Nueve
Mi ertida enanaTiffany P.V
Durante las siguientes dos semanas no vi a taeyeon la llamaba a su celular me enviaba a buzón, comencé a preocuparme le pregunte a yuri sobre taeyeon contestándome que estaba en ocupada estudiando no puedo creer que la enana ertida comenzó a estudiar realmente.
Era el día de los exámenes llegue temprano para repasar un poco cuando observe la motocicleta conocida que se estaciono enfrente, la enana ertida bajo comenzó acercarse a mi
-hey bebe, espero que estés lista- dijo con arrogancia mientras se inclinaba para besarme, cerré los ojo disfrutando de lo que se me ha negado durante dos semanas se separó de mi – que lindo vestido será fácil quitártelo- dijo mientras me levantaba y nos dirigíamos al salón con su mano en mi trasero guiándome la deje ya que extrañaba su caricias.
Llegamos al salón encontrándonos con yuri y jessica, ambas estaban concentradas estudiando hasta que taeyeon hablo
-y bien hay bebe o no idiota – le pregunto hermana, yuri levanto la mirada viendo a taeyeon y después a Jessica, me di cuenta de lo decaída que estaba Jesica sabiendo ya la respuesta por el ánimo de mi prima.
-no, no lo hay, ayer se hizo una prueba de embarazo y salió negativo
Observe como los hombros de Jessica comenzaban a temblar, me acerque a ella abrazándola- tranquila jessi –
Jessica comenzó a llora, yuri solo observaba como su novia lloraba sabia cuanto Jessica quería un hijo de ella, jessica se calmó justamente antes del que el profesor entrara. Comenzamos el examen…….
Finjamos que en un solo examen presentan todas las materias y que el mismo día dan lo resultados
Me encontraba afuera del salón observando lo resultados cuando observe el nombre de taeyeon en los mejores promedios, como puede ser, taeyeon se acercó quedando a un lado me cogió de la cintura y me besó. Nuestras lenguas se entrelazaron pasionales, deseosas de alcanzar más partes de nuestros cuerpos. Me agarraba fuerte. Notaba su miembro erecto bajo el pantalón. Me acarició los glúteos para que notase con mi abdomen la dureza de su pene.
–Taetae, fóllame por favor –le supliqué, bajo el estado más ardiente que jamás hubiera experimentado.
–Vamos al callejón que hay entre la entrada de la facultad y la cafetería de profesores –me dijo, cogiendo mi mano con firmeza y tirando de mí.
Por un momento, mientras nos dirigíamos allí, compense a pensar si era correcto. Alguien podría vernos, pensé. Y, al instante, me puse más cachonda. Las pulsiones de mi centro eran enormes. Me sujetó, asiéndome por las nalgas para alzarme contra la pared. Mi vestido se subió hasta la cadera, dejando la fina tela de mi tanga como última y húmeda frontera. No paramos de besarnos y acariciarnos, aumentando la intensidad. Empecé a palpar su pene por encima del pantalón. Ella me acariciaba los senos.
De repente, bajó uno de los tirantes del vestido con tanta energía, que también descolgó el del sujetador. Uno de mis pechos quedó al descubierto. Paró por un segundo. Me miró fijamente, y se abalanzó a lamerlo.
Taeyeon se bajaba la cremallera y deslizaba el tanga con su glande para penetrarme.
Me encajé a su inflexible miembro, abriéndome, cabalgando y arañando su espalda. me empujaba y me subía contra la pared una y otra vez. Cada embestida era más profunda. Yo las provocaba. Me encajaba con vehemencia hasta la base de su pene, hasta que oía cómo mi flujo se derramaba sobre su pubis. Mis pezones se erizaron súbitamente y grité… No gemí, cuando el o implosionó como una bomba de racimo, estrellándose contra el anverso de mi piel, como si mi alma fuera un fantasma que quisiera dejar mi cuerpo inanimado.
Al borde del desvanecimiento, me percaté de que Taetae no había terminado. Me separé y me puse de rodillas para hacerle una mamada. No estuve mucho rato, él llegó enseguida.
–¿Te ha gustado? –le pregunté, mientras buscaba un clínex en mi bolso
–Claro, bebe. Pero, a
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