-… y luego le dije, hago postres, no doy respiración boca a boca a pájaros –Al principio, Donghyung parecía tímido y serio. Pero el final, resultó ser una gran persona. La verdad a Hyungseong y a mí no nos importó su presencia, tuvimos de todo un poco en aquella deliciosa cena, la cual, la mayoría fue hecha por Donghyung y una que otra parte por Hyungseong. Contaba grandiosas anécdotas sobre varios de sus viajes, como a Roma, París, Canadá, Etiopía, Israel, y la más graciosa de todas fue en su viaje a África. Tantos lugares en solo dos meses, era increíble- La verdad es que fue algo sorprendente, lástima que no estuviste allí Hyungseong – Donghyung dejó caer su mano en el hombro de Hyungseong y sonrió-.

-Pues sí, lástima. Pero sabes que no puedo andar de allá para acá, así como tú. Tengo trabajo y eso es algo que me gusta hacer –Rápidamente volvió su mirada a mí y sonrió-.

-¡Oh, por poco y se me olvidaba! – Donghyung salió corriendo de allí hacia la puerta por la que había salido, dejándonos solos a Hyungseong y a mí. Él tomó el asiento deDonghyung, el cual estaba al lado derecho de la mesa y me miró unos instantes-.

-Son tan impresionantes las aventuras de ha tenido Donghyung éstos últimos meses, en realidad me encantaría poder viajar al igual que él y conocer más culturas y las raíces de las personas y… -Tratando de llenar el vacío que se había producido en aquel hermoso ambiente, todo había sido en vano. Hyungseong se acercó tanto a mí que rozó mis labios delicadamente y mencionó unas cuantas palabras que no logré entender. Me plantó un beso dulce y tierno que yo no correspondí. Aún estaba en shock, tratando de asimilar lo que estaba pasando. Cerré mis ojos fuertemente y sentí rápidamente de nuevo sus labios en mí, creo que se había retirado para ver mi expresión. Esta vez, le respondí. Era tan diferente, tan… distinto, nada comparado con el calor y la esencia de…. Hyomin.

Abrí de golpe mis ojos y lo vi ahí, vi al hombre equivocado. Estaba besando a alguien que no era Hyomin, mi Hyomin. Me separé bruscamente de aquellos labios que me hacían recordar vagamente los de mi ángel. No, no le pagaría con la misma moneda a ella, no lo haría. Sus ojos brillaban tenuemente bajo la luz de la luna y de unas cuantas velas alrededor-.

- Hyungseong, yo…

-Si esperaba unos momentos más, esto se abría quemado – Donghyung venía hacia nosotros, aún sin darse cuenta ni sentir la tensión en ese lugar, en ese momento. Dejó una charolita con unos cuantos postres en ella y suspiró- ¿En qué estábamos? –Miró a Hyungseong en el sitio en el que estaba él y bufó- Ya entiendo. En fin, un gusto conocerte Qri, espero que te haya gustado la cena. Con su permiso- Se volvió a ir por aquella puerta de la que vino y no sabía que hacer-.

-Lo lamento, me dejé llevar por el momento Hyungseong bajó su mirada y suspiró- Perdóname, enserio, fui un tonto Qri -Tomó mis manos delicadamente y las miró-.

-Fui yo la tonta. Nunca debí aceptar esto Hyungseong. Esto es un error. Tengo que irme, lo siento –Me puse de pie cuidadosamente y solté sus manos de las mías. Tomé el abrigo de mi asiento y me lo coloqué. Él aún seguía inmóvil y no dijo palabra alguna, me dirigí hacia la gran puerta por la que habíamos entrado y volteé. Seguía en la misma posición-.

Mi historia:
((Hyungseong))

-Esto no está funcionando. Cada vez vamos de mal en peor, Hyungseong –Nunca se había pasado por mi mente que algún día, Jessica diría semejantes cosas- Será mejor que nos separemos.

-¿Pero, de qué hablas? –Hace solo seis meses que prometí y juré dar mi vida por ella. Amarla hasta la que la muerte nos separase y… se esfumó todo- ¿Cuál es el problema, Jessica? –Ella frunció el ceño y posó sus manos en su cintura-.

-¡Sabes que no me gusta que me llamen así! ¡Maldición! Ya no lo soporto Hyungseong. Me largo de aquí, de ésta casa, de la ciudad, de TÚ vida –Esas palabras me habían helado el alma. ¿Qué estaba pasando?-.

-¿Qué cosas dices mujer? ¿No estás conforme con todo lo que te doy? ¿No llenas con todos los malditos lujos que me pides? –Ella solo negó con la cabeza y apretó sus labios fuertemente-.

-No entiendes Hyungseong. Me voy con otro hombre… -Me quedé atónito-.

-Vaya, ahora entiendo. Así que ya no te satisfago ualmente. ¿Eso es por lo que te vas? ¿El otro la tiene más grande que yo o es solo que eres una… -Me interrumpió dándome una gran bofetada en el rostro-.

-¡Tú nunca tienes tiempo para mí! Siempre estás en el maldito hospital atendiendo a otras estúpidas y para mí no tienes ni un minuto… y en las noches estás tan casado que no puedes ni siquiera mirar lo mucho que me arreglé para ti Hyungseong. Nunca viste mi esfuerzo por hacer que esto no se derrumbara. Ahora te quedas solo, ya tengo a alguien que puede complacerme de mil maneras en las que tu ni te imaginas. Sabes, ésto es un error –Fueron las últimas palabras que escuché salir de su boca y se marchó sin más que decir-.

Miraba el techo color blanco de la pequeña habitación del hospital. Desde aquella vez, no he dejado de pensar en lo que pasó. Aún no lo puedo creer, pensar que era todo para mí y en un abrir y cerrar de ojos la perdí para siempre. Maldita bruja.

-¿Disculpe? ¿Usted es el Doctor... –Sacó una hojita de su bolsillo trasero, muy arrugada y la abrió rápidamente - Shim Hyun-Seong? –Era una chica de estatura mediana, cabello castaño y ondulado; su piel tenía un color amarillo, casi blanco y tenía unos ojos divinos-.

-Sí, soy yo. Pasa Jihyun