A/N: *deja capítulo, toma su pasaporte falso, se pone sus lentes oscuros y su gorra y huye a la frontera*... el siguiente capítulo ya está en camino!!

Una blanca y solitaria habitación, las cortinas cerradas para evitar la intromisión del viento helado invernal, las luces siempre tenues, iluminando sólo el rostro de la persona que dormía sobre la cama.

Su rostro siempre sereno como si nada a su alrededor estuviera girando, como si todo en su vida sólo se encontrara en una eterna pausa; una pausa con la que silenciosamente estaba luchando por terminar.

La blanca puerta de madera que lo mantenía prisionero, se abrió brevemente para dar paso a la misma mujer de blanco de todos los días. Una rápida revisión y eso sería todo.

Una rutina que parecía no tener fin.

Nuevamente la puerta abierta, y esta vez la figura que apareció detrás de ella, era un hombre. Un hombre vistiendo un impecable traje negro y la vieja expresión de frialdad; a su lado, otro hombre de traje blanco y expresión solemne, observando al hombre dormido en la cama.

-no veo ningún avance, es imposible determinar cuanto tiempo estará en ésta condición – habló el hombre de blanco, de pie al lado del paciente en la cama

-lo que sea necesario doctor… esperaremos pacientes por su despertar – salieron las frías palabras, de boca del hombre de negro

El hombre de blanco se retiró de la habitación, dejando al hombre de negro a solas con el paciente que dormía como si nada hubiese cambiado en su vida.

-duerme bien Eric… no te preocupes por tu noviecito, lo estoy cuidando muy bien – habló JungHyuk con malicia, susurrando cada palabra con suavidad, contra el oído de su hermano.

-señor… - llamó Sang Hoon, asistente personal de JungHyuk

-vámonos de aquí – respondió JungHyuk, saliendo de la habitación de su hermano.

La máquina que medía los latidos de Eric, empezó a dar una tonada diferente, a la acostumbrada de todos los días.

-lo tienes? – habló JungHyuk a su chofer y asistente, quien estiró su brazo hacia el asiento trasero del auto, entregando en manos de su jefe, dos gruesas carpetas.

-todo lo que el detective pudo averiguar – habló Sang Hoon, emprendiendo la marcha para la abandonada mansión Mun.

Era un día como cualquier otro. Al menos para JungHyuk, era un día normal sin importancia.

En unas horas más, todas las personas estarían celebrando y brindando por el nuevo año que vendría, para JungHyuk, sería la oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan sin levantar sospechas de nadie.

Temprano por la mañana y acostumbrado ya, a mentir para salir del departamento que compartía con el bello HyeSung, JungHyuk realizó su primera visita a su hermano que aún permanecía en coma, abandonado en esa fría cama de aquel hospital.

Abriendo las carpetas entregadas por su asistente, JungHyuk leyó cada papel con fría cautela, deteniéndose ampliamente a observar con cuidado, las fotografías que brillaban por si mismas dentro de la primera carpeta. Mas en la segunda carpeta, JungHyuk sintió un retortijón en el estómago, que hacían nacer en él, las ganas de golpear el rostro de la persona dibujada en las fotografías, que sostenía en su mano derecha.

-es todo? – interrogó JungHyuk a su asistente, cerrando las carpetas

-todo lo que se pudo averiguar… - reafirmó el conductor del auto

-cómo es que HyeSung modeló en los desfiles de caridad y nunca lo vi? – se preguntó JungHyuk asimismo, lo suficientemente audible como para que su asistente lo oyera

-nunca fue a esos eventos, Señor… siempre evitó todo lo que tuviera que ver con los negocios de su abuelo – habló el joven asistente, estacionando el auto en la puerta principal de la mansión.

JungHyuk bajó del auto, saludando fríamente con la mirada a los empleados que se habían reunido para recibir al jefe que no veían desde hace varios meses.

-Señor – alcanzó Sang Hoon unos documentos a su jefe, una vez los dos hombres a solas en el despacho de éste.

-cuántos son? – interrogó JungHyuk, apenas leyó el encabezado del informe

-tenemos tres hombres dentro pero aún no nos hemos acercado lo suficiente – explicó Sang Hoon, tomando asiento en la silla frente al escritorio de su jefe

-todavía me están buscando… - balbuceó JungHyuk

-tenemos grandes expectativas con la gente que hemos infiltrado, es cuestión de tiempo para ganar la confianza de ésa organización y aniquilarlos… entonces usted podrá regresar a casa – las palabras de Sang Hoon, dejaron cierto descontento en JungHyuk, quien sintió un extraño escalofrío recorrer su cuerpo, a la mención de la palabra “casa”.

