Retrato de un Angel

Retrato de un Angel

A/N: La historia de mi vida, aún no le he dado la revisada final para ver si me comí alguna palabra o corregir horrores ortográficos, pero prefiero publicarlo ahora antes que seguir alargándolo. Lo corregiré más tarde (si claro)

 

La lluvia continuaba cayendo sobre su cabeza, no importándole que las frías gotas ya hayan empapado la totalidad de su adorado cabello, que había demorado en arreglar casi una hora para la cita que debía ser una más de las tantas donde compartiría una velada romántica llena de amor. Sus ilusiones ya habían sido quebradas lo suficiente, como para importarle su apariencia a este punto.

En medio de la lluvia, confundiendo cada gota que caía con furia contra su rostro con las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, un hombre continuaba llorando desconsolado como si los años de su infancia hubieran regresado a él. El frío que lo rodeaba era opacado por su congelado y vacío corazón destrozado.

Lo que menos imaginó HyeSung aquella mañana, al recibir el mensaje de texto de su novio citándolo a su restaurante favorito por la noche, era recibir la noticia más terrible en sus cinco años de relación.

Sus ropas, que habían sido cuidadosamente elegidas entre la amplia gama en el walking closet de su departamento, continuaban empapándose,

Cinco años habían sido sólo un sueño?. Por qué vivir una mentira durante tanto tiempo?.

HyeSung no entendía ninguna de las palabras que le había dicho su novio, todo lo que le importaba era la razón para tanta crueldad. Su corazón se sentía más pesado, su alma se quebraba tiñéndose de una sombra oscura, llamada abandono.

Lo siento, ya no puedo continuar más”, las palabras seguían dando vueltas en su cabeza, apretando más fuerte contra su pecho, haciendo más pesada su respiración que se ahogaba entre sus sollozos. “Por qué ahora?”, sabía la respuesta pero aún así quería oírlo de labios de la persona que lo estaba lastimando. “Quiero una familia normal”, fue todo lo que necesitó para no escuchar más y salir corriendo de aquel restaurante.

Hyung! HyeSung hyung!” el eco de la voz a lo lejos desvió su atención por un breve segundo. “HyeSung hyung! Dónde estás?!” la voz sonaba desesperada, pero aún no estaba listo para salir de su refugio. Dobló sus rodillas contra su pecho, abrazándolas tan fuerte como sus lágrimas volvían a empezar a caer. El dolor era más fuerte al imaginarse los miles de regaños que recibiría de parte de la persona que llevaba cinco años advirtiéndole sobre su relación.

“HyeSung hyung, por favor… prometo que no te regañaré. Sólo sal de donde quiera que estés. Vamos a casa… por favor”. Frustración y abandono se oían en la voz del hombre que lucía cansado, observando a su alrededor por cada esquina, buscando algún posible escondite que le diera las esperanzas de encontrar al hyung que amaba como si fuera su propio hermano de sangre.

Sus sollozos se hicieron más fuertes, siendo demasiado tarde cuando colocó una mano sobre sus labios, intentando no ponerse en evidencia. Junjin ya lo había oído y se encontraba ahora de pie frente suyo, dirigiéndole una dulce mirada.

“Dios, estás completamente empapado. Vamos a casa”, una mano se extendió en su dirección, esperando que saliera del interior de aquella enorme caja de cartón que le había servido como refugio para su miseria.

“Déjame Jin… déjame” gruesas lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. “Eric hyung me llamó, me contó lo que pasó” Junjin se puso de cuclillas, tomando una de las manos de su hyung que continuaba abrazando sus rodillas con fuerza.

“Se acabó… se acabó… “ como un niño herido corriendo a los brazos de su madre, HyeSung se acurrucó en el pecho de su mejor amigo, dejando salir más lágrimas de dolor.

Junjin apretó sus labios con fuerza, evitando dejar salir las maldiciones y palabras de odio contra la persona que había lastimado a su hyung favorito. Cinco años atrás, sólo Junjin se opuso y trató por todos los medios que HyeSung continuara viendo a Eric Mun, el hombre que acababa de romperle el corazón. Pero siendo una lucha perdida, Junjin no tuvo más remedio que aceptar los hechos, y dar una mirada de advertencia al novio de su mejor amigo.

El corazón de HyeSung era frágil, Junjin lo sabía muy bien. Sus ojos siempre destellaban cada vez que observaba a su novio, pero éste; siempre llevaba un tinte de duda oculto en su mirada.

Tranquilo Hyung, voy hacer que te olvides de él”en silencio y aún sosteniendo al frágil hombre contra su pecho, Junjin se hizo una promesa.

