Lo de siempre. One-Shot [Exo]

 

 

 

 

Nunca antes había experimentado aquel sentimiento, la palabra amor sonaba demasiado lejana y borde para definir lo que sentía. Siempre veía a aquel chico detrás del mostrador, con una sonrisa y la mirada perdida en quien sabe qué punto del lugar. Si hubiera tenido las agallas suficientes para invitarlo a salir, realmente, no lo habría dudado. Sentía como el sudor se resbalaba por mi espalda y la camisa se pega a mi pecho, asqueroso. Suspire al comprender que hoy no era el dia indicado y que tal vez debería resignarme a pedir mi café e irme.

 

"Lo de siempre..."

Su sonrisa seguía allí, el café se preparaba y solo me limitaba a observar el perfecto hoyuelo en su mejilla. Me sentía estúpido al sentir como el  calor subía a mis mejillas, sus voz suave me indicó que mi pedido estaba listo y que podía retírame, no deseaba hacerlo pero no había otra opción. La excusa de pedir otro café me quitaba demasiado tiempo y era absurda.

Tomo mi bolsa de papel y me dirijo al trabajo, la caminata es dura. "Yixing..." su nombre flota por mi mente y caigo en la cuenta que tal vez mañana podría invitarlo, aunque dudo del tema.

Mi jefe maldice mi llegada tarde pero aun así toma el paquete y se encamina a su despacho. Aburrido, cansado de la misma rutina y, por demás, enfadado conmigo mismo. El estúpido trabajo no me distrae de aquella sonrisa.

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Hacía ya tres meses que frecuentaba aquel café, la secretaria del jefe me lo había recomendado pese a que estaba enterada de que él era el encargado, por asi decirlo, de llevar café todas las mañanas. No tenía altas expectativas, era un simple café, nada del otro mundo pero todo cambio. Mi cara se habría visto estúpida, tan solo con ver aquella sonrisa su mundo había dado un giro de 360 grados. "Yinxing." Obviamente no era de Corea y eso se notaba, su asentó resaltaba del resto de los empleados y su nombre lo hacía de igual manera. Recuerdo que desde el momento en que tomo mi orden solíamos comunicarnos por medio de un simple: "Lo de siempre..."

Nuestra relación no pasaba de ser cliente y vendedor, pero ciertamente deseaba que fuera algo más. Cada mañana, desde la vez en que lo vi, me proponía entrar en aquel lugar, verlo a los ojos y pedirle que saliera conmigo pero no, nada era tan fácil.

Las horas de trabajo habían finalizado, mi mente se liberaba  de toda presión generada por una fuerza inexistente y lograba despabilar un poco de aquel ambiente concurrido que llamaba oficina.

El camino a casa, normalmente, era el mismo. Mi auto se encontraba a unas calles, en el estacionamiento central, así que debía recorrer un poco el centro. No era tan tedioso, el aire de las tardes de otoño reconfortaban un poco mi molestia de cada día. La puerta del café aún estaba abierta, suspiraba, un café no vendría para nada mal luego de un arduo día de trabajo.

 

-"¿Lo de siempre?" - Rio alegremente, sus acento chino era demasiado único. Reí de forma instantánea y tome asiento pidiendo un café negro.

 

-"En  un momento estará listo...por cierto, siempre vienes aquí pero nunca he tenido la oportunidad de preguntarte cómo te llamas." - Genial, él había logrado hablar con completa fluidez mientras que yo, yo simplemente me lamentaba por no hacerlo en el trabajo.

 

-"Oh Sehun, un gusto..." -Sonrisa fingida, ciertamente estaba nervioso, había deseado hablar con él durante tanto tiempo y ahora que por fin logara a hacerlo, no tenía ni la más mínima idea de que decir.

 

-"¿Trabajas por aquí?" -Si no hubiera sentido la garganta tan seca, lo habría respondido inmediato, no está a dispuesto a balbucear como un idiota delante de él. Me limite a asentir y jugar con los sobres de azúcar de un costado. -" Oh... “- Su mirada volvió a perderse en algún punto, pero eso era parte de su encanto y comprendí que tal vez no habría otra oportunidad como esa, suspire captando su atención.

 

-"Hace...hace un tiempo que vengo a aquí pero, pero el café no es la única razón. Me gustaría invitarte a salir, ¿Aceptas?" - Los días de secundaria vinieron a mi mente, eso había sido mucho más difícil que invitar a salir a alguien en ese tiempo. El color se subió a mi rostro y tal vez si no hubiera estado lo suficiente atento a su respuesta, no habría oído su sí.

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La cita no había sido la gran cosa, habíamos hablado de cosas irrelevantes y también comentamos un poco nuestras vidas. Al parecer vivía en un departamento medio y tenía un trabajo que apenas le agradaba pero había aprendido a querer. Extraña a bastante a su familia en china y planeaba volver cuando terminara de estudiar coreano y danza en la universidad del sur.

Lo lleve hasta su departamento, me invito a tomar un poco de té y supe que tal vez eso no se repetiría, acepte.

 

-"Disculpa el desorden, con todo el tema de la universidad no he tenido el tiempo suficiente de asear, pero siéntete en casa..." - Y por milésima vez en la noche aquel hoyuelo se marcaba en su rostro.

