Bajo Arresto

Cualquier persona que pasara por el amplio pasillo de espera del prestigioso Hospital de Seúl y viera aquella joven vestida con una bata blanca, sin lugar a dudas pensaría que se trataba de una paciente fugada del hospital de psiquiatría.

Sí, aquella joven vestida de blanco y portadora de una larga cabellera oscura y reluciente no dejaba de caminar por el pasillo echando rápidas miradas hacia cierto punto del área de emergencias, y ocultándose tras cualquier cosa que encontrase: el pilar, la planta, las sillas de espera, el mueble que contenía amplios libros y expedientes, el carrito de la enfermera; digamos que estaba muy lejana de volverse invisible.

Pero como si este comportamiento extravagante no fuera suficiente, la joven no dejaba de sonreír como desquiciada y exclamar pequeñas y ruidosas frases de emoción, acompañados de saltitos. Bastante infantiles.

Con este comportamiento atípico, nadie podría creer que frente a ellos estaba una eminencia de la medicina:

─¡Doctora Kim!

─¡AAAH!─ un sobresalto y un agudo grito escapó de los labios de la joven de bata blanca, tan pronto como se dio cuenta de su acción, se agachó completamente bajó el mueble que encontró, ocultándose profundamente apenada. Ni siquiera los altos tacones que traía le hacían perder agilidad. ─¡Wheein! ¿Qué pasa? ¡Me espantaste!

─Lo mismo pregunto doctora, ¿qué pasa? ¿qué está haciendo? Los pacientes de allá están un poco incomodos por su comportamiento.

La doctora miró hacia el frente, observando un sin número de pacientes que estaban en la sala de espera, decenas de rostros mirando nerviosos y extrañados. Lentamente se levantó de su incomodo escondite, con una sonrisa un tanto nerviosa dio una reverencia y salió rápidamente de ahí.

La doctora Wheein solo se quedó extrañada ante el comportamiento de la mayor, viendo como esta se alejaba a toda velocidad hasta el final del pasillo perdiéndose ante la sala de rayos X.

No sin antes dejar de mirar de cuando en cuando hacia el área de emergencias, donde un tumulto de policías terminaba con su caso.

~°~°~°

Kim Yongsun, mejor conocida como Solar por sus colegas, era una joven doctora del Hospital de Seúl, a pesar de su corta edad era uno de los mayores talentos en su área. Especializada en cardiología, amaba totalmente lo que hacía, una doctora entregada 100% a su profesión. Esa amplia sonrisa, su amabilidad y su gran audacia la convertían en una doctora muy competente y amada tanto por sus pacientes como por los trabajadores del hospital. Cargada de una calidez y un estupendo humor, no dejaba de brillar hacia donde fuese, de ahí su apodo "Solar".

─Aigoo, eso estuvo cerca...

Aún seguía agitada de la rápida escapada que había dado del área de emergencias, estaba a punto de sentarse a descansar cuando escuchó como su nombre era mencionado en las bocinas del edificio.

─"Doctora Kim Yongsun se solicita su presencia en la habitación 183"

Arreglando un poco su cabello y su bata, emprendió camino hacía