 

 

1 Mes Después

Su mirada confundida no dejaba de dar vueltas alrededor, tratando de hallar el camino correcto y tal vez alguien con quien pueda comunicarse en su propio idioma. En su mano izquierda sujetaba con fuerza su equipaje, temeroso de poder extraviar las pocas pertenencias que llevaba consigo en un descuido; mientras que en su mano derecha sujetaba su teléfono celular, digitando nuevamente las palabras de ayuda en la aplicación abierta del traductor. Era el momento perfecto para maldecir y arrepentirse de haberle hecho caso a su mejor amigo.

Canadá? Estás loco”fue su primera reacción cuando Junjin le mostró el panfleto, adjunto con el boleto aéreo que llevaba impreso su nombre. “Necesitas respirar nuevos aires. Odio verte en ese estado por culpa de ese bastardo!” las palabras de Junjin eran ciertas. Desde el día de aquella ruptura, HyeSung no había vuelto a ser el mismo; su sonrisa y ganas de seguir adelante se habían evaporado. Dolía mucho dentro de Junjin, ver a su hyung favorito en ese estado.

No pienso moverme de aquí”sus palabras parecían firmes, sin embargo, luego de más de dos horas de discusión y llantos, finalmente Junjin logró empacar un poco de la ropa de su hyung en una maleta, prometiéndole que todo estaría bien.

Y ahora, HyeSung se encontraba completamente perdido, parado en medio de ese inmenso aeropuerto, mirando de un lado a otro por un poco de ayuda pero sin atreverse a acercarse a alguien. Si tan sólo pudiera dar media vuelta y tomar el avión de regreso a Seúl.

Excuse me Sir, may I help you?” un hombre maduro de aproximadamente cuarenta años de edad se acercó a HyeSung, dirigiéndole una mirada agradable. El sobresalto en el rostro de HyeSung fue muy notorio, teniendo un momento difícil para entender lo que el hombre le acababa de decir.

“I-I'm s-so-sorry… n-no e-english” tratando de traer a su mente las pocas palabras que conocía en inglés, HyeSung dio una mirada avergonzada al extraño hombre; quien asintió con la cabeza y una sonrisa amable, haciendo movimientos con sus manos, señalando el gafete sujeto al bolsillo izquierdo de su chaqueta. HyeSung inmediatamente reconoció que el extraño hombre trabajaba para una empresa de taxis; quizás el hombre estaba tratando de ofrecerle sus servicios?.

“H-he-re...” señaló HyeSung con un dedo, sacando torpemente el panfleto que le había entregado su mejor amigo, donde una modesta y cómoda habitación estaba esperando por él. El extraño hombre sonrió en respuesta, tomando delicadamente el equipaje en el piso, señalando con un brazo el camino fuera del aeropuerto.

“bueno, esto fue fácil” pensó HyeSung en su interior, siguiendo de cerca al taxista hasta el vehículo amarillo estacionado en el enorme estacionamiento a las afueras del aeropuerto. Las calles se veían más extrañas y foráneas de lo que HyeSung se esperaba; de pronto, el frío de la ciudad comenzó a abrazarlo aún más, trayendo de regreso toda la melancolía que creía haber dejado en Seúl.

Los recuerdos seguían apareciendo en su cabeza, haciendo que doliera mil veces más su actual soledad. Cinco años maravillosos que habían significado algo solamente para él. La realidad a veces era tan cruel. Sus lágrimas empezaron a caer, recordando las últimas palabras de su ex-novio “Quiero una familia normal”.

Sus pensamientos empezaban a hundirlo en culpa y desdicha, cuando los golpes en la ventana del lado derecho del taxi, lo hicieron regresar a su realidad. Frente a él, se encontraba la estructura de un viejo pero confortable hospedaje para ciudadanos coreanos. Junjin se había esforzado por encontrar el mejor lugar para la estadía de su Hyung en Canadá.

“Thank you” se despidió HyeSung con una sonrisa, luego que el taxista terminó por bajar su equipaje del vehículo.

“Buen día Señor, en qué podemos ayudarlo?”, saludó amablemente la mujer en el mostrador al interior del hospedaje.

 

 

3 MESES DESPUES…

La misma delgada y pequeña muchacha subía por las escaleras, recorriendo los pasillos con maestría, llevando en manos la enorme bandeja de metal que contenía comida suficiente para una familia entera. Los ojos de los demás huéspedes de la pequeña y acogedora pensión coreana, observaban divertidos, como todos los días, los malabares y demostración de destreza de la frágil muchacha.

“La 324...” la voz de la dueña de la pensión, regresó el interés de los huéspedes al interior del comedor del lugar. Eran las 7AM, hora de tomar el desayuno.

