XVIII. Suzy.

Cuando las noches son de té y los días de lluvia

La alarma vibró en su teléfono. No se movió. Se quedó quieta con la cabeza reposada en el cabecero. Sus extremidades entumecidas y sus ojos estaban llorosos por el cansancio. Se tomó un momento, la jaqueca latía en ella. Mantuvo los párpados presionados dejando que la oscuridad en la que sucumbía la salvara del malestar. Es fresco y acogedor. Su-ji quiere quedarse ahí, al menos para siempre. Pero, Dabin carraspea y abre sus ojos nuevamente. Ve el interior dentro de la furgoneta; los asientos y el techo están forrados de una piel sintética color blanco. La calefacción está encendida lo que significa que el calor ahí adentro es seco. Dabin prende las luces del techo y puede verse. Está tumbada con el asiento pasajero reclinado como si fuera una cama. Hay una frazada de ¿Hello Kitty? que raspa su mentón. Alice la mira en el asiento del copiloto lo bastante preocupada para no mirar otra cosa. Se está mascando los labios, desde el mes y medio que llevan trabajando juntas sabe que eso significa que algo le está poniendo nerviosa. 

¿Se preguntó si Jangmi lo sabía?

Dabin tiene el estereo apagado y también parece fruncir el ceño. Su-ji también está nerviosa, pero, no lo demuestra, se le educó para no demostrar nunca el miedo. Apestar a miedo significa debilidad y no debes de ser débil nunca en la escena artística coreana; sin duda una de las grandes paradojas de la vida, porque lo más hermoso del arte es ese reflejo de la vulnerabilidad del ser humano. Realmente si lo reflexiona, no siente nada. Sólo piensa en cerrar los malditos  ojos otra vez y esperar a que el dolor se disipe.

En cambio, reclina el asiento y ve por la ventana. Sabe que es de madrugada, posiblemente las 4 AM. Lo comprueba en su teléfono. Una sonrisa se estampa al ver el fondo de bloqueo; es una fotografía de Damon con pajarita. Se veía muy apuesto. Todavía debe estar oscuro , piensa. Necesita ponerse en marcha. Pero, no tan rápido que se marea con los movimientos bruscos.

— ¿Es hora?

Su voz suena exhausta y se fuerza a no denotar lo débil que en verdad es.

Alice asiente solemne, mira su teléfono comprobando la hora. 

— Toma esto —, le entrega un termo caliente. — ¿Todavía quieres hacer esto hoy?

Su-ji aprieta sus dientes mientras se pone de pie. Dabin sale para deslizar la puerta pasadiza de la furgoneta. Alice sale y espera afuera con los dedos metidos sobre los bolsillos de su abrigo.

— No tiene opción —, oye a su gerente tararear de mala gana.

Sus cejas siguen desplegadas hacía abajo con esos ojos apáticos mientras toma las cosas de Su-ji, porque sabe que no puede hacerlo. No puede exigirle más a su cuerpo. Puede ver incluso el atisbo de preocupación momentánea que sucede en ellos. "Estoy bien", se obliga a exhalar cuando pasa por su lado y se detiene esperando a que Su-ji comience avanzar. Ambas se ponen sus máscaras. Dabin ha estado en ese maldito negocio el tiempo suficiente para saber lo inhumana que es la industria. Tal vez incluso, Su-ji piensa que a veces se olvida de que es un ser vivo cuidando a otro ser vivo. Alice en cambio es más emocional, sus ojos lo dicen todo: está preocupada.

Se pregunta si el mismo miedo que late por ella le hace pensar en las cosas que tuvo que vivir su hermana pequeña. Su pobre Jangmi atrapada las en garras YG. Su-ji suspira.

— Toma un poco de té y come algunas galletas, no desayunaste.

Expresa Alice caminando a su lado. Vuelve a sostener el termo y le pasa un paquete de galletas saladas.

Se da cuenta que su estómago está vacío. No desayunó porque pensó que vomitaría. Su estómago está revuelto. 

— Estoy bien.

— No lo creo Unnie —, Dabin dice de manera franca.

Su-ji la ignora, ajusta su mascarilla y mantiene la mirada gacha mientras caminan dentro del ascensor que estaba en el estacionamiento subterráneo. 

— Regresaste de Alaska hace unas horas, al menos tienes que descansar un poco. Unos días…

Su-ji niega dos veces con la cabeza. Se reclina contra la parte trasera de la caja metálica con luces asépticas que le marean más. 

— ¡Park! —, su voz golpea las cuatro esquinas y tanto Dabin como Alice la observan.

Hubo una especie de mirada amenazante que hace que Alice se cohiba en su lugar.

— Es mi parecer —, es lo que musita mientras se pone a su lado temiendo quizás lo que Su-ji teme; que sus piernas dejen de responder.

Asiente y para no preocuparla más accede a tomar un par de sorbos de té de hierbas y a masticar dos galletas saladas. La bebida calienta sus huesos de forma repulsiva. 

— No te preocupes por mí, la he tenido peor.

No sabe cuántas veces tuvieron que ponerle vías intravenosas tras bastidores y fingir que no sentía que estaba apunto de morir sobre el escenario. El día en que conoció a Jangmi se sentía de esa forma. Y pensar en Jangmi hace que se la apriete el corazón. Cada vez que ve a Alice no puede evitar pensar en ella.

"Tienes que ir. Yo siempre estaré aquí. Lo sabes", recordó haberle dicho esa vez.

Espera que el mundo se le despliegue en tantas direcciones y todavía, una parte muy pequeña encajada dentro de su pecho anhela otra vez ser guiada de nuevo hacía ella. Porque extraña a Jangmi, no porque quiera que la salve, ni porque quiera salvarla. Extraña el bien que le hace sentarse con ella y hablar, sólo hablar. Sentirse ella misma, Ji-ji.

— Sólo debemos divertirnos un poco —, establece cuando el elevador se detiene y las puertas se abren para las tres. — Prometo descansar después de eso.

— Te llevaré a urgencias tan pronto acabemos con esto —, Dabin se encogió de hombros con una mirada sombría mientras eran recibidos por alguien del personal.

Él se presentó, todas hicieron lo mismo con un saludo cordial. El pasillo es bastante largo y amplio. Hay un montón de puertas metálicas, pero él dice que la reunión se llevará al fondo. Su-ji toma un poco más de té y come otro puñado de galletas. Las paredes tienen un toque industrial, como blocks de concreto y hay tubos de ventilación que pasan por sus cabezas. Más personas vienen y van mientras caminan. Todos parecen apresurados. Él les dice que están un poco agitados afinando los últimos detalles. Hay secretismo entre todos y el estómago de Su-ji se hunde. 

— Recuerda portarte bien —, le dice Dabin. Es el mismo discurso que le dice antes de un horario y se lo han dicho desde que debutó un puñado de gerentes que despreció. — Se amable y no olvides sonreír a las fotos.

— Pensé que era algo a puerta cerrada, sin prensa.

Su-ji se giró a ver a Alice.

— Quieren material para el Blu-ray

La mira de manera incrédula con una expresión que dice: ¿Es enserio?

— Hay un maquillista esperandote. No va a ser nada, ya sabes, sobrecargado, sólo para disimular las ojeras y la palidez de zombie.

— Unnie sin duda debes de audicionar para The Walking Dead —, Dabin agrega.

Su-ji puso los ojos en blanco y vuelve sus ojos a Alice oculta la risa poniendo su mano sobre su boca. ¡Idiotas!, piensa.

— ¿Algo más?, ¿No sé?, ¿Tengo que demostrar mi cinta negra en Taekwondo quizás? —, dice sarcástica y Dabin niega.

— La directora dijo que quería unas palabras contigo y algunos miembros del elenco al finalizar. Eso es todo —, Alice menciona.

— Después iremos a urgencias —, Dabin establece de forma firme.

— Y después de eso vamos a comer.

— Encontramos un puesto de ramen japonés bastante genial, debes de probarlo —, Dabin añade. Su-ji parece pensarlo y después asiente.

Supuso que un poco de comida deliciosa con ellas era mejor que nada. Son más soportables que las amigas de Hyeri, eso no había duda. Hablando de ellas, en dos días tienen una reunión en Orange Island Coffee que no puede rechazar. Gime internamente. Lo único bueno es que quizás pueda ver a Jangmi.  Y la idea de verla hace que se le suba un poco el ánimo. Tanto como para que la comisuras de sus labios se tensen.

