Una amistad dividida

Amistad dividida
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Acto 1

 

Aparece en el acto, en un escenario naturalmente playero, en las meras cercanías de la playa, dos niñas que jugaban sin cesar. Todos los días lo hacían en el mismo lugar, a la misma hora después de la escuela.

Fue en el año 2000, en una de las playas del pueblo de Tiburón. Era ya de tarde, casi por anochecer; y aquellas niñas se encontraban jugando a las carreras, a ver quién llegaba de primero desde la cabaña en la que vivía una de ellas hasta donde se encontraba una gran piedra, misma cuya punta todo el tiempo rompía las olas más grandes que salían de aquel inmenso mar abierto.

Sus nombres eran Yuri y Taeyeon. En aquel día, Yuri retaba a Taeyeon a una carrera, una última por cierto, de unas cuatro que ya llevaban. Taeyeon lucía ya algo cansada, pero aún dispuesta a introducir otra carrera más a su expediente de metros recorridos. Y nuevamente, en cuanto decían tres, dos, uno, y arranca... Las dos chiquillas se lanzaban corriendo cuan avestruces que corrían por mantener su supervivencia. La distancia entre la gran piedra y la cabaña de Yuri era algo larga, por lo que resultaba fácil cansarse por correr dicho trazado. Y justamente cuando recién acabaran de echarse esta última carrera, desde la cabaña de Yuri, se alcanzan a oír unos ruidos. Eran griteríos de niños. Otros niños, claro está. Y la curiosidad las asaltó por entero.

Se fueron acercando hacia aquel lugar donde se estaba dando la algarabía. Y con sorpresa vieron lo que estaba pasando: un grupo de niños se encontraban haciendo burlas a una pobre niña. Tres niños para ser exactos; y todos ellos se burlaban sin piedad ni misericordia de una indefensa niña al que por cierto no tenía nada que ver con aquellos niños. Aquellos chamacos ejercían dicha acción sólo por el placer de hacerlo. Y Yuri y Taeyeon sintieron harto coraje al ver aquella escena. Acto seguido, fueron en el auxilio de aquella criatura que se encontraba indefensa, tirada en el suelo y con algunos jalones en su cabello. No conformes con eso, uno de aquellos endiablados niños se hallaba con la clara intención de hacer más daño a aquella niña quitándole una paleta de caramelo que ella resguardaba con cierto celo entre sus diminutas manos.

Yuri tomó del hombro a uno de aquellos niños y le encestó un certero derechazo que lo tumbó en el suelo. Los demás niños vieron aquella escena inesperada y rápidamente fueron contra aquellas chamacas defensoras. Y de inmediato comenzó la redada. Una pequeña pero prontamente significativa batalla entre niños, y todo por una niña. Yuri le fue propinando otro derechazo a otro niño, pero éste la esquiva y responde con otro golpe, no obstante Yuri supo esquivarlo y acto seguido toma al chamaco por la camisa y lo jalonea hasta hacerlo caer en el suelo, para después patearlo con todas sus fuerzas, una y otra vez. Pobre diablillo, por cuanto le dolían aquellas patadas propinadas en cada uno de sus pequeños costados.

El tercer niño se peleaba contra Taeyeon, pero al ver que uno de sus compañeros era pateado por Yuri quiso hacerle daño a ésta última, mas Taeyeon lo alcanzó y lo jaló de la manga de su playera blanca, para después empujarlo en el suelo y darle su merecido.

La pelea siguió su curso, hasta que las dos niñas salvadoras consiguieron que los otros tres niños apretaran el paso y se alejen de una buena vez por todas de allí. Una vez que todo se normalizó, Yuri y Taeyeon acudieron hacia donde estaba la niña, la misma a la que terminaron salvando, no sólo de un tremendo maltrato psicológico sino también de una buena golpiza.

“¿Estás bien?”, le preguntó Taeyeon. La pequeña criatura no contestó enseguida, puesto que se encontraba llorando ante la horrible experiencia por la que acabara de pasar.

“No tengas miedo, no te haremos ningún daño”, expresó Yuri, sentándose a su lado, e intentando tranquilizarla. “Nosotras vivimos cerca del mar, mi casa no está lejos de aquí. Ella es mi amiga, se llama Taeyeon. Yo soy Yuri.”

“Vimos que te maltrataban. Se pasan de lanza.”, agregó Taeyeon.

