final

The Devil's Daughter (Esp)

Pensó en lanzar el teléfono por la ventana como una solución pasajera, mientras decidía qué hacer.

—No lo voy a hacer, papá. Ya te lo dije. —Afirmó exasperada, escuchando el barboteo siniestro al otro lado de la línea. —No voy a arruinar una vida más solo por complacerlos a ellos.

—Umm… no me dejas otra opción, Seungwan. Si lo hago yo será mil veces peor y lo sabes.

Wendy suspiró, cortando la llamada. ¿Cómo había terminado metida en todo eso?

Cogió su mochila de mala gana y se dirigió a su primera actividad del día.


—Ahora, si miramos las obras de Raffaello o Gauguin, dos artistas de distintas corrientes del arte…

Wendy escuchó la clase atentamente y agradeció poder aprender algo nuevo.

La preciosa chica que Wendy se dedicaba a admirar preguntó algo. Como siempre ella era la más atenta de la clase, ya que la atención de Wendy siempre estaba sobre ella y no sobre la clase.

Bae Joohyun se llamaba. La mujer más hermosa sobre el planeta tierra.

Wendy alejó sus pensamientos, aumentando el zoom al tiempo que ponía mayor atención a la clase de artes impartida por uno de los mejores profesores del país.

Se perdió un momento viendo el perfil de la chica, hasta que sus ojos se cruzaron a través de los binoculares que llevaba Wendy. Tanto fue el susto que cayó de espaldas detrás del arbusto que estaba utilizando para ocultarse.

Diablos. Ni siquiera eso podía hacer bien.

Espero unos diez minutos de prudencia, asegurándose de que Joohyun no la viese de nuevo. Sin embargo, cuando por fin tuvo el coraje de asomarse otra vez, el puesto de la chica se encontraba vacío, a pesar de que la clase no había terminado aun.

—¡No puede ser! —Lanzó los binoculares al suelo, pateándolos lejos. —¡Maldita sea…!

Giró para escabullirse antes de que Joohyun llamase a la seguridad del campus, pero ya era  muy tarde. A sus espaldas, los dos guardaespaldas de Joohyun estaban esperándola y estaba segura de que la policía no le ayudaría. Joohyun, por supuesto, estaba parada detrás de ellos.

—¿Es esta la persona que la ha estado acosando, Miss Bae?

La chica simplemente asintió.

En un intento desesperado por escapar, Wendy se lanzó hacia los dos hombres previendo que no se lo esperarían. Consiguió cruzar la calle antes de recibir no uno, ni dos, sino tres disparos. Cuando el cuarto llegó, ella ya estaba de vuelta a su hogar.



 

Despertó un par de horas más tarde, sensible al frío dado su tiempo en la Tierra.

—Owww. —Gimió. Su espalda dolía más que la vez anterior. Morir baleado no era tan agradable, pero era mucho mejor que otras muertes, así que realmente no podía quejarse.

Se apoyó contra un árbol y dirigió su mirada hacia el río. Caronte le esperaba desde su barca, moviendo una pierna impacientemente.

—Son tres óbolos, Seungwan.

La chica simplemente rodó los ojos.

—Es el 2018, Caronte. Ya nadie usa óbolos. Además, vivo aquí.

Caronte gruñó.

—¿Y cómo se supone que diferencie las almas del pasado que sí deben pagarme y las que no?

Seungwan bufó y prefirió cambiar el tema.

—No le digas a mi padre que me viste. —Suplicó—Estoy harta de morir y una de sus invectivas no va a mejorarlo. Volveré apenas pueda.

El viejo gruñón se rió. —Apenas te maten, querrás decir. Bueno, no es mi problema. Buena suerte. ¡¿Quién sigue?!

Las almas apiladas a la orilla del Aqueronte comenzaron a gritar, empujándose unas a otras para pasar primero.  

