Back Home

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Taeyeon no era una persona muy sociable, Fany solía decirle que debía salir más. A veces lograba forzarla a que saliera con ella y su larga lista de amigas.

A Taeyeon no le molestaba qué Tiffany saliera tanto… La amaba. Y no iba a arrastrarla a los confines de su soledad con ella.

Taeyeon la veía salir con una sonrisa, y se quedaba esperando unas horas por su regreso. Ella siempre regresaba.

Taeyeon se quedaba jugando con Prince, el pequeño maltés de Tiffany. Tal vez coloreaba o solo miraba la puerta calculando cuanto tiempo se tardaría ella en cruzarla.

Pero cuando Tiffany dejaba el país en su afán por la moda y el jet-set, Taeyeon básicamente se desesperaba.

-¿Estás segura que estarás bien?- Le preguntó Tiffany con preocupación, pues ella conocía la actitud de su compañera por más de quince años.

-Sí, Fany, no tienes nada de que preocuparte, Prince y yo nos divertiremos solos. ¿No es así compañero?- Mintió la rubia con una facilidad entrenada, pues no era la primera vez que su chica la dejaba sola.

-Está bien, me iré ahora, el manager me espera en la recepción. Te llamaré desde el avión. ¿Vale? Por favor no vayas a hacer ninguna estupidez-. Le dijo Tiffany con impaciencia, dándole un beso rápido de esos que a Taeyeon no le gustaban.

Tae solo asintió con una sonrisa, pues le hacía gracia cuanto la conocía su novia.

-Te amo, Tae- Le dijo ya desde la puerta con sus maletas en la mano -¡Adiós Prince! No dejes que Taetae queme el apartamento ¿Sí?- Le habló en tono de burla a su cachorro, que solo bateó la cola en respuesta.

-Bueno muchacho, estamos solos- Suspiró hablándole al cachorro, que solo la ignoró y se fue a dormir en el sofá.

                                         

                                                                                 . . .

Taeyeon era capaz de llevarlo bien los primeros días. Era capaz de distraeré con cualquier cosa, y tal vez cabía la posibilidad de que sobrecargara a su ocupada novia con mensajes de texto llenos de preocupación.

“¿Has cenado ya?” “¿Te has puesto bloqueador?” “¿Te tomaste tus vitaminas?”  Eran por ejemplo las cosas que le escribía a Tiffany, quien solo le respondía con un rápido “Sí, mi amor” puesto que estaba muy ocupada haciendo sesiones de fotos y entrevistas para su siguiente portada de revista.

Pero entre más le escribía, Tiff menos le respondía; y Taeyeon de repente, se encontraba a sí misma sin nada que hacer.

Le daba vergüenza admitir la magnitud de la dependencia que tenía hacia su pelirroja novia. Pero cuando ella se iba, Tae se encontraba a si misma perdida, y su penthouse en  Gangnam no sé sentía más como su hogar sin la pelirroja gritando en inglés porque Taeyeon se olvidó de apagar la pasta.

No sentía nada más que agradecimiento puesto que Tiffany aceptaba con paciencia y amor las extrañas costumbres con las que Taeyeon había crecido. Trataba ante todo no ahogarla con su presencia, pero cuando Tiffany la dejaba sola en casa por más que un par de horas, ella no encontraba nada que hacer más que acurrucarse en el sofá con el maltés blanco y pensar en que Tiffany y sí la extrañaba tanto como ella lo hacía.  

Decidió que para acabar con el aburrimiento y dejar de preocuparse por si a su novia la secuestraba una pandilla de polinesios, se comunicaría con sus fans en Instagram. Logró despejar su cabeza por un tiempo tonteando con sus seguidores, pero pronto se cansó de la idea y dejó de hacerlo.

Revisó el perfil de su novia y vio las fotos del soleado Hawaii en el que su novia vacacionaba sin ella. Y de repente sintió la urgida necesidad de dejarle un cursi comentario sobre cuanto la extrañaba. Estuvo a punto de hacerlo cuando recordó que entre las dos sumaban diez millones de seguidores en la red y que se suponía que su relación era secreta. Así que se limitó a dejarle un par de emoticones que básicamente dejaban entrever el mismo mensaje y que sus fans no tardaron en imitar.