Cuando pasan por un corredor conectado con el pasillo principal, se queda sorprendida. Kim Jisoo está ahí. Su espalda ligeramente encorvada contra la pared de ladrillo. Sus manos apoyadas sobre sus rodillas. No es alguien que esperaba encontrarse. Ya habían tenido un breve encuentro antes, cuando todavía promocionaba como solista y Jisoo era MC en Inkigayo . En cierto modo debió haberlo pensado, cuando estaba corriendo el rumor en la producción que había una integrante de un grupo popular en la producción. Sólo que no pensó que fuera Blackpink, ni que fuera Jisoo. Pensó incluso que sería la dongsaeng de Hyun: Park Sooyoung. Pero ahí estaba. Su-ji apretó sus labios con aprensión. Se veía como la última vez; cabellera negra como la obsidiana, rostro pequeño, labios en forma de corazón y con un poco de grasa debajo de los ojos. Cuando Jimin dijo que Jisoo encajaría bien con los Bae, no estaba equivocada. Si estuviera sentada en la mesa de Daegu, no discutiría si dijeran que eran parientes. No lo eran. Sólo era una chica insegura, más pequeña de lo que parece, casi como una niña. Casi como esa niña de su infancia apretada contra una pared negándose a entrar a casa después de haber reprobado un examen importante.

Su gerente está inquieto a su lado. Mientras hay bullicio en los pasillos. Parece no saber qué hacer y Jisoo está pálida, apesta miedo. Su-ji lo entiende, sabe que la reunión al fondo del pasillo principal es intimidante. Sabe que es normal tener miedo y no querer demostrarlo porque no se te permite sentirte de esa forma. Supuso que Jisoo ha sido la mayor por muchos años, supuso que es el mismo sentimiento que brota en Hyun el de sentirse como un pilar y no poder ser vulnerable. Nadie puede ser vulnerable. Ella misma se cuestiona eso, se lo está cuestionando ahora que siente que morirá si no se detiene. 

Sus ojos cambian de dirección. Dabin está detenida mirando a Jisoo, como si quisiera hacer algo, pero, al mismo tiempo se contuviera de hacerlo. Alice muerde el labio, se nota indecisa. Sabía que antes que todo eso explotara, que ella hiciera lo que hizo, se llevaba bien con las compañeras de banda de su hermana. Sobre todo con Jisoo.

Su-ji puede irse o decidir quedarse. La puerta la está llamando y el tipo que las guía espera con impaciencia…

— Vayan adentro, ¿Sí? —, se gira para ver a su gerente y a una de sus publicistas.

— Unnie.

Dabin pareció protestar. 

Alice que capta todo de manera fácil, toma a Dabin de la manga del abrigó y la arrastrá diciéndole al chico del personal que Suzy se tomará unos minutos. "Suerte", le susurró pasando por su lado.

Suzy se acercó hacía Jisoo y su gerente. Primero intentó parecer lo más saludable que podía, con esa apariencia espectral. Qué extraño era tener que hacer esto. ¿Cuándo fue la última vez que se acercó alguien en ese estado?, ¿Fue con Park Ji-hyo?, eso debió hacer hace muchos, ni siquiera había debutado. Aún sentía que el suelo se movía y que su cabeza martilleaba al ritmo de sus pisadas. Intentó tener una mirada simpática. Se descubrió la cabeza y apretó la gorra de los yankees debajo de su brazo.

Tanto el gerente como Jisoo la miraron con escepticismo.

— ¡Bae-ssi! —, soltó con sorpresa el gerente.

— Buen día. 

Les hizo una reverencia con una sonrisa que ambos corresponden.

— ¿Necesita algo?

Él preguntó cruzándose de brazos intentando parecer casual.

— Sólo quería tener un par de palabras con Kim-ssi. —, Suzy señala a Jisoo con una voz que burbujea lejos del letargo al que en verdad se  halla.

El gerente parecía indeciso en dejarlas solas, giró su rostro hacía Jisoo.

— Oppa puedes dejarnos solas.

Eso no sonó como una pregunta. 

Fue como una orden firme.

Él pareció exhalar con derrota después de una guerra momentánea de miradas que perdió. Suzy lo observó marcharse antes de ver como las rodillas de Jisoo cedieron y se deslizó contra la pared de ladrillos hasta el suelo.

— Supongo que no es la forma en que quería que me conocieras —, Jisoo se burló mientras Suzy se dejaba caer a su lado importando poco si las baldosas estaban sucias. 

— Supongo que sí —, Suzy exhaló y puso su mano enfrente de Jisoo. — Bae Su-ji, ¿Tú debes de Kim Jisoo?

— Creo que tu prima…

— Jimin.

— Jimin —, asintió con una sonrisa divertida pero tensa formándose en sus labios. — Me conoce como el amor de su vida.

Suzy se echó a reír y se detuvo un poco al sentir como todo le dio vueltas por un momento. Si Jisoo pareció captar eso no se lo dijo. Más bien, Suzy aspiró un poco de aire para intentar decir algo.

— ¿Cuántos tiene?, ¿Seis?

— Cierto…

— ¿Cómo querías conocerme? —, Suzy preguntó después de un momento de silencio incómodo.

— No sé, me imaginé como en esa escena del Padrino. Uno de los gatos de Lisa está en mi regazo causándote tremendo terror por estar con Pasta .

— ¿Pasta? 

Jisoo le dio una breve mirada recelosa. 

— Pasta, Rosé Pasta, Pasta.

— Oh.

Jisoo se encogió de hombros susurrando: — El apodo tiene sentido para mí.

— Creo que es creativo.

— Si me cayeras bien serías Sushi, porque si te das cuenta tienen la misma fonética.

Entonces Suzy hizo una comprobación mencionando ambos: Su-ji y Sushi

¡Tenía razón!

— Mmm… No lo había pensado de esa forma —, Suzy tarareó. Luego miró a Jisoo fingiendo sentirse ofendida. — ¿Por qué te caigo mal?

Jisoo parecía tener el mismo gesto de Dabin cada vez que decía: Duh, no es obvio.

— Estás con Judas, ahora.

— ¿Judas?

Old Park.

— Oh, bueno, ‘ Old Park’ es mi abogada —, le explicó. — ‘Pasta’ lo sabe, se lo dije y ella dijo que estaba bien.

— Ella le hizo mucho daño.

— Sí, lo sé.

— ¿Entonces entiendes?

Suzy asintió: — Es algo que no me corresponde. Eso entre Old Park y Pasta . Además que no estamos juntas.

Su pecho se aprieta ante esa verdad que se escapa y se vuelve tangible en sus labios.

— Una lástima. Es lo mejor. 

Jisoo dice demasiado convencida que Suzy se gira a verla con duda.

— ¿Por qué?

— Porque tal vez no era el momento —, Jisoo se cruzó de brazos mirando hacía el techo como si estuviera agotada de explicarle algo demasiado fácil de saber. 

Pensándolo mejor, Suzy creía que Jisoo tenía razón. No era el momento adecuado. Tal vez no estaba lista, tal vez Jangmi no estaba lista. Quizás quisieron volar y no era momento para despegar. Y la cosas se pusieron peor cuando los rumores estallaron y cuando Suzy no pudo quedarse a pesar de siempre tener que lidiar con que la gente desconfiara de ella. Es como dicen, Jangmi quizás sea la persona correcta y ese sea el momento equivocado. No podrá dar ese pasó si no es honesta con ese recuerdo aterrador que se adhiere en sus entrañas y hace crecer el "¿Y sí…?" como un parásito que se alimenta de sus miedos.

No era el momento de profundizar en ello. No cuando Jisoo tenía grietas que ocultaba con su abrigo abombado de Adidas. 

— No vine a hablar de Pasta —, advierte de forma cauta.

— ¿Entonces?

Observó que Jisoo estaba bastante seria. Había una mirada franca y llena de indiferencia. ¿Es tan Dabin…?

— No sé… te ví.

Admite como si esa fuera la respuesta a todas las problemáticas irresolubles en una pizarra.

— Eso no suena un motivo razonable.

Jisoo parece negar como si no tuviera lógica y tiene toda la lógica. Sólo tenían que arreglar el desastre que estaba frente a ellas para entenderlo.

— No tiene que ser razonable, tal vez soy empática.

— Eso no suena a lo que dicen de tí.

— ¿Y qué dicen de mí? —, le enarcó una ceja y Jisoo sonrió ampliamente de manera juguetona.

— Muchas cosas. Algunas me hacen sentir mal por ti. Lo siento, es injusto que tengan que culparte de cosas que no son tuyas. Ojalá fuera fácil echarte la culpa de las desgracias ajenas, ¿No?, como el calentamiento global o por qué tengo que ponerme la vacuna de la gripe en invierno si amo la gripe —, razonó cerrando los ojos por un momento,

— No lo había pensado de esa manera.