Wendy le dió la espalda al bullicio, de vuelta a la tierra. Las demás almas le miraban envidiosos, pues era algo que solo ella podía hacer debido a su status.


Joohyun respiró pesadamente. Odiaba el protocolo policial y todo lo que conllevaba ser importante.

—¿Está usted segura que no le reconoce de antes? —Cuestionó uno de los oficiales  que habían llegado a la escena minutos después de lo sucedido.

—Si la reconociera, ¿importaría? —Rodó los ojos. —Ya está muerta.

El oficial asintió.

—Bueno. No parece ser paparazzi, no llevaba una cámara. Suponemos que se trataba de una simple acosadora. ¿Desea ver el cuerpo?

Joohyun asintió, siguiendo al oficial. En la habitación había varios cajones que la chica asumía tenían también varios cuerpos adentro. El forense les saludó y prosiguió a revisar sus notas.

—Es extraño. Chica de 21 años, totalmente saludable. No tenía identificación y sus huellas no se encuentran en la base de datos. Suponemos que no tiene historial criminal. Causa de muerte: cuatro disparos en la espalda. Uno de estos perforó el pulmón izquierdo. —Explicó, buscando el cajón en el que le habían puesto. —Es… este.

Abrió el cajón, revelando un espacio largo totalmente vacío.

—¿Qué…?

—¿Dónde está la chica? —Preguntó Joohyun.

—Hace unos momentos estaba… aquí. Lo juro.

El equipo de seguridad de Joohyun se adelantó. —¿Es posible que no estuviera muerta?

El forense sacudió la cabeza.

—No tenía signos vitales. Además vi sus heridas y es imposible que alguien pueda sobrevivir a semejante daño. —Murmuró. —Lo siento, señores, apenas sepamos quién robó el cuerpo se les llamará nuevamente.

 

Wendy se sentó sobre la rama del árbol, frustrada.

—¿Qué se supone que haga? —Murmuró, mirando a Tiffany. —Tú tienes más experiencia en estas cosas.

La pelirroja bufó, mirándole incrédula.

—Debiste consultar conmigo primero antes de irte de acosadora. Ahora ni siquiera te le puedes acercar como una persona normal.

—Lo sé, ¿está bien? No estaba pensando con claridad. Ahora no sé qué hacer. No puedo perder por nada del mundo.

Tiffany pensó antes de responder.

—¿Y si se lo dices directamente? No sé, tal vez funcione o tal vez se desmaye. De cualquier forma no pierdes nada con intentar.

Wendy cerró los ojos, intentando no llorar.

—Tienes razón, lo haré. Eres la mejor, Fany.

Se inclinó para abrazarla y saltó del árbol, ideando un plan en su mente.

 

Esperó a que cayera la noche, pues no quería arriesgarse a que le vieran los guardaespaldas de la chica. No era muy difícil adivinar en cuál casa vivía. La última casa a la izquierda, según había investigado.

La casa estaba muy bien custodiada (Bae Irene era una de las más famosas cantantes del momento) y Wendy no creía poder burlar a toda la seguridad ella sola. Sin embargo, se había prometido a sí misma intentarlo.

Tomó un par de rocas y las lanzó con la mayor fuerza que pudo hasta un lado de la casa. El ruido llamó la atención de dos de los tres guardias que hacían ronda, quienes inmediatamente se dirigieron a revisar. El tercero se desplazó para cubrir más terreno.

Seungwan vio su oportunidad. Salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron (desafortunadamente para ella la fantasía de superpoderes demoníacos no se cumplía en la vida real). Intentó trepar por el árbol junto a la ventana de Joohyun, solo para  descubrir que la ventana estaba cerrada.

—¡Mierda!

—¡¿Quién está ahí?! ¡Baja ahora mismo! —Exclamó uno de los guardias.

Seungwan lo ignoró, rompiendo la ventana con su puño.

—¿Qué dem…? —Murmuró una soñolienta Joohyun.