A Taeyeon la empezó a invadir aquel sentimiento que lastimosamente conocía muy bien. Irracional tristeza. De repente sentía que poco o nada tenía sentido en su vida, podía sentir casi que físicamente como su estado de ánimo empezaba a decrecer. Sabía que después de eso todo empezaría a ir en picada, su mente empezó a adormecerse y los malos pensamientos la invadían…  

Tal vez Tiffany se fue porqué estaba cansada de su triste actitud. Tal vez el resto de sus miembros no le escribían porque nunca estaba de ánimo para salir, tal vez el odio que recibía en las redes sociales era merecido, tal vez su carrera como una de las artistas más exitosas de Corea no le servía de nada si cuando regresaba a casa siempre estaba sola.

Tiffany tenía a Bora, a Hyuna, a Nicole, a Hyomin... Y Taeyeon se encargaba de boicotear cada potencial amistad que se le cruzaba con mensajes cortos y excusas baratas de “No puedo salir, estoy muy ocupada en el estudio”.

Tal vez Tiffany debería dejarla y conseguirse una novia capaz de salir con ella y sus amigas y que no la ahogara todo el día con su insana dependencia.

En un momento de vaga cordura se dio cuenta hacia donde esos pensamientos intrusivos la estaban llevando, y a pesar de que había tratado de no molestar a la atareada pelirroja decidió textearle, pues para su pesar y placer, era ella la única con quien siempre contaba. Le escribió un simple “Phany-ah… No me siento bien” y aguardó con desesperada y conflictiva paciencia su respuesta.

Cada minuto se sentía como siglos pasando frente a sus ojos, el desespero la carcomía. Un minuto, diez minutos, una hora… Tiffany estaba muy ocupada posando en bikini para escuchar el sonido de su teléfono avisando que sus bajita chica la necesitaba.

El desespero de Taeyeon se volvió incontenible, los pensamientos en su cabeza se convertían en voces que le susurraban en voz baja que nada sobre ella valía la pena, empezó a dar vueltas alrededor de la casa, el maltés la seguía preocupado, y Tae por cada minuto que pasaba se sentía un paso más cerca del abismo. La ansiedad se apoderó de ella, su apartamento, lleno de fotografías de ellas juntas, se sentía cada vez más apretado.

Se dirigió al baño, se miró en el espejo y encontró la mirada distorsionada de una mujer al borde de perder la cordura. Se frotó la cara con desespero y se enjugó con agua y al levantar la mirada se encontró con ese tarro de pastillas que el doctor le había recetado para ayudarla con su problema y que se supone solo debía tomar una al día.

Las tomó llena de duda y volvió al sofá, sopesando sus opciones. Al borde de las lágrimas, le escribió otro mensaje a su novia. “Fany por favor, te necesito”.

Las voces en su cabeza le repetían sin cansancio que la dejar en paz, que probablemente estaba disfrutando su ausencia, que no arruinara las pocas horas que Tiffany lograba escapar de su fatigante presencia.

A este punto Taeyeon ya estaba bañada en lágrimas de desespero, que Prince lamía en un intento vano de reconfortarla. “Fany-ah, lo siento mucho, no me odies por ser siempre una molestia” volvió a insistir.

Su teléfono vibró “Taeyeon-unnie, estamos todas en el karaoke, sé que no estas de humor porque Tiffany-unnie no está en casa. Pero, ¿Quieres venir?” Junto a una foto adjunta de sus siete compañeras de grupo con expresiones divertidas.

“Hoy no Seohyunnie, gracias por la invitación” Escribió triste mientras las voces repetían que solo la invitaban por lastima y que seguramente no la querían ahí.

“Tiffany-ah, lo estoy perdiendo” Texteó con tranquilidad externa, pues en su cabeza había ruido constante y se sentía a punto de explotar.

Las voces repetían que Tiffany la ignoraba a propósito, pues era más feliz en su ausencia.

-¡¡Estoy cansada de todo esto!! – Gritó mientras explotaba con una rabia contenida por mucho tiempo. Tomo aquella fotografía que se había tomado en una de las tantas escapadas con Tiff a Disneyland y la estampó contra el suelo con una fuerza sacada de lo más obscuro de su rabia.

-¡Estoy cansada de mi misma!- Pateó aquel florero que Tiff había traído esa vez que se presentaron en China.

