O n e

H a d a

 

Jonghyun trató inútilmente de despegar su mirada de la entrada cuando las puertas de madera obscura antigua se abrieron de par en par. Sintió como las respiraciones de las demás personas que estaban junto a él se detenían, el silencio rebotando sobre las paredes de concreto tapizadas con cuadros valiosos, creando un estado de total expectativa. 

 

 

Nadie se movió cuando la hermosa criatura se posó sobre el terciopelo rojo de la alfombra del centro del pasillo, donde todos inmediatamente se hicieron a un lado, inclinándose, para dejar que él pasara. 

 

 

Jonghyun sintió que su ruborizaba cuando los ojos castaños, adornados por enormes pestañas obscuras se posaban por varios segundos sobre él. 

 

 

 


Eso no era nada nuevo, desde hacía varias semanas habías captado la mirada de él sobre su persona. Al principio creyó que era sólo su imaginación, pero luego comenzó a notar un patrón. Cada que la hermosa criatura estaba cerca, sus ojos se posaban sobre él más de la cuenta, creando en la cabeza de Jonghyun un laberinto de preguntas que llegaban a ningún lado. 

 

 

Kibum jamás, en los años que Jonghyun tenía viviendo bajo el mando de la Familia Kim —aquel lugar en el que había crecido—, lo había mirado más de lo necesario. Pensó, quizá, que sólo sería algo pasajero, efímero. Así que decidió pasarlo por alto, disfrutando de los momentáneos segundos en los que Kibum, como la perfecta y hermosa criatura que era, se atrevía a mirarlo, sintiéndose halagado ante tan insignificante gesto.   

 

 



Con la cabeza inclinada con respeto, esperó ansioso hasta que Kibum cruzó el pasillo y se adentró a la primera puerta al frente, hacia el despacho de su padre. Jonghyun se dispuso a regresar a sus labores, cuando distinguió la intensa mirada de Jinki, asistente y mano derecha de Kibum, sobre su persona. Lo cual lo hizo sentirse ligeramente intimidado. Sintió la necesidad de preguntarle qué necesitaba, pero entonces recordó su posición. 

 

 

A él no se le permitía dirigirle la palabra a ninguno de sus superiores, a menos que ellos lo hicieran primero, y si lo hacía, le esperaban castigos bastante rigurosos, como trabajar en los sótanos.  

 



Él jamás lo había hecho, pero según Minho, uno de sus amigos, era una verdadera tortura, teniendo en cuenta que todo lo que resonaba en las paredes era el eco de gritos, lamentos y llantos de personas y criaturas que obviamente ya no estaban ahí.  Minho había tenido la osadía de haberle elevado la voz a uno de los invitados de la Familia Kim, durante el aniversario 356 del matrimonio. Jinki lo había descubierto, mandándolo inmediatamente hacia los sótanos.  Jonghyun tuvo la necesidad de intervenir aquella  vez, porque, y aunque parte de su entrenamiento era soportar los desplantes de criaturas como Taemin, uno de los príncipes brujos herederos de la Familia Lee y amigo cercano de Kibum, Minho le rogó con los ojos para que no lo hiciera y haciendo una reverencia se retiró, observando una sonrisa victoriosa en los labios del príncipe.  

 

 

 

 

Ese maldito chiquillo era un dolor de  cabeza y se las arreglaba para meter a cualquiera en problemas. 

 

 

 

 

Desde aquella ocasión, Minho no había vuelto a ser el mismo y su comportamiento había cambiado completamente. Zelo, uno de los trabajadores más jóvenes y también amigo cercano, le había dicho que no sólo se debía a la estadía de Minho en los sótanos, sino a la descendencia que éste poseía. Minho era mitad humano, mitad hombre-lobo. Una combinación bastante común.  

 

 

A Jonghyun no le gustaba la sensación de sentirse observado, juzgado por ser lo que era, un mortal.

 

Un accesorio remplazable.

 

Una mascota de la Familia Kim.

 

Un no-mágico. 

 

 

 

 

Eran escasos los humanos puros que caminaban sobre la tierra. La gran mayoría eran demonios (como los vampiros y hombres-lobo)de ahí se desplegaba un montón de criaturas mágicas (como las hadas, brujas y duendes) o angelicales (ángeles caídos, principalmente), que por supuesto, y como todo en el mundo, había tanto buenos como malos. Independientemente de su familia de procedencia. 