— Claro que no, nadie parece querer hacerlo. Últimamente el mundo está siendo raro, ¿No crees? —, susurró como si fuera un secreto y Su-ji asintió de la misma manera.

— El mundo es extraño. Deberíamos cuidar nuestras espaldas —, confirmó mirando hacía a ambos lados del pasillo esperando a que un fantasma saliera y las persiguiera. Jisoo pareció hacer lo mismo.

— Me parece bien —, Kim asintió y extendió su mano frente a Suzy.

— Kim Jisoo.

El amor de la vida de mi prima , copiado, soy Bae Su-ji.

Se dieron un apretón de manos lleno de solemnidad. Como si fuera un pacto entre caballeros o un juramento inquebrantable que sólo ellas y las paredes serían capaces de desentrañar.

El despertar lésbico de Pasta en su pubertad , copiado.

La atmósfera brillante que se creó a través de eso, la risa de Suzy se escapó de una forma ligera y todo esa sensación punzante parecía haberse aliviado por un segundo. Luego se detuvo y miró a la persona ahí.

— Kim Jisoo.

— ¿Qué?

— ¿Estás lista para patear trasero allá dentro?

Jisoo por un momento pareció dudosa: — Supongo que hoy cuidas mi espalda, Bae, yo cuidaré la tuya.

— Soy mayor que tú.

Su-ji se quejó mientras intentaba ponerse de pie lentamente para no marearse. 

Jisoo le ayudó y ambas caminaron hacía la puerta metálica donde supuso las estaban esperando.

— Pase lo que pase allá dentro. Tengo cinta negra en Taekwondo —, susurró fingiendo hacer un movimiento. Luego se arrepintió cuando todo comenzó a sacudirse de nuevo con violencia.

— ¿Todo bien?

Jisoo la sujetó para que no cayera.

— Creeme después de esto, tengo una vista muy larga con el médico.

Su hoobae sólo asintió tareando de la misma forma que… ¿Dabin?

— Hagamos esto —, Jisoo aspiró.

Su-ji observó cómo empujaba la puerta hacía adentro. Se tomó un momento para ponerse la gorra de los Yankees sobre su cabeza y dar el primer paso. 

Todos parecían estar esperandolas. Suzy habló antes de que Jisoo comenzará disculparse por el retraso. No mintió cuando comentó que no se sentía del todo bien. Tal vez exageró un poquito más para halagar a Jisoo por quedarse a su lado mientras se reponía. Incluso la desarrolladora del show Ae In-suk se vio claramente perturbada por eso; sobre todo que se tuviera que retrasar la lectura del guión. "Estoy bien" , habló con claridad. Hizo su sonrisa más brillante y aseguró que no era nada grave. Luego procedió a saludar a todos con una reverencia. De reojo vio a Jisoo imitarla. Tomó asiento junto a su co-estrella, Tiffany Young que le envió su famosa eyes smile . Pensó que Jimin estaría sin duda celosa de eso. Tal vez le pediría su autógrafo más adelante, sólo para obtener el título de su prima favorita , superando a Bin cuando consiguió que Harry Styles le mandara un audio con saludos, ¿Cómo lo hizo?, no lo sabía. Pero, iba a borrar esa sonrisa presumida en el rostro de su hermana en el cumpleaños de Jimin. Jisoo se sentó en el asiento vacío a su lado con demasiada prudencia.

— Todo parece estar tranquilo —, susurró hacía su hoobae de forma discreta y Jisoo asintió.

Estudió al resto del reparto ya sentado sobre las mesas acomodadas en un gran recuadro. A la izquierda estaban sentados Lee Jung-jae y Kim Ki-taek. Su-ji les envió un leve saludo que ambos corresponden de manera amigable. A la derecha, al lado de Tiffany estaba, Lee Jieun; estaba estudiando el libreto con las cejas fruncidas lo bastante concentrada como para notar el escándalo. Eleva sus ojos marrones y Su-ji le sonríe de manera amplia y Jieun parece corresponder de la misma forma. Hace tiempo que no comparten cámaras juntas y le parece emocionante volver a hacerlo. Ve también que en el fondo están Alice y Dabin dándole dos pulgares hacía arriba. Hay cámaras instaladas en tripoides y algunos camarógrafos esperando la señal para encenderlas y grabar. La cabeza le duele e intenta que no se note su malestar.

— Pensé que no habría prensa —, Tiffany le susurra un poco asustada.

Blu-ray —, Su-ji replica suavemente.

— Oh.

No dicen nada más. 

Algunos maquillistas se acercan a ellas. La que le toca a Su-ji frunce los labios y comienza aplicar corrector debajo de los ojos. También siente como le aplica rubor antes de sellar con una capa de polvo traslúcido. Tiffany parece hacer reír a la suya mientras intenta hacer algún comentario divertido. Jisoo tiene una sonrisa amable y al igual que Jieun. Cuando acaban con ellas ya todos están en sus lugares. Suzy tiene un guión frente a ella, al igual que una botella de agua y un micrófono. Los productores y los guionistas están expectantes a que Ae In-suk dé la orden para comenzar.

Suzy ve el cartel con su nombre. No estaba escrito en hangul.  A pesar de ser una producción casi completamente nacional, estaba siendo lanzada para un público internacional. Una antítesis completa de el último drama que filmó llamado Ann a, que sería para una plataforma de Streaming completamente coreana. 

Alguien del personal les dejó un resaltador y un lápiz. 

El estómago se le volvió a revolver. 

La cadena que iba a producir y distribuir el proyectó estaba apostando demasiado alto para que fuera un éxito. Sabía que tenía miniseries bastante buenas y que se enfocan en escribir historias coherentes. Era un proyecto ambicioso. Sabonim le había dicho que este proyecto era como lanzar una moneda al aire; uno de los lados podía consolidarla como actriz y el otro podía destruirla. Todos los que estaban aquí estaban arriesgando su pellejo. Jisoo, Tiffany, Jieun y ella sobre todo. Pero, todo estaba en el guión, fue tan poderoso que no podía no querer luchar por hacerlo realidad.

Llegó a sus manos a finales de enero del 2021 y el proceso de audición fue bastante largo y extenuante. El equipo de producción estaba siendo bastante minucioso. Comenzó a trabajarse el guión en diciembre de 2019. En 2020 estaban buscando una productora que financiara el proyecto. Las cadenas internacionales se negaron. Era una serie histórica y controversial. No querían arriesgarse. JTBC se había arriesgado con Snowdrop . No lo harían otra vez. Fue hasta que Ae In-suk , que estuvo de directora en uno de los capítulos más dramáticos de Succession , cuando le presentó el guión a uno de los creadores, que vio el potencial. Le ayudó a tener una reunión con uno de los peces gordos de HBO , que parecieron complacidos con la historia para darle luz verde para realizarla. No iban a grabar un piloto porque sería un gasto innecesario de producción, sobre todo de la recreación de la vieja Choseon . Lo hicieron con Game Of Thrones , pero ahora no, no cuando gran parte del presupuesto iba a House of the Dragon . Ellos tenían seis capítulos y en esos seis capítulos tendría que entregarlo todo.

Ae In-suk carraspeó y todos los ojos se fueron hacia ella. Dio una señal y la cámara comenzó a grabar. Las fotos comenzaron a tomarse. Primero agradeció a todos por estar ahí y creer en el proyecto; dando una reverencia de noventa grados de izquierda a derecha. Hubo una primera ronda de aplausos después y presentó al equipo de guionistas: Aji, Ka Ye-jin, Junghyun y Kae Ujin. Tanto como Aji y Junghyun fueron las creadoras de la historia en que estaba basada, además que fungen como productoras ejecutivas.  Ae In-suk comenzó a explicar la razón por la cual todo se estaba haciendo sin el conocimiento de la prensa. Querían que fuera un proyecto sorpresa, por eso todos los involucrados habían firmado un DNA donde se estipulaba que no se iba a revelar nada a nadie. También reveló el título de la serie, ya que Choseon 1946, era un título provisional por si se llegaba a filtrar a la prensa. La miniserie se llamaría Opium, contaría con seis capítulos centrados en la época después de la retirada de las tropas japonesas de Choseon [Corea] y del asentamiento del ejército americano. Estaba basado en Manhwa bastante conocido para el público al que se dirige. Ae In-suk tenía la esperanza de que la historia fuera tan cautivadora que todas las personas mayores de dieciocho quedaran atrapados. Presentó al resto del equipo de producción y contó que gran parte de la pre-producción ya estaba lista, faltaban un par de detalles, pero las grabaciones iniciarían casi de inmediato. Siguió exhibiendo a los diferentes encargados, desde vestuarios, hasta la dirección de cámara, y escenografía. Luego comenzó a presentar al elenco, tanto americano como coreano. Los actores americanos eran Owen Wilson y Sydney Sweeney. Ambos se pararon siendo recibidos con una ola atronadora de aplausos. Luego fue el turno de las protagonistas. Tanto ella como Tiffany se pararon torpemente. Suzy intentó no lucir avergonzada mientras Tiffany se mostraba bastante animada. Parecía demasiado enérgica. Aún le dolía la cabeza y el estallido de las palmas a cada segundo era como un martilleo incesante. Ae-nim dijo que tenía grandes expectativas en ambas, hizo que Tiffany tuviera un breve segundo de nervios e hizo que Suzy se le subiera la bilis a la garganta.