“324?… alquilaste mi habitación?”, una nueva voz llamó la atención de los comensales. “oh! Dongwan-ah!” una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de la anciana mujer, recibiendo con los brazos abiertos al extraño recién llegado, que se dispuso a abrazarla como si se tratara de su propia familia.

“ommoni~ alquilaste mi habitación?” haciendo su mejor esfuerzo por lucir adorable ante los ojos de la anciana, el hombre de nombre Kim Dongwan, lanzó una acusación directa. “este año no recibimos noticias de tu asistente, creímos que no vendrías” se disculpó la mujer, llevando al recién llegado hasta una mesa alejada de los demás comensales. “aish! Ese tonto! Le dije que hiciera la llamada hace tres semanas!” se volvió a quejar Dongwan, recibiendo la taza de chocolate caliente que la anciana colocaba en su mesa. “tres semanas? Esa habitación lleva rentada casi tres meses. Nos ofrecieron el doble por el alquiler” la anciana tomó asiento en la silla frente a la del recién llegado.

“tres meses?, quien lleva tanto tiempo hospedado en una pensión de turistas?” una sonrisa se dibujó en el rostro de Dongwan, tratando de figurarse el rostro de la persona, que actualmente ocupaba su habitación preferida, en la pensión donde solía pasar sus días de vacaciones.

Una hora después y luego de resignarse a tener que ocupar la habitación al lado de la “324”, Kim Dongwan se encontraba acomodando sus pocas pertenencias dentro del pequeño closet de la habitación. Su cámara fotográfica profesional favorita, ocupando el lugar más seguro dentro del pequeño mueble. Después de todo, Kim Dongwan no era un apasionado fotógrafo de profesión por nada.

Desde sus días de infancia, la pasión por la fotografía se había hecho muy notaria en Dongwan, llevándolo a estudiar la profesión más a fondo hasta convertirse en uno de los mejores fotógrafos del medio internacional. Su fama llegó a ser tal, que incluso fue solicitado para tomar fotografías de las modelos más famosas del mundo. Pero Kim Dongwan prefería dedicar su arte a la naturaleza y paisajes impresionantes de cada lugar donde viajaba. Era coreano de nacimiento pero no había pisado Corea en los últimos diez años desde que decidió emprender su camino por la senda que tanto lo apasionaba.

El único lugar a donde Kim Dongwan pertenecía actualmente, era a ese pequeño lugar ubicado en Canadá. Un lugar tranquilo y acogedor donde gustaba pasar sus vacaciones esquiando y disfrutando de la aurora boreal. O al menos eso era lo que esperaba este año.

Eran las 4PM y Kim Dongwan se disponía a tomar una siesta, luego de regresar de dar un paseo corto por la ciudad y ver cuanto había cambiado esta en un año de su ausencia. Pero sus deseos de una merecida siesta se vieron interrumpidos, cuando un leve susurro dentro de su habitación despertó su sentido de alerta.

Rápidamente, Dongwan se levantó de la cama, escaneando de lado a lado la habitación en busca de algún intruso. Llevaba seis años hospedándose en la misma amigable y acogedora pensión, y nunca había tenido nada de que preocuparse; pero los susurros se hacían más fuertes, llevándolo a mover sus pasos hacia la pared del lado derecho de la habitación.

Y fue cuando Kim Dongwan se dio cuenta que los susurros provenían de la habitación continua a la suya. Y más que unos susurros, se oían ahora como sollozos empezando a elevarse. Y pronto los sollozos se convirtieron en un llanto abierto, comunicando a Dongwan que la siesta de la tarde tendría que ser cancelada.

Tres horas después, ni los audífonos colocados en sus oídos, tratando de ver algún programa al azar por su teléfono celular, podían distraer a Dongwan de los llantos que continuaban oyéndose dentro de su habitación.

“Oppa, ya es hora de la cena” un ligero golpe llamó a su puerta, colocándose de pie inmediatamente para saludar a la frágil muchacha, joven nieta de la dueña de la pensión. Pero antes de poder dirigir una palabra a la muchacha, los ojos de Dongwan cayeron sobre la enorme bandeja de metal colocada en la puerta de la habitación continua.

“nunca baja a comer. Sólo la he visto una vez cuando llegó a la pensión”, respondió la muchacha, llenando la obvia curiosidad en el rostro del fotógrafo.

“todo eso es para una sola persona?” señaló Dongwan la bandeja, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de la muchacha.

 

 

La luz de la habitación se apagó, la noche había caído luego de un largo día de explorar los lugares turísticos de la ciudad. El cuerpo de Dongwan estaba cansado y el día siguiente le traería más aventuras. El primer día de esquiar en las montañas se encontraba tan cerca. Pero muy contrario a las esperanzas de Dongwan de descansar toda la noche para despertar fresco y recargado de energías, el ruido en la habitación adyacente a la suya no le permitía cerrar los ojos.

