Lu Han amaba fotografiar cosas. Podía fotografiar hasta la cosa que a ti te parece más fea, pero él le sacará algo bonito y lo fotografiara, o quizás sea que su arte al hacer fotos vuelve todo bonito. Fotografiaba edificios, animales, personas, paisajes, flores, árboles, lo que fuera, pero había algo que le encantaba fotografiar. Le encantaba fotografiar a SeHun, aquel chico que pasa todos los días por delante de la tienda en la que trabaja, lo hizo una vez y ya no pudo parar.

No lo puede explicar. Fotografiar a SeHun es como fotografiar la octava maravilla del mundo, aunque para él es la primera. Hará alrededor de cinco meses que le captó por primera vez con su cámara, le vio pasando por la estrecha calle iluminada por los farolillos de las tiendas, tenia su cámara en la mano y lo fotografió, tan sencillo como eso, no hay más. Sin embargo con el pasar de los días, se dio cuenta que haberle fotografiado era una perdición, aquel chico era todo un modelo sin siquiera saberlo, no posaba y salía perfecto en cada toma, no importaba la luz que hubiera este siempre salía radiante, tampoco importaba que se hallara serio porque sus ojos transmitían todo y eso es algo que a Lu Han le encanta, le encanta poder captar en las fotografías los sentimientos de SeHun.

Y así, día tras día había completado más de dos álbumes de fotos. Algunos le llaman acosador, él lo llama trabajo. Lu Han ha encontrado a su musa. Además no puede ser un acosador si tiene trato con SeHun y este está enterado de las hazañas del mayor.

SeHun no es tonto, sabía que LuHan lo estaba fotografiando, tardó en darse cuenta pero un día le pillo infraganti. No le molestó, bueno, al principio si que lo hizo porque no es de buen gusto que un desconocido ande sacándote fotos sin tu permiso, mucho menos si no sabes para que son. Sin embargo, Lu Han le contó aquello, le dijo que era su trabajo -aunque no lo ejercía oficialmente- que había estudiado para ello y que le gustaba fotografiarle, además le prometió que las fotos no iban a salir de su cámara ni de su álbum de fotos, no a menos que SeHun le diera el permiso. Quien sabe, quizás algún día Lu Han sea un fotógrafo conocido y pueda montar una galería con las fotos de su musa.

Pero si Lu Han estaba fascinado por la belleza que irradiaba SeHun tanto en persona como en las fotos, más fascinado se quedó al conocer al menor. SeHun es alguien poco común, no es muy hablador al principio, cuesta poder entenderle y saber lo que piensa ya que al no hablar mucho pues no se puede saber mucho de él, sin embargo una vez que se abre a las personas es un ser maravilloso y precioso. Lu Han lo sabe muy bien. SeHun puede parecer frío pero es todo lo contrario, es un niño en el cuerpo de un hombre, le gusta vestir bien pero no gasta demasiado en ropa cara ya que prefiere gastar el dinero que iría destinado a esa ropa, en sus padres. Es muy humilde, le encanta ayudar a la gente ya que no duda ni un solo segundo en tender su mano a quien lo necesite, pero no pica de ingenuo, sabe quien necesita de verdad ayuda y quien se va a aprovechar de él, lee muy bien a las personas aunque a veces falla.

Oh, SeHun es muy competitivo, Lu Han pudo comprobarlo muy bien un día que fueron a un arcade a jugar. No hay algo que le moleste más a SeHun que perder, siempre tiene que ganar, tiene muy mal perder y da lo mejor de si para ganar, pero no solo en eso, da lo mejor que tiene y más en absolutamente todo, pero vamos, todos tenemos una debilidad y la de SeHun es el mal perder. Aún se ríen cuando recuerdan aquel día, se gastó más de 30.000 wones en una máquina para coger un peluche que se le había antojado, Lu Han creía que era para él mismo SeHun, pero se sorprendió cuando este se lo tendió diciéndole que el peluche le recordaba a él y tenia que quedárselo. La única respuesta que obtuvo cuando le pregunto que tenía que ver un ciervo y él fue que, "tus ojos son como los de un pequeño ciervo, grandes, bonitos y transparentes"

—SeHun ven aquí.

SeHun fue a su lado sin rechistar, Lu Han le coloco en la posición que este quería y cogiendo perspectiva con su cámara, fotografió al chico ya tan acostumbrado a eso.

—Voy a tener que cobrarte por cada foto, ya me habría vuelto rico.

—Para eso prefiero al SeHun que no tenía ni idea que le estaban fotografiando.

—Me habría enterado igual, además de que he sido un soplo de aire fresco en tu vida.

—Ni que lo digas —. responde el mayor con una sonrisa.

Y es que antes de que llegara SeHun a la vida de Lu Han, este no estaba contento con la vida que estaba llevando, esperaba a más, aspiraba a mucho y no estaba consiguiendo demasiado. Estaba contento en su trabajo, la paga y el trato es excelente, pero le faltaba algo y no supo el qué hasta que conoció a SeHun. Porque como bien dice el menor, SeHun fue su soplo de aire fresco, le sacó de su pequeña "depresión", de su burbuja, le alegró los días, le inspiró y le animó a muchísimas cosas que no habría hecho por si mismo. De verdad que no. SeHun ha sido su luz y está agradecido con él por haber llegado a su vida tan inesperadamente, porque quizás el destino es quien ha querido unirles o quizás solo ellos dos eran los que se estaban buscando sin saberlo.