Luego presentaron a Lee Jieun y a Kim Jisoo. Se encargó de aplaudir a ambas apropiadamente y así fueron presentando a cada persona. La lectura en voz alta fue un momento inquietante, cada cosa que iba pasando, cada misterio que se iba formando, cada cosa tan aguda y escalofriante. No era terror, era un misterio bastante bien construído. Suzy siguió pendiente de Jisoo, cuando le tocaba leer sus líneas. Usualmente compartían demasiados momentos juntas en cámara. A ratos bebía un poco de agua de la botella que alguien del personal le entregó para humedecer su garganta. Otras veces se encontraba con la mirada impactada de Alice que estaba bastante asqueada por las acciones de los antagonistas. Dabin parecía divertida y al mismo tiempo introspectiva.

Después hubo una tanda de fotografías. Primero posaron Tiffany y ella mostrando el guión con una sonrisa. Luego ambas se abrazaron de lado sonriendo de manera emotiva. También posaron con la directora y después, posó con Jisoo. Luego posaron las cuatro mujeres principales: Suzy, Tiffany, Jisoo y Jieun.

Para cuando terminaron estaba mareada. Dabin le dio unas aspirinas para el dolor de cabeza y Alice le dijo que había una camilla en urgencias con su nombre esperándola en un hospital privado. Lo cual fue un chiste tanto divertido como estresante. Pero antes de que sus piernas se rindieran, Ae-nim solicitó que se quedara por un momento.

En la habitación sólo permanecieron las cuatro.

Había incertidumbre en sus rostros, pero, Ae-nim sonrió con simpatía.

— Sólo quería agradecerle por confiar en nosotras. Sobre todo a ustedes dos —, con voz modesta mirando a Tiffany y Suzy. Ambas asintieron con seriedad.

— Estamos emocionadas, por mi parte estoy feliz de que confíen en mí para esto.

Tiffany fue honesta y emotiva.

Suzy asintió en silencio guardando sus sentimientos en un baúl.

— Es tu primer trabajo en televisión —, Ae-nim dijo con voz inflexible. — Confió para que los des todo. Espero que te apoyes mucho en tu co estrella —, le dio una mirada un poquito autoritaria a Suzy que volvió a decir "sí" en un susurro. Luego sonrió con simpatía hacía Tiffany. —, También espero lo mismo de usted, Kim-ssi.

Jisoo parecía imperturbable, pero a Suzy no la engañaba, tenía miedo. Ae-nim tenía una mirada intimidante. 

— Creo que todas vamos a apoyarnos para que esto salga perfecto —, Jieun por fin habló. Suzy y ella intercambiaron una mirada. Ambas notaron la inseguridad en la lead vocal de Blackpink .

Jisoo y Tiffany en cambio parecieron relajarse.

— De eso quería hablar con ustedes…

[...]

Una semana después, Ji-ji se paró enfrente de la puerta de su infancia dando una gran exhalación.

Ambas manos se aferraban a las bolsas de regalos y a la bolsa de plástico con el pastel que elaboró en esa clase de postres que Hyun le había recomendado. Intentó que la correa de su bolso no le molestara mientras luchaba con encajar las llaves en la cerradura oxidada. Entonces abrió la puerta girando la perilla, inundándose de los familiares pasillos de lo que alguna vez fue la artería principal de su corazón. Las mismas luces amarillentas, el mismo pasillo angosto. Las mismas tables sollozantes bajo las plantas de sus zapatillas deportivas.

Aspiró el aire a polvo y humedad. 

— ¡Ominim, Aboji, soy yo Ji-ji, estoy en casa! —,Gritó.

Tenía una sonrisa cansada oculta bajo la mascarilla, mientras se apresuraba a quitarse los zapatos en el pequeño escalón, quedando sólo en calcetines para caminar hasta la sala.

¡Estaba tan emocionada de saber que sus padres por fin vendrían a Gwangju! 

Se sentía como tener cinco años y que fuera la mañana siguiente de navidad. Hace años que no los había visto. Sólo sabía de ellos por los post que su hermano menor, Sang, hacía de ellos. Quizás por los mensajes y llamadas poco ocasionales que le hacían.

Su madre le había dicho: "Iremos a Gwangju por algunas cosas".

Así que se apresuró para ajustar su agenda. Quería sorprenderlos, a pesar de que le dijeron que no era necesario que fuera. Ji-ji quería hacerlo, pase lo que pase, los extrañaba. Incluso Bin estaba tomando un vuelo de Londres a Incheon sólo para verlos. A pesar de que vivían en el mismo País parecía que nunca se veían. Bin era más escéptica sobre verlos. "No te hagas ilusiones", exhaló en una llamada.

Demasiado tarde…

Drenó toda su agenda para tener ese fin de semana con ellos. A pesar de que estaba abarrotada. Quería disfrutar de un tiempo en familia. Ella necesitaba mucho eso, necesitaba el regaño de su madre y la mirada apática de su padre. Incluso si eso fuera doloroso, no conocía otra forma en que sus padres la amarán. Quería sentirse pequeña y protegida como cuando la sentaba en sus rodillas para ver el box. Quería volver a sentir la mirada de su madre llena de zozobra al verla salir por la puerta.

Estaba tan cansada. Casi podía fallecer ahí mismo. Adelantó sesiones de fotos demasiado largas. Fue extenuante. Grabó algunos promocionales para Anna . Hizo las pruebas de vestuario para Opium. Jisoo, Tiffany, Jieun y ella estuvieron horas quitando y poniendo las prendas sobre ellas. Dejar que le tomaran fotografías, charlas bebiendo un poco de café arrumbadas en una esquina con frío, porque no había calefacción. Disfrutó eso, a pesar de que sus párpados se cerraban. Del sentido del humor irónico y seco de Jisoo, de la voz relajante de Jieun y la efusividad contagiosa de Tiffany. Trabajó sin dormir casi toda la semana. Se encontró siendo regañada por Dabin y por Alice. Ambas estaban diciéndole que frenara un poco. "Necesitas dormir y tener tiempo para comer". Suzy les decía que estaba bien. Ya estaba acostumbrada al ritmo frenético, a ser arrullada por la furgoneta atrapada en un tráfico matinal entre semana; a la radio sonando de fondo y al quedarse quieta mientras su equipo de estilistas la adecentaban. 

Le ha dicho a todos sus amigos sobre la visita de sus padres: a Hyeri que parecía aliviada por eso, después del fiasco de reunión en Orange Coffee ; a Hyun y quizás de pasada a Yerim y Sooyoung que se tropezaron con ella cuando entró en el dormitorio de Red Velvet saltando de emoción para decírselo a su prima.  "¿Estás segura?", preguntó con cautela. Ji-ji asintió casi exhalando de forma temblorosa.  Se lo dijo a Jimin y a su banda de alborotadoras; a Damon con quien celebró dando vueltas alrededor de su sala de estar, como una niña  a la que le han prometido que conocerá a su ídolo.

También estaba Jangmi. Se la encontró inesperadamente en esa clase. Se le erizó el cuello al verla entrar, se sintió tan estúpida. Su boca desencajada, mirando el cabello decolorado y voluminoso caer sobre sus sienes. Esa sonrisa moteando en sus ojos hizo que  se le torcieran las entrañas. Sacó todos sus dotes de buena mentirosa para mantenerse tranquila, distante. No quería incomodarla, no quería sentir que estaba invadiendo un lugar sagrado. No quería que su rostro se deformara ante su presencia, pero, lo único encontró fue alivio al verla.

