Estoy sentada en una cama, mirando hacia el suelo, preguntándome ¿Acaso esta fue la decisión correcta? Levanto mi vista y veo la habitación del hotel, sin embargo ignoro todo y mi atención se dirige solamente a la persona que se encuentra frente a mí, Dara… ella está sentada, mirando hacia una pared que tiene frente a ella, su mirada está perdida, sus ojos sin vida, pareciera ser que aquel hombre que murió frente a sus ojos se hubiera llevado con él ese brillo que tenía en ellos hace unas horas.

Observando cómo se encuentra Dara en ese estado, me responde a la pregunta que me hice hace un momento. Sí, tomé la decisión correcta de quedarnos en el hotel por esta noche, además T.O.P sonrió cuando me vio y eso me dio un mal presentimiento. Sé que me están vigilando y puede ser que ellos me estén volviendo a esperar en algún punto de la carretera. Después de cómo me emboscaron la última vez y como quedó mi moto, no pienso arriesgar mi auto y mucho menos pienso arriesgar a Dara.

La veo otra vez y ella aún tiene esa mirada perdida, sigue conmocionada por lo que acabó de ver… sí, en definitiva el quedarnos en el hotel por esta noche es lo mejor para ambas.

De pronto Dara deja de mirar la pared para hacer que nuestras miradas se encuentren y aún no logro ver expresión alguna en sus ojos.

-Tenemos que hablar de lo que acabamos de ver- Le digo a Dara, tratando de hacer que ella hable y se desahogue

-Tienes razón- Ella frunce su ceño y esa mirada sin emoción comienza a ser invadida por enojo –¿Por qué no hiciste nada para salvarlo?- Dara me reclama

-Dara, él ya no podía ser salvado

-Si tan solo hubieras hecho algo más que estar mirando como moría ¡El seguiría vivo!- Ella me grita

-¡Dara él tenía una hemorragia!- Yo también grito, pero me doy cuenta que si ambas nos gritamos, no vamos a solucionar nada –Aunque hubiéramos podido detener su hemorragia externa, de todos modos habría muerto, ya que también tenía una hemorragia interna, así que era imposible salvarlo

Nos quedamos calladas, entonces caigo en cuenta que Dara tiene sangre en varias partes de su cuerpo, me molesto conmigo misma por haber ignorado el hecho de que ella está manchada de ese líquido rojo con el que mi destino se ha ensuciado.

Me levanto de la cama donde estaba sentada y me dirijo al baño, tomo una toalla, la mojo y regreso con Dara.

-Tengo que limpiarte la sangre Dara

Dara me sigue viendo con esa mirada dura, yo decido ignorarla y me agacho, comenzando a limpiarle las piernas y rodillas.

-Aunque lo hubiéramos podido salvar, él de todas formas habría muerto, el cazador lo volvería a buscar para matarlo, ya que él era su presa, ese era su destino Dara, absolutamente no podíamos hacer nada por él, así que por favor, deja de mirarme de esa forma

Termino de limpiarle sus piernas y comienzo a limpiar sus manos.

-Los cazadores son unos bárbaros asesinos- Al escuchar a Dara decir eso, yo me congelo

-¿Por qué dices eso?- Le pregunto y sigo limpiando sus manos

-No debió de haberlo matado de esa forma, no cuando había tantas personas en la calle, además de que lo dejó sufriendo hasta que se desangrara

-Dara, no todos los cazadores hacen eso ¿Sabes?- Termino de limpiarle las manos, después me paso a limpiar su cara y el cuello, dándome cuenta que Dara aún tiene esa mirada dura

-¿Tú cómo estás tan segura de eso?

-Solo lo he escuchado por ahí

-¿Solo lo escuchaste por ahí? La WPC los entrena como máquinas, personas sin sentimientos- Su comentario me molesta demasiado

-Te equivocas, muchos de ellos no quieren ser cazadores, no quieren matar

-¡Pero lo hacen! ¡Ellos matan!

-¡Ellos lo hacen para sobrevivir Dara! ¡No les dan opción!

-¡Si tienen opción, morir ellos!- Siento como algo en mi interior se rompe, el aire comienza a faltarme… duele… realmente duele –Estoy segura que con el pasar de los años, los cazadores le toman el gusto a matar- Escuchar esas palabras salir de su boca… hace… que ya no pueda callarme más

-¡A mí nunca me ha gustado matar y nunca me gustará!