 

La familia de procedencia, según lo que Jonghyun entendía, era la sangre que los padres poseían. En su caso, sus padres, quienes también trabajaban para la familia Kim, eran humanos puros. No obstante, los padres de Kibum eran muy diferentes. Mientras su padre era un ángel caído (con descendencia demoniaca, obviamente), su madre era una hada puraPor lo cual, los rasgos de Kibum eran plenamente los de una hada. 

Jonghyun agradecía infinitamente eso, aunque hubiera sido interesante ver a Kibum con alas obscuras como las de su padre, en lugar de las alas color atardecer, heredadas de su madre, que lo hacían ver hermoso. Como todo él. 

 

 

 

Jonghyun envidiaba a todos a su alrededor. 

 

 

 

La gran mayoría tenía una ligera descendencia, como Minho. Zelo, por otro lado, era mitad duendemitad vampiro. Y así podía seguir, haciendo combinaciones todo el día si quería.  Y dependiendo de la descendencia era la forma en como los dividían para las tareas. Jonghyun formaba parte de los encargados de la limpieza, lo cual no le disgustaba en lo absoluto, pues tenía acceso total a todas las habitaciones de la mansión Kim, y no había lugar en la mansión que no conociera. 

 

 

Lo cual era una ventaja, así podía observar a Kibum sin que nadie lo descubriera. 

 

 

No obstante, la mañana siguiente, cuando se encontraba limpiando el comedor principal después del almuerzo, sintió la extraña sensación de sentirse observado, de nuevo. No quiso sentirse paranoico, y continuó con su tarea.  Durante la tarde, después de la comida, volvió a sentir la misma sensación. Cuando llegó su descanso ya entrada la tarde, que comúnmente los tomaba en el jardín trasero de la mansión, caminando entre las plantas que adoraban el lugar, se sorprendió al percibir, no sólo la mirada incesante de alguien o algo sobre él, sino que también, esa criatura o lo que fuera, parecía que lo estaba siguiendo. Años de haber trabajado junto a Minho lo habían forzado a sensibilizar sus sentidos como los de su amigo, lo cual era de mucha ayuda en situaciones como ésta 

 

 

Caminó apresurado entre los árboles, sintiendo la presencia tras éincrementando la velocidad también. 

 

 

¿Un vampiro?. Pensó, mientras se perdía entre los arbustos, aguardando para sorprender a quién fuera que lo estuviera siguiendo. 

 

 

Cerró los ojos un momento, tranquilizándose lo suficiente como para afinar sus sentidos. Unas pisadas más por parte de la criatura y él saltó de entre los arbustos, sobresaltando a aquél frente a él. 

 

 

¿Qué demonios? 

 

 

“¿Zelo?”. Llamóevidentemente confundido, ayudando al pequeño vampiro que estaba aún en el suelo, respirando con dificultad.

 

 

Zelo desvió su mirada, aparentemente avergonzado al verse descubierto. 

 

 

“¿Has sido tú quien me ha estado siguiendo todo este tiempo?” —. Preguntó Jonghyun, una vez que los dos estaban más tranquilos. Observó al vampiro asentir con la cabeza tímidamente. 

 

 

Jonghyun suspiró, obviamente decepcionado del comportamiento infantil del otro. 

 

 

“Sabes que no debes de hacer eso, si hubiera sido otro te hubieras metido en graves problemas, ¡No eres un niño, Zelo, deberías de compararte adecuadamente!”. Regañó Jonghyunobservando de cerca los movimientos que el otro estaba haciendo. Y, a pesar de que Zelo era varios centímetros más alto que él, comúnmente el vampiro actuaba como un niño pequeño, asustadizo cuando Jonghyun le gritaba.  Jonghyun suponía que era por el agotador entrenamiento al que había sido sometido, dado que era uno de los encargados de cuidar la entrada a la mansión. 

 

 

“Una responsabilidad muy grande para alguien tan joven…”. Había pensando Jonghyun la primera vez que vio al vampiro. 

 

 

Dejó sus recuerdos de lado, al notar el semblante nervioso del otro. 

 

 

“Algo no estaba bien”Pensó Jonghyun cuando Zelo no respondió a su regaño y sólo asentía obedientemente. Él no se comportaba así y Jonghyun lo sabía. Cuando lo regañaban, fuera quien fuera, fruncía el ceño y hacia una mueca graciosa con los labios, cruzándose de brazos, tratando de evitar que notaran su semblante asustadizo. Pero ahora, el Zelo que tenía en frente, miraba nervioso a los lados, como si temiera que alguien lo descubriera. 

