I. Set me free

Colección de One-Shot's
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I.

 

El día es tormentoso, pero en medio de una calle vacía, sola, con la mirada hacia el piso y con las constantes gotas cayendo sobre su cuerpo, continuaba aquella mujer deshecha. La lluvia era intensa y su ropa estaba completamente empapada, pero ¿Por qué no se movía o se protegía de la lluvia?

En realidad, no quería moverse, su cuerpo estaba estático en ese lugar, su mirada vacía y triste, su corazón había recibido una de las decepciones más grandes y sus lágrimas eran camufladas por las constantes gotas de agua que caían sobre ella sin preocupación alguna. Esa mujer seguía en shock por lo que había visto.

«¿Por qué me traicionó de esa manera?». Se preguntó a sí misma sin poder creerse por completo aquella visión. Una de sus manos presionó con fuerza en su pecho, bajo los latidos lastimeros de su corazón desolado.

—¿Acaso no sabe que eso duele? —Dijo a la nada.

Puso su vista en alto por primera vez desde que comenzó a llover, las gotas acariciaban sus mejillas con suavidad, mezclándose con esas lágrimas que salían de sus ojos. Sus primeros pasos por aquella calle solitaria eran lentos, no se veía nada debido a la lluvia, por ahora esta era su fiel compañera.

—No debí darle todo mi amor —se reprendió.

Intentó limpiar sus lágrimas, pero el intento era en vano con el evidente llanto.

No sabía dónde se encontraba exactamente, había perdido el sentido de la orientación a causa de la lluvia torrencial, pero ya daba igual volver a casa. Quería evitar a toda costa encontrarse con la única persona que amaba y la dañaba, no quería verla, no sabía cómo afrontar la situación.

Se detuvo en una banca y se sentó, con la palma de su mano atrapó gotas de lluvia y se preguntó si el cielo estaba triste y desolado como ella. Dio un gran suspiro y miró a un punto inexistente.

[...]

|-Flash Back-|

El día era absolutamente hermoso, tan perfecto como para que ella por fin decidiera declarar sus sentimientos a su mejor amiga, los nervios recorrían cada célula de su cuerpo, pero estaba decidida a no dejarse derrotar por ellos.

La había invitado a salir y para cuando su cita finalizó, no encontraba las palabras que había planeado decirle, sus manos temblaban nerviosas y sentía la torpeza llegarle de golpe. El camino se acortaba y la oportunidad estaba por escapársele de las manos. Sus pensamientos coherentes se habían ido a la basura con su cercanía.

Mordió su labio cuando se detuvieron al frente la casa de su mejor amiga, había terminado y su oportunidad se le escapó. Sin embargo, la valentía volvió cuando se estaba despidiendo, respiró profundamente y conectó sus labios con los de su mejor amiga, fue un toque rápido de labios.

—Y-yo... —estaba avergonzada de haber actuado por impulso y evitaba a toda costa la mirada de aquella castaña delante suyo—. L-lo... siento —hizo contacto al fin y se extrañó de verla sonreír—. ¿No estás molesta? —La castaña negó sin dejar caer su hermosa sonrisa.

—Tú también me gustas, Kim Taeyeon —dijo a una muy atónita Taeyeon.

La castaña le rodeó el cuello con sus brazos y la acercó a ella, Taeyeon la abrazó por la cintura y sonrió tontamente.

—¿Quieres ser mi novia, Tiffany Hwang?

—Creo que mi respuesta es obvia —besó la punta de su nariz—. Pero... sí. ¡Dios! ¡Sí!

Taeyeon rió y la apretó más entre sus brazos.

|-End Flash Back-|

[...]

—Aún se mantiene vivo en mi corazón —dijo a la nada.

La lluvia había disminuido considerablemente y las personas comenzaban a salir de su escondite, muchos con paraguas resguardándolos aún de las débiles gotas que seguían cayendo, muchas de esas personas la observaron y murmuraron su estado deplorable, pero a ella parecía darle igual.