Desde ahí todo fue un tornado de Taeyeon lanzando contra el suelo cualquier cosa que se cruzaba en su camino. No calculó cuanto tiempo pasó hasta que el sol se había escondido y ella yacía agitada en el suelo rodeada de toda su sala de estar y la preciada decoración de Tiffany hecha añicos.

Apretó contra su pecho el marco que había roto, cortándose las manos con el vidrio en el proceso, volvió al sofá, destapó el bote de pastillas y descargó una exagerada cantidad en su mano.

“Hazlo, hazlo por Tiffany, ella estará mejor cuando estés muerta” Escuchaba en su cabeza.

Taeyeon miraba las pastillas llena de lágrimas. Tal vez todo será mejor sin mi presencia.

Cuando había tragado a secas un par, su teléfono sonó con esa canción de K.Will que le había dedicado a Tiff alguna vez, era su tono. Era ella.

Sorbió y trató de componerse –Fa- Fany- Hesitó- Hola.

-¿Tae? ¿Tae qué pasa? ¿Estás bien? ¿Dónde estás?- La voz de su novia estaba inundada en preocupación –Tae escúchame, te dije que no hicieras ninguna tontería, mi avión acaba de aterrizar, ya voy a casa Tae, ¿Recuerdas que te dije que volvería en cinco días? Siento no responderte, sabes que estaba ocupada. Voy a casa Tae, voy a casa…

-Lo siento Tiff, lo siento mucho- Sollozaba la rubia con tristeza, mientras trataba por todos los medios de dejar de llorar.

La llamada se cortó y Tiffany le pidió a su chofer que acelerara. Cada vez que dejaba a Taeyeon sola por mucho tiempo temia por su seguridad, pues quince años le habían servido no solo para cultivar una hermosa relación, sino para conocer a su chica tan bien como se conocía a sí misma.

Fany había casi arrastrado muchas veces a la rubia al psiquiatra. Taeyeon era inofensiva para todos menos para sí misma. La condición mental de Taeyeon no cambiaba en absolutamente nada su amor hacía ella; Tiffany podía decir que estaba felizmente atada a ella de por vida. Pero su condición amenazaba constantemente con perturbar su tranquilidad. Era un fantasma que acechaba constantemente a Taeyeon, esperando la oportunidad para atacarla.

Tiffany estaba dispuesta a protegerla a toda costa, pero había cosas que ella simplemente no podía evitar.

Por eso estaba extremadamente preocupada mientras recorría las congestionadas calles de Seúl de regreso a su hogar. Su hogar está donde Taeyeon está.

Cuando Tiffany entró a su apartamento, encontró a una Taeyeon ensangrentada, su apartamento destrozado. Por su cabeza se pasaron muchas cosas, soltó su maleta y se acercó a su novia. Estaba echa un ovillo en el sofá, con Prince acostado sobre ella, acurrucando sobre su pecho el portarretrato de ambas.

Tiffany colocó su dedo índice bajo la nariz de Taeyeon, soltando un suspiro de alivio cuando sintió el calmado ritmo de la respiración de su novia.

-Taetae, vamos pequeña, estoy en casa, despierta- Tiff empujaba con suavidad su hombro intentando regresarla del letargo.

-Taetae, Fany está en casa, despierta- Repetía en un tono musical. La pelirroja sabía muy bien cómo debía tratar a su novia cuando esta había tenido uno de sus ataques.

Miro a su alrededor, casi siendo capaz de adivinar lo que había pasado, Tiffany decidió que después tendría espacio para enfadarse por su decoración, puesto que ahora tenía una chica inconsciente que debía sanar.

Así fue como Taeyeon despertó bajo la mirada preocupada de su prometida. No dudó en lanzarse en un abrazo desesperado hacia ella, apretándola, sintiendo su cuerpo, aspirando su aroma a Chanel y jabón de hotel. Decidió que en ese momento que a pesar de todo, se quedaría viva para ver a su novia volver a casa, para sentirla entre sus brazos, a Taeyeon le gustaba cuando Tiffany estaba en casa. Ella espantaba las voces, ahora lo mismo lo único que escuchaba era la dulce voz de su novia saludándola con un ahogado “Hola, pequeña”.

Taeyeon había decidido hace ya un tiempo que Tiffany era su única y verdadera medicina.