 

No era la gran cosa pero lucia bastante acogedor, la sala y el comedor se encontraban en el mismo ambiente y había unas cuentas camisetas esparcidas por el suelo. Me limite a observar el cuadro, era una jardín de rosas.

 

-"Solo ha quedado café, lo lamento." - Sonrió suministrándome una de las tazas. Continuamos hablando y riendo, todo iba perfecto hasta que en momento de irse llego.

Yinxing tomo sus llaves y abrió la puerta, desde ese momento todo fue en cámara lenta. Sus labios sobre los míos, sus ojos levemente cerrados y su respiración  al separarse de mí. No lograba procesar de manera sensata lo que acababa de ocurrir, solo se que posiblemente en mi rostro habría una sonrisa idiota.

 

-"Lo de siempre..."

 

La mañana era nublada y el cielo no hacía más que llorar. Aquel chico que había besado la noche anterior se encontraba detrás del mostrador con una bolsa y un leve sonrojo, adorable.

Había comenzado a tomar café luego del trabajo, aunque normalmente se enfriaba y usaba aquella excusa para hablar con Yinxing.

 

-"¿Cómo ha ido el trabajo hoy Hunnie?" -Preguntó sonriente mientras observaba el vapor salir del café.

 

-"Bien, ya sabes mi jefe como siempre fastidioso...Lo de siempre."

 

Y por alguna razón aquella frase se convirtió en nuestro todo, hablábamos de trivialidades y las citas eran cotidianas. Esperaba a que terminara su turno e íbamos a algún restaurante cercano, de allí a su casa y el beso nunca faltaba.

 

-"Hasta mañana, Sehun..." -Susurraba contra mis labios y cerraba la puerta.

 

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Ocho meses desde que conozco al chico detrás del mostrador, cinco meses desde que salgo con él y tres desde que somos oficialmente una pareja.

Yinxing me había comentado hacia un tiempo  que extrañaba a su familia y que tal vez "Un día de estos perderé la cabeza y tomare el primer vuelo a china, lo juro..." Siempre lo decía con una sonrisa, aunque siempre lo tomaba como una verdad.

 

-"¿Que te detiene?" - Mi voz sonaba áspera, no quería sonar descortés pero asi fue.

 

-"Los estudios, el trabajo, dinero y Hunnie..." -Rió sorbiendo su te.

 

  Aquella conversación sonaba demasiado lejana a estas alturas. Yinxing se ha marchado hace cuatro meses y no hay señales de que vuelva, prometió hacerlo, eso dijo.

 

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Las lágrimas se resbalaban por sus cristalinos ojos, su voz sonaba quebrada y desearía poder  secar sus lágrimas y decir que todo estará bien. Desearía poder haber hecho tantas cosas en ese aeropuerto, haberlo besado y repetirle lo mucho que lo quería, haberlo abrazado y confesarle que nadie  conoce mi orden y lo mucho que iba a extrañarlo.

 

Todo había ocurrido hacía meses, las llamadas eran menos frecuentes y los mensajes comenzaron a ser en menor cantidad. Su familia había prohibido que llamara al extranjero, era demasiado costoso y no podían pagarlo. Podría llamarlo fácilmente pero él nunca se encontraba en casa. Confieso que el miedo de llegar a creer que se ha olvidado de mi estaba presente.

Llego a mi hogar y susurro un "Lo de siempre..." al notar que el teléfono no da señales de vida me recuesto en el sofá y contemplo el pálido techo.

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-"¿Que es realmente lo de siempre?" - Pregunto curioso mientras sonreía.

 

-"Papeleo, trabajo, malhumor... Ya lo sabes, Yi." - Comentaba mientras acomodaba mi cabeza en sus piernas y picaba su hoyuelo. -"¿Y tú? ¿Qué es lo de siempre?"

 

-"Baile, estudio, baile y trabajo..."

 

 

Extrañaba esas conversaciones, eran demasiado cortas pero aun las extraño.

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El día daba mala pinta, Yinxing regresaría hoy o eso había escrito en un mensaje que envió hace varias semanas. El aeropuerto se encontraba despoblado, podría jurar que ningún  vuelo saldría ni entraría. Mi nerviosismo era inmenso, hacia exactamente 8 meses que no lo veía, 3 que no oía su voz y 1 que no recibía mensajes suyos. 

 

La gente comenzó a poblar el lugar alrededor de las 9:30 am. No lograba divisar su silueta por ningún lugar y comenzaba a fastidiarme el llanto de los niños. Sentí que alguien tocaba mi hombro y al voltearme allí estaba, sus ojos nuevamente cubierto de lágrimas y con la voz quebrada.

-"¿Cómo va todo?" - pregunto entre hipos.

 

-"Ya sabes... Lo de siempre." - y como supuse su pregunta fue "¿Qué es lo de siempre?..." - "Que te amo, ya lo sabes..." - Susurre contra sus labios sintiendo el sabor que tanto había anhelado durante 8 meses.

 

Me gusta poder decir que el chico detrás del mostrador y yo ahora llevamos una vida juntos, nos mudamos a la misma casa hacer 3 años, nos casamos hace 2 y seguiremos juntos infinitamente.

 

 Ya saben, lo de siempre.

 

Es mi primer fic de exo, no sean crueles *^* 
Espero les haya agradado y comenten~ 
Nos leemos.*

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