Su corazón paró de acelerarse y la sangre brotó en sus mejillas.

Era Jangmi…

Nada ni nadie pudo borrar esa sonrisa estúpida. Esa sensación de ser una adolescente enamorada nuevamente. Y el pecho se volvió arena al relacionar el concepto ‘enamorada’ con ‘Jangmi’. Aspiró el aire con febril. 

Esta vez sonreía por sus padres, porque hace tiempo que no los veía. Ni siquiera el agotamiento en sus extremidades y la falta de cuidado de la última semana iba a detenerla. Quería sorprenderlos. Quería que vieran lo bien que lo estaba haciendo por su cuenta, lo exitosa que era. Ji-ji quería que por fin la vieran; que su padre sonriera de forma amorosa, como cuando Sang ganó esa carrera en Silverstone y Ji-ji lo vió todo desde la televisión completamente encogida porque nunca recibió ese tipo de atención, ese abrazo atenazador. Quería sentir lo que sentía Sang cuando era bebé, cuando Bin y ella miraba a su madre arrullarlo en su cuna, ocultas en las sombras del pasillos desde la rendija que se generaba de la puerta levemente entreabierta. Quería esa sonrisa para ella y quizás era egoísta por desearlo tanto, por mucho tiempo.

Quería que notaran que existía.

Ella tan bien era merecedora de esa atención. Porque soportar la mirada de todos sobre ella, no llenaba ese vacío que ellos dejaron ahí.

Al llegar a la sala todo estaba detenido en el tiempo como una fotografía. Lo único diferente eran las gruesas capas de polvo, las termitas reduciendo los muebles a pedazos carcomidos que eran igual a su corazón, al darse cuenta que no había rastro de otro ser humano.

Ji-ji caminó por toda la casa buscando a sus padres. Los llamó como si tuviera cinco años nuevamente extraviada en un gran mercado; como esa vez que regresó a Seúl sólo para darse cuenta que se habían ido sin decirle nada. Sus labios comenzaron a temblar. Tal vez estaban mirando algo en su dormitorio. Sí, eso era. Caminó por el pasillo mirando entre las puertas de distintas habitaciones, queriendo encontrarse con algo, con algún eco de ellos. Todas estaban vacías. El corazón estaba en su garganta y rezaba —, incluso si no creía en Dios, lo hizo esta vez —. Nadie respondía a sus llamados casi afligidos y desesperados. 

Ella gritaba sus nombres. 

Su voz comenzaba a volverse como un hilo tenso y agitado. 

Revisó cada cuarto incluso los baños.

No había nada.

¿Era hoy?

Miró lo que decía el mensaje de su madre. 

Tenía que ser hoy.

Se desplazó a la cocina. Tampoco estaban ahí. Ni estaban en el cuarto de lavado. Pensó que quizás llegaría más tarde. Entonces se sentó. Con el postre en su regazo mientras el sol ambar cambiaba el color de las paredes dependiendo su posición. 

Ellos iban a venir, ¿No?, no se han visto desde hace años. 

Ellos dijeron que vendrían. 

Ji-ji permaneció ahí quieta.

A veces fantaseando que decían su nombre. 

Que la veían, que por primera vez era su página central…

La oscuridad acarició su rostro y las lágrimas inundaron la sala. Aspiró fuertemente y siguió apretando el paquete de cartón. 

Había anochecido y sus padres no habían llegado. 

Les llamó y ni siquiera contestaron.

"No van a venir" razonó .

No van a venir. 

Ni siquiera cuando debutaste, fueron. 

Tampoco fueron cuando iniciaste tu etapa en solitario.  

Nunca fueron a ninguna premier. 

No estaban cuando estaba destruída, completamente seca. 

No estaban ahí cuando regresó de esa clínica, con un Minho tembloroso que no podía mirarla a los ojos. 

No estuvieron cuando su corazón se rompió a pedazos; ni en sus cumpleaños; o cuando el cielo era gris y el único rayo de sol que vió fue hundirse en su trabajo. 

No estaban ahí cuando Bin se graduó, ni cuando conoció a su novio, ni cuando se comprometió, mucho menos estuvieron en su boda. El tío Jin la entregó en el altar y la tía Yeol caminó junto a la suegra de su hermana vestida de Hanbok. Ellos fueron las personas que Bin presentó para concretar el matrimonio. Tampoco estuvieron ahí cuando el esposo de Bin le hizo daño, no la defendieron, no atravesaron con ella el valle del del divorció, ni el estrés post-traumático que la huella de la violencia dejó sobre ella. ¿Acaso no fue el tío Jin quien dormía en el suelo esperando coger cada grito que daba Bin cuando dormía?, ¿No fue la tía Yeol la que se preocupó de su pérdida de peso?, no fueron quienes la salvaron con ese boleto de avión fuera  de Corea del Sur, a pesar de que apenas podían costearlo.

¿Quién fue en el que en verdad la cogió en sus brazos cuando la nieve se incrementaba y le decía que no era su culpa?

¿Quién fue el que la cuidó de esos acosadores?, o tal vez, ¿Cuando ese tipo quiso abusar de ella?

¿Quién le dijo que se levantara cuando se cayó de la bicicleta?

¿Quién le decía que se cuidara?, ¿Que lavara su ropa?, ¿Que comiera saludable?

Ahora duda de todo lo que sus padres hicieron por ella.

Ji-ji tomó el teléfono. Vio su reflejo. El rostro agotado y deformado por la nube de tristeza que barría con su rimel.

Le mandó a Bin un mensaje para que no regresara y su "te lo dije" fue tan doloroso. Debió aprender de ella cuando dijo que para sus padres sólo eran el recuerdo de un trauma familiar.

No tenía caso seguir ahí.

Tomó sus cosas con cansancio y miró por última vez las paredes descoloridas. 

Este nunca fue su hogar.

Y esos nunca fueron sus padres.

[...]

Dos horas y media después estaba por fin en casa…

Casi desmayándose y febril. 

Llamó a la puerta y escuchó unas pisadas apresuradas provenientes de adentro.

— ¿Ji-ji?

Y lo primero que vio fueron los ojos confundidos de su padre expuestos en los de su tío Jin.

Ella alzó con temblor la caja  aplastada manchada con su dolor.

— T-Traje un postre.

Él sonrió suavemente.

Ji-ji se abalanzó contra él y la cubrió con la calidez de sus brazos.

"Estaba en casa", pensó aspirando el suavizante de telas frutales.

Él le ayudó a caminar, porque sus piernas estaban flanqueando desde el taxi en la estación de autobuses. La tía Yeol se apresuró cuando la vio tan débil. Su rostro pintado de preocupación e ira. Rápidamente la riñó y la hizo sentarse en la mesa. Jimin también se abrió pasó desde el pasillo y le dio un abrazo muy fuerte. 

Ji-ji intentó no llorar.

No quería que ella la viera de esa forma. 

Quería ser fuerte.

Cuando la tía Yeol puso el cuenco de crema de elote caliente y el té de manzanilla fue que Ji-ji comenzó a gimotear como un perro callejero. Ella se sentía así de abandonada y sola. Era triste darse cuenta de que las personas que tenían que estar ahí incondicional no lo estaban. Darse cuenta que el gemelo de su padre era más que su padre y que el corazón de su tía que no compartía ninguna conexión desde la concepción latía más que su madre. 

— ¿Estás tiritando de frío?

Su tío le puso una cobija sobre sus hombros.

— G-Gracias.

Él asintió.

— Appa, ¿Unnie va a estar bien?

— Sí, Min, sólo necesita un poquito de sueño y mucho amor. ¡Venga, vamos a darle amor a tu prima!

Jimin y su tío se abrazaron fuertemente cuando ella revolvía la crema con la cuchara. La tía Yeol llegó desde la cocina con algunos platos y un cuchillo para el postre que estaba ya destapado en la mesa.

Sus cejas se arrugan.

—¡Esposo, Min, dejen a la niña en paz!

Los regañó y ambos se quejaron diciendo que Ji-ji necesitaba mucho amor.

La tía Yeol asintió: — Sí, le darás todo el amor que quieras mañana o más al rato. Primero dejemos que Ji-ji coma, mira cómo estás, demasiado delgada. Este fin de semana vas a descansar mucho y vas comer todo lo que te ponga en la mesa. Haré comida sabrosa que te guste mucho y de sobra para Hyun y para ti.

Parecía bastante decidida. 

A Ji-ji se le encogió el estómago, se sentía incapacitada para comer.