-¿A ti?- Dara pregunta

-¡Con un demonio! ¡Yo soy un cazador Dara! ¡Soy uno de esos barbaros asesinos! ¡Soy una de esas máquinas sin sentimientos! ¡Soy… soy…!- Mi voz empieza a quebrarse –Soy un asco de persona- Y sin más las lágrimas salen –Soy la peor escoria que puede existir en este mundo y ahora ya lo sabes Dara, soy aquella clase de persona que mucha gente teme… que tú temes- Veo a Dara a través de mis ojos llenos de lágrimas, ella está callada, mirando hacia el suelo y sé que al revelarle esta verdad la he perdido –Sé que tú no me vas a aceptar por ser lo que soy– Dara me ve, ella abre la boca, sin embargo no sale ninguna palabra y a mí no me queda más que limpiar mis lágrimas y dibujar una falsa sonrisa en mi rostro –Fue… realmente fue hermoso el tiempo que pasamos juntas y aunque fue muy corto, debo admitirlo, es lo mejor que me ha pasado en años

Dara sigue sin decir ni una sola palabra y sé que este es el momento de irme, así que doy la media vuelta, camino hacia la puerta y por cada paso que doy siento como el nudo en la garganta se hace cada vez más grande, las lágrimas amenazan con volver a salir, de pronto siento como unos brazos me rodean y el cuerpo de Dara presiona sobre mi espalda, deteniéndome.

-Chae…- Ella solo pronuncia mi nombre en un susurro, pero se vuelve a quedar callada

-¿Qué estás haciendo?- Le pregunto

-Por favor… no te vayas Chaerin- Ella me abraza con más fuerza

-No me detengas, tú nunca me vas a aceptar

-Te equivocas, si no te aceptara, en este momento no te estaría deteniendo, además yo… yo…- Se vuelve a quedar callada. Sí, ella nunca me va aceptar. Intento zafarme de su agarre, pero Dara es más fuerte de lo que pensaba y me sigue deteniendo

-Por favor déjame ir Dara

-Chaerin yo… desde hace mucho tiempo sé que eres un cazador- Al momento de escuchar eso me congelo y solo puedo pensar en una pregunta

-¿Desde cuándo lo sabes?

-Cuando fuimos a la zona norte a buscar a Harin

-¿Cómo… cómo te diste cuenta?

-Vi el tatuaje del XXI cuando te llevaron al hospital- Ella toca ligeramente el lugar donde está el tatuaje –Además cuando me contaste la historia de tus anillos, confirmé lo que había visto- Observo los anillos que están en mi mano izquierda -Perdóname Chaerin

-¿Perdonarte?

-Sí, de verdad perdóname por lo que acabo de decir de los cazadores, es solo que… el ver aquella escena me afectó demasiado y olvidé que tú eras un cazador, así que por favor no te vayas

-Dara, tú odias a los cazadores, ¿Cómo podrías estar al lado de una persona que es un cazador? ¿Una persona que odias?

-No los odio

-Pero, aquella vez en nuestra primera cita aunque no lo dijiste lo reflejaste y hoy lo confirmaste…

-Sé lo que dije en aquella ocasión- Dara me interrumpe y después se pone frente a mí, viéndome directamente a los ojos –La primera vez que hablamos de los cazadores, dije que entre más lejos estuviera de ellos mejor ¿Sabes por qué lo dije?- Yo me quedo callada –Porque me estaba dando cuenta que me estaba enamorando de ti, yo no quería tener esos sentimientos por una persona que detestaba con todo mi ser y te detestaba no por ser un cazador, si no por tu personalidad, así que fue una forma de intentar que te alejaras de mí y no te voy a mentir, es cierto que yo les tengo… les tenía miedo a los cazadores, pero después de conocerte, me di cuenta que tenía una idea equivocada de ellos

-Dara ¿Por qué aceptaste salir conmigo?

-Porque sin querer encontré en ti algo que no era mi prioridad estarlo buscando y no sabía que realmente lo necesitaba- Estoy confundida

-¿Qué quieres decir con eso?

-Yo… yo una vez te dije que buscaba amar a una persona que me quisiera por quien soy y sabía que tú también estabas buscando lo mismo. Una persona que te amara, aceptando virtudes y defectos. Tú me has aceptado tal y como soy. Chaerin, yo… yo te amo tanto que no me importó que tú fueras un cazador, yo te amo, te amo tal y como eres, no cambiaría nada de ti y por favor nunca olvides esto que te acabo de decir.