-sigan vigilando a Eric, tenemos que estar atentos para cuando despierte – decidió cambiar el tema JungHyuk.

-los doctores no le ven muchas esperanzas, sin embargo tengo a mi gente las 24 horas vigilando si es que hay algún progreso – afirmó Sang Hoon, colocándose de pie, en dirección a su jefe que permanecía de espaldas, mirando el jardín a través de la ventana

-… por que cuando él despierte… usted deberá desaparecer de esa casa…

Las palabras cayeron como un baldazo de agua helada sobre JungHyuk.

Caminando solitariamente por las frías calles, un muy melancólico Lee Minwoo, recorría por tercera vez el viejo camino que solía recorrer, en compañía de su gran amigo Kim Dongwan.

El viejo camino que solían recorrer cuando se encontraban solos sin nada que hacer, mas que soportar la compañía del otro en medio de sus solitarias y aburridas vidas. Aburridas vidas que Dongwan había abandonado hace varios meses, luego de conocer a la bella y enigmática Eun So.

Sí, la misma Eun So, que Dongwan había conocido aquel día en la librería, cuando su curiosidad por el caso de su amigo Eric Mun, lo había llevado hasta ese lugar a conocer el amor.

Amor, una palabra que Dongwan jamás pensó, podría existir en su diccionario. Una palabra pequeñita y grande a la vez. Una palabra que le estaba ganando a Dongwan, los días más felices de su vida. Días de ensueño, de los que no quería despertar.

Mas el que quería despertar de esa pesadilla, era Minwoo. Por que para él, su vida se había convertido en una gran pesadilla, el día que su gran amigo Dongwan, presentó a la joven Eun So como su novia.

Minwoo nunca creyó que podría ver a su gran amigo de una manera diferente. Se lo habían contado tantas veces, lo había visto en sus dos mejores amigos. Lo veía a diario en las publicaciones de los mangas, que la empresa para la que trabajaba publicaba, pero ésta era la primera vez que Lee Minwoo, podría decir que sabía lo que era estar enamorado de un hombre.

La gran amistad sostenida por años, en algún punto logró transformarse en algo más, teniendo a Minwoo como la primera víctima de un sentimiento que ahora lo estaba asfixiando. Porque Dongwan era feliz.

Dongwan era feliz pero con otra persona.

Minwoo no podía creer hasta ahora, cómo es que dejó que esos sentimientos quedaran reprimidos dentro de él, hasta ser demasiado tarde para dejarlos salir. Por que una vez que Minwoo aceptó que lo que sentía era real, Dongwan ya había confirmado su noviazgo con la joven Eun So, el día de su cumpleaños, rompiendo las esperanzas que acababan de nacer en el pequeño hombre, cuya valentía había llegado demasiado tarde.

A Minwoo ahora sólo le quedaba lamentarse y maldecirse por una cobardía que le ganó la soledad y los paseos tristes por las viejas calles que solía transitar, al lado del que alguna vez fue su gran amigo, y ahora había perdido doblemente.

Doblemente pues no solo lo perdió como compañero de aventuras, sino también como futuro amante.

-todos estamos listos para esta noche, menos HyeSung hyung… - hablaba Junjin, sosteniendo el teléfono entre su oído y su hombro, tratando de sacar algo del refrigerador

-no hay nada que podamos hacer, ya le hemos dicho de todo para convencerlo pero si quiere quedarse en casa… - respondía Andy del otro lado de la línea

-no me gusta la idea de dejarlo solo con Eric Hyung… hay algo extraño en él últimamente – argumentaba Junjin, tomando ahora un plato de la alacena a sus espaldas

-perdió la memoria Jinnie… es obvio que no es el mismo

-hay algo más de diferente en él que sólo la pérdida de sus recuerdos…

-a que te refieres? – se mostró Andy curioso por primera vez en la conversación

-no lo sé… pero… hay algo diferente… su personalidad es muy distinta… es como si fuera una persona completamente diferente…

-un extraño con cara de Eric?... – habló Andy con una sonrisa juguetona en los labios

-hey no te burles! Estoy siendo serio… hay algo extraño… me preocupa Sungie hyung – la voz de Junjin dejó notar preocupación, lo que hizo que la otra persona en el teléfono, cambiara también su expresión a una más seria, como lo requería el momento

-HyeSung hyung va estar bien… en cuanto a Eric… sé que es repetitivo pero él ha perdido la memoria, hay muchas cosas aún que son nuevas para él… constantemente le hablamos de cosas de las que no tiene ni idea y pues… debe ser incómodo que todos le  hablemos y él no puedo recordar nada – trató de tranquilizar Andy a su amigo

-pero no crees que es extraño que hasta ahora no nos haya pedido ver a sus padres o conocer a su familia? – insistió Junjin, con un tono más firme

Por unos segundos la conversación quedó en silencio.