— ¿Esperamos a unnie para comer el postre? Se ve delicioso —, Jimin dijo salivando hacía el pastel de mil hojas.

— Sí, primero, come Ji-ji y para que lo hagamos juntos —, su tío le sonrió.

El pastel estaba delicioso. Sus tíos no dejaron de alabar.  Jimin estaba de acuerdo, parecía bastante feliz de que Ji-ji viniera, comenzó a decirle podían pasear por la ciudad o quedarse en casa sí sólo quería descansar. Le dijo que tiene una lista de películas basura que pueden ver juntas para quemar sus neuronas. No protestó cuando la tía Yeol la mandó a lavar los trastos sucios. Dejando sólo a Ji-ji y a su tío. 

— ¿Has estado muy callada?, pequeña.

Ella bloqueó su teléfono. Le había respondido un mensaje a Rosie sobre unas rosas en la puerta de su casa. No tenía ni idea de quien las envió. Le preguntó si estaba  bien y Rosie le dijo que sí.

— Sólo estoy pensativa.

— Más bien devastada.

— Sí, supongo que sí.

— El pastel estaba delicioso, deberías seguir tomando esas clases. La tía Yeol va querer que hagas los postres para las cenas navideñas —, él comentó con una sonrisa.

— Tal vez siga ahí, es divertido, toda mi mente se puso en blanco y pensé sólo en poner los ingredientes, en mezclar, en medir el tiempo.

Se encogió de hombros.

— Me asustaste muchísimo.

— Lo siento por eso…

— Está bien. No es la primera vez que das un paró cardiaco. ¿Recuerdas cuando seguiste a mamá sin nada más que tu pijama?, descalza. ¡Dios, cuando el vecino nos dijo que estabas en el hospital con mamá!, recuerdo que mi hermano y yo fuimos por ustedes. Recuerdo entrar y verte asustada. Me partió el corazón así que te abrace muy fuerte…

Comenzó a sentirse nauseabunda.

— ¡F-Fuiste… tú!

Él la miró como si fuera lo más obvio.

— Sí, ¿Quién pensabas que…?, oh.

Ji-ji entonces vomitó.

Fue asqueroso, vomitar y tener un ataque de llanto al mismo tiempo.

No recuerda nada más después de eso. 

La mañana siguiente estuvo mejor. Jimin durmió acurrucada contra ella y el tío Jin en el suelo. La tía Yeol le preparó gachas de avena diciendo que necesitaba algo suave y la acompañó al médico. Decidieron no abrir el restaurante ese fin de semana porque creían que Ji-ji estaba débil y necesitaba toda su atención.

Al principio se sintió como un objeto. Como una mesa decorativa. No decía nada. Sólo se acurrucaba contra Jimin. Pensaba y pensaba. ¿No había sido su padre? , no era ese uno de sus recuerdos reconfortantes. El que le hacía pensar que él la amaba incluso si era distante. No había sido él. 

¡Todos estos años se aferró a un maldito recuerdo falso!

Bin vino a Daegu. Tenía rabia en sus ojos pero fue mitigada poco a poco. Ambas compartieron la cama de Hyun. Y ese sábado en la noche, como muchas otras en su infancia se volvieron a imaginar que eran huérfanas.

Su madre mandó un mensaje el domingo en la mañana. Decía que Sang los necesitaba. 

Ji-ji le mostró el mensaje a su hermana.

— ¿Cuándo va a ser nuestro turno?

— No sé, ya no quiero hacer cola, nunca avanza.

Ji-ji miró hacía su tío preparando los hot cakes de nata receta de la abuela Sun-hee.

Decidió salirse de la fila. 

Pensó que merecía algo mejor que las migajas que sus padres le envían. Bloqueó sus números en el teléfono y prefirió seguir su vida sin ellos. 

La vista era bonita, Jimin haciendo una coreografía de SNSD , Bin intentando seguirle el ritmo. 

La tía Yeol rodando los ojos y luego enviándole una sonrisa cariñosa a Ji-ji. 

Y cuando miró a su tío batallando para darle vuelta a los hot cakes de nata ella se puso de pie. Las paredes no eran deprimentes en Daegu, no había telaraña, ni polvo. 

Sólo amor.

— Tío debió engrasar más la sartén. 

[...]

Marzo fue diferente. Menos tensión y menos infelicidad. A pesar de que las grabaciones Opium eran arduas. Por primera vez sintió que de nuevo estaba siendo ella misma. Incluso Hyun le había preguntado si se podía mudar con ella por un tiempo indefinido. Ji-ji aceptó. Su pequeño departamento sería menos solitario y además podría estar cerca de una de sus personas favoritas. Lo único en que tuvieron que trabajar fue en la relación de Damon y Hyun. Su prima le teme a los animales desde que el abuelo Paek la llevó de excursión. Nunca le contó lo que sucedió ahí, pero, fue cuando Hyun comenzó a ponerse más retraída. Sólo se enteró que desde ese tiempo la tía Yeol le prohibió al abuelo Paek acercarse a las chicas.

Ji-ji no tuvo tiempo de ayudarle a Hyun a mudarse. Esa fue la mejor amiga de Hyun, Kang Seulgi acompañada de una Yerim gruñona por haberla hecho madrugar en un día libre. Ji-ji se rió en el camerino esperando su turno de filmar ante las autofotos y los audios caóticos que Hyun enviaba regañando a Yerim. Le hubiera gustado estar ahí. En cambio estuvo charlando con una maquillista sobre Turning Red, película que había visto con su prima y habían terminado llorando como un par de maniacas mientras comían palomitas naturales con sal. Recuerda que Seulgi también estaba ahí y tuvo que parar la película cinco veces antes de volver a seguir. Tenía la canción de 4 Town pegada en la cabeza por el resto de las semanas. 

Antes de comenzar a filmar hubo varias reuniones. La producción era bastante específica con lo que querían transmitir. Suzy pasó horas jugando con la pluma estilográfica  escuchando todo lo que Ae In-suk quería imprimir en el show.

Primero grabaron algunas escenas exteriores. La producción creó un set bastante grande a las afueras de Seúl.Una recreación de la vieja Choseon después de la retirada de las tropas japonesas. Las fachadas se sentían tan reales que incluso el aire a muerte y pobreza se aspiraba en su nariz la primera vez que fue. 

Recuerda a Jieun enrollar su brazo con el de ella cuando salieron de la furgoneta en la guía que les dio alguien del staff de diseño de producción. Ambas estaban bastante asombradas ante lo realista que se veía todo. Hubo algunos camarógrafos documentando todas las reacciones para lo que ahora el cast tenía como chiste interno ‘el blu-ray’. Al principio estaba bastante incómoda de tener una cámara expectante sobre ella, incluso con años conviviendo con una, sigue sin acostumbrarse del todo. "No hay nada detrás de los edificios", dijo uno de los encargados cuando Tiffany preguntó. Ae-nim no deja de felicitar al director de diseño. Parece satisfecha con el escenario. Aún hay algunos detalles que se realizarían por computadora en post-producción. Pero la mayoría de las cosas estaban planteadas en una escenografía tangible. Hay mucho dinero de por medio, ahí cayó en cuenta. Eso hace que su estómago se apriete. 

Ella es una de las protagonistas, tiene la serie sobre su espalda.

Yo puedo , rememora haber tomado una calada de aire. Jieun le dio un breve apretón en su brazo y ambas se sonrieron.

Han vuelto a pasar tiempo juntas. Podría decirse que ahora son amigas.

Eso hace muy feliz a Su-ji.

No eran tan cercanas cuando grabaron Dream High . No eran iguales y ahora pueden verse de manera horizontal. Sin ninguna barrera jerárquica. Se sentía bien tener a alguien que conoció hace años ahí. Incluso si no les toca grabar muchas escenas juntas, se animan y se apoyan en lo que pueden. En sus tiempos libres suelen ir a tomar té a algunas cafeterías mientras ayudan a prepararse para sus escenas. Jieun es bastante buena en transmitir sus emociones  con sólo sus ojos. Hace que Su-ji se sienta insegura y se lo dice a veces, lo mucho que envidia eso. Jieun se ríe tímidamente y le asegura que ha mejorado bastante y lo mismo con ella. Su-ji empezó a tomarse en serio su actuación después de entender que no se trataba de salir linda en la cámara si no expresar a través del cuerpo el mensaje que quería enviar. Mo había nada diferente de lo que hacía usualmente como idol, ponerse la máscara de un personaje hasta sentirlo como ella. Siempre estaba oculta bajo un velo borroso.

