"Ponte los pantalones y maneja tu propia vida Tiffany "
*Kim Taeyeon* ©Ya era viernes y estaba completamente feliz, otra vez. Es decir, era viernes. ¿Quién no ama el viernes? Mañana era fin de semana y eso no podía hacerme más feliz. En toda la semana había sentido que podría morir de estrés adolescente o algo así. Tenía que estudiar para la semana que viene porque tenía exámenes, Soo me estaba volviendo loca con Siwon y todo el asunto de las citas, teníamos que trabajar hasta tarde de lunes a viernes, lo que significaba que no tenía tiempo de estudiar y para colmo, hoy no había visto a Taeyeon en la clase de biología.
Sí, parecía una estupidez, pero me parecía raro que haya faltado. Bueno, tampoco es que supiera que clase de alumna era, la conozco hace tres semanas y sólo hemos intercambiado cuatro palabras como mucho.
Sin contar las miradas que te daba,Tiffany. No te olvides de eso.
Seulgi estaba evitándome desde el incidente en el pasillo y no sabía por qué. Pero no pensaba preguntarle tampoco.
- Fany, la orden de la mesa tres ya está lista. – Yunho, el cocinero y barman del lugar me gritó sacándome de mis pensamientos. Me dirigí a la barra y tomé la bandeja con las bebidas y las llevé a la mesa tres. Me senté en uno de los banquitos de la barra y miré a Yunho que seguía preparando las ordenes de las demás mesas.
- ¿En qué piensas? – Me encogí de hombros mientras lo veía moverse de un lado para el otro.
- Estudiar, materias, escuela, exámenes… - Arrugué mi nariz. – Creo que voy a explotar. – Él se rió y le dio una bandeja a Minha, otra de las meseras, para detenerse a mirarme por un segundo.
- No dejes que las cosas te lleven a ti. Ponte los pantalones y maneja tu propia vida Tiffany. – Se fue al otro extremo de la barra para servirle unos tragos a los típicos borrachos que estaban siempre allí.
Miré de nuevo a Yunho.
No era feo…
Vamos Tiffany. Primero, es tu jefe. Segundo, es mucho más grande que tú. Tercero y más importante, él probablemente está casado y tiene hijos.
Pero lo que intentaba decir, era que él tenía unos treinta y tantos años y era realmente guapo. Y no sólo era lindo, sino que daba unos consejos fascinantes que me dejaban pensado. Ya era la quinta vez en esta semana que me daba una frase para calmarme unos segundos y pensar.
-Tiffany, tenemos que atender las mesas, vamos. – Soo golpeó mi espalda suavemente y me levanté tomando mi libreta. Caminé hacia una mesa donde habian chicas, ni siquiera sabía que número era. Me paré en frente de quién sea que tenía la vista fija en mí y tomé el lápiz mirando fijamente al papel, sin prestar atención.
- Buenas noches y bienvenidas al bar de Yunho, mi nombre es Tiffany y seré su mesera esta noche… ¿Les apetece algún especial de la lista o quieren algo particular? – La frase ya me la sabía de memoria, ya que venía repitiéndola sin cesar la última semana.
- Sí, me encantarías tú en una bandeja. – No levanté mi vista de la libreta pero revolee los ojos.
Esto ya había pasado más de cinco veces este día, y no eran solamente chicos.No. Las chicas no se quedaban atras
- Lo siento señorita, no creo que eso sea posible. – Escuché dos risas y luego un golpe seguido de un muy audible “¡AY!”
- Deja de ser una idiota por un segundo Hyo, me pones los nervios de punta. – Levanté la vista al reconocer la voz de Seulgi.
¿Qué mierda hacia aquí? ¿Me había evitado toda la semana y ahora venía al bar?
Oh Dios. Taeyeon está aquí.
En cuanto levante la vista a la mesa las vi allí, a las cinco. Mi respiración se cortó por un segundo. Seulgi me miraba con una sonrisa y veía como se movía su boca. Sabía que estaba hablando pero no podía escucharla.
Aturdida y confundida m
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