Explicación
Amor FatiHan pasado años, Yongguk renunció como guardia después de ahorrar y entró a un curso de música tras ganar un concurso en una empresa de composición que lo becó en el centro del país. Himchan se mudó con él porque estaba cansado de vivir en una pieza que el manicomnio le ayudó a rentar por un bajo costo y llevan juntos pero no revueltos casi un año. A pesar de todo, esa vez en el café es la primera que Himchan confiesa que ama Yongguk tan directamente, siempre se lo demuestra, claro, le dice que le quiere y esas boberías, pero jamás se lo había dicho. Así que califica como un momento realmente tierno.
Ahora lo importante; “La risa de Himchan se esparce por el local y Yongguk solo puede compararla con el sonido de un cuerpo impactando el piso después de caer de un decimotercer piso”: Himchan nunca mejoró, porque en realidad nunca estuvo tan, tan mal (según él y según yo), era simplemente masoquistamente divertido ver cómo la gente se alejaba y como su mente era un caso de estudio porque no quería ser cínico. Siempre se quiso suicidar, ese era su plan, sin embargo temía demasiado que nadie lo recordara: ya saben, uno tiene dos muertes (cuando uno muere y cuando dicen tu nombre por última vez), así que Himchan había planeado hacer que Hanbyul (el guardia anterior) se enamorase de él-o al menos se hicieran amigos- para que su muerte final se dilatara un tiempo. En sus planes nunca estuvo enamorarse, pero la vida da vueltas y Hanbyul se fue y llegó Yongguk. Nadie entiende cómo funciona el amor exactamente pero fue inevitable comenzar a sentir algo por él. Originalmente Himchan se acercó a Yongguk para terminar su plan, lo sigue haciendo durante gran parte del relato, sin embargo todo lo que dice al final es cierto de una u otra manera, lo que más lamenta Himchan es salir y tener tan metido en la cabeza que debe morir, porque lo que realmente quiere hacer es quedarse con Yongguk, sentirse tan enamorado como hasta ahora y que este le corresponda para correr juntos hasta el atardecer (como bien decía Jiho), pero así es la mente ¿no? No poder hacer lo que uno quiere, sentirse empujado desde ese decimotercer piso por una tristeza que ya ni siquiera recuerda era inevitable y Himchan no es tan fuerte así que se dejó caer, porque sí: el final de este relato es ese.
Una sorpresa, eh.
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