Así es como empezó a asistir a talleres de actuación que le ayudaron bastante a conocer las técnicas y afinarlas. Piensa en esa primera vez, entrando al lugar, avergonzada rascándose el cuello. El profesor no había dicho nada, incluso si sabía lo pésima que fue en Dream High . Hace poco contrató a un coach que le ayudó a preparar a sus personajes, a canalizar sus emociones y conectar con ellos de manera más profunda y que pudiera percibirse en la cámara. Lo había hecho Anna y el director dijo que había realizado un trabajo precioso. Suzy no sabía si tenía razón o si estaba equivocado, pero, se sintió feliz de pensar que había mejorado aunque sea un poco. Se había vuelto tan meticulosa, mirando películas con Damon, anotando gestos, expresiones, copiandolas en el espejo; incluso tenía un diario para cada personaje que interpretaba, a partir de Anna y ahora con la doctora Lee Kyeongju .

Lo llevaba siempre con ella, cada vez que pensaba que algo se le ocurría. Siempre en su mochila o bajo la axila. 

Esa vez en su primer recorrido por el set no fue la excepción.

Jieun y ella no dejaban de hablar sobre lo asombradas que estaban por lo que veían. Todo era tan realista. Luego la visión de ambas giró a Kim Jisoo caminando apartada con su gerente. Sus ojos parecían tanto sorprendidos como inseguros apretando el guión contra su pecho.

Jieun y Su-ji se dieron una mirada de compresión y caminaron hacía Jisoo.

Algo peculiar les comenzó a suceder a ambas con la integrante de Blackpink; despertó en ellas un raro instinto maternal. Si lo pensaba ahora, siempre que ambas podían se les podía ver cuidandola, juntas o por separado. La mayor parte del tiempo era Su-ji porque era con quien compartía escenas. Era bastante gracioso para algunos como para Tiffany-ssi o para Jung-jae ssi. Su-ji por su parte se decía a sí misma que sólo cuidaba de Kim Jisoo porque era alguien importante para Jangmi. No porque a veces su mirada desgastada por las horas brutales de filmación o el clima parcialmente frío no le recordaba al rostro que veía siempre en el espejo todas las mañanas.

Ese primer recorrido. Jieun y ella se aproximaron y comenzaron a tirar a Jisoo emocionadas hablando sobre el gran catering que había en alguna maldita parte.

Siempre se las podía ver pegadas, jugando o bromeando entre escenas. Haciendo menos pesado el rodaje. 

También comenzó a pasar tiempo con Tiffany-ssi. Tenían que tener una especie de conexión cercana y hacer fluir la química en pantalla. Ambas habían tenido bastante discusiones a menudo en cómo proceder en una escena u otra. Siempre escuchaban las órdenes del director y expresaban sus propias ideas u inquietudes.  Tiffany interpreta a la doctora María Ardeen, el interés amoroso y quizás la que tendría el mayor protagonismo en la historia, pues es con su llegada a Choseon que todos los hilos que se movían lentos, se vuelven más rápidos. Tiffany le dijo que se sintió identificada con María, por ser coreana-americana y tener esta lucha de pertenencia e identidad; el sentirse también sobrevalorada en una industria que favoreció siempre a sus contraparte masculinas. Su-ji asintió y siempre intentaba darle consejos sobre cómo ejecutar la escena. Ambas querían sentirse cómodas, había escenas muy fuertes y controversiales para un público tan conservador como el coreano.  

Ae In-suk había dicho que lo que no buscaba hacer era una réplica de esa mala adaptación de El Azul es un Color Muy Cálido; no quería hacer una historia lésbica de o con trama, quería que Opium fuera un historia con la representación que se merece y digna de verse. Y tal vez esa idea soñadora hizo que tanto Ji-ji como Tiffany apostaran sus pellejos en el proyecto.  

[...]

— Podemos dejar las formalidades.

Su-ji rueda los ojos mientras le dice eso a Jisoo que toma una gran bocanada de aire. No ha dejado de llamarle Sunbaenim desde la madrugada que se presentaron en el set exterior. Ha visto que lo hace por broma, por la cara juguetona que pone. Jisoo está por filmar su parte en una de las primeras secuencias del primer capítulo. Es cuando María llega a Seúl. Se supone que sólo debe de ser un pequeño vistazo para dejar en claro que Jisoo la estaba observando.

Jieun no sale aquí, pero vino de todos modos para dar ánimos.

Está envuelta en una chaqueta para el frío, al igual que Su-ji. Jisoo por su parte tiembla porque sólo lleva su vestuario. La gabardina caqui empolvada y los pantalones y las botas. El flequillo la hace ver graciosa y Su-ji no lo dice, en cambio lo guarda para después.

— Es por respeto —, le responde su hoobae.

— Al diablo con eso —, masculla.

Pone su mano en el hombro de Jisoo y hace que la mire a los ojos por un momento.

— ¿Escuchaste las indicaciones?

Jisoo puso los ojos en blanco y asintió: — Suenas como mi madre.

Su-ji tuerce los labios en respuesta.

— Vas a estar bien, es una toma entre medio de la multitud. Intenta darle un poco la espalda a la cámara, como un hombro frío. Piensa en alguien que odies mucho, pero, no exageres.

— Bueno tengo una gran lista —, Jisoo contestó con impaciencia y luego aspiró aire cuando vio que el asistente del director la llamaba para colocarse en su lugar.

Los extras ya estaban quietos en su lugar listos para comenzar a moverse en cuanto dieran la orden.

— Mantén cierta tensión en tus hombros, tú puedes —, Jisoo le dio dos pulgares hacía arriba cuando Su-ji camino hacía Jieun que estaba masticando una rosquilla de chocolate y abrazando una caja de rosquillas.

— Mirala, nuestra pequeña va a ser su primer shoot en solitario…, ¿Debería enjuagarme las lágrimas? —, le tendió la caja con donas. Su-ji aceptó una mientras entornaba los ojos ante el falso dramatismo de su amiga.

— Tal vez.

— ¿Estás llorando?

— Pff.. No lo estoy haciendo.

Respondió tallandose los ojos cansados con sus dedos.

— ¡Hola, ¿Por qué Suzy está llorando?! —, Tiffany se acercó también caracterizada.

Jieun le tendió la caja de donas y tomó una de chispas de chocolate diciendo un pequeño: << Gracias >>.

Su-ji usó uno de los pañuelos que le tendió alguien del staff cuando pasó por ahí.

— Nada, es el primer shoot en solitario de nuestra hija.

Tiffany elevó una ceja divertida y luego se echó a reír de manera silenciosa para no entorpecer la grabación.

Entre todo el crew se empezó a esparcir la broma de que Jisoo era la hija de Jieun y Su-ji; ya que ambas, según la integrante del legendario grupo de chicas, ‘eran como padres helicópteros’. Su-ji siempre renegaba de eso diciendo que sólo estaba siendo una buena compañera de rodaje, Jieun alegaba que era una muestra de solidaridad. "Ni siquiera a mí me cuidan tanto como a Jisoo-ssi" , Tiffany les dijo haciendo un puchero falso. "Es la mayor de su grupo, pero la menor entre nosotras, duh", Suzy le respondió.

Jisoo tuvo que grabar otras tomas en solitario y Su-ji se quedó con ella.

Cuando finalizó se acercó a paso apresurado aun eufórica.

— Eso fue excelente, Park Shin-hye debería tenerte miedo, le vas a robar todos los protagónicos en el futuro —, le dijo pasando su brazo alrededor de su cuello mientras caminaban hacía el camerino de la integrante de Blackpink. 

Jisoo sólo se rió.

[...]

Su-ji dobló en una intercepción. No vio el tope y maldijo al sentir como la inercia la atraía en un bamboleo. Las gafas de sol Ray Ban se bajaron por el puente hasta la punta de su nariz.

— ¿Está aquí? —, Jisoo niega ante su pregunta.

— Es una cuadra antes.

— ¡Pfff… te lo dije! —, Jieun contestó desde el asiento trasero mientras Tiffany estalla en una carcajada. 

Todas están desarregladas, con ropa holgada, el pelo hecho un asco y con cara de no dormir. ¿Cómo diablos había terminado aquí?, se detiene en un semáforo rojo mientras piensa que intercepción tomar para regresar. 

— Su-ji, por una vez escuchame, dobla hacía la derecha por ahí… —, Jieun se inclinó hacía los asientos delanteros desenganchando el cinturón de seguridad moviendo su brazo hacía la abertura derecha. 

— No alcanzo doblar.

— ¡Hay otro cruce más adelante! —, Tiffany gime.

