01.

Till Forever
Please Subscribe to read the full chapter



No sé cómo estar sin ti, me siento triste, tan sola, todo a mi alrededor es gris, yo me siento gris. Le doy terapia a mi corazón con alcohol, me siento tan perdida sin ti, no logro entender lo que nos pasó, simplemente no encontramos más motivos para estar juntas, ¿por qué? Ayúdame a entenderlo aunque ya no estés conmigo.

¿Lo que tuvimos fue real? A veces esa pregunta invade mi mente. No puedo dormir pensando que me mentiste.

¿Debería recordarte todo lo que me prometiste? ¿Fue todo cierto o fue una mentira? Paso noches enteras tratando de encontrar las respuestas.

¿Por qué tenías que cruzarte ese día frente a mí? Me diste tu mejor sonrisa y me enamoré, caí como una tonta, caí a un oscuro agujero del cuál ya no pude salir y tú no me ayudaste a salir, no me salvaste.

¿Acaso no te importó lo que tuvimos?

¿Por qué tuviste que herirme de esa forma?

Ese día jamás se borrará de mi mente, esa tarde de invierno, yo estaba tan bien sin ti pero entonces te vi y sentí que jamás podría a volver a ser la misma, tus ojos negros penetraron mi alma, tu sonrisa mi corazón y tú...inundaste mis pensamientos, no había día que no pensara en ti desde la primera vez que te vi.

Y entonces, te volví a encontrar, ¿era el destino o era simplemente una coincidencia?

—Hola. —Y tu voz invadió mis oídos, tu hermosa voz.

—Hola. —Te respondí tímidamente.

Yo siempre fui una chica muy cerrada con el mundo, muy tímida y muy callada pero tú hacías que yo quisiera gritar.

—Te vi ayer y me pareciste una chica muy bonita.

Vaya que me creí tus palabras. Me sonrojé al instante, nunca nadie me había dicho eso.

—G-Gracias. —Mis palabras se cortaban, mi corazón estaba al cien y mis nervios al doble.

—Soy Mina. —Extendiste tu mano, se veía tan suave.

—Nayeon, soy Nayeon. —Tomé tu mano y pude sentir una corriente recorrer mi cuerpo.

Mis ojos se encontraron con los tuyos y te juro que vi el universo dentro de ellos.

—¿Quieres ir a tomar un café? No sé, lo que tú quieras. —Me sonreíste y diablos que en ese momento me enamoré. Guardaste tus manos en los bolsillos de tu abrigo y te mirabas tan atractiva.

¿Quieres saber un secreto? Yo odio el café, siempre lo odié pero no podía negarme a esa hermosa sonrisa.

—Hay una cafetería cerca. —Dije mirando hacia la dirección del local.

—Vamos entonces.

Caminamos juntas hasta aquella cafetería, abriste la puerta para mí y vi eso como un gesto tan lindo. Entramos y buscamos una mesa desocupada, había una cerca de la ventana, entonces fuimos y nos sentamos, tú frente a mí y no podía creer que una chica tan bonita como tú, estuviera compartiendo conmigo. Te quitaste tu abrigo y yo hice lo mismo, después de todo era cálido dentro. Hicimos nuestros pedidos y mientras tanto, me mirabas, yo desvié mi mirada, me sentía avergonzada, nunca me gustó que me miraran pero contigo...quería que lo hicieras todo el tiempo.

El silencio se hizo presente pero no era incómodo, pareciera que nos conociéramos de hace mucho. Miré la ventana y estaba empañada, yo siendo tan curiosa y tan yo, comencé a hacer garabatos en la ventana, escuché una pequeña risa de tu parte pero no te miré, tan sólo sonreí. Entonces tu dedo se encontró con el mío y te miré cuestionando lo que hacías pero sólo me sonreíste y empezaste a hacer pequeños dibujos, el más memorable, un pingüino. Observaba atenta a todo lo que hacías y entonces dibujaste un conejo, no entendía por qué.

—Eres tú, eres un conejito. Tus dientes frontales son bonitos.

De nuevo sentí mi cara cambiar de color, yo siempre había odiado mis dientes pero a ti te gustaban, parece que ahora los amo. Sonreí ocultando mi sonrisa con mis manos y negaste.

—No, deja que te vea sonreír.

Y desde ese día, la sonrisa jamás se borró o bueno, hubiese preferido que así fuera.

Comenzamos a vernos más seguido, tú me buscabas siempre con la excusa de que te había gustado el café de aquél lugar. Vaya que eras mala mintiendo...o eras demasiado buena haciéndolo.

Poco a poco me fui abriendo para ti, te empecé a mostrar lados que ni yo misma conocía de mí...estaba enamorada de ti.

Pasaron al rededor de tres meses, cada día era vernos, cada día era hablar, ¿de qué hablábamos? Ni yo lo sabía pero siempre había un tema de conversación. Ya no me conocía, me sentía otra persona, más sociable, hablaba más, estaba feliz.

Llegó el día que ahora considero una desgracia, me pediste ser tu novia, por Dios, claro que acepté, moría por serlo, moría por ser tu novia, por ser tuya y de nadie más.

Tan pronto pasó el tiempo, quisiste que viviera contigo, compartir una casa, una cama...compartir mi vida contigo. No me negué, quería ser tu compañera de vida, quería que tú fueras mi compañera.

¿Y cómo era vivir contigo? Hermoso, lo más maravilloso que me haya pasado.

Me tratabas como una reina d

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
anothershipper
#1
Chapter 1: Aaaaaaah esto fue tan bonito y doloroso al mismo tiempo!!! Muchas gracias por escribir esta historia