No sabía exactamente cómo fue que terminé en este lugar. Mire a mí alrededor con la esperanza de ver algo que me diera un indicio de donde estaba, pero todo era inútil. El sonido de algo de jazz llegaba a mis oídos pero era lo único. Todo estaba tan solitario.

Mi celular se había quedado sin batería y no había forma de llamar a nadie. Era la única persona lo suficientemente tonta como para salir de esa manera a altas horas de la noche.

No podía más con esto. Todo, absolutamente todo había sido su culpa. Si no fuera por él esto no estaría pasando. Me encontraría cómodamente en casa tomando algo de chocolate caliente y viendo alguna película de esas que pasan los sábados por la noche. ¡Pero no! No solo había jugado conmigo todo este tiempo, también se había encargado de citarme en un lugar para que lo viera con mis propios ojos.

Me sentía demasiado furiosa, herida. No había llegado a amarlo pero aún así dolía el enterarme del tipo de persona que era. Y así fue como terminé perdida en algún sitio desconocido de la ciudad.

Ya algo resignada y convencida de que tal vez esta noche no llegaría a casa decidí guiarme por mi oído y dirigirme a donde aún se escuchaba la música. Basto con caminar un par de calles para encontrarme con lo que parecía ser un bar, cuyo nombre "La nota azul" se leía en letras azules iluminadas por una farola cercana.

No queriendo pasar más frío decidí entrar en ese lugar. El ambiente era cálido, había varias mujeres y hombres que parecían disfrutar de la compañía que les brindaba la bebida. También pude contemplar que había un piano al centro. El jazz que en un principio me había guiado hasta aquí de pronto paró y las luces se apagaron. En completa oscuridad se escuchó el ruido que hacían los tacones de una mujer al caminar.

La luz de pronto iluminó al centro dejando ver a un chico rubio en traje con violín en mano y a una chica de cabellera oscura sentada frente al piano. Ella usaba un vestido blanco que resaltaba su blanca piel.

Se presentaron como Henry y Seohyun, quienes harían una pequeña demostración musical. Comenzaron a tocar y por alguna razón no podía alejar mi vista de la chica de cabellos oscuros.



Todos los presentes escuchábamos con mucha atención a la pareja que tocaba con mucha dedicación, era increíble lo bien que tocaban y armonizaban juntos.
Cuando terminaron de tocar los aplausos no se hicieron esperar, todos estaban emocionados por la agradable presentación. Mi vista se quedó fija en la chica de cabellos oscuros y nuestras miradas se encontraron unos segundos y sentí algo muy extraño. Es como si por unos momentos me hubiera perdido en la profundidad de sus ojos y todo lo demás quedara en segundo plano. Me sonrió cálidamente y cuando salí de mi ensimismamiento ella ya se estaba yendo por la puerta principal junto al chico de nombre Henry.

Me apresuré a ir por la puerta para seguirla, pero cuando salí no había nadie. Por mas que me fijé en los alrededores no se veían por ningún lado. Me di por vencida y regresé al bar, donde pedí prestado el teléfono a uno de los barman para llamar a mi amiga Jessica.

Estuve esperando por un rato cuando vi la conocida silueta de la rubia que tenía por amiga. Ella se acercó a mi en cuanto me vió.
- ¡Yoongie! Al fin te encuentro, ¿cómo terminaste en este lugar?

Ella estaba preocupada, se le notaba en la mirada, mi mejor amiga era la única que se preocupaba así por mi.

- Vamos a casa, en el camino te cuento, ¿esta bien?

Ella asintió no muy convencida.

Conocí a Jessica hace casi 6 años cuando estaba en la universidad. Ella es un año mayor, así que la conocí gracias a una amiga en común. Aún recuerdo ese día, estaba con mi amiga conversando por uno de los pasillos cuando Jessica se acercó a saludarla. En ese momento nos presentaron y nuestra conexión fue al instante, nos volvimos inseparables, y hasta la fecha siempre hemos estado juntas. Incluso compartimos apartamento tan pronto como ambas terminamos nuestras carreras, este es nuestro primer año viviendo juntas.

Cuando estábamos en el auto no quise hablar en todo el camino, pero antes de llegar a casa ella paró en una intersección llamando mi atención.

- Muy bien, en vista de que no has dicho una sola palabra desde que abandonamos ese bar, hablaremos ahora. ¿Que fué lo que pasó hoy?

Suspiré resignada sabiendo que no se daría por vencida hasta que le contara lo que me tiene así tan ida.

- Fue Seung Gi... él me citó esta tarde, yo fuí a su encuentro pero cuando llegué los vi Sica... Él y Suzy estaban juntos en lo que parecía una cita, se veían tan felices y...

- ¿Estás segura de que estaban en una cita? Quizá confundiste la situación

- Ellos se besaron, ¿crees que también malinterpreté eso?

Me sentía molesta por haberle creído todo este tiempo. Fué mi mejor amigo por mucho tiempo, por lo que me dolía que traicionara mi confianza. Hace unos meses me di cuenta de que no lo amaba como pensaba, pero seguía con él por miedo a perder lo que aún quedaba de nuestra amistad.

Pronto sentí los brazos de mi mejor amiga rodearme.

- Tal vez eso fue lo mejor, ¿no lo crees? Ambas sabemos que tu relación con él no llegaría muy lejos.

- Lo sé, pero aún así él fue mi mejor amigo antes que mi novio, duele que traicionara mi confianza

- Es mejor así, recuerda que cuando una persona sale de tu vida es porque alguien más está tocando la puerta esperando por entrar.

En cuanto Jessica dijo eso una leve sonrisa se posicionó en mis labios.

- Puede que tengas razón.

- Esa sonrisa no creo que viniera de la nada. ¿Haz conocido a alguien en estos días?

Tengo que decirle.. ¿ciert