—¿No fue suficiente lo que le ofrecí? —Se preguntó a sí misma, pero no tenía una respuesta o quizás sí y saberla dolía más de lo que alguna vez lo pensó.

—¿Por qué estás tan empapada? —Le preguntaron. Taeyeon se quedó en silencio, esperando de esa manera alejar a quien quiera que le hablara. No estaba en condiciones de hablar con nadie y tampoco quería hacerlo—. Vamos. Te llevaré a un lugar seguro, si te quedas aquí conseguirás un fuerte resfriado.

La recién llegada miró al cielo y pudo notar que las nubes volvían moverse para encontrar lugar, la tormenta no había terminado. Se inclinó hasta el nivel de Taeyeon para poder pasar uno de sus brazos por su hombro.

—Vamos, Tae —dijo—. Camina junto conmigo —pidió antes de dar el primer paso. Taeyeon parecía una piedra en ese momento—. ¿Qué está sucediendo contigo? —Preguntó, pero no obtuvo respuesta. Abrió su paraguas como pudo y comenzó a caminar a paso lento.

Comenzaba a ser eterno el camino a su edificio y cada vez más Taeyeon se volvía más pesada. Sintió alivio cuando se detuvo en la entrada y el guardia le abrió la puerta para que pudiera ingresar.

—¿Necesita ayuda, señorita? —Le preguntó angustiado. Ella negó con una sonrisa cansada.

—Muchas gracias, pero podré yo sola —le aseguró y se adentró en el edificio.

Taeyeon parecía haberse quedado dormida y ahora entendía por qué pesaba más de lo estimado. Con esfuerzo y dificultad llegó a su piso y haciendo maniobras, sacó sus llaves para poder abrir la puerta de su departamento. Su espalda comenzaba a doler por el esfuerzo, sus piernas entumecidas y sus pies húmedos por la lluvia, el paraguas había sobrado cuando Taeyeon ya no puso de su parte para seguir caminando y fue ella quien tuvo que dar el doble de esfuerzo por no dejarla caer.

La llevó directamente a su habitación y trató de no dejarla caer, pero era inevitable no soltar una exclamación de alivio cuando el peso extra ya no estaba en su espalda. Miró a Taeyeon con nostalgia, algo no andaba bien con ella y eso la ponía triste. Con un suspiro angustioso, decidió quitarle la ropa mojada que aún llevaba puesta.

—Me siento una ertida —sus mejillas estaban rojas, tocó su rostro y se alejó—. Solo en ropa interior —susurró antes de acomodarla en la cama, la cobijó y la dejó dormir.

Se quedó en la sala viendo televisión con una enorme taza de chocolate caliente. Se sintió relajada con el sonido de la televisión a un volumen bajo y el de la lluvia cayendo a chorros en la calle. Suspiró y recordó la visión de una Taeyeon destrozada. ¿Qué iba mal?

El hilo de sus pensamientos se vio interrumpido con música proveniente de su habitación, frunció el ceño y se dirigió a buscar al destructor de su paz. Lo encontró en el mueble al lado de su cama, era el celular de Taeyeon y justo cuando iba a tomarlo, este paro de sonar. Miró la pantalla y su corazón se estrujó.

Mi Phany ♥

En el fondo podía ver la foto de Tiffany, sonriendo ampliamente a la cámara. El celular volvió a sonar con otra llamada, nerviosa miró a Taeyeon en su cama y luego volvió la vista al celular entre sus manos, mordió su labio inferior y puso uno de sus dedos flotando delante de la pantalla táctil, pero no respondió, prefirió silenciarlo y dejarlo en el mueble donde lo había puesto antes.

Se acercó a la cama y suspiró nostálgica al ver el rostro tranquilo de Taeyeon.

—¡Dios! Estás ardiendo —exclamó, apenas tocó su frente. Tuvo que correr para traer consigo un balde con agua fría y trapos para hacer compresas y colocarlas en su cuerpo—. Tal parece que esta noche cuidaré de ti —susurró antes de colocar los trapos en su frente y en el estómago—. ¿Qué te habrá pasado para que estés así? —Preguntó mientras acariciaba su mejilla.