Era el quinto día desde que Dongwan llegó a la pensión, y los sollozos parecían interminables. En menor o más alto volumen, parecía que el huésped de la habitación 324 no tenía nada mejor que hacer que sollozar las 24 horas del día.

Y la paciencia de Dongwan ya estaba llegando a su límite.

El fotógrafo salió de la cama para buscar los nuevos tapones para los oídos que había comprado en una modesta tienda alrededor de la ciudad. Sin embargo, los sollozos se acrecentaron, combinándose con lamentos que bien podían hacer pensar a los demás huéspedes de la pensión, que un fantasma había tomado posesión del lugar.

Cansado de oír los sollozos todos los días, y sabiendo que tenía que conseguir un buen descanso si quería ir a esquiar al día siguiente, Dongwan volvió a salir de la cama, esta vez saliendo de su habitación con pasos pesados.

“Yah! Quieres dejar eso! Hay gente acá que quiere dormir!” tocó Dongwan con furia la puerta de la habitación 324, pero ninguna respuesta fue dada desde el interior. “cómo puedes pasar todo el día sólo comiendo y llorando?”, una vez más, cero respuestas del misterioso huésped. “Yah! Al menos abre la puerta y discúlpate con los demás huéspedes! Crees que todos disfrutamos oír tus lamentos todas las noches?” un sollozo más pronunciado fue lo que se oyó como respuesta esta vez.

El corazón de Dongwan vaciló por un segundo. Quizás la persona dentro de la habitación realmente estaba pasando por un mal momento. El fotógrafo se sintió arrepentido de pronto por su rudeza contra el misterioso huésped. “Oye… lo siento, realmente no sé lo que te está pasando, pero no es saludable para nadie estar encerrado todo el día y sólo llorar” el silencio una vez más fue la respuesta.

“No fue mi intención ser tan rudo. Sé que soy un desconocido pero si necesitas hablar con alguien, tal vez pueda ayudar...” el sonido de vidrio quebrándose en el interior fue la respuesta esta vez. “estás bien? Qué fue eso?” silencio una vez más. “hey! Estás bien?… si no me respondes no me iré de aquí!”, la pequeña amenaza no causó ningún efecto en el misterioso huésped. “aish! No me dejas más salida!” sabiendo que iba a lamentarlo más tarde, el fotógrafo golpeó con fuerza con su hombro contra la puerta. Fue un milagro que no se fracturara el hombro.

El segundo intento de Kim Dongwan, para volver a golpear la puerta con su hombro, fue detenido por la sorpresiva aparición del misterioso huésped. Fue como si de pronto Dongwan estuviera viendo un fantasma frente a él. No sólo los movimientos de Dongwan se detuvieron, sino también su respiración. Detrás de ese cabello largo y desaliñado, el ligero rastro del bigote creciendo a gran lentitud, los ojos rojos e inflamados, la expresión sin vida y el aura melancólica como si todo el universo lo hubiera abandonado, se podía apreciar aún una rara belleza que no escapaba a los ojos ágiles del fotógrafo.

El shock no duró mucho cuando Dongwan pudo advertir el hilo rojo que corría por la palma de la mano izquierda del extraño huésped. “estás sangrando” notó Dongwan, dando un paso dentro de la habitación. El extraño huésped retrocedió por reflejo, escondiendo su mano por detrás de su espalda. “hey! No te voy a hacer nada, solo quiero ayudar” viendo la actitud defensiva del extraño huésped, Dongwan puso fin a sus pasos, buscando los ojos del asustado hombre.

 

 

Sus ojos aún permanecían cerrados a pesar que el sueño se había evaporado de su cuerpo hacía casi una hora. La combinación del viento helado que se filtraba por las ranuras de la ventana y la pesadez en su propia existencia, lo hacían imposible de moverse de entre las sábanas. Era otro día más en el que sólo quería seguir retorciéndose en su dolor. Era todo lo que le importaba.

Pero el destino tenía preparado algo más para él esa mañana.

“ahmm hola?… te traje el desayuno” la voz detrás de la puerta le era familiar. Cómo podría olvidar esa voz que lo había desconcertado la noche anterior. “abre la puerta, al menos déjame cambiar el vendaje de tu mano o se te puede infectar” como si fuera magia, el ligero dolor en su mano izquierda lo hizo abrir los ojos, recordando todo lo sucedido la noche anterior. El vendaje en su mano tenía teñidas ligeras manchas en color carmesí.

