— Jessica, en serio, lo siento — Dijo Yuri, intentando detenerme pero no lo conseguía ya que, la apartaba algo brusca y a su vez, no dejaba esa imagen fría que adopté nuevamente, por su culpa.

— Me jodiste, Yuri. Me jodiste la maldita oportunidad de tener a alguien que verdaderamente, me amó en una oportunidad — Aclaré, parando brevemente y enseñándole lo sensible que estaba por ella — He llegado a amarla por toda tu culpa y no me arrepiento de eso, de lo que sí me arrepiento fue quedarme en el gimnasio ese día.

— Jessica… Perdó-

— Lárgate de mí vista, ¡YA! — Exclamé con ese tono chillón pero de mando, causando su susto y que saliera corriendo, y qué también los que estaban allí, me vieran sorprendidos.

— ¿Me perdonas? — Le pedí sin rodeos, sentándome a su lado y tomando su mano, con cara de un cachorro arrepentido. No había ido a buscarla ese fin de semana por la vergüenza que sentía.

— No tengo porque hacerlo — Y me regaló esa sonrisa de madre que podía darme.

Mis ojos se tornaron cristalinos y me lancé a ella, rodeando su cuello con ambos brazos, dispuesta a llorar pero me mantuve firme y no lo hice. Negué para mí y reí suavemente, alejándome lo suficiente para vernos, con unas pequeñas sonrisas.

— ¿Mi querida MiYoung aprendió la lección?

— Como siempre, Eomma — Le susurré con una peq