A Tu Lado

A tu lado | By Your Side

A Tu Lado

Seungwan se encontraba muy tranquila en la mesa del restaurante de comida rápida. Su mente no estaba pensando en nada en concreto, sólo paseaba su mirada en el local sin profundizar en sus ideas. El lugar estaba repleto de familias y el aroma de los alimentos fritos.

"Aquí llegaron sus alimentos, su alteza."

La mujer de cabello corto no pudo evitar rodar los ojos a la vez que una sonrisa se le escapaba. Frente a ella se encontraba una mujer de largo cabello castaño claro y gabardina marrón, ella llevaba una bandeja con dos órdenes y una cálida sonrisa. El gesto de Seungwan hizo que se riera mientras tomaba asiento.

"Eso fue muy rápido."

"Sí, la fila inmensa se desvaneció en un momento. Tenemos suerte." -respondió mientras ponía con cariño la comida frente a la mujer pequeña. -"Disfruta tu comida, cariño."

"Gracias." -agarró la mano de la otra para dejarle un pequeño apretón antes de iniciar a comer su hamburguesa. -"Creo que sólo tuvimos la ventaja de que los clientes de antes no tuvieran tantos pequeños indecisos sobre qué comer."

"O una Yeri." -se burló la alta mujer comiendo sus tenders. -"Ella podría ser un pequeño dolor de cabeza a la hora de escoger algo. Nunca se decide por algo rápido por culpa de ese barril sin fondo que lleva por estómago"

"Ddeulgi... No te refieras así de Yerim." -le soltó un leve manotazo a la mano libre de la otra.

Seulgi sólo comenzó a reír.

Comieron en silencio, lanzándose sonrisas y miradas cariñosas. Ajenas al entorno y los ruidos del local.

Seungwan acabó su bebida antes de lo que esperaba, por lo que hizo el ademán de levantarse para rellenar su vaso en la máquina de refrescos. Seulgi sostuvo su mano para detenerla.

"Tranquila, cariño. Yo lo busco."

La otra mujer le dedicó una mirada juzgadora.

"¿Por qué debería dejarte hacer eso? No estamos en nuestra primera cita para hacer alardes de caballerosidad." -comentó con humor.

Seulgi se levantó para quedar frente a la otra.

"No... Pero esto viene con trampa."

"¿Qué tipo de trampa?" -sonrió de medio lado por la cercanía de la otra.

"Te sentirás afortunada de tener a un prospecto como yo dándote tantas lindas atenciones." -susurró mientras le quitaba el vaso de la mano. -"Y también así podré ir a comprar un postre para mí que lo olvidé por completo y siento que el niño de aquella mesa me está presumiendo su biscuit helado en chocolate."

Seungwan dejó caer su risa mientras ojeaba la mesa del supuesto niño.

"Está bien, Ddeulgi... Ve por tu postre."

"No te vayas a ningún lado."

"¿A qué otro lugar podría ir?" -respondió con un tono galante. Seulgi le sonrió ampliamente.

"A ningún otro."

Seulgi volvió a caminar hacia la fila del local, y está vez Seungwan no sacó sus ojos de la mujer. Se encontró embelesada pensando en lo afortunada que era de que aquella deslumbrante mujer fuera su compañera de vida. Su esposa desde hace 3 años.

A veces hacían esto. Salían a cualquier espacio familiar para compartir su tiempo juntas. A veces estaban horas sin parar de hablar. Y otras veces sólo se quedaban robándose miradas y sintiendo el momento. La fascinación que sentían la una por la otra era algo que parecía que jamás desaparecería de sus vidas. O al menos eso pensaba Seungwan, quién ha estado fascinada en los últimos 14 años de su existencia por su esposa procedente de Ansan.

Almas gemelas. Usualmente así es como se referían a ellas. Seungwan se encogía de hombros cuando lo escuchaba para restarle importancia, pero secretamente le encantaba la idea de saberse predestinada a la mujer más dulce que el mundo pudo conceder desde el 1994. Por otro lado, a Seulgi le brillaban sus preciosos ojitos monolidos y le agarraba la mano cuando alguien lo mencionaba. Siempre decía "Y fui dichosa de que nos hayamos encontrado", agitando y calentando sin falta el corazón de Seungwan.

Desde la fila, Seulgi buscó la mirada de su esposa. Saludándola con la mano como si no se hubieran visto en mucho tiempo. Seungwan volvió a girar los ojos, pero le devolvió el saludo mientras comía sus papas fritas. Como una niña pequeña, la mayor se río con mucha alegría por el intercambio. Seungwan siempre encontrará adorable como la otra expresa tanta felicidad por intercambios simples que las involucre a las dos. La hacía sentir llena.

