Stupid Cupid

Nada como volver a casa después de una larga temporada de presentaciones en vivo, firmas de autógrafos, pruebas de vestuario, habitaciones de hotel y desvelos. La vida de un idol no es epítome de comodidad y glamour como algunas personas a menudo piensan. Se sufre de fatiga crónica, insomnio, resfriados por estrés, cuerdas vocales inflamadas y múltiples jaquecas, cortesía del insufrible jet lag. Claro… esos inconvenientes a nadie interesan, después de todo, es el empleo al que han decidido entregar lo mejor de sí.

A decir verdad, un analgésico y una plácida noche de sueño ininterrumpido es todo lo que necesitaría para sentirse agradecida en este momento. Por desgracia, parece improbable que alguien atienda su silenciosa plegaria y es que, tan pronto como han puesto pie en el dormitorio, Seung Wan ha decidido improvisar el itinerario a seguir: primero desempacar, después ordenar un poco el dormitorio y finalmente preparar la cena. Ninguna está en posición o humor para refutarle, ni siquiera la mismísima Irene Bae.

-Unnie, ¿te encuentras bien?- Una voz sumamente familiar le hace reaccionar, no sin un dejo de perplejo asombro, tal vez ha vuelto a soñar despierta. Más inusual aún es que Sooyoung sea quien sujete su cintura, atrayéndola hacia sí con demasiado estupor para besar sonoramente sus mejillas.

-Claro… yo…- Ni siquiera es capaz de completar la frase antes de ser interrumpida.

-No luces muy despierta, ni siquiera me te has dignado a saludarme, ¿qué clase de mal ejemplo estas dándonos?- Una risilla socarrona escapa de sus labios, disfrutando de la expresión aturdida de la líder.

-¿No estabas ocupada con la filmación del drama?- Finalmente preguntó Irene, no sin antes intentar librarse en vano del asfixiante e incómodo abrazo. Usualmente no era su deseo rehuir las muestras de afecto, pero algunas veces Joy podía ser demasiado soez al expresar su faceta divertida, con menoscabo de la paciencia de quien fuera su víctima. Título que últimamente correspondía a la líder con demasiada frecuencia, bien como blanco predilecto de sus bromas o insinuaciones.

Para ser honestos, había días en que lidiar con la otrora maknae era una verdadera proeza de asceta. No sólo invadía su espacio personal y le interrumpía con “amorosos” mensajes a deshoras, sino que además había hecho costumbre hostigarla con abrazos que duraban más de lo necesario, le tomaba de la mano en público y le perseguía por doquier. Al principio la situación le pareció cómica pero con el paso de las semanas… insufrible.

-Olvídate de eso, ¿Crees que iba a perderme la oportunidad de venir a ver a mi unnie favorita? Yo sé cuánto me extrañaste- Un atisbo de franca sorpresa apareció en el rostro cansado de Irene cuando los labios de su hoobae colisionaron contra los suyos por un breve instante. De inmediato la sosegada risilla de Yeri inundó la sala, contraste nítido a la introspectiva seriedad de Seulgi, quien parecía esforzarse por ignorar aquella irritante e indeleble escena.

Sí, quizás le molestaba el exceso de cercanía y sentía su corazón hervir en celos cada vez que Bae Joohyun se veía atrapada en el cíclico devaneo de Sooyoung. En ocasiones incluso se sorprendía a sí misma dudando de que aquel juego no albergara otras razones adyacentes. ¿Se detendría alguna vez?, honestamente deseaba que así f