momentos atrás, tomo mi celular airada al conocer que no podría tocar a esa sinvergüenza, pero si me la vuelvo encontrar le voy a pegar donde más le duela, como lo hizo conmigo en este momento.

−Tae ven por mí.─Le digo secándome mis lagrimillas, al seguir viendo a mi Duran hecho añicos.

−Oye se supone que tú debes pasar por mí.─Le dice Taeyeon, mientras está besuqueándose con una europea bien proporcionada en medio de su trabajo.

−Tuve un accidente.

−¿Dónde estás?─Empuja a la europea sin consideración y se acomoda su ropa, para ponerle atención al cien.

−Cerca de la universidad.

−No muevas tu al cuerpo por nada del mundo, en un momento voy por ti.

−Bien.

"Taeyeon toma las llaves del auto de Jongkook y ve la queja de la mujer que estaba casi desnuda dispuesta a darle todo"

─¿A dónde vas las estamos pasando bien?−Dice con seducción.
 

─Pues se acabó la diversión.

─Ven acuéstate conmigo, sé que te gusto un bonito reloj en la joyería del centro, te lo compro si te quedas.

"Pero Taeyeon ni si quiera titubea y sale aprisa para buscar a Yuri con su rostro lleno de mortificación, dejando pasmada a su amante ya que siempre que le otorgaba regalos, Taeyeon siempre la complacía en todo"

"Mientras tanto en una zona exclusiva de la ciudad, Jessica llega a un restaurante a esperar a la única amiga que ha tenido desde la infancia, no sin antes robarse toda la atención de quien la ve pasar, dejándolos paralizados y boquiabiertos"

─¿Desea algo de tomar antes que le traiga la carta?─Dice el mesero casi escurriéndosele la baba, al tratar a la fashionista mujer creyendo que tuvo mucha suerte en atenderla.

─Un té solamente.─Dice secamente ante el esplendoroso despliegue de amabilidad del quien la atiende.

─Siempre con el mismo pedido, no te cansas.─Una rubia con traje de ejecutiva, de la misma edad que la castaña se sienta a un lado con mucha confianza.

─Sunny al fin llegas.─Con tono de reproche lo expresa.

─Que desesperada Jessi, si solo llegue un minuto tarde.

─Sabes que la puntualidad es mi lema, no debes dejar esperándome ni medio segundo, antes eras de esa manera o más exagerada.

─Eso pasa cuando te casas y tienes cuatro hijos el tiempo se vuelve relativo.

─Hijos… que cosas tan problemáticas.─Dice con suspicacia.

─Que te sucede tu nunca mencionas a hijos, ni siquiera para quejarte de ellos.

─No podre tenerlos si no me apuro─Chasquea con hastió.

─Eso no es nuevo Victoria te lo ha estado advirtiendo desde hace dos años, que te pusieras a seguir estrictamente su tratamiento para que se prolongara tu prorroga.

─Dice que solo tengo dos meses, para que implante su método de fertilidad en mí.

─Pues qué esperas busca una pareja estable y tenlo.

─¿Estás de broma? nunca me voy a casar toda relación con lleva estar aguantando quejas de una idiota, de que no tengo tiempo para ellas o que soy demasiado exigente en todo.

─Lo eres para todas tus parejas les miras defectos, se los restriegas hasta cansarte y hastiarlas las humillas en público solo por no combinar una vestimenta, eso hasta el más enamorado no lo soporta.−Le señala su defecto.

─No ocupo a nadie a mi lado si no sabe obedecer el mínimo de moda o etiqueta.

─Si, sigues pensando de esa manera te quedaras muy sola.

─Pues bien por mí.

─Hay Jessi, espero que no te arrepientas de esto.

"El joven mesero entra en escena con una sonrisa de felicidad, para seguir contemplando a la preciosa dama, él interrumpe la plática pidiendo perdón por su intromisión, Jessica lo ve intensamente rompiéndole el encanto al pobre joven, que comenzó a temblar y ponerle la bebida en la mesa con nerviosismo, se dispone a retirarse pero la rubia le hace una seña que no lo haga, hasta que pruebe su té a ver si es de su agrado, sorbe un poco degustándolo"

−Ara−Dice con tono de disgusto.

−Sucede algo señorita.−Dice intranquilo.

−¿Que le pedí exactamente?−Sin despegar su mirada al incauto.

−¿Un té?−Lo dice con duda al creer que se equivocó.

−Claro, pedí un té.−Se lo afirma con tono más agudo.

−¿Cuál es el problema?−Extrañado que no fue su error y no sabía a qué venia