«¿Habríamos sido felices juntas?». Se preguntó.

Se puso en cuclillas a un lado de su cama y comenzó a acariciar el húmedo cabello de Taeyeon.

—P-Pha... ny —escuchó la voz débil de Taeyeon. Seguía dormida y pequeñas lágrimas salían de sus ojos—. Te amo —fue un simple susurro que lastimó aún más a su cuidadora.

Tiffany o como Taeyeon la llamaba, Phany, era su rival en el amor, pero se rindió cuando vio en Taeyeon la felicidad que irradiaba, simplemente no podía ser tan egoísta.

Limpió unas cuantas lágrimas de su rostro.

—Aún duele escucharte decir que la amas —susurró entre un sollozo—. Si ella sigue siendo tu felicidad, yo también seré feliz por ti —limpió sus lágrimas y sonrió débilmente.

Toda la noche estuvo al cuidado de Taeyeon, cambiando los trapos húmedos y verificando su temperatura. Escuchó en varias ocasiones como la llamaba a ella, al amor de su vida y su corazón se desgarraba aún más.

•••

El cuerpo le dolía cuando despertó y todo ese dolor era a causa de la terrible fiebre por la que pasó toda la noche, sus ojos se abrieron y se quedaron fijos en el techo.

«¿Cómo llegué aquí?». Se preguntó.

En un rápido movimiento se sentó en la cama y detalló aquella habitación familiar, sin poder lograr deducir donde se encontraba. Sus ojos se quedaron clavados en la figura al costado de la cama, la posición bastante incómoda, pero a pesar de su confusión, la visión le trajo buenos recuerdos. Era adorable aún ante sus ojos. Miró al frente y sintió el aplastante dolor en su pecho.

[...]

|-Flash Back-|

Había decidido salir a recorrer las calles de su ciudad, estaba sola y no quería quedarse en casa a esperar a que su novia volviera de con sus amigas, ella quería distraerse. Caminaba con la mirada fija en el suelo y suspiraba de tanto en tanto, extrañaba la compañía de su novia.

Suspiró nuevamente, pero su estómago comenzó a renegar de la hora, se sonrojó, rascó su nuca nerviosamente y llevó una mano hasta su estómago. Las personas la miraron con una sonrisa tierna en el rostro y la hacían sonrojar aún más. Alzó la vista para buscar un lugar donde apaciguar el hambre, miró al cielo grisáceo sobre su cabeza, suspiró y caminó un poco más.

Sabia de un lugar perfecto para poder llegar. Sonrió y se detuvo fuera de él, sus ojos navegaron a través del cristal para cerciorarse de que no estaba tan lleno. Volvió a sonreír y antes de que sus ojos se alejaran, la vio.

—¿Qué hace aquí? —Se preguntó.

Frunció el ceño y examinó a sus acompañantes. Sus manos se hicieron puños que poco a poco se volvían blancos de la fuerza que usaba al apretar. Simplemente no podía entender ese comportamiento y le molestaba aún más ver que su novia no hacía nada para alejar a ese tipo de ella, no le gustaba ver como tomaba su mano y se sonreían como viejos amigos. Sus ojos se abrieron y su corazón se rompió cuando se besaron.

Las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer y ella no se inmutaba de ellas. Sus ojos comenzaron a cristalizarse al ver la deslumbrante sonrisa en el rostro de su novia, una sonrisa que no estaba siendo dirigida a ella. La lluvia comenzó a intensificarse y las personas a su alrededor corrían en busca de refugio, pero ella seguía pegada al pavimento bajo sus pies. Alejó la mirada cuando sus ojos conectaron con la traicionera de su novia y lentamente se alejó de ahí.