—SeHun no poses.

—No poso.

—Claro que lo haces, estás mirándome.

—Porque quiero hacerlo.

—Pues no lo hagas, debes mirar a otro lugar como si estuvieras viendo la cosa más preciosa que hayas viso jamás.

—Pues deberías de hacer esa foto, porque la estoy viendo muy detenidamente — murmura sabiendo que aquello iba a dejar a Lu Han un poco en shock. Lo conoce y sabe que las muestras de cariño no son lo suyo, se pone muy nervioso cuando alguien lo elogia o le dice lo guapo que es —. Venga Lu Han, haz la foto —. Y el clic de la cámara da la señal de que la foto está hecha pero Lu Han sigue en su lugar, refugiando parte de su rostro detrás de su tan preciada joya.

Que SeHun tenga la iniciativa en cosas de amor no es nada nuevo, aunque es bastante inexperto en este ámbito ya que a penas ha tenido una novia en su vida. Considera que enamorarse del físico de una persona es una tontería, cuando te enamoras de verdad lo haces de la persona en sí, de quién es, cómo es por dentro y sobre todo que es lo que tiene dentro de la cabeza, da igual si es hombre o mujer, si te atrae la persona en si entonces adelante, a ser feliz y que le jodan a los demás que no están de acuerdo en eso.

—Lu, oh venga vamos, puedo ver tu cara roja desde lejos, la cámara no es tan grande como crees —. Este aparta poco a poco el aparato del rostro del mayor, tiene los ojos fuertemente cerrados para no verle. A pesar de ser cuatro años mayor que SeHun, en este campo es como un adolescente —. Siento si te ha molestado lo que he dicho.

—No me ha molestado, tan solo me has pillado por sorpresa —. Su voz sale serena, no tartamudea como cree que va a hacer.

—Creo que alargar más lo evidente es una tontería por eso lo he dicho. Eres precioso, no solo me estaba fijando en la belleza que eres por fuera, si no en aquella que irradiabas cuando estabas intentando hacerme una foto. Es difícil de describir, pero me encanta verte cuando haces lo que te gusta, estás tranquilo, sabes lo que haces, tus ojos brillan, la sonrisa en tu rostro no se borra en incluso podría jurar, que si fuera posible, brillas como esos vampiros de adolescentes.

—Basta.

—No puedo parar ahora que he comenzado. Me gustas y creo que era muy obvio que lo hacías. Sé que nos conocemos de hace poco pero para mí es más que suficiente para creer que me he enamorado de ti, de tu persona, de tus manías, de tus defectos, de tus virtudes, de todo lo que significa ser Lu Han —. Su mano ahora posada en su rostro, acaricia la mejilla contraria para que este lo mire, necesita que lo mire, necesita ver sus ojos y ver que es lo que estos tienen que decir, porque al igual que él a veces sobran las palabras cuando puedes mirar a los ojos del contrario y entenderlo todo con una mirada.

—Yo me enamoré de mi musa hace mucho tiempo, quizás en la primera fotografía que saque de ti — al final SeHun consigue lo que quería, que Lu Han subiera la mirada para encontrarse con sus ojos café —. Cuando digo que transmites un aura especial lo digo en serio, hay que poder conocerte para entender de lo que estoy hablando. Yo, me gustas muchísimo pero no quiero que esto que tenemos se acabe.

—Nuestra amistad puede perdurar aunque estemos saliendo juntos o hayamos roto, si así lo queremos así será. Si de verdad nuestra amistad en tan fuerte podrá superar los baches que se interpongan en el camino. Tan solo intentémoslo, dejemos de ser solo amigos o fotógrafo y musa para fusionarlo en uno solo, seamos pareja de novios y pareja artística.

—Me parece bien.

—¿Qué tal si para hacerlo oficial nos hacemos nuestra primera foto juntos? Siempre soy yo el fotografiado, creo que merecemos ahora hacer nuestro propio álbum ¿no crees?

Y como si fuera su propia cámara y fotógrafo profesional, le arrebata el objeto de las manos y juntándose a él se hacen una primera foto, pero SeHun no estaba contento con una, él quería otra y pillándole por sorpresa agarra el rostro del más bajo y planta sus labios en los contrarios justo cuando la cámara hace clic avisándoles de que aquella toma había sido tomada.

Y así es como habían comenzado a guardar sus pequeños recuerdos juntos, ya no solo eran álbumes de SeHun solo, ahora iban a ser sus propios álbumes. El amor puede doler, el amor puede curar y remendar nuestra alma, pero sobre todo el amor se puede guardar en fotografías, siendo estas el mayor recuerdo que construyen para ellos mismos y que más disfrutan, porque aquellos momentos quedan quietos y congelados para siempre en una fotografía, pero quedan vivos y latentes en nuestros corazones.