En un bar, una chica morena de pelo corto estaba limpiando algunas mesas, quería que todo estuviera perfecto antes de abrir el local.

— ¿Ya terminaste de limpiar la barra?— le preguntó a una de sus compañeras de trabajo, pero la chica no obtuvo respuesta por unos segundos.— ¿Amber?

Cuando la chica se volteó, encontró a su compañera de trabajo bebiéndose de golpe una copa de whisky.

— ¡Yah! ¿Qué estás haciendo?— la chica se acercó y le quitó la copa vacía.— Si el jefe te ve que estás bebiendo alcohol en las horas de trabajo, te meterás en problemas.

La tomboy encogió los hombros.— Tranquila Min, solo fue un trago, pero no te preocupes que ya no lo volveré a hacer.— contestó con desánimo.

Min suspiró.— No me gusta verte así.— dijo posando su mano en la muñeca de su amiga.— ¿Qué puedo hacer para dejes de estar triste?

— En nada.— pasó su cabello con su mano libre.— La persona que amo se casa hoy y duele, ¿sabes?— apretó sus labios.

— Lo siento mucho, Am. Si yo pudiera hablar con Luna y decirle que si la puede convencer...

— No, agradezco mucho tu ayuda, pero ya todo está hecho y lo mejor es que cada quien haga su vida por separado.— tragó duro.— Por otra parte, siento que yo también tuve la culpa.

— No digas eso.

Amber sonrió con tristeza.— Ojalá que ese hombre la haga feliz así como alguna vez yo lo hice, porque yo solamente soy una chica que no está a su nivel.

 

En una enorme habitación de una mansión, una chica estaba sentada delante del tocador mientras su estilista le planchaba su cabello oscuro. Llevaba puesto un largo vestido blanco que parecía princesa salida de algún cuento de hadas. Hoy era el día más importante de su vida, mientras su familia estaba realizando los preparativos para su boda con mucho entusiasmo, ella por dentro se quería morir porque se iba a casar con alguien que no amaba... porque había dejado ir a la persona que más amaba. Pero sabía perfectamente que el miedo y los prejuicios fueron los obstáculos que le impidieron estar con ella, además de las diferentes clases sociales, sus padres jamás iban a aceptar esa relación.

*Toc Toc*

La chica salió de sus pensamientos cuando escuchó que estaban tocando a la puerta.

— ¿Quién?

— Soy yo, Soojung.— escuchó la voz de su hermana mayor.— ¿Puedo pasar?

Krystal suspiró.— Sí, adelante.

La puerta se abrió y Jessica entró.

— Omo... te ves hermosa, Soojung.— dijo Jessica sorprendida por la belleza de su hermana.

— Gracias unnie.— dijo Krystal sonrojada.

— ¿Nos permites un momento?— le preguntó Jessica a la estilista.— Necesito hablar con mi hermana en privado.

— Claro.— contestó la estilista antes de retirarse.

Una vez que la puerta se cerró, Jessica se acercó a su hermana poniéndose de cuclillas.

— Mamá y papá subirán en un rato porque quieren hablar contigo sobre los últimos detalles de la boda.— empezó a hablar Jessica tomando las manos de la menor.— ¿Estás segura lo que estás haciendo? Todavía estás a tiempo de arrepentirte.

— Ya te dije que estoy segura, unnie.— contestó Krystal con seguridad.— Amo a Myungsoo y nadie me hará cambiar de opinión, mucho menos tú.

— Te vas a casar con un hombre a quién no amas simplemente por un estúpido acuerdo que hicieron mis padres. Tú amas a Amber...

— Ni se te ocurra mencionarla.— la interrumpió severamente.— Ella ya no forma parte ni de mi presente ni de mi futuro.

— ¿Por qué te haces esto? Sabes que te quiero mucho, pero lo único que harás es lastimarte más y al final terminarás arrepintiéndote.

— Ponte en mi lugar, unnie. ¿Qué hubieras hecho tú dejaras ir a una chica como Amber para casarte con un hombre que está a tu nivel pero que no lo amas?

— Luchar.— contestó Jessica sin pensar.

— Lo dices como si todo fuera fácil.

— Sé que no lo es, pero dicen que el amor puede con todo.— intentó hacerla entender.— Vamos, no tienes por qué rendirte.

— ¿Ya terminaste?— preguntó Krystal desviando la mirada, no era momento de ponerse a llorar.— La estilista tiene que terminar de plancharme y mis padres no querrán desesperarse.

Jessica suspiró derrotada mientras se levantaba, sabía iba a ser difícil poder convencer a su hermana por su gran orgullo. Se dirigió hacia la puerta, le dio una última mirada a Krystal y se retiró de ahí. Cuando escuchó la puerta cerrarse, Krystal apretó los labios con fuerza mientras las lágrimas se acumulaban.

 

Amber y Min habían vuelto al trabajo. La tomboy estaba limpiando algunas copas con tal de olvidar su desamor cuando de pronto un par de recuerdos a travesaron por su mente.