“¿Por dónde vives?”, preguntó Yuri.

Como respuesta, la niña señaló con su índice izquierdo el otro lado de la calle que yacía allí algo lejos del mar. Y las niñas dedujeron que aquella chiquilla vivía cerca de un parque que había unas cuantas calles tierra adentro.

“Tranquila, no pasa nada. ¿No nos quieres acompañar a jugar un rato?”, sugirió Taeyeon.

“Quiero irme a casa, con mi mamá”, respondió la adolorida criatura. Entonces las valientes niñas ayudaron a la pobre criatura a levantarse y la acompañaron hasta su casa. La chica sostenía su paleta, toda jaloneada de la envoltura y la fue trayendo sobre su pecho durante todo el trayecto, protegiéndola de cualquiera que pudiera arrebatársela.

Más adelante Yuri y Taeyeon averiguaron el nombre de la niña a la que acabaron de salvar. Su nombre era Jessica. Jung Jessica, pero casi siempre todos la llamaban Jessie.

Y desde aquel entonces, las niñas comenzaron a frecuentar con aquel pedazo de ternura que tenían enfrente. Fueron conviviendo, jugando, trazando aventuras imaginarias de todo tipo y vivirlas como si fueran reales. El caso está en que Jessica, Yuri y Taeyeon se fueron convirtiendo en un trío dinámico de amigas, cuya amistad parecía que nadie más destrozaría. De aquel trío dinámico se forjó una hermandad tan fuerte, que no pasaba desapercibido para los habitantes de aquel pequeño pueblo.

A partir de aquí, se comienza a escribir una hermosa y a la vez triste historia de tres personas que convivieron juntas alguna vez; y hasta cuando comenzaron a tener más conciencia y empezaron a disfrutar de la vida, se darían cuenta de que algo entre ellas comenzaría a cambiar. Y dichos cambios se tornarían permanentes.

 

Acto 2

 

El tiempo pasaba inexorable. Los años atravesaban los corazones de la gente, cuan navajas pequeñas de doble filo, afectando y matando poco a poco las condiciones generales de las mismas personas, animales y cosas, que yacían andantes dentro de este enorme y misterioso lugar llamada espacio-tiempo.

El trío dinámico conformado por Jessica, Yuri y Taeyeon fueron cultivando una amistad sin precedentes. Más que sólo amigas eran como hermanas. No era para menos. Aquella niña que salvaguardaron de aquellos niños que atentaban contra ella resultó ser hija única de unos padres dedicados a la pesca, por lo que ambas niñas decidieron cuidarla y tratarla como la hermana que nunca tuvieron.

El tiempo pasaba de forma inalterable. Y aquellas chamacas juguetonas y traviesas se fueron convirtiendo poco a poco en un trío de personas grandes y decididas a emprender algo en sus vidas, pero eso sí, siempre juntas. Era una gran relación amistosa que parecía que jamás se iba a romper.

Justo en ese momento las tres yacían dentro de un parque, que se hallaba muy enfrente de la casa de Jessica. Conversaban sentadas en una de las bancas del parque. Lo solían hacer casi todos los días por las tardes y se quedaban un largo rato hasta el anochecer.

En un principio eran los juegos de niñas, ahora eran las pláticas y de todo tipo. Sin embargo, con el tiempo, otra cosa comenzó a tener lugar, algo que nadie más esperaba; y es que Yuri comenzaba a sentir algo por Jessica. En un principio no aceptó esta verdad, hasta que un día sintió que no pudo más y acabó por asumirse a sí misma una verdad tan contundente como esa.

Taeyeon, por su parte disfrutaba de la plática con aquellas dos muchachas más que nada en el mundo, más que con sus propios compañeros de colegio, aunque eso sí era algo reservada con su vida. Sin embargo era muy capaz de extender un tema justo en medio de una conversación. Y por lo que se refería a Jessica, ésta pasó a ser de una simple niña mimosa y temerosa a ser una mujer increíblemente bella y con aspectos propios de una chica de pueblo. Y al igual que Taeyeon, ella disfrutaba conversar, y muy a menudo era ella la que siempre iniciaba una charla.

Y tan pronto como que se había convertido en toda una señorita, comenzó a tener uno que otro pretendiente a sus pies. Incluso los niños que la habían maltratado de niña ahora buscaban la manera de estar junto a ella, hecho que casi siempre era disuadido por Yuri y Taeyeon, puesto que la cuidaban como si fuera una hermana, especialmente de aquellos muchachos.

