Only.

Broken & Soulles

Sus pálidos dedos se cerraron al rededor del desgastado trozo de carboncillo, alzó el brazo para dibujar otra línea en la pared tan blanca como su piel, una línea cruzada marcando el fin de su estadía en aquel lugar. Ladeó la cabeza mirando cada raya, ya había pasado un año. El ruido de una alarma la distrajo, volteó en dirección a la puerta blanca y acolchada justo a tiempo para ver cómo se abría.

—Jung, ya es hora. —avisó una de las enfermeras con tono agrio. "Jung" pestañeo unos pocos segundos antes de acercarse a aquella mujer amargada con paso cauteloso— Rápido niña, no tengo todo el día. —medio gruño haciéndola apresurar el paso, y con el cuidado de no tocarla.

Avanzaron por aquel pasillo que parecía interminable. Puertas y más puertas, y todo de un color blanco al que ya estaba acostumbrada. Haciéndola pasar a una habitación al lado de la mesa de recepción.

—Colócate esto rápido, tus padres te esperan. —sin más indicaciones, aquella mujer le aventó una bolsa de papel que logró atrapar con algo de torpeza y a continuación, la puerta cerró de un portazo.

Se quedó quieta unos segundos antes de empezar a despojarse de aquellas ropas que ¡sorpresa!, también eran de color blanco. Desdobló la bolsa de papel una vez terminó de desvestirse y se colocó primero la muda de ropa interior nueva, un vestido floreado corto y unas sandalias blancas. Con paso inseguro, salió de la habitación y logró divisar a sus padres cerca de la entrada hablando con la agria mujer.

—Firme aquí por favor. —la repentina voz a su lado la hizo sobresaltar. Se dio cuenta que una de las enfermeras de recepción le extendía un papel, parpadeo confundida antes de tomar el bolígrafo y plasmar su firma en el papel sin saber exactamente para qué.

—Perfecto señorita Jung, ya puede irse, sus padres ya firmaron y esperan por usted. —le informó con tono falso de amabilidad, vio como el brazo de la enfermera se alzó y antes de que la mano de la mujer tocara su hombro dio un paso atrás rehuyendo del contacto.

La enfermera sonriente miró de reojo a su compañera quien le correspondió el gesto. Una vez más habían logrado el tratamiento con éxito.

—Gracias. —contestó con voz ronca y baja. Su cuerpo estaba tenso— Permiso. —dijo de forma tajante, obligando a sus pies a moverse de forma apresurada para ir en dirección de sus padres quienes sonrieron al verla acercarse.

— ¡Jessica, cariño! —chilló BoA, su madre, antes de aprisionarla en un abrazo. Su cuerpo volvió a tensarse y tuvo que obligarse a relajarse.

«Solo es mamá» se reprendió mentalmente.

Al separarse del abrazo de Jane le dedicó una sonrisa un tanto torcida. Luego fue el turno de Stephan, su padre, para atraparla en un abrazo.

—Te vez muy bien cariño. —le dijo su madre con una sonrisa amplía mientras tomaba un mechón de cabello rubio de Jessica, enredándolo en su dedo unos segundos.

—Te vez hermosa. —alagó Jaejoong.

—Gracias, papá. —agradeció en voz baja pero audible.

Después de aquella pequeña interacción salieron del lugar de camino al aeropuerto privado. El vuelo no duró más de cinco horas en las cuales estuvo mirando por la ventana y respondiendo de forma escueta las preguntas de sus padres. Al llegar a su destino fueron recibidos por una limusina que los llevaría a su casa, o más bien, mansión.

—Tu abuela estará feliz de verte. —le dijo sonriente BoA. Aunque la sonrisa era un tanto maliciosa y falsa, esperaba que aquel año hubieran hecho un trabajo excelente con su hija.

Al llegar a la mansión, fueron directamente a la entrada de esta. Caminaron con calma al salón.

—¡Mi pequeña! —exclamó Jane, su abuela, mientras se acercaba a ella para también, atraparla en un abrazo— Por dios, estas muy delgada. —exclamó alarmada inspeccionando a Jessica y al detenerse en los ojos de su nieta los pudo notar sin brillo, sus ojos castaños estaban opacos, parecían perdidos. Y su cabello ¡Oh, su preciosa melena rubia! Estaba sin brillo. Aquello realmente le preocupó pero decidió no comentar nada.

—Está bien así, madre. —le dijo BoA.

— ¡Tonterías! —volvió a exclamar— Necesita recuperar peso... Y algo de color. —agregó fijándose de su piel casi transparente— Estarás mejor. —le aseguró a Jessica quien solo le dio una sonrisa torcida.

—Hola. —interrumpió una voz insegura haciendo que la sala quedará en repentino silencio. Jessica se tensó de pies a cabeza al saber quién era.

—Taeyeon. —saludó Jane con tono de afecto haciendo a la castaña sonreír antes de fijar su vista en la rubia.

—Jessica... —susurró la castaña mirándola de forma intensa y comenzó a acercarse a Jessica quien sin darse cuenta, estaba aguantando la respiración.

Jane y Jaejoong se miraron antes de sonreír por lo bajo expectantes a la reacción de Jessica quien, estaba prácticamente congelada en su lugar. Cuando observó las intenciones de la castaña en darle un abrazo prácticamente saltó hacía atrás con una mirada de pánico.

Muchos recuerdos comenzaron a inundar su cerebro, recuerdos durante su estadía en aquel lugar blanco. Las noches sin dormir, las cargas eléctricas, los documentales donde la forzaban a tener los ojos abiertos con pinzas, los golpes con varas de metal en sus manos, la bañera con hielo.

Cerró los ojos con fuerza respirando a tirones mientras sus manos empuñaban su vestido. BoA sonrió ampliamente pero Jane, ella solo vio asustada a su nieta.

— ¡Pero, Jessica! ¿Qué te sucede cariño? —dijo con temor la mujer mayor.

—Jessica. —repitió Taeyeon en tono alarmado y cuando trató de acercarse una mano la detuvo.

—Taeyeon, cariño. —dijo Baekhyun, su novio, con tono calmado— No cariño, no.

BoA no borraba su sonrisa mientras Jaejoong se mostraba ligeramente asustado. Finalmente su plan había funcionado, finalmente habían curado a Jessica.

«Ya no eres una asquerosa lesbiana hija mía» pensó BoA sonriente

 

ALGÚN DÍA CONTINUARA...

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
sunflower322
#1
Chapter 1: Esperanding