 

 

Jonghyun, tomó al vampiro del brazo, comenzando a arrastrarlo hacia la mansiónEl otro gritó sorprendido. 

 

 

¿Qué estás haciendo?”—. Dijo, evidentemente asustado. 

 

Pero Jonghyun no respondió, sino que continuó jalándolo sin detenerse. 

 

“Voy a descubrir quién eres y que le has hecho a  Zelo…”—. Mencionó con indiferencia, y sintió a la criatura detenerse de lleno. 

 

¡Pero yo soy Zelo, Jonghyun!”—. Gritó el vampiro, mientras trataba de zafarse, no obstante y aunque Jonghyun era humano, no tenía la fuerza de uno. De nuevo, gracias a Minho, y sus estúpidas rutinas de ejercicios 

 

¡No, no lo eres!”—. Gritó Mi Zelo nunca me llama Jonghyun, siempre usa ese irritante hyungieeee” —. Imitó la voz chillona del vampiro y la criatura abrió los ojos con sorpresa y horror. 

 

 

Jonghyun se dispuso a seguir su cometido, pero la criatura no parecía querer moverse con facilidad. Estaba por tomarlo bruscamente y cargarlo de ser necesario, cuando lo oyó decir: 

 

 

¡Yah¡Deja de llamarlo mi Zelo¡Lo odio! ¡Lo odio como no tienes una idea!” —. Gritó la criatura, zafándose bruscamente del agarre que mantenía Jonghyun sobre él. 

 

 

Jonghyun, por otro lado, se quedó de piedra cuando la criatura  comenzó a brillar intensamente, provocándole que cerrara los ojos por la incandescente luz que irradiaba. 

 

 

¿Qué demonios está pasando? Pensó, confundido. 

 

 

Cuando sintió que la luz disminuía, se atrevió a abrir los ojos lentamente, sorprendiéndose por encontrar a la criatura más hermosa que sus ojos habían visto jamás. 

 

 

 

 

 

Kibum. 

 

 

Kibum estaba frente a él. 

 

 

 

 

Jonghyun se quedó estático ahí, mirando embelesado a la hada que lo observaba intensamente. Cuando se dio cuenta de la situación en la que se encontraba, casi se va de bruces al suelo cuando se inclinó, temblando inesperadamente ante la sola presencia de la hada. 

 

 

Dios es más hermoso de lo que pensé. Se dijo a sí mismo, mientras intentaba que sus manos dejaran de temblar.  

 

 

Kibum tenía el cabello rubio, casi blanco. Un pequeño flequillo caía en su frente y sobre sus orejas. Su piel era blanca, casi lechosa, pero a la cercanía a la que se encontraba, casi parecía como si diminutos diamantes hubieran sido incrustados por toda su piel. Pequeñas alas del color del atardecer se sacudían ligeramente tras su espalda, en un movimiento tan sincronizado, tan perfecto, que Jonghyun podía quedarse admirándolas eternamente. El rostro de Kibum era perfectoOjos castaños, una mirada felina enmarcada con pestañas largas y obscuras. La nariz perfectamente proporcional a su rostro, haciendo juego con unos labios en forma de corazón que siempre mantenían un tono rosado en ellos. Kibum irradiaba una belleza y elegancia que dejaron a Jonghyun complemente sin habla. 

 

 

“M-Mis d-disculpas m-mi s-señor…”—. Dijo y se odió infinitamente por dejar que su voz sonara como un susurro lastimero y patético. 

 

 

Escuchó la ligera risa de Kibum y Jonghyun creyó, por un momento, que había muerto y se habían abierto las puertas del cielo y que los ángeles estaban cantando para él. 

 

 

Contrólate, Jonghyun, tu patético humano. Se regañó mentalmente, mientras se llenaba de valor y se levantaba de su lugar. Sin embargo, su cabeza todavía estaba ligeramente inclinada hacia el suelo, como se le había enseñado. 

 

 

Notó los pies descalzos del otro, sus piernas largas y perfectas, sus muslos apenas cubiertos con una ligera túnica blanca. Tuvo el estúpido impulso de recorrerlo con su mirada, de pies a cabeza como lo estaba haciendo, pero entonces una voz en su cabeza le recordó: 

 

 

“Nunca mirar a los ojos a sus superiores, ¿entendido?”  