— Y aquí fue cuando te conocí por primera vez.— murmuró Amber con nostalgia.

Flashback

Amber estaba en la barra sirviendo algunas bebidas y un chico se acercó a ella a toda velocidad.

— ¿Ya están?— preguntó el chico agitado.

— Sí, Eric oppa.— Amber puso las bebidas en la bandeja.— Tres cervezas para la mesa seis. Solo no hagas una idiotez en el camino o la clientela puede bajar.

— ¿Tú crees que caminar de aquí para allá es fácil para mí?— se quejó Eric dramáticamente.— Estas nuevas generaciones no me dejan respirar.

— Suerte con eso, oppa.— bromeó Amber.

— Llama a una ambulancia para que vengan por mí.— suplicó Eric antes de retirarse con las bebidas.

Amber se rió mientras se ponía a limpiar algunas copas, sin darse cuenta que alguien se acercaba a la barra.

— Una copa de soju, por favor.~

Amber dirigió su mirada hacia una chica que estaba en la barra con la cabeza baja.

— Ummm... sí, enseguida.— contestó Amber con algo de preocupación.

Mientras servía el soju en una copa, Amber miraba de reojo hacia la chica que estaba con los brazos apoyados en la barra mientras sollozaba ligeramente. Aquello le preocupó aún más, ¿quién había hecho llorar a una joven tan hermosa como ella? Era muy bonita que parecía una modelo recién salida de una revista. Amber sacudió levemente la cabeza a regañadientes mientras seguía en lo suyo.

— Su soju.— Amber entregó la copa hacia la chica.

— Gracias.— la chica se lo bebió de golpe haciendo que la mayor abriera los ojos como platos.— ¿Me puede dar otra?

— ¿No cree que le hará daño embriagarse?— preguntó Amber tomando la copa y la chica la miró.— Perdón que me entrometa, sé que no debo de preguntar eso a mis clientes porque estamos en un bar.— aclaró de inmediato y se golpeó la frente.

— Lo único que quiero es olvidar.— la chica comenzó llorar desconsoladamente llamando la atención de Amber.— Olvidarme de aquel chico que solo me utilizó como un juguete.

Amber permaneció callada, pues no sabía qué hacer... comenzó a regañarse a sí misma mentalmente, ella y su gran bocota. Lo único que hizo fue hacerla sentirse más mal de lo que ya estaba. Sirvió la segunda copa.

— Gracias.— dijo bebiéndoselo de la misma manera y extendió la copa hacia ella para que le sirviera más.

— ¿Hay algo que yo pueda hacer por usted?— preguntó Amber con cautela haciendo que la chica frunciera ligeramente el ceño.— Es decir, yo siempre escucho las penas de mis clientes y no sé... si quiere desahogarse conmigo, no hay problema.

La chica sorbió su nariz.— Hoy me enteré que mi... ex-novio nunca me quiso como yo pensé, que yo solo fui parte de una apuesta.— confesó apoyando su cabeza en la mano.— Desde que entré a este lugar, lo primero que pensé fue si hay algo mal conmigo para que me hicieran una cosa así.— apretó sus labios.— Soy una tonta.

— Claro que no.— dijo Amber negando con la cabeza.— Aunque yo no lo conozca ni nada, me imagino que a él le encanta el o salvaje, pero dicen que el karma existe y tarde o temprano su miembro explotará después de tantos calentones que se da por sí mismo.— comentó haciendo que la chica comenzara a reír levemente.— Te hice sonreír.

— No es cierto, no lo hice.— comentó la chica desviando la mirada mientras se limpiaba las lágrimas.

— Pero admite que te hice sentir mejor.— dijo Amber sonriente.

— ¿Y desde cuándo me habla de tú?— ambas comenzaron a reírse olvidando el amargo momento.

Amber sacó de su bolsillo un pañuelo y se lo tendió a la chica.— Para que seques tus lágrimas.

— Gracias.— dijo tomándolo.— También te agradezco que me escucharas que hasta te hice perder el tiempo, tú trabajando y yo contando mis desgracias amorosas.

— No hay de qué. Y no vale la pena que llores por ese imbécil, tú vales mucho más y tienes demasiados hombres a tu alrededor porque... eres muy bonita y...— Amber se dio cuenta de lo que había dicho y sus mejillas sonrojaron.— P-Perdón, no quise decir eso... es que yo...— comenzó a hablar con nerviosismo haciendo que la chica se riera.

— Sé a lo que te referías, gracias por el cumplido.— interrumpió la chica con una sonrisa leve.— Y tienes razón, no tengo por qué estar llorando por él, creo que debo de ver el lado positivo de las cosas, que me di cuenta a tiempo antes de que yo cometiera una estupidez.

— Así se habla, me da gusto que haya sido de ayuda, ¿no es así?— presumió Amber.

