POV Clau 
«Compartimos el mismo dolor» Sentada en una banca vacía mientras observo las hojas amarillentas de los arboles cayendo a mi alrededor. Una de ellas posándose en la palma de mi mano, la miro con simpleza por escasos momentos y de la nada se desvanece en mi mano cerrada. Una lágrima cayendo a través de mi mejilla y la brisa del viento jugando con mi cabello. Escucho melodías interpretadas en violín mientras me ofrecen una flor azul. Miro a un lado para ver su rostro...
Pero... 
Despierto al escuchar el impacto de vidrio contra el suelo. Con pesadez parpadeo un par de veces, observo a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en la sala. En mi mente me pregunto si fue aquí donde pasé la noche. Inmediatamente viene a mi memoria lo ocurrido la noche anterior. Tengo una extraña sensación al recordar lo cerca que habían estado sus labios de los míos. Vuelvo a mis sentidos y me levanto del sofá, miro el sofá contiguo a este pero se encuentra vacío. 
Escucho ruidos nuevamente provenientes de la cocina. Camino en aquella dirección y abro lentamente la puerta. 
-Es peligroso - Exclamo y lo hago a un lado 
-Lo siento - Hongbin inmediatamente se disculpa - Estaba muy distraído. Si lo deseas te comprare una docena 
¿Una docena? ¿Para una persona que vive sola? Me resulta gracioso y sonrío para mis adentros. 
Tomo el recogedor que está junto a la estufa y levanto los restos de vidrio del suelo. 

-Esta bien, solo fue un vaso - Le digo para suavizar la expresión en su rostro 

Le sonrió con amabilidad y él corresponde. Enciendo la cafetera mientras me acerco a la alacena y me levanto sobre las puntas de mis pies para alcanzar un par de tazas. Cuando doy media vuelta me encuentro justo enfrente de él, cubriendo mis manos con las suyas. Incrédula sobre lo que está ocurriendo miro sus manos sobre las mías y enseguida sus ojos, como si buscara una respuesta. No recibo alguna, al contrario, él me desconcierta con su pregunta «¿Te encuentras bien?» 
Sus ojos mirándome fijamente me provocan nerviosismo y curiosidad al mismo tiempo. Siento la suavidad y calidez de sus manos y me preocupo por la sensación que hay en mi pecho, es burbujeante y a la vez dolorosa. Me doy por vencida y aparto la mirada de la suya, actuó con indiferencia y sirvo el café caliente de la cafetera, ofrezco una de las tazas y me alejo lo mas posible. Me siento en una silla de la esquina de la mesa y doy un largo sorbo a mi café. Espero a que inicie alguna conversación para acabar con el incómodo silencio que nos invade pero no ocurre nada. Bajo mi taza y me aventuro a decir algo. 

-¿Quieres comer algo? - En aquel momento no se me ocurre nada más 

Muestra su brillante sonrisa con ligera timidez y deja la taza sobre la mesa. 

-Te he dado muchos problemas desde anoche, ¿Te parece bien si soy yo quien prepare el desayuno? 

Me sorprende que un chico como él pueda preparar algo, estoy curiosa por ver lo que sabe hacer y acepto su propuesta. Contra mi voluntad me echa de mi propia cocina y me hace esperar en la sala. Sin más que hacer me siento en el sofá como si fuese una niña regañada. Para matar el tiempo acomodo los cojines cuando al suelo cae un celular, obviamente no es mío. Miro con curiosidad la pantalla en la que es visible un mensaje sin leer en la bandeja de entrada. Nunca había sentido curiosidad por leer mensajes de otras personas pero esta vez siento interés por ver lo que contiene aquel mensaje. Mi subconsciente me reprende más de una vez pero no atiendo a las consecuencias que aquello pueda ocasionar. Paso mi dedo a través de la pantalla y enseguida se muestra el mensaje junto a la conversación anterior. 