 

 

La voz de Yunho le trajo a la realidad, sintiéndose aliviando de poder recordar a uno de los maestros que guiaban su entrenamiento en un momento como este para así distraer su atención de la hermosa figura que tenía en frente 

 

 

Él es un buen maestro, él es… ¿mitad ángel caído, mitad brujo? ¿O era el revés? No. Seguramente, lo estoy confundiendo con Shindong, pero no, él era mitad duende, mitad brujo, ¿no? ¿O acaso…? 

 

 

“Jonghyun…” 

 

 

El mencionado saltó en su lugar al escuchar la dulce voz de Kibum, un susurro  seductor rozandsus oídos. Dios, su voz había sonado demasiado cerca, como una caricia tan íntima que tuvo que apretar los puños a sus costados y morder sus labios para evitar que un obsceno gemido escapara de su garganta. Quería levantar su rostro y observar a Kibum, que maldición, estaba tan cerca de él…, pero, demonios, si alguien los veía, él estaría en problemas, y no podía permitirse meterse en problemas, tenía que cuidar de Minho y de Zelo, esos dos eran un desastre si se les dejaba solos¿verdad? 

 

 

Oh, Dios, ¿dónde demonios esta Zelo?Pensó preocupado y escuchó el bufido de molestia salir de los labios rosados de Kibum. 

 

 

“Zelo, Zelo, Zelo…, ¿¡Es en todo lo que piensas!?” —. Preguntó Kibum con un tinte de irritación presente en su vozacomodando su perfecto cabello rubio sedoso sobre su frente, después de que una ligera brisa lo sacudió.  

 

 

Jonghyun se encogió en su lugar, sonrojándose al notar quepor supuestoKibum podía leer su mente, se preguntó internamente si Kibum estaba celoso, porque sonaba igual a su hermana cuando le reclamaba algo a su esposo, no obstante, descartó rápidamente la idea. 

 

 

Patético, Jonghyun.   

 

 

Trató, inútilmente, dejar de pensar en Kibum, el perfecto y hermoso Kibum quien sólo portabuna ligera túnica que el viento movía constantemente… o en Zelo, el estúpido y descuidado vampiro que era su amigo y quien despertaba sus instintos sobreprotectores de hermano mayor.   

 

 

Quería hacer tantas preguntas… pero obviamente todas se quedarían sin respuesta. Él no podía simplemente cuestionarle a Kibum, por ejemplo, qué estaba haciendo ahí, como Zelo. Eso prácticamente podía costarle la cabeza

 

 

Y a él le gustaba mucho su cabeza, muchas gracias.  

 

 

Si Kibum tenía sus razones para estar ahí, con él, en medio de los jardines, donde no había nadie más, aparentemente, hablándole como Zelo, que no sabía dónde estaba o si estaba bien… o vivo —Jonghyun se estremeció ante eso y Kibum lo notó, obviamente—, él no tenía ningún derecho de saberlas. No era de su incumbencia y no debía de cuestionar el por qué. ¿Con qué derecho se atrevía a hacerlo si él era un simple insignificante mortal? 

 

 

Escuchó los ligeros pasos de Kibum, sus delicados pies apenas rozando el suelo. Jonghyun se quedó quieto en su lugar, todavía mirando el piso, sin decir una palabra, esperando lo que fuera que Kibum quisiera de él. 

 

 

Sintió unas pequeñas y suaves manos tomar su rostro delicadamenteParpadeó sorprendido al encontrarse con la mirada de Kibum, un ligero rubor en las pálidas mejillas. Jonghyun se quedó completamente paralizado.

 

 

¿Esto es real? Pensó, y no se sorprendió cuando Kibum rió ligeramente, causándole escalofríos. 

 

 

Jonghyun esperó pacientemente a que Kibum lo examinara, disfrutando de las ligeras caricias que el hada hacía sobre su rostro. Cerró los ojos y suspiró entrecortadamente cuando los delicados dedos de Kibum se posaron sobre sus labios. Y los abrió, asombrado, cuando sintió una ligera presión sobre ellos. 

 

 

Un aroma a vainilla le inundó los sentidos. Sus cuerpo parecía estar hecho de gelatina y sintió en su estómago esa conocida sensación de cosquilleo. Las palmas de las manos comenzaron a sudarle y Jonghyun se maldijo por no lograr que su cuerpo respondiera. 

 

 

Sin embargo, cuando su cuerpo había decidido hacerle caso, Kibum se retiró rápidamente, su rostro con un abrumador tono rojizo que hicieron a Jonghyun cuestionarse su actual concepto de belleza. Observó a Kibum dar un par de pasos hacia atrás, una sonrisa traviesa en sus labios, y después, tan rápido como un parpadeo, desapareció. 

