- Ayyy !.

En eso Misako cayo al suelo con el pie lastimado. Alzo la vista y alli vio a un hombre avejentado y en silla de ruedas, que estaba como medio ido, y estaba apunto de caer al suelo cuando Misako lo sostuvo y lo volvio a acomodar en la silla. a este se le caia la baba y tenia temblores en sus manos que variaban de intensidad.

- Un medico por favor ! - grito Misako.

- Cof, cof, tran - tranquila, ya me encuentro mejor.

- De eso nada, le voy a llevar a su cuarto.

Entonces Naoya y el medico salieron del despacho y sorprendidos fueron de inmediato hacia ellos. El medico fue a atender al enfermo, llamo a dos enfermeros, que vinieron con una camilla, en la que lo pusieron y lo llevaron a su habitación. Misako entonces miro perpleja a Naoya que siguío al doctor. Al cabo de un rato al ver que no volvía fue a por el, hasta llegar a la ultima planta. Al llegar se encontro con el medico saliendo de una de las habitaciones, al cual pregunto sobre el rubio.

Cuando entro en la habitación se dio cuenta que esta era amplia y muy luminosa. En ella pudo apreciar apesar de que era de noche la figura de Naoya sentado en un silla cerca de la cama del paciente. Este abrió los ojos al sentir los pasos de Misako y pregunto quien era.

- Me llamo Misako señor Yamamoto.

- Misako, uhm, encantado de conocerte. Perdona por lo de antes, mis facultades ya no son las que eran.

- No tiene importancia - llegando al lado de Naoya - y ¿ como se encuentra ?.

- Mal - dijo bruscamente - me estoy muriendo. Los medicos dicen que ya he entrado en fase terminal, pero que me van a aplicar un nuevo tratamiento experimental.

- Aun hay que aferrarse a esa esperanza - dijo Naoya - empezaremos cuanto antes.

- Naoya acercate un poco - dijo el señor yamamoto.

Naoya se acerco y el enfermo se incorporó, cogió su baston y le golpeo en la cabeza. Le habría golpeado de no ser porque se alejó.

- ¡ No me mientas !.

- Si no temiento... - acariciadose la cabeza - tienes una energía que no es normal.

- En fin - volviendose hacia Misako - y supongo que tu seras la novia de mi sobrino ¿ Por que no sereis solo amigos ?.

- Es mi novia tio.

- Despues de diez años de roce no me extraña. Aunque la verdad tu almenos tienes mejor pinta que esa tal Yukari.

- Tio ¡ ya !.

- Vale, vale. Por cierto ¿ Cuando os vais a casar ?.

Al oir eso tanto Misako como Naoya se sonrojaron, entonces Naoya acompaño a Misako a la cafeteria de abajo. Realmente aquel hombre vivia en su propio mundo. Pero era extraño que el que nunca se le había conocido novia alguna, mostrase tanto interes.

El día siguiente despues de levantarse, ambos se reunieron en una cafeteria cercana, apesar de ser invierno, allí parecia que era verano.

- Desde luego tu tio es unico. Aun en las ultimas tiene energías para levantarse.

- Supongo que por eso ha tenido tanto exito, aunque para lo que le ha servido... No tiene mas de sesenta años, con tantas riquezas y al final soy la unica persona que aun le queda.

- Todo en esta vida tiene precio.

Durante un rato estuvieron tomandose unos cafes y dulces mientras charlaban sobre como explicarselo a los chicos, hasta que a Naoya le sono el movil. Se alejo unos minutos para hablar en solitario, y cuando volvió, cogió su chaqueta apresuradamente.

- ¿ Ocurre algo ?.

- Tengo que atender unos asuntos de la compañia. ¿ Pdrias encargarte de mi tio durante unas horas ?.

- Vale, pero ven cuanto antes.

 

Ya en la habitación se encontró a Yamamoto tratando de levantarse de la cama. En tono poco usual le pidió que le pasease por los jardines. Durante un buen rato estuvieron sin decir palabra. El señor Yamamoto parecia disfrutar al ver a los pajaros revolotear bajo el sol. Entonces empezó a divagar, cuando paró y se volvió.

- ¿ Tu le quieres ?.

- ¿ Perdone ? - dijo perpleja.

- Que si le quieres.

- Si...

- ¿ Y desde cuando ? - pregunto entrecerrando los ojos.

- No lo se. Nos conocemos desde hace diez años, siempre hemos estado juntos, pero desde hace tiempo que siento cosas por el . No se desde cuando, es muy dificil cuando somos demasiado amigos por temor a no ser correspondido. Solo queda esperar a que tal vez de el paso.

El señor Yamamoto entones rio abiertamente, y le rogo que se sentase en un banco cercano.

- Te comprendo mejor de lo que crees - cerrando por un momento los ojos - sabes aunque no lo creas, hace treinta años yo era como mi sobrino. Idealista, rebelde, brillante y tambien reacio a asumir responsabilidades familiares. Había por aquel entonces una chica en mi vida que... bueno era muy importante. Eramos muy buenos amigos, pero no paso de hay la cosa, siempre pese que había algo mas. Yo la queria, pero nunca tuve el valor de demostrarselo. Pasó el tiempo, me hice cargo de la empresa, ese mismo día fue el ultimo que la vi - Con lagrimas en los ojos - hace cinco años recibí la llamada de su hijo, este me entregó una carta de ella. Decía que me queria y que un idiota - derramando las lagrimas - le pregunte que había sido de ella pero me dijo que hab ía fallecido dos años atras y que había encontrado la carta entre sus cosas. Quise visitar su tumba pero la habían incinerado y esparcido sus cenizas en el mar... Siempre le gusto tanto el mar.

- Piense que fue feliz.

- Fundo una familia, tuvo hijos, algo que yo nunca le hubiese podido dar.

- Pero...

- Soy esteril - dijo bruscamente.

- Habrían tenido a Naoya y seguro que serían felices.

- Eso es cierto, pero desgraciadamente no fue así. Pero mi tiempo ya fue, ahora es el vuestro. ¡ Cuida bien de Naoya !. 

- Si.

- Y ahora llevame a la cafeteria, estar continuamente expuesto a tantos farmacos me provoca constantementer un antojo de de dulces.Los medicos dicen que puedo comer cuantos quiera, bueno siempre y cuando no lleven alcohol.

- Esta bien pero solo un par y luego vuelve a la cama.

Ese par de dulces se convirtieron en una veintena, cuando se encontraron con el doctor de cabecera, con quien estuvo charlando un buen rato. Cuando quiso darse cuenta ya estaba atardeciendo. Entonces salió a dar una vuelta, eso si con permiso. Caminó durante un rato y vio a Naoya caminando apuradamente.

Al verle se acerco poco a poco a el y le beso.