—¡No tengo más tiempo! —Exclamó Wendy, abriendo un portal al infierno y mandando a la chica famosa tras él. Ella, por otro lado, fue agujereada nuevamente a punta de balas.


Como era de esperarse, despertó adolorida. Los gritos de las almas no le habían dejado continuar con su sueño. Además, tenía una tarea más importante aun.

—¡Pero yo no pertenezco aquí! —Gritó una de las voces.

Wendy la reconoció inmediatamente, abriéndose paso entre la multitud.

—Seungwan. —Saludó Caronte, asintiendo. —Veo que lo conseguiste, después de todo.

Joohyun le miró, abriendo los ojos de par en par cuando la reconoció.

—Tú… —Se quedó muda.

—Yo… —Sonrió Wendy.

—Qué… ¿Estoy muerta? ¿Es por lo que te hicieron mis guardias? ¿Esto es una venganza? —Preguntó en tono angustiado.

Wendy sonrió nerviosamente.

—¿Te parece si te explico del otro lado? —Sugirió, señalando la orilla contraria del río y extendiendo su mano a modo de invitación.

Sin embargo, Irene no la tomo. Wendy intentó ignorar el ya tan conocido sentimiento de rechazo. No era la primera persona que la hacía sentir así y tampoco sería la última.

—Debo estar soñando. —Musitó, subiendo a la barca con ayuda de Caronte (quien era un gran fan de Irene).

El sombrío barquero intentó actuar normal, fallando miserablemente. Wendy no prestó mucha atención, dejando que el viejo se divirtiera por primera vez.

—...Seungwan será la envidia en su fiesta de grado, ya puedo verlo. Gracias por acompañarla, Miss Bae. Debería aprovechar y cantar algo también, tal vez…

—Eh, espera. —Interrumpió. —Creí que esto era una venganza por lo que te hice. ¿De qué se trata todo esto? ¿Quién eres tú?

Wendy le miró, no sabiendo muy bien qué decir.

—Pensé que le habías pedido que viniera. —Murmuró Caronte.

La chica se rió nerviosamente.

—No tuve tiempo, ¿okay? Tuve que abrir un portal para ella. Yo llegué como siempre: muerta. —Explicó. —Y para responder a tu pregunta, Joohyun, yo solo… buscaba una forma de acercarme. No tengo muchos amigos y todos me... molestan, por decirlo de una manera. Se me ocurrió apostar que traería a alguien famoso como mi cita para la prom a cambio de que me dejaran en paz.

La cantante se quedó en silencio, procesando la información.

—¿Entonces todo esto para llevarme a una fiesta? Pudiste preguntarme, ¿sabes?

—Jamás habrías aceptado. Estaba intentandolo, pero luego me viste espiándote y ya sabes el resto.

—Yo… lo siento mucho, de verdad. Entonces… ¿qué estás esperando?

—¿A qué te refieres?

Caronte rió por lo bajo. —Quiere que la invites al baile, tonta.

El rostro de Wendy se iluminó con un tono rojizo.

—Bae Joohyun, ¿te gustaría ir al baile conmigo? —Preguntó, nerviosa. —Está bien si no quieres, puedo devolverte a tu hog−.

—Sí me gustaría… ¿Seungwan, cierto?

La chica nombrada sonrió. —Puedes llamarme Wendy si prefieres. No me gusta mucho mi nombre en realidad.

Irene asintió. No tenía la menor idea de qué le esperaba, pero siempre estaba contenta de ayudar. De todas formas, cualquier suceso que le permitiese estar alejada del mundo de fama en el que vivía era más que bienvenido.


 

Wendy pensó que un tour sería buena idea para conocerse mejor. Le mostró las partes más relevantes del lugar, ganándose bastantes miradas curiosas de los habitantes.

—Entonces… ¿dónde estamos? —Preguntó Irene, confusa. —¿Es una especie de dimensión paralela?