“puedes… ah! Hola!” no supo cuando ni por qué, solo se vio parado en la puerta de su habitación, observando con mirada cruda al hombre que le sonreía amablemente, sosteniendo una bandeja de comida en sus manos. “Le pedí a la Sra. Choy que hiciera un desayuno especial hoy, no has estado comiendo bien eh?” sin ser invitado a entrar, Dongwan dio un paso confiado dentro de la habitación, echándole una mirada más profunda que la noche anterior.

“traje mi botiquín de primeros auxilios, déjame ver tu mano” el huésped de la habitación retrocedió un paso, retirando su mano bruscamente cuando Dongwan intentó tomarla. “yah! Ya te he dicho que no intento hacerte daño, solo voy a cambiar el vendaje, observa bien como lo hago para que puedas hacerlo tú” una vez más con confianza, Dongwan tomó la mano del extraño, llevándolo a sentarse en la cama, empezando el proceso del cambio de vendaje.

“listo!… ehh lo siento por lo de anoche...” el ambiente se sentía incómodo, Dongwan no sabía exactamente por qué continuaba hablándole a aquel extraño cuando era más que obvio que éste no tenía ningún interés en su presencia. “vete...” una simple palabra del extraño hizo que la curiosidad de Dongwan se incrementara.

“La Sra. Choy dice que llevas tres meses encerrado aquí, no crees que es mucho? Es decir, entiendo que debes estar pasando por un momento difícil pero, tres meses?...” el nivel de confianza de Dongwan iba en aumento, recostándose sobre sus codos en la cama, notando el ligero soplido del viento helado a través de la ventana. “ahh dejaron abierto otra vez el seguro...” como si se tratara de su propia habitación, Dongwan se dirigió hacia la ventana, abriéndola y cerrándola nuevamente, esta vez colocando los seguros contra el viento.

El huésped observó detenidamente, colocándose de pie al segundo que Dongwan regresó a la cama. “vete...” nuevamente la única palabra que había salido de labios del extraño huésped. El silencio rodeó a los dos hombres en la habitación. “sabes, no es placentero oírte llorar todas las noches. Hay gente aquí que viene a descansar y disfrutar, y tú pareces un alma en pena” las palabras de Dongwan sonaban tan serias que tomaron por sorpresa al extraño.

“no me conoces, vete o lo reportaré a la dueña” había mucha frialdad en el tono de voz del huésped. “tampoco estoy interesado en conocerte, sólo vine a decirte que si tu vida está arruinada, no se lo arruines a los demás. Lo que sea que tengas, supéralo. La vida continúa te guste o no y no puedes pasarte el resto de los días encerrado, llorando y luciendo patético”. La puerta de la habitación fue cerrada, dejando al extraño huésped en completo shock. Habían pasado tres meses desde la última vez que tuvo contacto directo con otro ser humano.

Lentamente, casi arrastrando sus pies como si estuviera forzándose a caminar, el extraño huésped se dirigió al baño dentro de la habitación, observándose detenidamente al espejo. Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que prestó atención a su apariencia?. Su cabello había crecido largamente, sobrepasando sus hombros; su piel se veía pálida, más pálida que su color natural de piel; sus labios se veían resecos sin vida; sus ojos se reflejaban vacíos. Y era lo más consciente que había tenido en mente los últimos meses. Su vida entera estaba vacía ahora. Su reflejo en el espejo le gritaba a alta voz que su vida estaba vacía. Había pasado los últimos meses abrazando ese vacío, conformándose con esa existencia. Pero las palabras del hombre que acababa de abandonar su habitación, hacían eco en su cabeza sin que pudiera detenerlo.

En el siguiente minuto, su mano derecha encontró naturalmente la rasuradora y crema de afeitar dentro del estante sobre el lavabo.

 

 

La puerta principal se abrió, dejando colarse la ligera ráfaga de viento helado dentro del interior del hospedaje. Los comensales que se encontraban reunidos en el comedor, concentraron sus miradas en la rara figura del hombre que permanecía parado en la puerta, luchando para terminar de ingresar su equipaje.

“Oppa, hace mucho frío” la pequeña y delgada muchacha corrió en auxilio del hombre en la puerta, tomando un extremo de la larga y pesada maleta, ayudándolo a acomodar su equipaje en un rincón del hospedaje. “Wow! Pareciera como si una tormenta se avecinara” sonrió Dongwan a la muchacha, siguiéndola hasta el mostrador en el comedor donde la anciana mujer, dueña del hospedaje, lo esperaba con una taza de chocolate caliente.

“Con este frío ya no necesitarás irte a otro lado a esquiar” sonrió la anciana al fotógrafo, dejando la taza de chocolate caliente sobre el mostrador, regresando inmediatamente al interior de la cocina. Dongwan retiró su grueso abrigo de su cuerpo, colocándolo en el respaldar de la silla en el mostrador, cuando algo llamó su atención. Sus ojos fueron atraídos como magnetos hacia aquella esquina en el interior del comedor.

