La Desaparición de Eleanor Rigby

Baby good night

Baby, good night.

La Desaparición de Eleanor Rigby

 

Con la vista fija en las imágenes que nadaban con fluidez frente a sus ojos, no se percató de la presencia del tercero que le observaba con atención y aprehensión. Con los hombros tensos, recostado en el umbral de la puerta y la mirada sobre su persona, un nudo se formó en la garganta del recién llegado.

—¿Qué estás viendo? —Su voz cuidadosa resonó en la estancia.

—La desaparición de Eleanor Rigby. —A duras penas si dedicó atención, solo lo suficiente como para responder y suspirar, regresó toda su atención a la película.

—¿De qué trata? —Se acercó sin hacer ruido y con la muy mala costumbre de no quitarse los zapatos en la entrada.

—De una mujer que deja a su esposo solo y regresa a casa de sus padres luego de perder a su hijo. —Algo dentro de sí se rompió. Se giró con dificultad y con la misma quietud con la que había llegado, se alejó; el leve sonido del seguro de la puerta alertó a Changmin. Yunho, de cuenta nueva, le había dejado, pero si se lo preguntaba a consciencia, ¿podía culparlo?

 

 

La luz cálida proveniente de la ventana le servía de despertador, era el momento de despertar, pero él todavía deseaba permanecer protegido en la obscuridad, en la quietud de la inconsciencia, donde no reconocía al mundo real y el mundo de los sueños y las fantasías le hacían flotar entre nubes de felicidad. Arrugó el entrecejo. Aquella noche había sido igual, una idea escabrosa le carcomía la mente y no le dejaba descansar, evolucionando en pesadillas y miedos.

—Buenos días, dormilón. —Yunho susurró en su oído y le acarició despacio con la punta de la nariz, delineando su cuello y su mejilla. Changmin se removió incómodo. —Es hora de despertar.

—No quiero. —Se escondió bajo las sábanas y Yunho le abrazó por la cintura.

—El desayuno está listo. —Bajo la premisa de comida y un estómago lleno y contento, esperó respuesta, pero Changmin solo le dedicó silencio. Yunho resopló vencido y alejó las manos, permaneció a su lado en la cama.

—Tuve un sueño. —Yunho se viró en su dirección, aun manteniendo una distancia prudente.

—¿Sobre qué?

—Tenías una aventura. —Estalló en una carcajada de buena gana, más al ver que Changmin no compartía su simpatía y diversión por lo absurda de la idea, su risa se acalló de golpe.

—¿No creerás que estoy teniendo una aventura?

—¿La tienes? —Brusco, Changmin se dio la vuelta y Yunho fue capaz de contemplar su semblante cansado y las ojeras prominentes bajo sus ojos.

—¡No! —Él arqueó una ceja, poco convertido. Yunho arrugó el entrecejo consternado y ofendido. —Shim Changmin, yo, no estoy teniendo una aventura.

—Ok. —Volvió a esconderse debajo de las sábanas, pero sin indicios de poder volver a conciliar el sueño. —Quizás, quizás deberías tenerla. —Yunho ladeó el rostro confundido, aunque Changmin no pudiese verle.

—¿De qué estás hablando? —Se sentó en la cama, apoyándose en el respaldar.

—Quizás deberías tener una aventura Yunho.

—¿Acaso, tu… Acaso quieres que tenga una aventura? —Silencio. —Contéstame, Changmin. ¿Quieres que tenga una aventura?

—No lo sé. —Yunho, quien estaba posicionado cómodo para verle mejor, se alejó por completo de su lado, como si el contacto ardiese; se alejó, escapó del apartamento mascullando entre dientes su incredulidad. Changmin escuchó el resonar de la puerta principal y se hundió en sí mismo, envuelto en un capullo entre las sábanas, se preguntó a sí mismo. «¿Qué sucede conmigo?»

Si, ¿qué sucedía con él? Desde el momento en que habían regresado del hospital, él no podía apreciar la realidad. Las palabras no tenían sentido en su boca y era incapaz de entender nada de lo que le decían, un estallido había ocurrido en sus tímpanos y ahora solo podía sentir un zumbido perenne que retumbaba sin cesar en sus oídos. De lo único de lo que parecía estar seguro era el dolor latente en lo más profundo de su ser. Una parte de él había desaparecido y no tenía la más mínima idea de cómo recobrarla; actuando solo por inercia, arremetiendo de forma ilógica contra todo quien se le acercase, siendo su más claro y constante objetivo: Yunho.

Para cuando Yunho regresó, el apartamento estaba vació. No había rastro de Changmin, más que el claro paso por la estancia y la ropa olvidada en el suelo. Se sintió tentado a llamarle al celular, pero conociendo al menor como le conocía, era obvio que no obtendría respuesta, no ahora. Dejó los zapatos en la entrada y fue hasta la habitación; se cambió el pijama y regresó a la sala con una almohada y unos cobertores gruesos. ¿De que servía la cama si Changmin no estaba en ella para compartirla?

Cayó rendido en un sueño sin descanso y le despertó el repique de su celular. Cerró los ojos en un movimiento involuntario ante el brillo de la pantalla y se sorprendió al reconocer el número.

—¿Changmin? —Changmin no contestó, pero Yunho era capaz de escucharle respirar agitado y el constante movimiento de las sábanas. —¿No puedes dormir? —Se recostó cómodo en el sofá e imaginó a Changmin negar despacio. —Está bien. No estamos diciendo adiós. Solo debes ir a dormir. Solo debes dormir, Changmin. —El ‘mañana será mejor’, quedó asegurado en la punta de su lengua. —Buenas noches, Changmin.

—Buenas noches, Yunho.

 

 

Jugando con la pieza que descansaba en su mano izquierda se encontraba cuando una taza de café fue puesta en su mesa. Yunho alzó la vista, encontrando a un muchacho que le sonreía algo inseguro, nervioso quizás, pero no menos cálido.

—Yo no he ordenado esto.

—Lo sé. —El muchacho escondió las manos tras su espalda. —Es solo que ha estado viniendo por más de una semana. Hoy parece que necesita algo que le alegre el día. —Desvió la atención por última vez hacía la taza frente a él y sonrió amplio, sintiéndose agradecido.

—Muchas gracias…

—Minho. —El muchacho sonrió leve.

—Muchas gracias, Minho. —Minho ensanchó su gesto, se giró con prisa cuando escuchó su nombre siendo llamado para atender a otro cliente y se alejó, no sin antes agitar su mano en dirección a Yunho, haciendo que el hombre se sintiese extrañamente reconfortado.

Esa noche, como todas las anteriores en las que se habían separado, Yunho recibió una llamada de buenas noches de parte de Changmin.

 

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