Se detuvo en medio de una calle solitaria, su mirada perdida en la nada, sus ojos rojos, las lágrimas cayendo y diluyéndose con la lluvia, sus sollozos acompañados por la torrencial lluvia. Nadie podía ayudarla a alejar ese dolor de la traición.

|-End Flash Back-|

[...]

Limpió sus mejillas con el dorso de su mano, parpadeó un par de veces y volvió a su presente. Sonrió tiernamente a su ángel.

—Janhae... —la meció suavemente para despertarla—. Despierta Janhae —pidió.

Recibió un pequeño manotazo por parte de Janhae, quien quería alejar a quien quiera que la estaba molestando de su sueño.

—Cinco minutos más —levantó una de sus manos y mostró los cinco dedos.

Taeyeon sonrió y volvió a recorrer la habitación con la mirada, encontró el pequeño peluche que le había regalado años atrás.

—Sería una pena que ese pequeño osito sufra las consecuencias si no despiertas —dijo divertida, pero intentando sonar seria.

—Nooo... —gritó. Su cuerpo se elevó con rapidez, pero sus ojos se mantuvieron firmemente cerrados.

Eso hizo reír a Taeyeon.

—Sigues siendo muy perezosa —afirmó entre suaves risas. La escena era muy tierna para ella, Janhae comenzaba a tallar sus ojos como un bebé al despertar y a bostezar, sus ojos lentamente y con pereza, se abrieron—. Buenos días, chica perezosa —se burló Taeyeon.

Janhae le sonrió sin vergüenza alguna y la mayor no pudo evitar corresponder a esa sonrisa genuina.

—No soy perezosa —se quejó con un tono de voz mimado. Se cruzó de brazos e hizo un tierno puchero, cuando abrió los ojos, se encontró con el oso que Taeyeon le había regalado. Suspiró—. ¿Te sientes mejor? —Le preguntó, dirigiendo la mirada hacia la mayor.

Quiso ponerse en pie, pero sus piernas estaban entumecidas por la postura en la que había dormido. Su cuerpo se balanceo de adelante hacia atrás y estaba segura que pronto sentiría el golpe, cerró los ojos y esperó a caer de una vez por todas, pero eso nunca sucedió.

Se vio envuelta en unos cálidos brazos, se estremeció antes de abrir sus ojos y mantener el contacto con aquellos ojos ónice que la estudiaban con preocupación.

—¿Estás bien?

Taeyeon la miró fijamente, detallando el rostro de la menor entre sus brazos, debía admitir que era la primera vez que la tenía tan cerca de ella. Y entonces, un pequeño movimiento en su corazón la asustó.

—S-sí... —le respondió nerviosa. Taeyeon la dejo ir, sintiéndose intrigada por esa sensación extraña—. T-te... daré ropa limpia —le dijo la menor con las mejillas sonrojadas.

La mayor frunció el ceño, sin darse cuenta de que tan solo se encontraba en ropa interior. Observó la timidez de Janhae y sus torpes movimientos, sonrió dulcemente. Simplemente asintió a la espalda de la menor y suspiró. Su celular llamó su atención.

—¿Tienes un cargador que puedas prestarme? —Preguntó.

—Creo que sí. Prueba con el mío, está en el primer cajón —señaló la cajonera con la mirada—. Toma, esto te quedará perfecto —le dejó la ropa en la cama y miró el rostro de su amiga, ya no estaba esa sonrisa que le había mostrado antes, ahora estaba triste.

Taeyeon observó su celular con detenimiento, revisó las llamadas que su novia le había hecho y los mensajes que le había enviado, pero no abrió ninguno, el corazón se le apretó en las costillas. Muchos sentimientos flotaban por sus poros, la ira, el desconcierto, la soledad, la tristeza, la decepción.

—¿Estás bien? —Le preguntó la menor. Tocó su hombro para llamar su atención y cuando la mayor la miró a los ojos, se sorprendió—. Taeyeon —susurró. La abrazó con fuerza y la escuchó llorar en silencio. El amor de su vida estaba roto y ella no sabía cómo reconfortarla.