De hecho, los ojos de Dongwan no eran los únicos que estaban pegados a la figura de aquella persona en el comedor. Todos los demás comensales robaban más de una mirada en dirección de la persona que parecía beber tranquilamente su taza de té.

“ya van dos días” la voz de la pequeña muchacha logró alcanzar los oídos del fotógrafo. “todos están conmocionados, habías visto alguna vez algo así? Parece un maniquí viviente, tengo tanta envidia” la muchacha seguía hablando al lado de Dongwan, y el fotógrafo no podía hacer nada más que asentir en su interior.

“bonita vista?” las carcajadas a su lado llamaron la atención de Dongwan, encontrando los rostros conocidos de los dos hombres que lo saludaban con sus sonrisas. “no es un poco temprano? Creí que llegarían mañana” desviando por completo su atención de la figura en la esquina del comedor, Dongwan se enfrascó en una larga conversación con sus dos amigos.

“adelantaron todo un día. No te lo dijeron? Hay probabilidades de tormenta, es mejor estar ahí antes o no lo lograremos” respondió uno de los hombres, tomando asiento en la silla del lado derecho del fotógrafo. “ya veo, entonces hay que prepararnos” respondió Dongwan a sus amigos y colegas, tomando el último sorbo de su taza de chocolate caliente, colocándose de pie de su silla, alistándose para tomar su abrigo del respaldar de esta, cuando su mirada volvió a caer en la misteriosa persona en aquel rincón del comedor.

“un minuto…” una vez más, como si sus ojos estuvieran siendo atraídos por un magneto, esta vez sumándose sus pies, dando pasos largos hasta que se encontró frente a la mesa de la misteriosa persona, observando con ojos abiertos y una amplia sonrisa de sorpresa, su rostro. “woah! Casi no te reconozco!” como si se tratara de un amigo que no había visto en años, el fotógrafo se invitó a sentarse en la mesa, bajo la mirada impactada de la misteriosa persona.

“qué estás haciendo?” el hombre, dueño de un hermoso y fresco rostro, se dirigió con evidente disgusto hacia el fotógrafo. “alguna vez te han dicho que tus facciones son casi perfectas?” la emoción en la voz de Dongwan no ayudó a quitar la expresión de desagrado en el rostro del extraño. “woah! Como una chica. Una muy bonita” la emoción del fotógrafo no le permitía ver la mirada letal que el extraño le dirigía.

“quieres...” la paciencia del extraño llegó a su límite, cerrando ambas manos en un puño, contando mentalmente hasta cinco para acabar de una buena vez con toda la palabrería del hombre que lo estaba irritando más allá de lo que podía imaginar. Sin embargo, su conteo mental fue interrumpido una vez más por el fotógrafo.

“me llamo Kim Dongwan, soy fotógrafo. Me dejarías tomarte unas fotos?” el excesivo entusiasmo en el rostro de Dongwan, dejó sin palabras al extraño. “woah! Hacía tiempo que no me sentía tan entusiasmado por hacer una sesión fotográfica” hablaba el fotógrafo sin parar, mientras movía sus dedos índice y pulgar haciendo una especie de marco en torno al rostro del extraño.

“no te conozco y parece que estás mal de cabeza”, viendo arruinado su tranquilo día, el extraño se levantó repentinamente de la mesa, dejando al fotógrafo hablando solo. “hey!… oh!” los ojos de Dongwan cayeron sobre la billetera de color café que había caído del interior del abrigo del extraño que acababa de desaparecer de regreso a su habitación.

 

 

Su cabeza empezó a sentirse más pesada, habían pasado solo unas horas desde que ese retumbante dolor había sido controlado y ahí lo tenía nuevamente de regreso. Su mañana tranquila había sido interrumpida y se sentía estúpido, ridiculizado por todas las miradas que se habían mantenido fijas en él durante esos pocos minutos que pasó en el comedor del hospedaje. Sentía que el mundo lo observaba con lástima y lo odiaba. Odiaba ser reconocido como el tonto al que le rompieron el corazón.

“oye, hey!” la misma voz que había aprendido a reconocer y odiar. “quieres dejarme en paz!” irritado a su límite máximo y decidido a dejar salir toda la frustración que llevaba acumulando por los últimos tres meses, giró sus pasos encarando de frente al hombre que lo observaba con una sonrisa en el rostro.

“dejaste tu billetera” sonrió Dongwan tranquilamente, agitando la costosa billetera frente al rostro del extraño. Sus ojos se abrieron en sorpresa, quedando nuevamente ridiculizado. “así que eso es lo que te pasa… te rompieron el corazón, eh?” tomó la billetera de manos del irritable fotógrafo, abriendo aún más los ojos cuando reconoció la vieja fotografía que aún conservaba, en manos de éste.