— Tampoco exageres.— dijo riéndose.— ¿Y cómo te llamas?

— Amber Liu.

— Amber, es un bonito nombre.— murmuró mirándola.

— Yah, ¿no te sorprende que yo sea una chica?

— Lo supe cuando vi tus manos, son diferentes a las de un chico.— aclaró con una ceja alzada.— ¿Por qué debería sorprenderme?

Amber carraspeó su garganta.— ¿Y tú? ¿Cuál es tu nombre?

— Jung Soojung, pero prefiero que me llamen por Krystal.

— Krystal, es un bonito nombre.— comentó Amber recargando sus brazos en la barra conectando su mirada con la de Krystal quien sonreía levemente.

Fin del flashback

*Ring Ring*

Amber dejó lo que estaba haciendo, pues su celular estaba sonando. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y frunció el ceño al ver de quién se trataba.

— ¿Jessica unnie?— Amber contestó.

— Amber, tienes que venir.— suplicó la mayor.— No dejes que mi hermana haga una locura.

— Ella ya tomó su decisión.— dijo con desánimo.

— Quiere hablar contigo, quiere que vengas.

— Unnie...

 

Jessica subió al cuarto de Krystal. Cuando entró, vio que sus padres estaban con ella mientras la diseñadora terminaba con los arreglos de su vestido.

— Es para ti.— dijo Jessica tendiendo su celular a Krystal, la menor frunció el ceño.— Es la señora Kim.

Krystal resopló mientras lo tomaba.— ¿Hola? ¿Eomeoni?

— Soy yo.~

El corazón de Krystal comenzó a latir con fuerza después de mucho tiempo haciendo que Jessica sonriera.

— ¿A-Amber?— miró de reojo a sus padres que estaban ocupados con la agenda.— ¿Qué quieres?

— Jessica unnie me dijo que tú querías hablar conmigo, que porque no estabas segura de... casarte.

Krystal apretó los labios.— No sé por qué te dijo eso, pero claro que estoy segura.—contestó decidida.

— Pues no te creo.

— ¿Es en serio? Falta una hora para mi boda, ¿y a ti se te ocurre llamarme?

— Tú me pediste tiempo para que trataras de romper tu compromiso con Myungsoo y eso fue lo que hice. Te di tiempo.— contestó enojada.— Ni siquiera estabas segura de... ya sabes... hacerlo oficial.

— No, eso querías tú. Porque tú y yo vivimos en mundos distintos.

— ¿Y por eso te vas a casar con él?— preguntó dolida.— ¿Lo amas?

— ...— Krystal se llevó una mano al pecho, ya no quería que siguiera porque le dolía. Nadie podría reemplazar a una persona como Amber en la vida de Krystal.

— ¿Ves? Ni siquiera puedes contestarme. Por favor, déjame ir a verte... de verdad no quiero perderte.

— ¿Eh?... Amber yo... no sé...— tragó duro.— ... Es que no estoy segura.

— Soojung, ¿con quién hablas?— preguntó su madre acercándose y Krystal colgó de inmediato.— Sabes que no me gusta que estés hablando con tus amigas cuando estás a punto de casarte.— la regañó.

— Lo siento, mamá.— se disculpó Krystal y le devolvió el celular a Jessica quien le dio una mirada triste.

 

— ¿Hola? ¿Hola?... ¿Krys?— Amber miró su celular y se dio cuenta de que le habían colgado.— ¡Mierda!— Amber se quitó el delantal con rapidez y fue corriendo hacia Min.— Préstame las llaves de mi auto.

— ¿Para qué?— preguntó Min confundida.— ¿Qué pasa?

— Tengo que evitar que Krystal se case y necesito una respuesta suya.— contestó la tomboy rápidamente.— ¡Pero apúrate que me queda una hora!

— ¡Está bien ya!— Min le entregó las llaves de su auto.— ¿Qué estás pensando hacer?

— Ya te dije que tengo que evitar que Krystal se case.

— Pero el trabajo...

— ¡Yah, no me importa y ya me voy antes de que sea demasiado tarde!— se quejó saliendo de ahí.

— ¡No hagas una tontería, Liu!— gritó Min.

 

— Te ves hermosa, Soojung.— dijo la señora Jung con una sonrisa en los labios.

Krystal llevaba el vestido de novia puesto y su ramo de flores a la mano mientras su cabello castaño ondulado caía como cascada.

— No cabe duda que nuestra Soojung ya creció.— comentó el señor Jung con orgullo.

— Se va a casar con un hombre tan bueno como Myungsoo y una vez que se casen, vendrá la luna de miel, vivirán en una casa lujosa y después vendrán los hijos.

Krystal no tenía palabras para decir, su mente no dejaba de pensar en Amber y en su conversación que tuvo con ella hace rato. La familia se tomó algunas fotografías con la ayuda de su fotógrafo para tenerlas como recuerdo.

— Vamos amor, el chófer debe de estar esperándonos.— dijo la señora Jung.