Busco entre la multitud aquella mirada y sonrisa que me devuelva el alma al cuerpo, que me diga que todo está bien, que todo ha sido una maldita confusión y que siempre estará a mi lado, a nuestro lado, en esta familia.

Continúo buscando esperanzada de hallarla y poder ir hasta ella y atraparla entre mis brazos y evitar que se aleje de mi vida. No me imagino un día sin su presencia, sin su voz, sin percibir el dulce aroma que desprende su cabello, sin observar ese par de orbes en los que fácilmente me pierdo, ese sonrojo que se apoderan de sus mejillas cada vez que sin que las demás lo noten le regalo un inocente beso o caricia.

Quisiera cerrar los ojos y cuando vuelva a abrirlos, tenerla a mi lado con esa hermosa sonrisa dibujada en sus labios, esa sonrisa que me asegura que todo estará bien y que no hay nada de que preocuparse. Sé que debí haberme quedado buscándola y apoyándola en todo esto, pero ahora me encuentro aquí, cantando sus líneas, sintiendo ese vacío que deja en nosotras, escuchando su nombre ser coreado por ellos, quienes esperan que eso sirva de algo para que la situación cambie. Yo debería estar haciendo lo que ellos hacen, no aquí, no a miles de kilómetros lejos de ella.

Trato de contener las lágrimas que amenazan por desbordarse de mis ojos, debo mostrarles que no hay por qué estar así, que todo se solucionará, pero... ¿a quién quiero engañar? Esto me sobrepasa y una lágrima cae por mi mejilla, sí, lo sé, soy débil, ¿Pero cómo no serlo su quien es mi soporte y fortaleza no está a mi lado? si quien me alienta a seguir está sola, sintiendo que la hemos abandonado cuando no hemos sido más que simples e insignificantes marionetas de ellos que sólo piensan en los que les conviene.

Escucho como descuelgan el teléfono del otro lado de la línea, mi corazón se oprime al escuchar aquella viva voz ahora siendo sólo un triste susurro que contiene mi nombre, mis gafas oscuras, un regalo de ella, cubren mis ojos nuevamente vidriosos. Le pido que mantenga la calma, que solucionaremos esto pronto y todo seguirá siendo como hace unos días, ella tratando de cumplir sus sueños y nosotras apoyándola y alentándola.

Han pasado algunos días y no sabemos nada de ella después del pronunciamiento que envió a los medios, algo anda mal, le pregunto a Krystal si sabe algo de ella, pero no sabe nada, noto su preocupación en su rostro, ella tampoco la está pasando bien. Recurro a la última persona de quien quisiera recibir ayuda, pero sé que él sabe dónde puedo hallarla.

Toco el timbre con insistencia, éstas ganas de verla me tienen al límite, tenemos sólo unas pocas horas antes que el vuelvo a Tokyo salga, será nuestra segunda presentación sin ella. El sonido de la cerradura abrirse me saca de mis pensamientos y ahí está ella, frente a mi, sorprendida de verme. Me acerco a ella envolviéndola con mis brazos y acercando su cuerpo al mío, sus sollozos no se hacen esperar y ésta maldita sensación de morir se hace presente otra vez.

Me alejo de ella tomando entre mis manos su demacrado rostro, sus ojos me indican que no ha parado de llorar, limpio con mis dedos las lágrimas en sus mejillas, beso sus enrojecidos ojos una y otra vez mientras le repito por tercera vez en éstos dias que todo estará bien. Logra calmarse... ¿Extrañaste a ésta belleza?... Y una hermosa sonrisa se forma en sus labios que no dudo en besarlos... "Sabía que sí, éste cuerpo es difícil de no extrañar"... bromeo nuevamente consiguiendo una nueva sonrisa de su parte.

Con  su cabeza sobre mi regazo y yo acariciando sus cabellos, las escucho atentamente, cada detalle de lo sucedido, y de lo que podrá suceder en un futuro no muy lejano; no será una tarea fácil, lo sé, pero por ella soy capaz de todo… “Te amo mi Sica” … deposito un suave beso en sus labios… “Y yo te amo a ti seobang”… Me despido de ella contra mi voluntad, sabe que tendremos una presentación en Tokyo y a pesar de ser conscientes de que ya perdí mi vuelo, mi obstinada princesa me logra hacer ir, y aquí estoy, caminando por el aeropuerto dirigiéndome a tomar el siguiente vuelo.

Siento unos brazos envolver mi cuerpo en la oscura habitación, es ella, sé que trata de transmitirme fortaleza, pero rompo en llanto, y pronto siento seguirme en el mismo. El dolor es insoportable y Krystal que aún se encuentra aferrada a mi cuerpo lo sabe, sabe que quisiera poder regresar en el tiempo y evitar todo esto, evitar el sufrimiento de las chicas, el de nuestros fans, su propio dolor y el de Jessica. Sin ella no sé que haré, mi complemento, mi otra mitad, mi aire que respiro ya no estará conmigo, quisiera mandar todo al diablo,  pero no puedo, no puedo hacerlo después de la promesa que le hice, debo quedarme y ser fuerte por Krys, por ellas,  por todos, por mi Sica.

-¿Te irás?

-Es lo mejor.

-¿Me olvidarás?

-Ni así pasen mil años o me amenacen con pepinos para olvidarte.

-….

-No llores –sus dedos limpiaron las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.-

-Lo siento, es inevitable.

-Prométeme que cuidarás de Krys, esa niña necesita quien la mime.

-Lo haré, será como si estuviese cuidando de ti.

-Me pondré celosa –dibujó un gesto de enojo que sólo hizo que la menor envolviese el pequeño cuerpo ajeno con sus brazos.-

-No seas tontita.

-Yul… también cuida de las chicas.

-Lo haré.

-Te amo Kwon Yuri.

-Te amo mi Princesa de hielo.