“se cayó por accidente” se apresuró a explicar Dongwan, notando los dardos asesinos en los ojos del extraño. “no es de tu incumbencia!” arrancando la fotografía de manos del fotógrafo, el extraño giró sus pasos, disponiéndose a encerrarse nuevamente en su habitación. Estaba más convencido que había sido un grave error interrumpir su encierro.

“yah! Ya para con esa actitud, no eres la primera persona a la que le rompen el corazón, tampoco la última” las palabras de Dongwan hicieron que el extraño regresara a enfrentarlo. “tú no sabes nada de mi! No tienes ningún derecho de hablarme así!” el rostro del extraño se tiñó del color de la furia mezclado con la indignación y vergüenza por verse expuesto ante una persona que no conocía en absoluto.

“no te conozco, pero sé lo que se siente que te rompan el corazón. A ti te dejó tu… novio? A mi me abandonaron a tan solo unos días de mi boda” finalmente el rostro del extraño pareció suavizarse. La repentina confesión del fotógrafo lo había tomado completamente por sorpresa. “la conocía desde la secundaria, nos hicimos novios poco tiempo antes de graduarnos, terminé de recibirme como fotógrafo profesional y le propuse matrimonio. Solo dos días antes de la ceremonia, me confesó que su “amigo” de viajes le había declarado su amor. Al día siguiente recibí una llamada y supe que eso era todo” sin ser preguntado por más, Dongwan dejó salir su historia de manera natural, como si estuviera contando una anécdota más de su vida.

El extraño quedó de pie, sin ninguna palabra más que pudiera ser dicha. Sabía lo que se sentía que te rompieran el corazón. Su cerebro no procesaba que debía decir ahora. No pidió escuchar la historia del irritable hombre, pero algo en él hacía que sintiera una repentina simpatía por éste. Quizás la solidaridad entre hombres que fueron utilizados por segundas personas. Sin embargo, había algo que era aún más irritable.

“… co-cómo puedes decirlo así? Como si no fuera nada” la voz de HyeSung sonaba más como un reclamo. Era injusto que él fuera la única persona sintiéndose miserable por una ruptura. Al menos el fotógrafo tenía que verse la mitad de quebrado que él. “por que ya no significa nada para mi. Lloré lo que tenía que llorar por un par de semanas y luego decidí seguir adelante. Qué podía hacer? Dejar que el mundo se detuviera por que una mujer no me amaba como decía? A veces pienso que fue lo mejor. No crees que hubiera sido peor unir mi vida a alguien que no me llegaría amar enteramente?” recostándose de espaldas contra la pared, la sonrisa en el rostro del fotógrafo se hacía más notoria, dándose cuenta que había captado la atención del extraño.

“pero iban a casarse...” nuevamente la voz de HyeSung se oía como un reclamo. Era completamente injusto que sea el único sintiéndose miserable, como si el mundo entero le hubiera dado la espalda. “si no era la indicada, no lo era. No puedo cambiar eso. Algún día volveré a enamorarme y lo volveré a dar todo, por que de eso se trata la vida. No dejes que alguien que no valía tu tiempo, arruine el resto de tu vida. No dejes que tu vida se detenga. No todo el mundo tiene los ojos fijos en ti. Cada quien tiene su propia vida y seguirán viviendola sin importar lo que te pase a ti. No tienes de qué avergonzarte o sentirte estúpido. Camina con la cabeza en alto. No eres el primero ni serás el último. Ánimo bonito!”, dando un ligero golpe con su dedo pulgar sobre la frente del extraño, Kim Dongwan desapareció en medio del pasillo, retornando al comedor donde había dejado abandonados a sus amigos y colegas.

El golpe en la frente de HyeSung se sintió como si algo acabara de despertar en él, observando on mirada fija mientras el fotógrafo desaparecía en el camino de las escaleras.

 

 

La noche se sintió larga pero también ligera, HyeSung por fin podía sentir que una parte de su cuerpo se movía de manera natural. Ya no era tan difícil llegar a la ducha y darse un baño a primera hora de la mañana. Su reflejo en el espejo se veía diferente, como el antiguo Shin HyeSung pero con algunos tintes de melancolía aún impregnados en él. Había pasado la noche pensando en el pasado, pero sus recuerdos ya no dolían como antes. Ya no caían lágrimas cuando su mente dibujaba el rostro del hombre que todavía amaba. Se sentía tranquilo aunque aún faltaban más días por venir.