-hyung le contó de su familia y creo que… debe ser difícil, ya que sus padres viven tan lejos… ves que Sungie hyung ni siquiera les ha dicho que Eric hyung perdió la memoria… - explicó Andy

-es él quien le insiste para que no hable con sus padres… Sungie hyung ya no sabe que excusa más inventar, cada vez que habla con ellos… - suspiró Junjin pesadamente, abandonando el sándwich, que estaba preparando, en la cocina

-no sé qué decirte… - murmuró Andy

-te lo dije… hay algo extraño en él… y quiero saber qué es… - estableció Junjin firmemente.

La noche cayó tan rápidamente, que no se dio cuenta, cuando las luces de la mañana, que iluminaban el departamento se apagaron dando paso a la oscuridad.

HyeSung permanecía silencioso, sentado en su viejo sofá, abrazando un cojín para protegerse del frío que caía  por todo el departamento. Los ojos abiertos pensando en la nada y la expresión seria y solemne que había aprendido a sostener desde hace varios meses.

El silencio y la soledad, llenaban un espacio que antes era risas y amor.

-por qué estás a oscuras? – se oyó la voz penetrante y profunda del hombre cuyo rostro era del hombre que amaba, mas el interior definitivamente era diferente.

-me quedé dormido – mintió HyeSung con voz calmada, levantándose del sofá

-espera… - detuvo JungHyuk a la bella criatura, sosteniendo su muñeca

-no me dejes solo hoy… no cuando estamos a un par de horas de despedir el año – sonrió JungHyuk extrañamente.

HyeSung sólo miró al hombre frente a él, incapaz de reconocer a su Eric, aún con esa sonrisa que lo invitaba a sonreír.

-solo un rato… estoy muy cansado… - se rindió HyeSung finalmente, regresando al sofá

-traje comida… te gustará! – habló JungHyuk desde la cocina, extrañamente de buen humor.

Definitivamente había algo más que diferente en Eric, el día de hoy.

HyeSung se sorprendió, al ver que Eric había traído nada más y nada menos, que sus platillos favoritos para cenar.

JungHyuk dejó salir una sonrisa victoriosa, al ver el rostro sorprendido del bello hombre frente a él. Definitivamente leer el reporte sobre HyeSung, que el detective privado que contrató, le entregó horas antes, le estaba ganando buenos resultados para sus planes futuros.

-c-cómo… - susurró HyeSung, aún sorprendido con la comida puesta en la mesa

-no lo sé… de pronto vino a mi cabeza… y tuve la seguridad que te gustaría… - habló JungHyuk suavemente, ganando nuevamente otra expresión de sorpresa del bello HyeSung

-lo-lo recordaste?...

La cena fue más que una sorpresa para el conmovido HyeSung. JungHyuk había logrado derribar esa barrera que HyeSung había colocado entre los dos, citando algunos de los recuerdos personales de la bella criatura, que parecía estar cada vez, más convencido que su Eric estaba regresando a la normalidad.

Mas para JungHyuk, todo era parte de un plan perfectamente elaborado. Y la parte más importante del plan, llegaría precisamente en estos minutos, cuando HyeSung regresó al sofá, sonriendo como no lo había hecho en semanas.

-un brindis por el nuevo año? – habló JungHyuk, tomando asiento al lado de HyeSung en el sofá, dos copas en una mano y una botella de finísimo champagne en la otra.

HyeSung dio una mirada dubitativa en dirección de la tentadora botella que sostenía su novio

-solo una – habló finalmente la bella criatura

JungHyuk sonrió, vertiendo el líquido en las copas que parecían resplandecer ante sus ojos.

-aún faltan dos horas, no deberíamos esperar? – detuvo HyeSung a su novio, cuando éste le alcanzó la copa a sus manos

-por los recuerdos que ya están regresando? – mostró JungHyuk su copa, chocándola suavemente contra la copa de la bella criatura.

JungHyuk rió, saboreando el éxito de su plan, cuando HyeSung llevó la copa a sus labios, tomando un pequeño sorbo del líquido.

-por qué no me cuentas sobre nosotros?... a lo mejor así pueda recordar algo más

Las palabras de JungHyuk dejaron atónito al bello HyeSung. Era la primera vez que Eric, le pedía que le contara sobre su historia. Y por supuesto que HyeSung estaba más que contento de poder hablar al fin, de la hermosa relación que sostenía al lado del verdadero Eric Mun.

El alto sonido de la música y los constantes giros de las luces, hacían que la cabeza de Junjin se sintiera como si estuviera a punto de estallar. Andy a su lado, no estaba menos incómodo con el lugar elegido para la celebración del nuevo año.