Wendy pensó antes de responder.

—Algo así, sí. La mayoría de las personas que mueren vienen aquí, por no decir todas. Caronte las recibe dependiendo de varios aspectos y las ubica por sectores con el objetivo de asegurar la armonía entre todos.

Irene pareció entender. —En ese caso, ¿vendrías siendo un demonio?

Wendy se rió, negando con la cabeza.

—En realidad no lo sé. Se supone que sí. pero uno es lo que elige ser. —Explicó, encogiéndose de hombros. —No soy de esas que le gusta invadir cuerpos humanos y hacer el mal entre los vivos. De hecho, es una de las razones por las cuales no soy tan popular. Soy una vergüenza para los de mi clase y, por ende, para mi padre.

Irene se acercó un poco, poniendo su mano sobre la de la otra chica.

—Sé qué es tener que ser alguien que no deseas por el bien de los demás, vivir de apariencias… —Pausó. —No dejes que tu padre decida por ti jamás, en algún momento entenderá que lo que él piensa que es lo mejor para ti no necesariamente lo es.

Wendy le miró, sonriendo de verdad.

—Es un poco difícil no obedecer a mi padre, él maneja este lugar. Todos hacen lo que él decide. —Murmuró. —Sin embargo, te agradezco lo que dices. De verdad me hacía falta hablar con alguien. No tengo muchos amigos.

La pelinegra sonrió. —Se me hace imposible imaginar cómo alguien como tú puede no tener amigos.

Wendy se sonrojó. —Gracias. Y… ¿Solo vas a ignorar lo que acabo de decirte?

La chica le miró confundida. —¿Lo de tu padre? ¡Oh!, sí, lo siento. Lo había supuesto. Las  personas aquí te miran con bastante respeto. Además no soy religiosa y tú prometiste que esto solo sería un baile. Secretamente espero que no vayas a poseer mi cuerpo.

La chica se quedó en silencio un segundo.

—¡Oh!, no. No lo decía de esa forma, me refiero a…

—Sé a qué te refieres, Joohyun. —Rió, observando como la chica se sonrojaba. —Y te prometo que no te haré nada malo.

Irene ocultó su rostro con sus  manos, sintiéndose tonta.

—¿Qué habría pasado si hubieses perdido la apuesta? —Prefirió cambiar el tema, pues ya se había avergonzado suficiente.

Wendy suspiró.

—Prácticamente les habría dado permiso de seguir lastimándome. Paso la mayor parte de mi tiempo buscando excusas para estar en tu mundo y no en el mío. Ellos son simplemente… crueles.

Irene ladeó la cabeza. —Se me hace un poco difícil de creer. Eres muy bonita y nadie merece ese trato. Afortunadamente para ti, no dejaré que nadie te moleste.

Wendy se puso de pie, ofreciéndole una mano de nuevo. Esta vez, en cambio, la chica la tomó contenta.

 

 

—¿Cómo se supone que se visten los demonios? ¿Tengo que ponerme una túnica o algo así?  —Murmuró Irene para sí misma. Dio vueltas en el espejo admirando su reflejo.

Wendy rió—para sorpresa de Irene—desde la otra habitación. Para ser el más allá era muy distinto a lo que la chica había esperado. Era… civilizado (hasta donde había visto). Wendy no había querido mostrarle la parte mala y tampoco era que ella quisiera verla.

—¿Qué tal me veo? —Preguntó Wendy, mientras entraba a la habitación.

Irene observó el vestido rojo hasta las rodillas que llevaba la chica, junto con sus zapatillas negras y su cabello suelto.

—Te ves… espléndida. —Murmuró. Estúpida elección de palabras. —Y.. yo…

Wendy le sonrió.

—Gracias, Joohyun; y no necesitas ninguna túnica, no hacemos rituales satánicos. Al menos no en esta zona. —Se encogió de hombros. —Te ves preciosa, por cierto.

