Transcurrieron al menos 8 meses. Dara y Chaerin no habían pasado de las miradas con sonrisas, los escasos saludos y alguna que otra conversación torpe gracias a Minzy. Ambas parecían no notar el tiempo que había pasado, Dara había logrado reconocer que lo que sentía por Chaerin era mas que un gusto y vaya que tan solo eso le resultaba algo muy extraño. El temor por las repentinas mudanzas había desaparecido un poco y mucha parte de eso fue gracias al estado de tonta que le causaba ella. Si bien estuvo intentando entender y aceptar lo que sentía por ella, no se lo diría, tan solo pensar en enfrentar a Chaerin le hacia revolver el estomago de ansiedad, no necesitaba salir de la zona de confort en la que estaba, además estaba segura de que ella no lo entendería o al menos eso se obligaba a creer.

    Los días sombríos tocaron la puerta de Chaerin, algo en ella había cambiado. La relación con su madre había roto el limite de lo soportable, muy pocas veces se dirigían la palabra y esas pocas veces solo eran para que Chaerin supiera que su madre no llegaría hasta tarde o mejor dicho, hasta el día siguiente, otras tantas veces no se tomaba la molestia de decirle y aquello solo incrementaba el rencor y confusión dentro de ella. Estaba claro que las cosas no volverían a ser las mismas, su padre había regresado al menos 4 veces mas, destruyendo todo a su paso como de costumbre, con la única diferencia de que ya no llamaba a la policía, se encerraba en su cuarto, encendía el reproductor, se ponía los audífonos y fingía que todo estaba en control, aunque temía por la seguridad de su madre, aprendió a esconder la preocupación, había comprimido y sellado el amor hacia su madre y lo había remplazado por indiferencia, nada mas podía hacer. Algunos fines de semana se la pasaba en casa de su abuela, así pasaba tiempo con Harin, la echaba de menos mucho pero no se arrepentía de su decisión, proteger a su hermana la mantenía en pie y alejaba los sentimientos de depresión que empezaban a emerger desde lo mas profundo.    Mientras Dara empezaba a pensar que la vida la estaba llevando por buen camino, Chaerin se estaba hundiendo en problemas. Ninguna de las dos dio señales de lo que sentían, salvo los momentos incómodos y las miradas extrañas que solo se daban una a la otra pero que parecían no entender.      Una tarde la inocente mente de Sandara creyó que presentar a Bom con Minzy seria una magnifica idea, los de la clase se conocían entre todos pero como es usual cada uno formaba parte de un grupo muy distinto al otro y eso no permitió que ellas dos coincidieran mas allá de saludos y una exposición.    Así que allí entraba ella, planeando de manera nada maliciosa un encuentro entre las tres, había dado muchas vueltas a la idea de invitar también a Chaerin pero recordó el distanciamiento que había mostrado, se sorprendió de lo mucho que había cambiado esa chica pues el brillo de sus ojos se había ido apagando poco a poco y de alguna manera se sintió un desastre por no haber sido capaz de acercarse a ella y preguntarle que andaba mal ¿que había pasado con el café intenso de su mirada? sin darse cuenta estaba en dando un paseo en el pasado mientras tenia el stereo a todo volumen con la siguiente canción:   
but still, don’t wear Converse low
something seems to be stuck to your Converse high
seems like you can’t take it off, I’m whoa
something seems to be stuck to your Converse high     En ese momento miles de las fotos mentales que había tomado a Chaerin de aquel milagroso trabajo equipo en donde las pusieron en el mismo grupo, la vio entrar con unas Converse rojas mientras llevaba unos jeans que enseñaban la actitud despreocupada que empezaba a tener, para ella era la perfecta imagen de la rudeza y se preguntaba como hacia para lucir tan fría y desentendida pero con timidez y hermosura a la vez ¿era eso posible? puede que si, sin embargo ninguno de esos pensamientos evitaron que recordara que algo nada grato podría estar sucediendole a Chaerin y