[Hongbin] 
Emi... ¿No es cierto, verdad? Solo es una broma ¿no es así? 
0:36 am 

[Hongbin] 
No podemos terminar así, por favor hablemos una vez más 
1:10 am 

[Hongbin] 
Te amo, por favor ¡vuelve! Te necesito 
1:15 

[Emi] 
Hongbin, lo siento. Lo nuestro ya no puede continuar. Lo que te dije ayer es verdad, mis sentimientos cambiaron, no se como pero sucedió. No quiero seguir haciéndote daño, olvídate de mi, borra nuestros recuerdos y comienza de nuevo. 
Adiós, Hongbin. 
8:54 am 

Mi boca se siente seca después de leer el mensaje. Siento arrepentimiento y tristeza por las palabras de la chica. Hongbin ama a su novia tanto que es imposible para él olvidarla. Miro la puerta de la cocina con pesadumbre mientras me pregunto quién sufre más en el amor. Cierro la ventana de mensajes y dejo el celular sobre la mesa, me siento sobre el sofá y mi mente es bombardeada por todos aquellos recuerdos imborrables de mi estancia en Seúl, a manera de castigo mi subconsciente solo elige los más dolorosos. Mis ojos luchan para evitar derramar una lágrima cuando escucho la voz de Hongbin detrás de mi, sacándome de mi penitencia, es decir, mis pensamientos. 

-El desayuno está listo - Hay entusiasmo en su tono Me levanto del sofá y esperando ser buena actriz, finjo una sonrisa y volteo. Mi actuación parece convencerlo y nos encaminamos hacia la cocina. Hongbin camina detrás mío, incluso abre la puerta para mí. Agradezco su atención y me acerco a la mesa. Mi atención es captada completamente por la esplendida puesta frente a mí. No solo es la vista, sino el exquisito aroma los que me atrapan. 

-¿Qué te parece? 

Aún me parece increíble que Hongbin haya cocinado toda esa comida. No contesto a la pregunta realizada y me acerco más a la mesa. Me ofrece una silla y se sienta después de mí. Este chico es demasiado amable, si continua así alguien podría aprovecharse. Pienso, pero enseguida me reprendo por ese pensamiento. Empezamos a comer en silencio hasta que pregunto en dónde ha aprendido a cocinar. 

-Mi madre - Dice y hay silencio por un instante hasta que vuelve a hablar - Aprendí de ella 

La expresión en su rostro al hablar revelaba más de lo que deseo saber así que no pregunto más sobre el tema. Noto que varios de los platillos son coreanos e intento hacer conversación con ello. 

-¿Lo has probado? - Me pregunta en coreano 
-¡Claro! - Contesto con entusiasmo - Era la comida favorita de mi hermana 
-¿Tienes una hermana? 

La expresión en mi rostro cambia después de esa pregunta. Me siento confiada de compartir sobre mi familia y hablo sobre Minzy. Él escucha con atención hasta el final de mis palabras. Siento mi cuerpo más ligero después de ser escuchada. Aunque se me escapan algunas lágrimas recuerdo y atesoro con cariño los recuerdos con mi hermana. 
La conversación continuó hasta, incluso después del desayuno. No esperaba hablar sobre lo que ocurría la noche anterior pero él tocaba el tema sobre Emi y el distanciamiento que eso había provocado con su madre.

•Un mes después• 

El invierno ha llegado a Londres, la fina nieve cubre las calles creando bellísimas postales. Mi amistad con Hongbin era estable desde aquel desayuno en mi casa. Nos vemos casi a diario en la compañía y ensayamos regularmente. Por la tarde, después del ensayo fuimos a patinar sobre hielo. Había patinado un par de veces antes, pero en esta ocasión no se por qué era más difícil. Me siento en una banca y descanso por un momento. Froto mis rodillas para hacer calor y escucho junto a mi una melodía interpretada en violín, es parecida pero no igual a la que había escuchado en aquel sueño. Miro al hombre que interpreta la música y enseguida noto los finos copos de nieve que caen, atrapo uno de ellos entre mi mano y este se desvanece sobre ella. Lentamente levanto la vista y me encuentro con su mirada. 

-¿Tienes frío? - Pregunta con simpatía mientras me ofrece un vaso humeante - ¿Estás bien? Parece como si hubieses visto un fantasma 

Sonrió y niego con la cabeza, tomo el café humeante y bebo un par de sorbos antes de volver al pista. Me cuestiono una y otra vez el significado de ese sueño. No soy buena patinando y Hongbin se da cuenta. Me sorprende cuando me sujeta por la cintura y me lleva a través de la pista. Mi corazón se estremece y no estoy segura si es por el patinaje o porque su mano me sujeta con fuerza. Me asusta esa última respuesta e impulsivamente me alejo de él. Aquella distraída acción hace que caiga al suelo, cierro los mis ojos y solo espero el dolor después del impacto sobre el suelo. Caigo sobre mi brazo. Hongbin me llevó a un hospital cercano, aunque solo era mi brazo, él me levantó del suelo entre sus brazos y me cargo todo el camino hasta el hospital. Afortunadamente solo es un esguince, nada que afecte mi carrera musical, pero si estaré incapacitada por algunos días. Al día siguiente hice todo como de costumbre, después del desayuno tomaba mis medicamentos cuando llamaron a la puerta. Deje el vaso sobre la mesa y fui a abrir. 