Sus miradas no se despegaron hasta que fue el turno de Seulgi de ordenar. La canadiense aprovechó ese momento para pasear su mirada entre los clientes, notando una familia particular de inmediato.

En una de las mesas algo alejada de ella, dos mujeres compartían con una niña que estaba coloreando en un cuaderno mientras comía su pequeño cheeseburger. Seungwan hubiera pensado que podría tratarse de dos amigas o hermanas, siendo la niña de una de ellas. Pero no fue así. Las amigas (o hermanas) no tienen el brazo en la cintura ni la cabeza recostada en el hombro de la otra mientras miran con inmenso amor a una niña coloreando.

La curiosidad chismosa de Seungwan hizo que estudiara las interacciones de esa mesa con mucha atención. Notando los anillos idénticos en las manos de las mujeres y las sonrisas empalagosas que se dedicaban entre ellas mientras hablaban.

"¿Así nos vemos Seul y yo?" -preguntó para sí.

Tampoco pudo evitar notar las miradas de desagrado que algunas personas lanzaban a la mesa de aquella familia inmersa en su propio mundo.

Sus pensamientos burbujeantes fueron interrumpidos por un vaso lleno frente a ella.

"Tengo rollitos de canela y crema para ti, cariño".

Seungwan miró la mano de su esposa, esa que llevaba el hermoso recordatorio de que sus vidas estaban unidas por un contrato social. La misma mano que usó para entregarle una servilleta y los rollitos de canela.

"Gracias, amor..."

Seulgi puso toda su atención en su propio postre. Seungwan no despegó sus ojos de ella.

"¿Qué?"

"¿Qué de qué?"

"Me estás mirando..."

"Siempre nos estamos mirando."

Seulgi negó con la cabeza.

"Me ves diferente... Con mucha intensidad."

"¿Lo hago?" -sonrió socarronamente Seungwan.

La mayor dejó su postre de lado.

"¿Me ensucié? ¿Tengo helado en la cara?" -se movió para buscar una servilleta.

Seungwan detiene su mano para entrelazarla.

"No..." -acerca la mano de su esposa a sus labios, depositando un beso. -"No, solo quería beber tu perfección con mis ojos."

Seulgi se ríe.

"Grasienta..."

"Te amo."

"También te amo."

Seulgi decidió seguir comiendo con su mano desocupada mientras dejaba que Seungwan jugara con su otra mano. La mayor levantó una cucharadita de su postre cuando su esposa soltó una pregunta.

"¿Crees que somos...? ¿Muy pegajosas?"

"¿Qué?"

"Yo sé que yo soy muy grasienta y todo... Pero... ¿No te parece que somos asquerosamente muy pegajosas? ¿Como demasiado?"

Usualmente, la cara pensativa de Seulgi le robaría un suspiro a la otra. Pero esta vez estaba más expectante de su respuesta.

"¿Por qué lo preguntas?"

"Porque siento que tuve una epifanía..."

"¿Y hay algún problema con eso? ¿Con ser pegajosas?"

Seungwan calló. No sabiendo cómo poner en palabras la pequeña angustia sin sentido que la atacó en un segundo.

La mujer de cabello largo apretó la mano de su esposa.

"Cariño, desde los 19 años nos han señalado que lo somos y nunca fue algo en lo que nos detuvieramos a pensar... ¿Pasó algo?"

La menor soltó un suspiro, negando con la cabeza.

"Mi Ddeungwannie~" -la llamó con mucho cariño. -"Tu bebé oso quiere saber."

La ternura que transmitía su esposa era mortal, Seungwan volvió a suspirar.

"¿Ves aquella mesa de allá? ¿La del fondo?" -señaló con disimulo.

La mayor dejó ver su expresión confundida.

"La mesa de las dos mujeres y la niña."

Seulgi buscó con la mirada la mesa señalada.

"¡Con disimulo, Ddeulgi!" -regañó Seungwan, recibiendo una sonrisa de disculpa.

"Sí."

"¿Qué ves ahí?"

"Dos mujeres y una niña." -dijo sin darle importancia.

"Mira detenidamente a las mujeres."

Seulgi mantuvo sus ojos fijos para ver la interacción de la mesa. Notando de inmediato como las manos de ellas no abandonan el cuerpo de la otra.

"Oh, son pareja."

"Sí..."

"¿Y?" -regresó su mirada a su esposa. -"Son como nosotras."

"Sí..."

"¿Y qué hay con eso? No es la primera pareja sáfica que conocemos, cariño."

Seungwan asintió.

"Sí... ¿Pero notas lo ridículamente obvias que son?"

Seulgi asiente.

"Eso es lindo." -agrega.

"Sí lo es." -admite Seungwan. -"Incluso tienen una niña."