Irene se sonrojó aun más. Wendy la ponía nerviosa por múltiples razones y entre ellas no se encontraba su procedencia.

—¿Te parece bien si nos vamos ya? Se nos está haciendo un poco tarde. —Wendy ofreció su mano y la otra chica la tomó sin dudar.

 

La celebración era algo más formal de lo que Irene había imaginado y se sentía desarreglada. Sin embargo, Wendy le aseguró que estaba perfecta así como estaba, con unos simples jeans y una blusa blanca.

—¿Podemos ir al baño primero? —Pidió Irene, poniendo una expresión a la que Wendy no pudo resistirse.

—Claro, es por aquí. Yo te esperaré afuera.

La chica asintió y entró, dejando a Wendy sola.

La chica  se quedó tarareando para sí misma, hasta que notó a un grupo de chicos acercarse. Frunció el ceño, poniéndose entre la puerta y ellos para bloquear el paso dado que fuese necesario.

Anormal. —Dijo uno de ellos, empujando a la pequeña chica contra la puerta cerrada.

Wendy soltó un quejido debido al golpe, pero no dijo nada.

—¿Ahora no hablas? —Dijo una de las chicas que estaba con ellos. No esperó a que Wendy respondiera y esta vez la sujetó contra la puerta, permitiendo así que uno de los chicos le golpeara en el estómago.

Wendy cayó al suelo una vez que la soltaron, tosiendo y cubriéndose el abdomen con ambas manos.

—Perdiste. —Dijo otro, riendo.

—N... No… —Intentó responder Wendy, pero se había quedado sin aire.

La levantaron del suelo tomándola por los brazos y entonces, justo cuando estaban por golpearla nuevamente, la puerta del baño se abrió con un fuerte empujón.

—Quítenle las manos de encima. —Dijo Irene, muy enojada. —Ahora. ¡Ya!

Los chicos le miraron perplejos, pues era evidente que Wendy había ganado. La soltaron, dejándola caer sobre el suelo.

—¿E… En serio eres Bae Irene? —Dijo una de las chicas, acercándose a ella.

Irene la ignoró, arrodillandose junto a Wendy. —Siento tardar tanto.

Wendy sonrió, a pesar de todo.  —Llegaste justo a tiempo.

Irene dirigió la mirada hacia el grupo, furioso.

—Si vuelvo a ver que tan siquiera le dirigen una mirada a Wendy, incluso el más mínimo gesto, no me haré responsable de lo que pueda hacerles. ¡¿Entendido?!

La chica que se había acercado anteriormente, dio un paso hacia atrás. Se sentía apenada de que su ídolo la estuviera rechazando por sus actos.

—S… sí, lo sentimos mucho, Seungwan. —Murmuró la fanática, arrastrando al resto de sus amigos lejos de la pareja.

Una vez que desaparecieron, Irene tomó asiento junto a Wendy. La chica tenía la cabeza inclinada, evitando la mirada de su salvadora.

—Oye. —Murmuró Irene. —Mírame. Estoy aquí.

Wendy negó, limpiando sus lágrimas en vano.

—Gracias por… defenderme. —Murmuró. —Nadie nunca lo había hecho, además de Tiffany.

—No fue nada, Seungwan. Me gustaría que hubiese alguna forma de asegurarme que esto no te vuelva a suceder. —Dijo Irene. —Y Tiffany, quien quiera que sea, debe ser una gran persona.

Wendy rió. —Es una amiga de la infancia, pero ella está un poco mayor para estar pendiente de mí.

Irene asintió. —Ven, vamos vamos a revisarte y arreglarte el maquillaje.

 

Después del incidente, no volvieron a ser molestadas. Las personas presentes en la celebración les lanzaban un par de miradas curiosas, pero nada más. La mayoría de jóvenes estaban asombrados de ver a Bae Irene, la gran cantante del mundo viviente. A pesar de la atención, Irene los ignoró a todos.

