Mine 1
MineJessica estaba en su oficina tranquilamente revisando unos papeles; si le hubiesen dicho que tener su propia empresa era así de difícil no lo habría hecho, pero la verdad lo amaba. Se podía decir que había cumplido sus sueños; tenía una empresa exitosa, una gran casa, un hermoso auto y una familia a la que amaba con todo su ser.
Suspiro
Su familia, su hija Wendy y sus gemelas Mina y Minjae; su esposa, su maravillosa esposa Stephanie Young Hwang.
Escucho tres toques en la puerta que la sacaron de su concentración. ¿Por qué la molestaban? Ella tenía demasiado trabajo y había sido clara con su secretaria de no ser molestada.
Una cabeza se asomó - ¿Jessi? – miro alrededor de la gran oficina de su esposa
Jessica levanto la cabeza inmediatamente al escuchar esa voz - ¿Steph? –
- ¡Jessi! – Entro y se acercó a ella para darle un beso y un abrazo – Hola, amor –
- Hola – sonrió como tonta - ¿Qué haces aquí? –
- Vengo a invitarte a almorzar –
- Lo siento, Tiff, pero tengo mucho, mucho trabajo –
- Yo igual, tener una compañía de entrenamiento no es fácil – suspiro – Aunque saco tiempo para cosas importantes en esta vida como la comida, mis hijas y tú – sonrió – además tengo algo que decirte –
- ¿No puede esperar a llegar a casa? – Tiffany negó aun sonriendo
- La comida no puede esperar –
Jessica rodo los ojos, su esposa era una shikshin – No puedo decirle que no a tu sonrisa – se separó para agarrar sus cosas
- Espero digas lo mismo en un rato – murmuro
- ¿Qué? –
- Nada – sonrió - ¿Nos vamos? – Jessica asintió y de la mano salieron de la oficina
Jessica revisaba su móvil por cosas del trabajo y revisar un poco sus redes sociales, hasta que recordó que su esposa tenía algo que decirle.
- ¿Qué tienes que decirme? –
- Mmm… yo – se removía incomoda
- ¿Estas nerviosa? – pregunto sorprendida, Stephanie rara vez estaba nerviosa para decirle o pedirle algo
- No sé por dónde empezar –
- ¿Qué te parece el principio? – dijo divertida
- Graciosa – le saco la lengua – A ver… hace unos días una de las bailarinas me llego con la maravillosa noticia – hizo una pausa – está embarazada –
- Eso es genial… creo – la miro - ¿Es tuyo? –
-¡¿Qué, estas demente?!– Frunció el ceño – No tengo eso, ¿recuerdas? – susurro
Jessica se rio – Lo sé, solo bromeaba – acaricio su mano – estas muy nerviosa y aun no entiendo que tiene que ver eso –
- Es que no se ella estaba tan feliz que me contagio y me dieron ganas de… –
- ¿Quieres otro bebe? – La pelinegra asintió tímidamente – Pero tú no puedes tener más hijos –
- Lo sé –
- ¿Qué quieres, adoptarlo? – negó y Jessica la miro confundida hasta que vio media sonrisa, abrió los ojos sorprendida – ¡NO! –
- ¿Qué? –
- Lo que sea que estés pensando no –
- Pero… –
- No – la corto
- Por favor – rogo
- No, ni loca –
- Jessi – hizo un puchero
- No uses eso – advirtió con el dedo
- Por favor – pronuncio más el puchero
- No, Stephanie – dijo molesta – No voy a tener un bebe –
- Jessi – se quejó – Por favor, por favor – junto sus manos en forma de suplica
- No y no – mirada asesina – ¿De dónde sacaste esa idea? –
- Desde que fuimos de vacaciones a casa de tus padres y sacaron tus fotos de niña, deseo tener una mini tu –
- ¿Tanto tiempo? – Eso había sido hace un año – Lo siento, Steph, pero no puedo – negó con la cabeza y vio la mirada de decepción de su esposa
- Está bien – hizo una mueca
- Steph –
- Está bien, Jessi – sonrió como pudo
En ese momento llego su comida y no hablaron más del tema, apenas terminaron de comer, pagaron y se fueron.
Los semanas pasaban para las Hwang-Jung, aunque todo parecía normal, Jessica sabía que no estaban bien, su esposa estaba apagada, sus sonrisas no eran tan brillantes como de costumbre; no habían tantos besos antes de salir de casa por las mañanas, acompañados de muchos te amo y te extrañare; no había exceso de palabras a la hora de la cena por parte de su esposa, solo hablaban sus hijas y ella apenas respondía porque estaba distraída y cuando Jessica le preguntaba si pasaba algo, la pelinegra
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