 

 

Jonghyun se quedó parado ahí, con la sensación hormigueante sobre sus labios, un escalofrió recorriéndole el cuerpo, y una extraña calidez envolviéndolo, el adictivo olor a vainilla todavía impreso en el aire. No supo cuánto tiempo se quedó ahí, pero cuando escuchó el llamado para servir la cena y su cuerpo se giró para regresar la mansión, descubrió una nota roja incrustada sobre los pétalos de una rosa blanca. Desconcertado, tomó la nota entre sus dedos.

 

 

 

“Mi habitación, a la medianoche. Ven sólo. 
Y más te vale que asistas, Jonghyun, o tu Zelo sufrirá las consecuencias. 

—Kibum” 

 

 

 

Jonghyun parpadeó confundido, leyendo el mensaje de nuevo.

 

 

Y de nuevo. 

 

 

Y de nuevo. 

 

 

Nope, el mensaje no cambiaba. 

 

 

Sonriendo, y con el corazón latiéndole fuertemente se encaminó hacia la mansión. El mensaje era bastante claro, y eso, en la mente de Jonghyun era igual a la posible mejor noche de su vida. 

 

Aunque quizá la parte donde la vida de Zelo corría peligro pudo haberse evitado, a decir verdad.  

 

 

Al abrir las puertas de la cocina para empleados, donde todas las criaturas que trabajan en la mansión se reunían, un emocionado Zelo se le arrojó encima, mientras chillaba emocionado su tan característico ‘hyungieeeJonghyun lo envolvió entre sus brazos, girando con él mientras reía emocionado. Todos en la cocina observaron sorprendidos la escena. Minho, al otro lado de la habitación, se les acercó lentamente. 

 

 

¿Sucedió algo bueno, hyung?”—.  Preguntó el hombre-lobo una vez que Jonghyun colocó a Zelo en el suelo. 

 

 

Jonghyun sólo asintió feliz, su rostro ligeramente sonrojado. Minho alzo una ceja, visiblemente curioso. 

 

 

¿Hyungie?”—. Llamó Zelo, interesado en la conversación. 

 

 

“Digamos qué…”—. Comenzó Jonghyun y las dos criaturas lo miraron impacientes. “Este pequeño vampiro me ha conseguido a la criatura más hermosa 

 

 

Minho lo miró sorprendido, mientras Zelo parecía seguir sin entender. 

 

 

“¿Qué yo hice qué?”—. Murmuró el vampiro, mientras ladeaba ligeramente la cabeza. Ambos rieron y se encaminaron a sus respectivos lugares en la mesa. 

 

 

Jonghyun dirigió su vista hacia los ventanales que daban al jardín, en el momento justo en el que la figura de Kibum desaparecía de nuevo. 

 

 

Sonrió abiertamente. Esa iba a ser una noche interesante, y él se encargaría de que fuera la mejor de toda su vida.  

 

 

 

 

 

 

 

FIN. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Dios, ustedes deben disculparme. No tengo Beta Reader, así que lamento si hay algun error de ortografía.

¿Qué les puedo decir? Aparición especial del señorito Junhong (Zelo) aquí. Tengo una pequeña obsesión con él. (Culpa de leer tanto BangLo, supongo lol) No 2min además. (Sí, odien al odioso (?) de Tae por meter en problemas al hombre-lobo y :D) Tenía pensando agregar un poco de lemon () al final, pero UGH no estoy lo suficientemente inspirada para eso *llora* 

Tengo otras ideas en mente, espero poder tener el tiempo de escribirlas todas.

Y si usted ya llegó hasta acá, muchas gracias ~

xo-cm.

 

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Comments

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lovemetodeath #1
<3
ariannarmusic #2
love this so much
honeydrizzle #3
I loveeeee this!!
Confuseshogo
#4
(y) !! <3 !!
mondris #5
Chapter 1: estuvo lindo, akjahsjhds es key si se pasó de bello en esas fotos ;______;

ajajaja no me pude imaginar al zelo pero sí el berrinche de kye y fue tan hermoso y adorable xDDD y eso~
Xiahnatica
#6
Chapter 1: OH GOD LO AME JAJAJAJA POR QUE NO LO PUBLICAS EN AMOR ? XD
blackstar90 #7
your poster is beautiful.
why's Kibummie so flawless???
blackstar90 #8
your poster is beautiful.
why's Kibummie so flawless???