—¿No te gusta bailar? —Preguntó Wendy después de observar a todas las personas que Irene había rechazado.

La chica se encogió de hombros.

—No es eso. Es solo que si todo este tiempo te trataron de mala manera o simplemente te ignoraron, no quiero ni siquiera bailar con ellos por cortesía. —Explicó. —Además prefiero estar contigo.

Wendy se sonrojó. —Mmm… entonces, ¿te gustaría bailar conmigo?

—Me encantaría, Seungwan.

—¿Quieres que te cuente un secreto? —Dijo Wendy, ya bailando en la pista.

La chica asintió.

—Soy algo así como tu fan número 1. No sabes lo que me ha costado actuar normal; creo que lo he hecho bastante bien.

Irene se rió. —Sí, aunque ya había supuesto que eras mi fan.

Wendy fingió estar pensando.

—¿De verdad? ¿Qué me delató? ¿Los binoculares? —Preguntó en tono de broma, haciendo girar a la otra chica al ritmo de la música.

La siguiente canción era una melodía lenta, por lo tanto Wendy atrajo a la otra chica, sujetandola por la cintura.

—Gracias por acompañarme, Joohyun.

Irene rió.

—No tenía muchas opciones realmente. Además, prefiero estar aquí contigo. Resultaste ser una gran compañía. —Confesó.

—Si deseas quedarte más tiempo, eres bienvenida. —Dijo Wendy, mirándole a los ojos.

—Sabes que tendré que irme en algún momento, ¿no?

Wendy asintió. —No significa que tenga que ser pronto.

—Tengo trabajo, Seungwan. Por más que quisiera quedarme aquí para siempre, no podría.

—¿Quieres quedarte aquí para siempre? —Preguntó Wendy, ignorando el resto de la oración.

Irene rió nuevamente. Wendy le hacía reír mucho más de lo normal y por lo general lo normal eran sonrisas y carcajadas falsas para su público.

En lugar de responder, Irene se inclinó. La sorpresa en el rostro de Wendy no le impidió conectar sus labios en un beso que decía que sí, que por supuesto que quería quedarse para siempre.

Wendy le devolvió el beso, esperando que fuese suficiente para convencer a la chica.

Sabía que el amor muchas veces no era suficiente para retener a alguien, pero ahí estaba el problema: el amor no tenía por qué retener, el amor es dejar ir, el amor es libertad. Si estaba en los planes del universo que las dos chicas estuvieran juntas, lo estarían eventualmente.

Sin importar lo que sucediera, Seungwan estaría para Joohyun y Joohyun estaría para Seungwan y eso era lo único que importaba en ese momento.







 

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Comments

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ReinaVashti
#1
Chapter 1: Ay que giros*_* me gustó mucho esa enseñanza del final y la forma de consolar, gracias por escribirlaaaa;))
LalalaNanana
#2
Chapter 1: Al principio creí que la misión de Seungwan en el mundo de los vivos sería algo mucho más oscuro, pero la historia acabó siendo muy tierna jajaja. Lo que sí, me sacó mucho de onda que los guardaespaldas de Joohyun dispararan a matar a una persona desarmada, ¿en qué lugar es eso legal? Me sorprendió mucho, y me dio mucha rabia, pero se me pasó cuando vi que mi bebé estaba bien jaja. Me gustó tu historia, gracias por compartirla. Ojalá leer más de ti pronto, ya sea en inglés o español. Tú solo escribe. Cuídate!
Potitit2301
#3
Chapter 1: Eres pionera del wenrene en español aquí xd, igual me gusto mucho , espero que sigas escribiendo ~~
han_now
#4
Chapter 1: You should do an english version
thisroad #5
Que bueno! Hay muy poco wenrene en español en esta plataforma. Hay buenos fics pero casi todo está inglés. Wenrene es mi otp así que desde ya tenés mi apoyo.