•••

Llegó a casa muy tarde. Apenas salió del edificio donde vivía Janhae, ingresó a un bar que estaba de camino a su casa, quería beber para armarse de valor y afrontar la realidad en la que se veía envuelta, para poder ver la cara traicionera de su novia.

La cerradura se movía cuando ella quiso ingresar la llave, río como tonta y se calló a sí misma en incontables veces antes de poder ingresar. Extendió las manos al frente, caminando con lentitud, no ayudaba en nada que estuviera todo oscuro y su estado de ebriedad solo aumentaba el nivel de algún accidente dentro de su hogar.

Chocó con una mesita y río cuando estuvo por caer la fotografía que estaba ahí, tapó su boca y trató de colocarlo en su lugar, callaba a cualquier objeto con el que chocaba y reía.

—¿Dónde estabas? —Escuchó una voz provenir de la oscura habitación. Achinó los ojos para poder enfocar, pero no podía ver nada. Una de las lámparas de la sala se encendió—. ¿No piensas responderme? —La vio cruzarse de brazos y fulminarla con la mirada. Taeyeon lanzó una carcajada al aire—. Deja de reírte. Esto no es para nada gracioso —su voz se había suavizado—. Estaba muy preocupada por ti. No respondías a mis llamadas, ni a mis mens...

—No quise hacerlo —se encogió de hombros, quitando importancia al asunto. Su risa había cesado y solo estaba el amargo sabor del recuerdo.

—Taeyeon —Tiffany intentó acercarse para abrazarla, pero la mayor se alejó de sus brazos.

—Estoy cansada —fingió un bostezo—. Iré a dormir —no quería hablar, no aún. Con pasos inestables comenzó su camino, dejando sola a su novia—. Descansa, Tiffany.

No había un beso, ni un cariñito de buenas noches, solo un frío y distante "Descansa, Tiffany". Eso la lastimaba.

—Lo siento —musitó cuando Taeyeon se había ido.

Taeyeon puso una barrera impenetrable para Tiffany con el paso de los días y poco a poco, se fue distanciando de ella, enterró en lo más profundo el amor que profesaba a la castaña, aunque en realidad se estaba engañando a sí misma.

—Vamos, Tae. ¡Corre! —Le grito Janhae en la distancia. Sonrió para ella.

—¡Voy! —Gritó de regreso la mayor. Había pasado la mayor parte de su tiempo con ella, quería mantenerse lo más alejada posible de Tiffany, simplemente quería anestesiar el dolor con la presencia de Janhae a su lado, distrayéndola con todas sus locuras—. ¡Cuidado! —Volvió a gritar, pero fue demasiado tarde. Janhae tropezó y cayó con rudeza.

Corrió a su ayuda y observó la sangre correr en una de sus rodillas, la ayudó a ponerse de pie, recibiendo un quejido por parte de la menor y con cuidado la condujo a sentarse en una banca cercana.

—Espera aquí... —dijo antes de salir corriendo en dirección contraria.

No tardó demasiado en estar de regreso junto a Janhae, quien miraba su rodilla lastimada. Taeyeon le limpió la herida con cuidado.

—Gracias, Tae —le sonrió.

Y es que ella simplemente no podía dejar de amar todo lo que implicaba Taeyeon, era tan atenta y cuidadosa, que solo la hacía perderse en el mar del infinito amor que desbordaba por ella.

Taeyeon levantó la vista para encontrarse con esos hermosos ojos que la observaban con detenimiento, se perdió en ellos y sin saber por qué su cuerpo se estaba elevando poco a poco, hasta que sus respiraciones comenzaron a mezclarse entre sí, ambas se miraban con detenimiento a los ojos y de vez en cuando bajaban la mirada a los labios de la otra, ambas podían sentir un ligero cosquilleo y la distancia disminuía con cada nanosegundo que transcurría.

Janhae se alejó.

—¿Qué ocurre? —Creía que ella también quería besarla.

