Era un día lluvioso una chica de estatura baja con el pelo rubio y de ojos color ónice se encontraba mirando por la ventana perdiéndose en sus recuerdos...

Flashback

— ¡Taetae! ¡Por fin llegas! ¿Dónde estabas?

Cuestionó aquella chica de color rojizo y de ojos color avellana con su singular sonrisa de ojos que cautivaba a la mayor quien por supuesto se quedaba boba al solo verla, la menor al no obtener respuesta alguna de su mayor hace un ligero puchero cruzándose de brazos. 

— Taetae ¿Me vas a decir?
— ¿Eh? Lo siento Panny, solo que al ver tu sonrisa me quedo sin palabras pero bueno ven te tengo una sorpresa.

Musitó la más baja de las dos tomando la mano ajena entrelazando sus dedos con esta, tomó un par de abrigos para después salir del pequeño departamento que compartían ambas chicas. Sin decir alguna palabra la mayor le indicó a la menor que subiera al coche quien aceptó aunque con un gesto curioso sin más la mayor sube para emprender viaje al destino durante el trayecto todo era silencioso pero no uno incomodo era uno que en el cual no se necesitan decir palabras para disfrutar de la compañía ajena. 
Después de un largo rato la mayor estaciona el auto en un bosque el cual tenía un camino en donde las llevaba a una pequeña cabaña la cual no estaba tan lejos de donde se encontraban para después mirar a su menor quien yacía dormida en el asiento, con una suave sonrisa se acerca dándole un pequeño pero a la vez dulce beso en aquellos labios que tanto le gustaban.

— Bella durmiente despierta que ya llegamos...

Susurro en un tono de voz leve moviendo de manera suave a su menor quien al sentir aquel beso una sonrisa salió abriendo los ojos un poco para acomodarse en su asiento y mirar a su alrededor.

— ¿Dónde estamos? 

Murmuró con la voz algo soñolienta tallándose sus ojos y después estirarse para poder despertarse mejor.

— Es una sorpresa, así que señorita hermosa solo confíe en mí ¿Si? 

Comentó la mayor con una sonrisa en sus labios quien de inmediato salió del auto cerrando la puerta para ir al lado de su menor y poder abrirle la puerta haciendo una venía ofreciéndole su diestra a su contraria quien con gusto acepto. Ya afuera del auto ambas chicas caminaron solo unos minutos al llegar a la cabaña la mayor le tapa los o