-¿Qué haces aquí tan temprano? - Le pregunto a Hongbin que sostiene una bolsa 

-¿Ya desayunaste? 
-Hace un momento 
-No importa también podemos comerlo más tarde 

Después de entrar sigo preguntando la razón de su visita. 

-En parte, fue culpa mía que te lastimaras. Así que acepto mi culpa y he venido a cuidarte 
-¿Huh? Solo fue un raspón, estaré bien en un par de días - Intento minimizar el asunto

Fueron inútiles mis excusas y al final terminamos viendo películas hasta que me quede dormida. Siento mi celular vibrar en el bolsillo de mi suéter. Es una alarma para mi medicamento. Me levanto y me doy cuenta de que había estado durmiendo sobre el pecho de Hongbin, él no se despierta a pesar de mía movimientos, me detengo y lo miro por varios segundos. No puedo negarlo, es muy guapo. Sus labios llaman mi atención y me sorprendo de lo cerca que me encuentro, en un momento recobro los sentidos y me levanto por completo. Huyo hacia la cocina e intento fallidamente aclarar mi mente.

Una semana después por fin puedo regresar a la compañía. Ese mismo día el director nos reúne para anunciar la sede del concierto anual de la compañía. El año pasado se llevaba a cabo en Viena y había sido espectacular, este año no seria la excepción. 

-La sede de este año es... - El director abrió el sobre y comienza a leer - Seúl, Corea del sur 

Mi boca se seca y es difícil mantenerme de pie. No estoy segura de haber escuchado correctamente, pero mis compañeros me reafirman al susurrar una vez más la ciudad sede. Siento presión sobre mi pecho y un nudo en la garganta. 

No se si estoy lista para volver a esa ciudad. No se si estoy lista para desenterrar mis recuerdos. Y no se si estoy lista para volverme a encontrar con él.

-Clau ¿Me escuchas? ¿Te sientes bien? ¿Aún te duele el brazo? - Salí de mis pensamientos después de escuchar las preguntas de Hongbin -S-Sí - Miro en su dirección y digo - ¿Podemos dejar el ensayo hasta aquí? 
-¿Sigue doliendo tu brazo? ¿Has estado tomando tus medicamentos? 

Asiento y continuo guardando mi violín. 

-Es por tu hermana. La ciudad sede te trae recuerdos sobre ella ¿verdad? 

Lo miro nuevamente, sorprendida porque me conociera lo suficiente para saber lo que ocurre en mi cabeza. No me había atrevido a hablar sobre Changjo con Hongbin pero aun así se daba cuenta del peso que provocaba regresar a Corea. 

-Te entiendo - Dice sentándose en el borde de la mesa - Yo tampoco quiero ir 

Lo miro sorprendida por su honestidad y contesta a mi pregunta no formulada. 

-Mi madre... Hace 5 años que no hablo con ella 
-Eso quiere decir... 
-Sí, fue por Emi. Ahora ni si quiera sabe que terminamos. No quiero volver. Si lo hago empezara a agendarme citas a ciegas y no quiero que controle así mi vida. 

El padre de Hongbin es extranjero, y después del divorcio ella conseguía una mala impresión de los extranjeros. La madre de Hongbin no aceptaba a Emi porque era extranjera y se opuso a su relación. Después de cumplir 18, Hongbin se mudó a Londres junto a su padre, Emi es hija del profesor de piano que impartía clases, y ahí comenzaba su historia. 

-Entonces ¿No irás? 
-No puedo negarme, tenemos un solo a mitad de la presentación ¿Lo recuerdas?
-Pero tengo una idea - Dice mirándome con expectación - ¿Quieres ayudarme? -¿Y-Yo? 
-Finge ser mi novia durante dos semanas