—No puedo hacer esto —miró en otra dirección—. No quiero ser tu segunda opción, Taeyeon —le susurró con sinceridad. Estaba dolida y como no estarlo cuando la persona de la que estas enamorada ha ido a ti tan solo por tener conflictos en su relación, eso es jugar sucio—. Si realmente sientes algo por mí... —encontró aquellos ojos ónice que tanto adora—. Arregla el torbellino que sientes aquí —le señaló el pecho.

—Janhae... —susurró. Podía verlo y ella sintió el dolor en aquella mirada chocolate. Janhae tenía razón, no podía refugiarse en ella—. Lo siento mucho —fue lo último que dijo antes de alejarse de ella.

Ya era tiempo de plantar los pies de nuevo en tierra y enfrentar sus temores, solo así podría ser libre.

Sus lágrimas caían libremente, el sabor amargo atorado en su garganta la hacían pasar constantemente. Había tenido su buen momento al lado de Janhae, pero solo estaba evadiendo la verdadera situación de su relación. Era tiempo de poner fin a una relación asfixiante y traicionera, Tiffany no merecía más.

Sacó una de sus maletas y comenzó a meter sus pertenencias en ellas, su cadera chocó contra uno de sus muebles y de él cayo aquel retrato, sorprendida lo recogió y la amargura volvió a ella, el cristal se había roto por la mitad, separándola a ella y a Tiffany. Se quedó observando sus rostros y en especial el de ella.

¿Qué cambió?

Sonrió con ironía y lanzó el retrato a la cama.

—Tal vez ya no estamos destinadas a estar juntas... —sus lágrimas no querían ceder y ella quería parar de llorarle a un amor no correspondido—. Es tiempo de hacer cambios —estaba decidido. Cerró la maleta y la tomó para salir de ahí lo antes posible, sentía ahogarse con cada segundo que pasaba—. Es hora de decir adiós —sus labios mostraron una sonrisa torcida, pero el intento de irse sin ser detenida, falló.

Tiffany llegó a casa justo en ese momento y abrió la puerta cuando ella lo iba a hacer también, la sorpresa en su rostro y el escrutinio lento que le estaba dando, la ponía nerviosa.

—¿P-por... qué... por qué llevas una maleta contigo? —Esas eran las primeras palabras que le había escuchado decir en esos días que la estuvo evitando—. ¿Me dejas? —Preguntó sorprendida.

—Por favor, no hagas de esto un drama —pidió con indiferencia—. Pero si así lo quieres ver... —el frío de su voz, podía congelar lagos. Escuchó los pequeños sollozos de Tiffany y tuvo que apretar la mandíbula para no debilitar su barrera—. Esto se acabó —le informó—. No puedo seguir en una relación donde el amor ya se terminó —nuevamente la amargura subió a su garganta y comenzaba a molestarla, la molestaba porque a pesar de su engaño, la amaba.

—No me dejes —su voz era apenas audible por el llanto, la abrazó con desesperación y se aferró al cuerpo de Taeyeon con fuerza—. Aún te amo. ¿Cómo puedes decir que no hay amor entre las dos? —Taeyeon cerró los ojos con fuerza, conteniendo el nudo en su garganta, sus brazos traicioneros envolvieron el cuerpo de Tiffany y cuando una pequeña lágrima no pudo ser contenida más.

—Ya no mientas, por favor —dijo con la voz inestable—. Solo nos hacemos daño —apretó la mandíbula—. Si me amaras como dices, no me mentirías y tampoco tendrías necesidad de una aventura —no pudo contenerse a reclamar.

—N-o... no es lo que...

—No quiero escucharlo, Tiffany —la alejó de sus brazos, tenerla ahí era más doloroso y difícil—. Sé lo que vi y eso es suficiente para mí... —alzó sus muros nuevamente—. No seas egoísta y déjame ir antes de que no pueda encontrar la salida —pidió sin poder soportar las lágrimas—. No es necesario que juegues con dos personas a la vez —limpió sus lágrimas con algo de brusquedad—. Esto es el adiós, Stephanie.

