Un día más sin consecuencia en la vida de Ok Taec Yeon, los dioses parecían haberse puesto de acuerdo con los sentimientos de Taec. El día era obscuro, helado, con promesas de lluvia, algo depresivo para la mayoría de los seres humanos, pero no para Taec, Taec había perdido su alma hace unos cuantos meses y poco a poco perdía su humanidad más afortunadamente el parecía tener cualidades sociópatas, nadie se había percatado de su perdida; en los más oscuros recesos de su mente se preguntaba si tenía que estar preocupado de que no hubiera nadie que fuera lo suficientemente cercano a él para notar la diferencia, pero si ella, quien se había hundido tan profundamente en su corazón y alma lo había abandonado tan fácilmente ¿Qué le haría pensar que alguien podría conocerlo a un nivel tan personal?

-Taec eres ridículo- se dijo así mismo mientras se salía lentamente de la cama, pronto tendría que estar listo ya que su representante no tardaría en llegar. Su nueva meta era algo extraña y tonta, él quería sobresalir sobre sus compañeros, quería ser reconocido en Sur Corea, Asia y el mundo, no 2PM, sino OK Taec Yeon, así ella se daría cuenta de lo que se perdió y con algo de suerte le dolería verlo en la sima, tan cerca y tan fuera de su alcance. Estos pensamientos infantiles y llenos de rencor inundaban la mente delro favorito de 2PM.

Taec camino hacia el baño y después de tomar una ducha de agua fría prosiguió a vestirse cuidadosamente, la persona descuidada, relajada, y algo floja había desaparecido, ahora Taec ponía un cuidado especial en su apariencia, nunca se sabía cuándo algún reportero lo atraparía desprevenido ya que de este modo Ella no tendría ni la más mínima oportunidad de verlo en una posición vulnerable, sus esfuerzos empedernidos darían su fruto. Corea ahora lo reconocía como la imagen de 2PM y siempre estaba entre los mejores vestidos. Gracias a su rígida dieta y disciplina su cuerpo se había tonificado y formado la perfección, el hecho de que ya no podía comer algodones de azúcar, galletas, o ningún tipo de dulce no era de mucha relevancia. ¿Quién diría que el gran Taec, amado en Corea y toda Asia le tendría miedo a los dulces? La dura realidad era que no eran los dulces, el falso dolor de dientes, o el evento no agendado, no, Teac no era tan simple, su verdadero odio venia de las imágenes que inundaban su cabeza cada vez que veía un algodón de azúcar o esas simples galletas acompañadas de esa maldita sonrisa y el sonido contagioso de esas carcajadas que le causaban apretujones en el corazón; era ella, la causa de su embrujo. Teac apretó sus manos en enojo, una vez más el recuerdo había venido a atormentar su mente  ¿Qué no le bastaban sus sueños? Con un suspiro y una mirada desinteresada se puso una camisa que rápidamente cubrió sus fornidos brazos y bien marcado six-pack.

-¿Teac Yeon-Shi? ¿Ya está listo?- Se escuchó la voz de su representante. Con una última mirada a su reflejo en el espejo Taec camino hacia su representante quien lo dirigió hacia su carro, el viaje de su departamento al lugar de grabación era de dos horas. Con indiferencia fingida miro hacia afuera, la lluvia le traía recuerdos de ese último adiós, los pensamientos de Taec paulatinamente comenzaron a tornarse obscuros, ella era una maravillosa actriz, todas esas lágrimas y apego emocional lo hicieron perder la cabeza y antes de darse  cuenta se había declarado ¿Quién hubiera pensado que aquel día sería uno de los más impactantes de su vida? Una sonrisa sardónica adorno la atractiva pero algo agotada cara delro mientras este se hundía en sus amargos recuerdos.

Fue en el ultimo día de grabación de Global We Got Married, las caras de los integrantes y staff mostraban emociones encontradas de alivio y nostalgia, nadie estaba más inquieto o agotado que Ok Taec Yeon, desde que la grabación había comenzado Taec había estado combatiendo sus sentimientos por su coprotagonista, ese pequeño fantasma se había clavado permanentemente en su mente, corazón y alma, no había un momento en el cual Gui Gui no estuviera en su pensamiento, su reacción al fantasmita era de preocuparse, varias veces tuvo que soportar las burlas de Jun Ho, al parecer la sonrisa de tonto que constantemente aparecía acompañando sus pensamientos de Gui Gui era graciosa. Por mucho tiempo Taec pensó que sus sentimientos no eran correspondidos y en un intento de no crearse falsas ilusiones catalogo todas las acciones de Gui Gui como las destrezas de una buena actriz pero sus intentos fueron fútiles pero aun así no era un problema tan grande ¿Realmente quien se ha muerto por un amor no correspondido? Y por esta sencilla razón decidió esconder sus sentimientos.  Todo hubiera permanecido de esta manera sino hubiera sido por su estúpida cabeza que olvido que WGM no era real.

Ese día había sido lluvioso y frio, perfecto para una despedida romántica como él quería. Su pequeño fantasma se veía muy linda, si quería ser sincero consigo mismo tenía que admitir que sentía un gran placer debido que ella llevaba los zapatos que él le había regalado, no solo eso, ella también llevaba su anillo de boda. Si tan solo esto fuera real, si tan solo ese anillo se pudiera quedar en su mano para siempre… pero eso no era posible, así que Taec decidió que iba a disfrutar de este último día, mañana el lidiaría con ese amargo adiós pero hoy le daría una despedida que jamás olvidaría. Esta sería una despedida tan feliz y brillante como ella. Su fantasmita se lo merecía.

Y así fue. Todo el día Taec sonrió, bromeo y seco las lágrimas de Gui Gui. No importo que con cada segundo, con cada lágrima su corazón se despedazara un poco más. Todo fue de acuerdo al plan hasta que tuvieron su conversación en la tienda de campaña, quizás fuel la intimidad de la situación, el clima que invitaba a los enamorados a acorrucarse o el acogedor sonido del arroyuelo que lo llevo a hundirse en las lágrimas y sus portadores llenos de tristeza y sinceridad que pedían no ser abandonados. Esos bellos y grandes ojos inundados de lágrimas de nostalgia fueron las gotas que derramaron el vaso, cuando ella le pidió que la recordara Taec le contesto sin titubear ‘claro.’ Y al final cuando Gui Gui se reusaba a dejarlo ir él se había convencido de que sus sentimientos eran correspondidos así que sin pensarlo, en cuanto terminaron de grabar se armó de valor.

-¿Gui Gui? ¿Podemos hablar por un momento?- pregunto Taec algo timido…