-Dios, por favor Fany, por favor, no me vuelvas a dejar sola nunca- Suplicó una resucitada Taeyeon.

-Veremos qué puedo hacer Taetae- Tiffany había aprendido a aceptar con abnegación la dependencia que la más baja había desarrollado hacia ella. Aunque a veces la agobiaba y había muchas cosas que le disgustaban de la actitud de Taeyeon, Tiffany la aceptaba y la toleraba, puesto que era a ella a quien amaba, y era consciente de que nada era perfecto. Mucho menos el amor.

Tiffany levantó a una aún adormilada Taeyeon, y la llevó hacía su habitación, que no había sido víctima de los arranques de la bajita.

La desnudó y le hizo el amor suavemente, tomándose el tiempo de besar cada una de sus heridas, llamando su nombre, porque sabía que a Taeyeon le excitaba escuchar su nombre en la voz de ella. Tiffany la hizo suya una vez más, porque sabía que esa era una forma de sanar a unta Taeyeon algo rota. Tiffany la tomaba con cariño y volvía a juntar sus piezas una a una cada vez que Taeyeon se derrumbaba.

Tiffany después dejó que Taeyeon fuese agresiva, pues sabía que la pequeña se ponía eufórica cuando la extrañaba. Dejó que Taeyeon la mordiera y arañara, ella tenía suficiente maquillaje caro para cubrir los resultados. Dejó que le hiciera el amor salvaje y acelerado, pues así era Taeyeon y esa era otra forma de sanar. Tiffany ni podía negar que a ella le encantaba cuando Taeyeon se ponía agresiva y posesiva, habían descubierto que a través de los años había más de una forma de hacer el amor.

Taeyeon le regaló a su novia un par de os, y muchas marcas en el cuerpo, de las que se sentía orgullosa. Tiffany fingía estar molesta, y luego le pedía que tomaran una ducha juntas, en la que Tiffany pretendía limpiar a Taeyeon por dentro y por fuera, llenarla con su amor y cerrar para siempre sus heridas.

Luego de la ducha, Tiffany salió a la sala de estar, desde la que le gritó muchas groserías a Taeyeon por haber destrozado su florero chino y su cuadro alemán, Taeyeon puso una sonrisa traviesa en su cara, de esas en la que se le marcaba un solo hoyuelo en la barbilla, puesto que después de todo, le alegraba estar, de vuelta a casa.

 

 

 

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Comments

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shizuma123 #1
Chapter 1: Me gusto mucho esta historia:)
xcielnoirx
#2
Hola, PoeticMadness.
Me impresiona lo bien que se desarrolla este pequeño shot. Lo digo en serio. Tienes un acierto fantástico y eso es decir mucho en oraciones cortas.Esto logra que tu shot sea sórdido y amargo, pero lo más interesante es que no cae en el sentido rutinario de lo depresivo. Expresas la parte dulce y humana de esta linda Tae dependiente de la persona que ama, realmente puedes sentir a esta TaeYeon que quizá si esté muy apegada a la realidad. Destaco mucho tu lenguaje, es fluido y sabes con certeza manejarlo. Me encantó, estoy segura de que tu potencial seguirá creciendo. Escribes muy bello, te agradezco que me hayas tomado en cuenta para mostrarme una de tus creaciones. De corazón, lo valoro como no tienes idea. Estaré al pendiente de nuevos escritos ;)
Un saludo y un abrazo :3
gabiyy #3
Chapter 1: Me ENCANTO. Es como que taeyeon fuera realmente asi ein the real life lo ame . Me gustaria otro shot asi .
Jinki_Sonwol #4
Chapter 1: En mi opinión le falta su toque pero bueno.
saramarmota #5
Chapter 1: no seas perezosa no pongas a tus criticas a construir las pobres no tienen la culpa de tu pereza desmedida :v...
no mentiras.. HAAAAAAAAAA estuvo tan bueno... he descubierto ese talento escondido tuyo
me gusto.. has mas
xiomantonella #6
Chapter 1: No memes, mereces un oscar ;;;;; eso fue demasiado hermoso, gua llorar por tu culpa pendeja, te amo ;;;;;;;;; escribe mas pls pls pls pls
-fan number 1 :v-
LlamaAmerica #7
Waaaah me gusto mucho *-*
Ojalá puedas seguir escribiendo historias así ^^