— Jisoo-ssi todo es tu culpa.

— ¡No puedo morir con la duda! —, Jisoo se cruza de brazos en su asiento y luego mueve los diales del estereo buscando una estación.

— Ojalá esté Harry Styles —, Tiffany dijo abriendo un paquete rosquillas espolvoreadas con azúcar glass que Jisoo había comprado en una panadería cerca de su edificio.

— Dame una rosquilla, está por agarrarnos el tráfico matinal.

Jieun vuelve a reclinarse contra su asiento mientras coge una rosquilla que Tiffany le ofrece.

Afortunadamente no sucede eso. Logran volver hacía la cuadra anterior y se estacionan en la acera. Todas se amontonan ridículamente como patitos siguiendo  a Jisoo que está siguiendo la flecha de GPS hasta un refugio de animales. Es bastante pequeño y Su-ji le genera un aire de familiaridad. 

— ¿Es aquí verdad? —, pregunta mirando a una Jisoo con una sonrisa de triunfo.

— Sí, eso parece.

Todas entran por la puerta de cristal que tiene una campanilla. Hay una chica en el mostrador leyendo una revista de moda que tiene la cara de Rosé en ella. Su-ji se sonroja e intenta no girar hacía la mirada divertida que Jisoo le da. Todas caminan hacía la encargada que al elevar sus ojos parece impactarse.

— ¡Mierda…!

Es lo único que deja escapar.

— Hola.

Jieun es la que habla y la chica sigue en un estado catotinico. Jisoo pasa sus manos frente a ella y la ve parpadear.

— Sigue viva —, les susurra.

Esperan cinco minutos hasta que reaccione.

— ¡Oh dios…!

Tiffany le tapa la boca para que no grite.

— Te voy a soltar, ¿Está bien?, pero, no vas a gritar —, la chica asintió de manera emocionada.

Luego aspiró antes de ponerse en un estado más profesional.

— Buenos días, bienvenidas. Soy Lee Soo-jin.

Hizo una reverencia de saludo bastante sonrojada.

— Hola.

— Soy Jisoo, mi amiga y yo —, dijo tirando de Su-ji, la chica miró a ambas con asombro.

Supongo que no esperaba eso.

Ni Su-ji tampoco, incluso parpadeó confundida.

— ¿Sí..?

— Mi amiga y yo adoptamos a dos cachorros.

Jisoo sacó su teléfono del bolsillo y Su-ji hizo lo mismo. Ambas buscaron fotos de Dalgom y Damon. Y se lo mostraron a la encargada.

— Vaya… —, es lo que dijo rascándose la nuca. —, son muy parecidos.

— Sé que tienen un registro de los perros que llegan y los que se van.

— Registro de adopción —, ella corrigió.

— Y estuvimos analizando. 

— ¡Mucho!

— Incluso yo lo hice y ni siquiera son mis mascotas —, Tiffany le sonrió.

— Bueno ellas analizaron mucho, yo sólo quiero filmar todo esto —, dijo Jieun mostrando su teléfono inteligente.

— Es mucho que procesar…

— Lo sé.

— Estuvimos hablando, una conversación casual. En plan estábamos… —, Jisoo arrugó las cejas pensando en no decir tráiler. — Sentadas en una pijamada de amigas…

— ¡Súper mejores amigas! —, Tiffany añadió.

— Ae-nim nos va asesinar, ¿Verdad? —, se inclinó a susurrarle Jieun que asintió suspirando.

Lo que en verdad sucedió es que estaban las cuatro sentadas a las 6 AM, el trailer de Jisoo hablando sobre perros. Entonces surgió la conversación de que Damon y Dalgom se parecían mucho. Spoiler: los dos fueron adoptados en el mismo refugio, el mismo año y el mismo mes. Unas horas después, Suzy estaba conduciendo con las tres hacía el refugió. 

En lo que explicaban todo. Su-ji se dedicó a ver la pared de firmas y encontró la suya, la de Jisoo, la de Jennie de Blackpink, la de Joy de Red Velvet, ¿Jin de BTS?, sus ojos se arrugaron.

— ¿Ya viniste aquí? —, dijo arrastrando a una incrédula Jieun a ver su firma.

— No lo recuerdo.

Parecía bastante shockeada.

También estaba la firma de Jangmi que se veía más reciente. Si lo pensaba algunas calles eran familiares. Así que suposo que la zona residencial donde Jangmi vivía estaba cerca. Recuerdo haber tomado una de sus intercepciones en una de sus idas. 

— Kim Jisoo —, la llamó y Jisoo dejó el mostrador mientras la encargada  buscaba en los registros digitales.

— ¿Qué?

— ‘Pasta’ vive cerca, ¿Verdad? —, le susurró.

— Ahora que lo dices, sí. Como a tres cuadras. ¿La quieres visitar?

Su-ji negó con rapidez algo sonrojada.

— Y-Yo…

Antes de que pudiera decir algo la encargada encontró.

Todos se volvieron a reunir enfrente a ella.

— ¿Entonces…?

Lee Soo-jin les dio una sonrisa de simpatía.

— Al parecer son parte de una camada de cachorros que fueron encontrados en una caja.

— Oh, dios… —, su pecho se desinfló.

Y Jisoo pareció entristecerse.

— Dalgom…

— ¿Son hermanos? —, Tiffany preguntó y Lee Soo-jin asintió.

— Esto es como Parent Trap —, Jisoo comentó con ironía.

Le agradecieron a Soo-jin por todo y las cuatro dejaron una pequeña donación de dinero. No quisieron tomarse una foto pero le firmaron el case del celular.

Cuando montaron el auto todas estaban en silencio.

— Que pequeño es el mundo.

— Es triste saber que fue separado de su familia.

— Supongo que es bastante triste estar solo.

No había dicho nada, se sentía reflexiva.

— ¿Qué tanto piensas Bae-ssi?

Su-ji parpadeó mientras arrancaba y una sonrisa se formó en su rostro.

— Ahora sonríes como una maniaca.

— Escalofriante —, Tiffany fingió estremecerse.

— Sólo que Damon nunca estuvo solo.

— Y Dalgom tampoco.

Ji-ji y Jisoo se miraron y parecía que lo habían entendido todo.

Y Golden de Harry Styles comenzó a sonar.

Comenzó a reirse de lo viva que se sentía en medio del borrón de las calles y autos.

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Thank you!
TorresMendoza
Espero que les guste.

Comments

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nishichan
#1
Nice
Kookkne
#2
Chapter 11: Pero qué fue todo este capítulo??? LMAOOO mi estado de ánimo se elevó diez veces con cada cosa que iba leyendo JSJS
Kookkne
#3
Chapter 10: Así que los Bae han pasado por muchas cosas eh, y también son otra cosa, pueden ser tan impactantes en cuanto a su apariencia como también su personalidad. Suzy ha pasado por mucho, espero que paso a paso vaya aprendiendo a sobrellevar todo mejor. Por otra parte autor(a), admito que me quedé en esta historia porque (aparte de lo interesante que es) tiene una etiqueta wenrene, en este cap ese pequeño atisbo de lo que pudo suceder entre las dos me dejó intrigada, tengo curiosidad por saber que fue lo que sucedió entre ellas (aunque también *inserta meme tengo miedo* porque suena a que sucedió algo que no es bonito). La tía Yeol es otra cosa, la parte en la que habla de la ardilla JSJS. A la espera del próximo capítulo 👀
Rose_124 #4
Chapter 9: Mi favorita historia en el momento
Kookkne
#5
Chapter 9: Wow cada vez se vuelve más interesante esta historia, me gusta. Admito que me sorprendió ver que era escrita en español, son escasos los trabajos en nuestro idioma así que me gusta la sensación de saber que el contexto lo puedo entender completamente sin tener la barrera de leer todo en un idioma extranjero y que maneja significados distintos.

Hasta el momento el desarrollo es genial y ver cómo de "odiarse" a luego terminar en una relación para llegar hasta este punto dónde Rosé está conociendo a la familia Bae es un crecimiento que hace que quiera seguir viendo que sucede después. La parte final de este capítulo JAKSK el próximo se ve prometedor, estoy impaciente por la prox actualización autor(a). Gracias por compartir esta historia :D
Noemami123xd #6
Chapter 3: Excelente historia!! Espero tener otro capitulo, tu forma de escribir me encanta!
Pmon21 #7
I loved it, I look forward to the next chapter
ettrrr #8
Chapter 3: No suelo comentar estas cosas pero me sorprendió no ver ningún comentario. Está muy bien escrito, sigue así!