—Taeyeon... —cayó de rodillas delante de ella, se abrazó a sus piernas y suplicó—. Por favor no me dejes —era un mar de lágrimas y Taeyeon tenía que poner toda la frialdad de su alma para no rendirse—. Te amo.

Taeyeon tragó.

—Si en verdad me amas... déjame ir —dijo—. Deja que me vaya y encuentre a alguien que pueda amarme y que yo pueda amar.

—Tae... —sollozó. Sus ojos acuosos la miraron desde el piso.

—Déjame libre, Stephanie —con esas palabras la alejó de su cuerpo, tomó la maleta y se fue sin mirar atrás.

•••

—Al fin te encuentro —escuchó—. Te he estado buscando por todos los rincones de la casa, pero me había olvidado que a ti te encanta estar aquí —apunto él—. ¿Nuevamente perdida en tus pensamientos, hermanita? —La miró unos segundos y luego alzó la vista para observar la gran montaña delante de ellos, el prado verde, aquel viñedo que adornaba gran parte de sus terrenos, el cielo azul y sus bellas nubes. Un paisaje digno de fotografía.

Taeyeon sonrió.

Había tomado la mejor decisión y estaba agradecida de haber puesto distancia a aquel amor que aún sigue encerrado en las profundidades de su corazón. Habían pasado cerca de cinco meses desde que abandonó la ciudad de Seúl y se trasladó a casa de sus padres en Italia. Quería cambiar, descubrirse a sí misma y no cometer el mismo error dos veces. Se encontró en su camino con personas increíbles y maravillosas y cada día era una nueva aventura por descubrir, eso le gustaba.

—No puedo engañarte, ¿verdad? —Dejó de ver aquella postal y observó a su hermano, quien negó a la pregunta—. Aún quedan ciertas cosas que mi cabeza y corazón no logran resolver —se sinceró. Suspiró y alejó la mirada hacia la montaña—. Has sido tan fiel desde que volví a casa —su hermano se sentó a su lado—. Gracias, Sung Jun —lo miró y le sonrió ampliamente.

Él, su tan queridísimo hermano, había decidido ayudar a su padre con los viñedos y el negocio familiar, mientras ella se iba al país del que provenían sus padres, quería conocer sus raíces, experimentar una vida independiente y antes de siquiera conocer a Tiffany, volvería a casa a ayudar en el negocio familiar, como su hermano lo estaba haciendo.

—No nos pongamos sentimentales —le sonrió tiernamente—. Mejor subamos los ánimos y vayamos con los chicos por ahí, me han llamado hace un rato y nos han invitado con ellos —estaba entusiasmado.

Desde que Taeyeon había regresado a casa, estuvo apoyándola, escuchándola, cons

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Comments

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L_ight_ #1
Chapter 14: Fue tan trágicamente bello. El final deja un muy buen sabor de boca.
Saludos.
sone009_ #2
Chapter 16: Me encantan! Continúa por favor, son muy buenas
LlamaAmerica #3
Chapter 16: Disfrute mucho volverlos a leer!!! Siempre encuentro sentimientos cuando los leo!!! Espero sigas escribiendo y sigas tus historias <3 gracias por traernos nuestro hermoso TaeNy <3
LlamaAmerica #4
Chapter 14: Siento que me muero de la tristeza!! :'(

Jajajaja sigueeeeee!!! <3
LlamaAmerica #5
Chapter 13: Haaaaaay muy corto el cap!!! :( jajajaja
sone009_ #6
Chapter 12: <3 continúa por fa, muy buenos todos :)
LlamaAmerica #7
Chapter 11: Haaaaaay estoy que lloro este fic me parte el </3 :(
roguecr #8
Chapter 10: No puede quedar asi , pobre fany y tae se ha dado cuenta d muchas cosas estan en coma.
Que despiert y se queden juntas.
sone009_ #9
Chapter 10: Estos me hacen llorar T.T
LlamaAmerica #10
Chapter 9: El fanfic de este es re genial!!!!!! Jajaja