-por qué no fuimos al lugar de siempre? – se quejó el menor

-por que Dongwan dejó que su novia eligiera el lugar… no tenemos opción – respondió Minwoo, tomando su tercera copa de vodka.

Andy dejó salir un pesado suspiro, apoyando la cabeza luego en el amplio hombro del divertido Junjin, que parecía ausente del lugar.

-te pasa algo Jinnie? – interrogó Minwoo

-sigue pensando en Sungie hyung – contestó Andy por su amigo

-qué pasa con HyeSung?

-Jinnie cree que Eric hyung… no es Eric hyung… - explicó Andy con desánimo en sus palabras

Minwoo lanzó una mirada interrogativa contra los menores.

-ese tipo se ha estado comportando muy extraño no creen? – habló Junjin por primera vez

-a que te refieres?... – presionó Minwoo, tomando otra copa de vodka

-no quiere hacerse tratar por un especialista, no quiere hablarle a sus padres, no quiere que le hablemos de su pasado, sale de casa a quién sabe dónde y no me gusta la manera en la que a veces mira a Hyung – explicó Junjin rápidamente, ganando las miradas pensativas de los dos hombres en la mesa

-no crees que estás siendo un poco dramático? – habló Minwoo nuevamente

-díganme si no han pensado que Eric podría no ser Eric – habló Junjin con tono molesto a sus amigos

-como un hermano gemelo malvado? – rió Minwoo repentinamente, luego de cavilar sobre las palabras dichas por Junjin

-claro! Búrlense ahora! – se levantó Junjin de la mesa, completamente molesto

Andy salió corriendo detrás de su amigo, mientras que Minwoo dividía sus pensamientos entre la posibilidad de que el hombre viviendo en casa de HyeSung sea un impostor, y la manera de sacar a su gran amigo Dongwan, a quien podía ver bailar muy contento con su novia, de su corazón.

-… y luego te caíste en medio de la lluvia!

HAHAHAAHAHAHA!!

Se podían oír risas por todo el departamento, llenando lo que minutos antes era una atmosfera calmada y casi silenciosa.

Sólo una hora le tomó a JungHyuk para que, entre historias y anécdotas, verter más y más champagne en la copa del bello HyeSung, quien ahora había olvidado completamente la barrera que debía existir entre él y el hombre que estaba sentado muy cerca suyo.

-esto es muy divertido… cuéntame más – insistió JungHyuk nuevamente, vertiendo las últimas gotas que quedaban rezagadas en la finísima botella de champagne, en la copa del ya muy ebrio HyeSung.

-no puedo… ya no recuerdo más… ahora al que se le fue la memoria es a mí! – rió HyeSung tontamente, bebiendo todo el líquido en su copa de un solo sorbo

JungHyuk sonreía ante su obra. Era sólo cuestión de minutos para que la fase final de su plan se considere como un éxito rotundo.

Pero HyeSung, siendo HyeSung, de pronto empezó a cerrar los ojos y dejar caer la cabeza contra su pecho. JungHyuk entró en pánico.

-hey, hey… no te duermas – sujetó JungHyuk la barbilla del bello HyeSung, sosteniendo su rostro muy cerca al suyo

La visión de HyeSung era borrosa y sus sentidos le decían que ya era hora de ir a la cama. Mas sus sentidos se desconectaron, cuando sintió los fríos y húmedos labios de quien creía era su novio, sobre los suyos.

JungHyuk saboreó con gran placer su victoria, al sentir que el bello hombre que sostenía entre sus brazos, correspondía al fin sus besos.

Y fue mucho más de lo que JungHyuk pensó que sería. El sentimiento que empezaba a arder dentro de él, superó por mucho sus expectativas, llevando a JungHyuk a tomar la iniciativa y alzar a la bella criatura en brazos hasta su habitación, con una desesperación desconocida.

HyeSung no sabía lo que hacía, por dentro sus pocos instintos despiertos le decían que debía parar, por fuera sus músculos estaban completamente adormecidos por el alcohol, siendo incapaz de sentir cuando la camisa que cubría su pecho, abandonó su cuerpo y se encontraba ahora yaciendo sobre la alfombra. Tampoco sintió cuando sus pantalones fueron removidos y el cuerpo que creía reconocer, como el del hombre que había amado por tres largos años, se encontraba sobre el suyo.

Era una noche oscura. Tan oscura como el alma del hombre que estaba tomando lo que no le pertenecía. Tan oscura como la visión del bello hombre, cuyos ojos empezaban a cerrarse del cansancio.

Una noche oscura que ocultaría el pecado de un hombre que empezaba a descubrir el verdadero significado de la pasión.

Una noche oscura que despertaba los ojos de un hombre que ya estaba cansado de dormir.