Escuchar eso, hace que mi corazón se alegre, pero al mismo tiempo duela. Dara todo este tiempo me ha aceptado, ha aceptado que yo fuera un cazador.

Duele, pero lo que realmente duele, no es el hecho de ser un cazador, sino que sé que muy pronto perderé a esta gran mujer que me ha aceptado, que me ama por quien soy. Ji Yong al fin he encontrado a mi Han pero, mi Han… mi Dara, es mi presa.

-¿Por qué estás llorando otra vez?- Ella me pregunta

Sin darme cuenta, las lágrimas habían salido otra vez, tengo miedo de lo que estoy sintiendo, de lo que nos va a pasar a las dos si seguimos con esto. Doy unos pasos hacia atrás, intentando alejarme de esto, pero antes de que dé un paso más Dara me toma de la mano y ella sin más captura mis labios, dándome un beso suave y lento que no dura mucho, pero que sin embargo hace que ese miedo que tenía hace unos instantes desaparezca.

-Por favor no te vayas, no huyas de mí- La veo a los ojos y decido ya no huir más, Dara se está convirtiendo en mi todo

-Nunca me iré Dara… yo también te amo- Le digo

Aunque esas dos palabras dicen muy poco de lo que realmente siento. Y he decidido que desde ahora, no perderé oportunidad alguna para decírselas, hasta que llegue el momento de separarnos.

-Oh Dara, no sabes cuánto te amo- Me acerco a ella

-Entonces házmelo saber, hazme saber cuánto me amas Chaerin- Dara se acerca más a mí, tocando nuestros cuerpos

El escuchar salir de su boca esas simples palabras y sentirla así de cerca, hace que algo dentro de mí se encienda y sin poder resistirlo más la tomo de la cintura y la beso, ella pone sus brazos alrededor de mi cuello profundizando el beso, un beso el cual no es para nada suave y tierno, es todo lo contrario, un beso lleno de desesperación, necesidad y deseo, poco a poco mis manos comienzan a recorrer su cintura, espalda y glúteos, entonces siento como las manos de Dara también recorren mi espalda. Mi boca se traslada hacia su cuello, besándolo, escuchando como la respiración de Dara está agitada y mis manos piden tocar piel, así que sacan la blusa de su falda para poder al fin meterlas y poder tocar su cadera, su abdomen y su espalda.

-Vaya- Digo mientras sigo besando su cuello

-¿Qué sucede?- Ella me pregunta

-Al parecer no estaba equivocada cuando supuse que no traías sostén

-Oh eso, lo hice con toda la intención del mundo, para que cuando llegara el momento de que me hicieras tuya, tuvieras menos ropa que quitarme- La dejo de besar y la veo a los ojos

-¿Y cómo sabías que esta noche iba a suceder?- Enarco una ceja

-Chaerin, no nos hagamos tontas, es obvio que desde hace tiempo tú quieres hacerme tuya y yo he estado ansiando el momento en el que sucediera y estaba casi segura que esta noche lo ibas a hacer por la forma en como me besaste en la mañana- Yo abro la boca para decir algo más, pero antes de que salga una palabra de mis labios, Dara me besa –Por favor ya no digas nada más y hazme tuya, hazme el amor

Dara no tuvo que decirlo dos veces, porque después de que escuche esas palabras, mis manos inmediatamente desabrocharon su blusa y mi boca atrapa sus labios, entonces poco a poco caminamos hasta topar con la cama y acostarnos en ella, Dara quedando debajo de mí, ella entre abre su boca, dejando pasar mi lengua, recorriendo cada rincón de ella, mientras que una de mis manos se posiciona en uno de sus pechos desnudos y la otra en uno de sus muslos, ella gime, siendo el sonido ahogado por el beso.

Necesito… necesito tocar más piel, hay demasiada ropa y al parecer no soy la única que piensa eso.

Las manos de Dara están jalando mi playera logrando quitarla, dejándome sólo en sostén y yo también procedo a despojarla por completo de su blusa, dejando sus pechos completamente descubiertos, contemplándolos…

-Hermosos- Es la única palabra que sale de mi boca al ver sus senos

-No más que los tuyos, de hecho, desde