Un día, después de un fatídico día, las tres se reunían para conversar acerca de la vida y sus frutos. En esta conversación Yuri casi no aportó nada a la plática, de hecho permaneció la mayor parte del tiempo mirando fijamente a Jessica.

Ella de algún modo correspondía a esas miradas, aunque de un modo muy discreto, pero era un hecho que no las esquivaba ni tampoco rechazaba. Y poco a poco, el amor hacia la hermana adoptiva se fue asentando cada vez más en el corazón de Yuri, la muchacha aprendía a amar, y esto resultaba bueno al final de cuentas, pues es parte de la vida enamorarse por lo menos una vez en algún periodo de la misma.

Puesto que hasta ahora nada había pasado aún; en una de esas tardes, cuando Taeyeon se había alejado de allí para comprar unas botanas, fue que la muchacha se lo dijo allí mismo, precisamente en ese rato que quedaron a solas. Jessica no supo que decir, jamás pensó que Yuri le fuera a decir algo como eso. Estaba a punto de articular palabra, pero ya no alcanzó a decir nada, puesto que Taeyeon hizo acto de aparición con las botanas en la mano, y justo en ese momento la muchacha decidió irse. Taeyeon no entendía lo que acabara de pasar y acusó con la mirada a Yuri.

“¿Y ahora qué le pasó?”, preguntaba Taeyeon a su amiga.

“Nada importante. Fue a ver si ya llegó el médico, para que revisen a su mamá”, respondió Yuri, inventando una excusa para justificar la ausencia de Jessica y despistar un poco a su amiga.

“¿Sigue enferma?”, pregunta curiosa Taeyeon.

“No, ella ya está mejor, pero creo que es por rutina. Su doctor teme que vuelva a recaer”, respondió Yuri, con una certera seguridad.

“Dios quiera que no. Esperemos que su mamá no recaiga de su malestar”, dijo Taeyeon. “Pero supongo que volverá.”

“No creo amiga, además mencionó que ya tenía sueño. Mientras a echarnos las botanas, ¿no?”

Y la buena Taeyeon no hizo más preguntas, aunque sí se quedó mirando por un largo rato la casa de Jessica, tan bien ubicada enfrente del parque. Estaba tan bien ubicada que la entrada del parque coincidía perfectamente con la entrada a la puerta de la casa de la muchacha, por lo que resultaba cien por ciento posible salir de la casa e ir hacia el parque justo en línea recta.

Taeyeon nunca sospechó de la situación actual que yacía sosteniéndose entre Jessica y su amiga Yuri. Nunca pensó que entre ellas comenzaría a existir una pasión muy amenazadora, un tórrido romance cuyas consecuencias podrían ser desastrosas e incluso amenazarían con romper aquella amistad forjada de años.

Con el tiempo, Jessica y Yuri correspondieron al amor y supieron ocultar muy bien su romance, jamás se atrevieron a anunciarlo a su mejor amiga. ¿Por qué no quisieron decirle nada a Taeyeon? ¿Sirve de algo ocultar un romance como éste enfrente de alguien que también es compañera de toda la vida? ¿De qué tenían miedo? ¿Una posible reprobación o algo similar? ¿O es que esperaban que por lo menos una rompa el hielo y tome la iniciativa de anunciar formalmente el noviazgo?

Los días pasaron, y un día Yuri recibe una beca para estudiar en el extranjero. Y en un momento a solas que tuvo con Jessica, lo platica con ella, viéndose obviamente la chica afectada por la noticia. Su hasta entonces primer amor, al que comenzaba a amar con todas las fuerzas de su pequeño y juvenil corazón, estaba por marcharse y no podía evitarlo.

“¿Es que tienes de irte? ¿Por qué no te puedes quedar?”, preguntaba casi suplicante la chica, como si su corazón no aceptara este hecho y quiera intentar retener a su amante.

“Es necesario. Por fin estudiaré la carrera que me gusta, y te aseguro que saldré allí con honores y podré ofrecerte algo mucho mejor que todo esto que tienes ahora”, le responde Yuri con una acertada seguridad en sí misma. “Además será por corto tiempo, unos tres años.

En tres años volveré a por ti y nos iremos de aquí, y viviremos en un lugar mucho mejor, Jessica. ¿Me esperarás? Júrame que hasta que regrese me esperarás.”