Los ojos de Seulgi brillaron al escuchar lo último

"Pero mira a la gente a su alrededor."

La más alta escaneó todas las mesas alrededor de la pareja, notando de inmediato como algunos les dirigían miradas enojadas.

"Oh, pendejos."

La bajita bebió de su vaso rellenado.

"Y ellas parecieran no darse cuenta."

Seulgi asintió con la cabeza, comiendo su postre sin dejar de ver la escena.

"Lo que me preocupa es la niña... Como ella puede salir afectada si se da cuenta de que ha estado siendo juzgada desde antes de tener uso de razón por algo que no pudo controlar."

Seulgi regresó su mirada a su esposa. Mirándola con mucha extrañeza.

"Tan pequeña... Tan inocente. Ella no merece esas miradas."

Seulgi trató de seguir la línea de pensamiento de su esposa, pero se rindió.

"Cariño... ¿Qué estás pensando?"

Seungwan resopló pesadamente.

"No quisiera que nuestros hijos pasasen por eso por culpa de nosotras."

La mayor sintió que su cabeza hizo un cortocircuito por un momento. Reiniciándose con un furor que no sabía que tenía. Dejando ignorado el cubierto en el envase del postre.

"¿Nuestros hijos?"

"Sí... El mundo es un lugar difícil. Sabíamos que sería difícil para nosotras. Y aunque los tiempos están cambiando, Corea parece estancada. Nuestros bebés podrían sufrir mucha discriminación por el simple hecho de que se nos hace imposible dejar de tocarnos." -nota que su mano nunca se separó de su esposa. -"¡Como esto!"

Seulgi no miró las manos unidas que su esposa le señalaba, sino que se quedó mirando fijamente a la mujer frente a ella.

"¿Nuestros hijos?" -repitió.

"Sí, Ddeulgi... Nuestros hijos." -resopló al sentir que su esposa la ignoraba. -"Nuestros hipotéticos futuros hijos."

"¿Has estado pensando en hipotéticos futuros hijos?"

"He estado pensando en nuestros hipotéticos futuros hijos."

"¿Nuestros?" -su sonrisa no podría ser más grande.

"Sí". -gimió algo frustrada.

"¿Por qué no me habías dicho que también has pensando en nuestros hipotéticos futuros hijos?"

"Porque no pensé que estuvieras..." -Seungwan cayó levemente en cuenta, susurrando lo último. -"Pensando en eso."

La mujer de ojos monolidos dejó escapar una risilla risueña. Acariciando con su mano desocupada la mano de su esposa unida a la otra suya.

"Lo pienso... Lo pienso mucho."

Seungwan sintió una pequeña conmoción en su pecho.

"Nunca lo habíamos hablado."

"Nunca." -asintió Seulgi. -"Pero sabía que era cuestión de tiempo para que esta charla saliera."

La otra mujer sintió su rostro calentarse, desviando la mirada en el proceso.

"¿Por qué lo dices?"

"¡Por que te encantan los niños!" -exclamó con un tono emocionado, como si estuviera diciendo la verdad más absoluta del universo. -"Y porque tenemos 28 años, casi 29, nuestros padres pronto comenzarán a presionarnos con la idea de ampliar nuestra pequeñita y adorable familia."

"¡Yah! ¡Pero tú pareces más emocionada con la idea!".

Seulgi sonrió con los ojos.

"¿Por qué te hace tanta ilusión tener a pequeños en la casa corriendo por ahí? ¿Acaso tienes un malévolo plan en mente?" -la acusó Seungwan con humor.

Su esposa negó con su cabeza entre risas.

"Quiero ver a una pequeñita Wannie diciéndome que me ama mucho mucho y que soy la mejor mamá del mundo porque la llevo a comer helados luego de visitar alguna galería de arte." -habló soñadoramente. -"Y otro precioso Seungwan chiquitito que anden cantando todo el tiempo y nos arrastre a todos a ver sus conciertos improvisados mientras engatusa a su hermana para que haga los coros."

"¿Aaah, sí?" -arqueó una ceja la mujer de cabello corto. -"Pues yo quiero ver a una mini Seulgi que no deje pasar un día sin que haga coreografías para hacer del mundo un lugar mejor. Y también quiero tener a un caballerito Seulgi al que le llenaré de besos la cara cada vez que lo vea porque va tener toda tu carita preciosa y tú adorable gentileza."

Se apretaron fuertemente las manos sin despegar sus miradas llenas de emociones.

"Eso suena a que tendremos cuatro maravillosos niños."

Seungwan sonrió con cariño al escuchar a su esposa. Pero repentinamente negó con su cabeza y soltó el agarre con la otra.

"No. No. Estaba hace un momento despotricando sobre cómo le íbamos a hacerle la vida difícil a un pequeño y ya estamos hablando de cuatro."

