Capítulo VIII
3. CeaselessTiffany
Me quedo fuera de vista y sólo te susurro a ti.
Palabras que no puedo decir. Palabras que tu no necesitas escuchar.
Palabras que no puedo evitar que se enreden en mi camino.
Ahora, no puedo estar sola. Ahora, no puedo ignorar que estoy bajo tu influencia.
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitada y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.
Te quedas con ganas de más de lo que jamás podría comprender.
Yo estoy indefensa, necesitando ceder a cada una de tus órdenes.
Esperar ver tu sonrisa me está consumiendo y atando mis manos.
Nada de lo que ofrezco podría ser digno de tu amor.
Es un milagro que me vieras y no huyeras nunca.
Pasaré toda mi vida tratando de ser la mujer que tú crees que soy.
Ahora, no puedo estar sola. Ahora, no puedo ignorar que estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que me has mostrado.
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitada y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.
Mantienes el fuego dentro de tu mirada.
Hipnotizas a todos los que entran en tu laberinto.
No sé nada de tus pensamientos, pero tengo que tomar el sol en el calor de tus rayos.
Nada de lo que haces podría ser malo.
Eres por siempre perfecta en todo sentido.
Ahora, no puedo estar sola. Ahora, estoy bajo tu influencia.
Te has hecho cargo de mí y ahora, no puedo ignorar lo que te he mostrado.
Me has reclamado y no me importa quién lo sepa.
Me has reclamado y no me importa quién lo vea.
Estoy debilitada y me fortalezco en tus brazos.
Me has reclamado y necesito sentirte cerca.”
La música inquietantemente dulce se reprodujo una y otra vez en la oscuridad. No podía abrir mis ojos, pero no me sentía asustada. Sabía que me encontraba a salvo. Las palabras me calmaron y, finalmente, caí en un sueño profundo. Brillantes ojos ónice que resplandecían contra la noche fueron las últimas cosas que recordé.
—¡LEVÁNTATE! Eres como el muerto durmiendo. Lo juro. Saca tu perezoso culo fuera. Tenemos clase en diez minutos —me gritaba Jessica mientras me golpeaba con su almohada.
Gemí, di la vuelta, y bloqueé la embestida de la almohada de plumas. —Estoy despierta. Puedes parar ahora.
—Ya era hora. He intentado todo lo demás. He estado despierta durante más de una hora. Tu estúpido despertador se aseguró de despertarme. ¿Cómo has podido dormir a pesar de ese molesto pitido?
—¿He dormido a pesar de que sonó el despertador? —pregunté sentándome y entrecerrando los ojos a los rayos del sol. Era pasada de las ocho. No llegaría a mi clase de Literatura a tiempo. Mierda. Gran primera impresión.
—Sí, lo hiciste. Eso nunca ha sucedido. ¿Qué hiciste, tomaste una pastilla para dormir?
Me puse de pie y me estiré. —No, sólo dormí muy bien. —Me detuve y pensé en la extraña oscuridad y la música. La voz y la canción—. Soñé con una canción —dije, después me detuve. Jessica pensaría que había perdido la cabeza.
—No hay tiempo para hablar sobre canciones en este momento.
Aquí, ponte esto y ve a cepillar tus apestosos dientes. Tenemos que irnos.
Menos mal que te ves bien sin maquillaje.
Jessica metió un par de pantalones cortos y una camisa en mis brazos y me llevó al cuarto de baño. Supongo que no le contaría de mi canción. Aunque, quería contárselo a alguien.
Taeyeon no se encontraba en clase de literatura. Me decepciono que no se hubiera presentado y cargado mis libros, pero me sentí aliviada
Comments