“Sí. Te esperaré, amor mío, todos los días, hasta el fin de los tiempos”, le confirma la chica su juramento. Y acto seguido las dos se besan, para después abrazarse y poco a poco comenzar a seducirse la una a la otra.

La noche era calmada, silenciosa y con una superluna estampada en el cielo, como haciendo acto de presencia en primera fila para contemplar ante sus propios ojos y con temida tristeza, la fuerza de un amor que comenzaba a arrasar contra todo, incluso contra aquella amistad forjada de años.

Tímida y callada era la noche, con sus estrellas y cielos despejados. El único ruido exterior que se tornaba presente era el de las olas, que iban golpeando una y otra vez aquel suelo arenoso, en la que, en años de antaño, dos niñas traviesas y juguetonas daban rienda suelta a las carreras.

La pasión se desbordaba, los cuerpos se unían en uno solo y una sola esencia predominaba. Y desde los interiores de aquella cabaña donde vivía Yuri cuan niña, se selló un pacto de amor entre ella y Jessica.

Después, a aquella pareja les esperaba una larga y tortuosa separación. Y esto no sería el final, sino el inicio de algo que aún no comenzaba y que marcará la vida de estos personajes para siempre.

 

Acto 3

 

Tras aquella desbordante noche de pasión entre dos aquellas jóvenes, siguieron otras más. Jessica y Yuri buscaron estar juntas el mayor tiempo que les sea posible, pero siempre a escondidas de todos e incluso de su mejor amiga Taeyeon, quien poco a poco fue sospechando de aquel noviazgo suscitado entre su mejor amiga y aquella mujer.

Para Taeyeon era muy raro que Yuri y Jessica se anduviesen dando expresiones faciales o se tratasen con más afecto de lo acostumbrado, lo que lo llevó a la suspicacia; y un día consiguió hablar con Yuri a solas.

“¿Tienes algo que ver con Jessica, Yuri?”, preguntó Taeyeon, buscando respuesta a su pregunta.

“De acuerdo amiga, ya que por el hecho de ser mi mejor amiga y de años, te diré la verdad”. Comenzó a tomar aire, y armándose de valor agregó: “Estoy enamorada de Jessica y ella de mí, tenemos dos meses de noviazgo, y nos sentimos completamente felices por ello.”

“¿Así que te enamoraste de Jessica, nuestra hermana?” expresó Taeyeon, perpleja ante las palabras de Yuri.

“Te corrijo que Jessica no es en sí nuestra hermana. Ni siquiera tú y yo somos hermanas, sino amigas.”

“Bueno eso es verdad, pero a lo que quiero llegar es que, en todos estos años hemos sido como hermanas, manifestó Taeyeon. “Y hasta ahora me entero que desde hace un rato comenzaste a cortejar a Jessica. ¿Por qué nunca se atrevieron a decírmelo?”

“En un principio por cobardía, porque a pesar de mostrarnos valientes en confesarnos nuestro amor, fuimos cobardes a la idea de hablarlo contigo”, contestó Yuri, con valentía, a la pregunta de su amiga. “Pero  ahora  veo  que  esta  actitud  nuestra  no  tiene  sentido  ni fundamento. Y qué bueno que ya lo sepas. Ahora que eres conocedora de esta pasión que siento por Jessica, quiero decirte que

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Comments

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Eriika
#1
Chapter 1: Oww en un abrazo
Jujeju
#2
Chapter 1: Por algún motivo vi venir ese final...T_T
DollySweet
#3
Chapter 1: oh por dios!! o.o un final inesperado
Just_Vicky-Jung
#4
Chapter 1: Muy hermosa la historia. Lloré mucho al final. Se que Sica no tenia justificación para su infidelidad, pero Tae se la supo hacer...Sencillamente encantador... T.T
anastasiadany
#5
Chapter 1: Nunca había leído algo parecido... Fue inesperado pero genial! :3
Parelo #6
¡Mierda! Puse Taeny, era TaengSic. Bueno, me encantó. :')
SoshiV
#7
espero no acabe yulsic xD
loveless_colors
#8
Chapter 1: Wow, qué tragico o.o totally unexpected x,x
starfl
#9
Chapter 1: Woaw! No me esperaba un final como este. Estuvo bueno pero que lastima las muertes... Mmm y Jessica descarada xD