"Cuatro es un buen número." -comentó con descaro la mayor. -"Aunque hablastes de nuestros hijos, en plural. También te encanta la idea de tener muchos hijos."

"Claro que me encanta la idea de tener muchos hijos, Ddeulgi... ¡Pero ese no es el punto!"

"¿Y cuál es el punto?"

"Qué somos muy pegajosas y la gente lo va a notar. Y si la gente lo nota, van a molestar a nuestros bebés."

"¿Y?"

Seungwan miró acusadoramente a su esposa de otra galaxia. Poniendo una expresión triste.

"¿Qué clase de madres seríamos nosotras si estamos de acuerdo en traer a pequeñines al mundo a sufrir por nuestra causa?" -inclinó su cabeza a la mesa mientras jugaba con sus manos.

Seulgi sintió a su corazón estremecerse con tristeza al ver la expresión decaída de su esposa. Se levantó de su asiento, y arrastró la silla al lado de Seungwan.

"Cariño..." -pasó uno de sus brazos por los hombros de la otra mientras le hablaba con ternura. -"No tienes que pensar en eso. La vida será difícil para todos independiente de quienes sean sus padres... Además, ellos serían cuatro. El suficiente ejército para defenderse de los pendejos que quieran meterse en su camino. Y nunca los dejaremos solos. Vamos a luchar con ellos y para ellos."

Besó el costado de la frente de su esposa.

"Mi Ddeungwannie, no pienses de más con esa hermosa cabecita que tienes... Lo que le vamos a enseñar a nuestros bebés es que existe el amor incondicional, sano e inmenso. Tendremos un hogar con mucho para dar. Vamos a hacer de ellos seres humanos excepcionales, valientes y con muy bonitos sentimientos. Porque le vamos a dar del amor que tenemos. Y eso es lo mejor que podemos entregarle a cualquier ser humano." -acarició los hombros de Seungwan. -"Y si todo sale mal... Siempre podremos correr a Canadá."

Seungwan elevó su mirada para encontrarse con su esposa.

"¿Cómo siempre haces que mi angustia sin sentido se disipe en un momento?" -acarició la mejilla de Seulgi.

"Porque fui creada para ti, cariño." -frotó su mejilla con la mano de su esposa. -"Hecha a tu medida."

"Tengo tantas ganas de besarte..."

"¿Qué te lo impide?"

La menor no respondió y bebió de los labios del amor de su vida.

"Mi corazón no deja de calentarse por ti aunque hayan pasado 14 años." -susurró al separarse.

"Y espero que nunca lo haga... Mucho más si queremos tener 4 hijos. Necesitamos ser un equipo fuerte." -exclamó con humor la oriunda de Ansan. -"Mi corazón tampoco dejará de calentarse por ti. Es una promesa."

Seungwan volvió a besar a su esposa.

"¿Y cómo vamos a cerrar este trato?"

Mirando sobre la mesa, Seulgi levantó uno de los rollitos de canela.

"Podríamos alimentarnos la una a la otra con uno de esto."

"¡Ddeulgi!" -chilló avergonzada.

"Sí, ya sé. Me excedí." -rió sonrojada. -"¿Pinky promise mejor?"

Seungwan aceptó, elevando su meñique.

"Pinky promise."

Se regalaron sonrisas de mutuo afecto mientras cerraban su trato. Despejando sus miradas de la otra para mirar hacia aquella mesa familiar. Topándose con dos brillantes y empáticas sonrisas. Seungwan y Seulgi movieron sus cabezas en reconocimiento, recibiendo el mismo gesto de las otras dos mujeres en la otra mesa antes de volver a presentar toda su atención a la niña que hablaba.

"Mira, cariño... Esa niña se ve muy feliz. Porque sabe que es amada y entendida."

La canadiense se enfocó en la niña, ignorando el entorno en el que estaban. Y vio a una niña sana, dulce y amada. Y supo que nada más importaba.

"Tienes razón, amor... No hay nada mejor que le podamos dar a otro ser humano que la oportunidad de ser amado por nuestros corazones llenos."

Seulgi abrazó de costado a su esposa.

"No, cariño. No hay nada mejor."

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Thank you!
Nothing1Me
My first language is Spanish, and I'm not very good with English. But I had been wanting to share my stories internationally for a long time. So I have decided to translate my stories on this page. The second chapter will be the English version. I hope you enjoy.

Comments

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Asianfanficreader1 #1
Chapter 1: So fluff <3
paeskang #2
Chapter 1: Por favor faça a sequência com os bebês.
Valenvine_
#3
Chapter 1: Necesito secuela con los bebés!! 😊😊😊
Lizzyluv #4
Chapter 1: Está muy hermoso ㅠㅠ