“gracias bonito!” la voz que lo irritaba resonó en sus oídos como si alguien hubiera conjurado la presencia de esa persona. “en nombre de todos los residentes de este hospedaje, te doy las gracias por habernos dejado dormir en paz toda la noche” la sonrisa en el rostro de Dongwan era lo que más irritaba a HyeSung, cómo podía seguir sonriendo este hombre después de haber sido abandonado a dos días antes de su boda?. Ciertamente era muy irritable ver su serenidad y esa sonrisa en su rostro.

“idiota...” las palabras salieron como un murmullo de labios del extraño, dándole la espalda al fotógrafo, continuando su camino hacia el comedor. “has pensado en mi propuesta?” apurando sus pasos y asegurándose de ir al mismo ritmo que el extraño, Dongwan siguió la conversación en la que parecía que era el único interesado. HyeSung ignoró al fotógrafo, sentándose en la mesa más alejada dentro del comedor, retirando la silla sobrante, asegurándose de ser el único que ocupara esa mesa.

“sabes, dentro de dos días iremos a la montaña, grabaremos la aurora boreal. Pero uno de los chicos enfermó de repente y no hay quien lo reemplace. Qué dices? Será divertido”, la intensa mirada del extraño tomó por sorpresa al fotógrafo. Dongwan estaba seguro que todas las maldiciones existentes y por existir, estaban cayendo sobre él en ese mismo instante. “oye no me lo tomes a mal, sólo quiero ayudate. Te ves perdido y ya llevas mucho tiempo aquí sin hacer nada. Respirar aire fresco te hará bien. Además no eres mi tipo”, la confianza y seguridad en la voz de Dongwan, enervó una vez más los nervios del extraño.

“quieres dejarme en paz de una buena vez! No pedí tu compañía y no me interesa nada que venga de ti!”, la voz de HyeSung fue lo suficientemente alta como para atraer la atención de todos los comensales en el comedor. Su rostro se tiñó automáticamente de color carmesí, lanzando una mirada más mortal al fotógrafo que sonreía como si nada hubiera ocurrido, tomando una silla de la mesa contraria, sentándose frente al extraño.

“deja la actitud a la defensiva, así no lograrás nada. A ti te falta un amigo y aquí estoy yo, seré un extraño pero quiero ayudarte. No tengas miedo de la gente. El primer paso para volver a sonreír, es volver a confiar. No todos queremos hacerte daño”, sin más palabras, Dongwan se levantó de la silla, dejando al extraño solo una vez más perdido en sus pensamientos.

HyeSung se sentía avergonzado, perdido, confundido. Había pasado demasiado tiempo encerrado retorciéndose en su desgracia, enumerando todas las posibles razones por las que su novio dejó de amarlo, sintiéndose la persona más miserable del planeta. Y ahí estaba otro hombre, diciéndole que dejara todo atrás y se levantara. Y ciertamente tenía mucha razón. Ya habían sido demasiadas lágrimas y tragedia, pero no era tan sencillo como se lo imaginaba. Tres años de relación no se olvidan fácilmente. El hombre al que creías el amor de tu vida no se supera con solo desearlo. Todavía habían rastros de dolor dentro de él, cada vez que recordaba las crueles palabras de su ex-novio, y quizás esta era la razón más poderosa por la que HyeSung no podía levantarse aún.

Si no fue lo suficientemente bueno para Eric, que podía esperar del futuro? Acaso era su destino no volver a ser amado? Acaso el mundo no estaba preparado para su tipo de amor? El rechazo y la realidad dolían aún más que el abandono de su ex-novio.

 

 

No habían pasado ni dos horas desde que logró cerrar al fin los ojos, y el ruido molesto de su teléfono celular lo hizo saltar de la cama. Eran las 4AM, quién podría llamar a esa hora? Y quién lo llamaría después de tanto tiempo, teniendo en cuenta que nadie sabía de su paradero?. Las preguntas se desvanecieron de su cabeza cuando pudo leer el nombre de la llamada entrante en su teléfono celular.

“Junjin?” un cierto tinte de alegría se mezcló con su adormecida voz y la molestia de haberse visto obligado a contestar la llamada a esas horas de la madrugada. “hyung! Al fin puedo oír tu voz! No me haz llamado ni una sola vez desde que llegaste a Canadá! Sólo sé de ti por los movimientos en tu tarjeta de crédito!” los regaños no se hicieron esperar, HyeSung era consciente que estaba en falta. Pero no podían culparlo, lo que menos quería era hablar con alguien. Su viaje había significado el momento de borrarse de la existencia de las personas que lo conocían. Aún si se trataba de su mejor amigo de infancia.

“lo siento Jin, necesitaba un tiempo a solas”, culpable y sin ánimos de discutir, lo mejor que podía hacer HyeSung en ese instante era ceder y tratar de regresar a la cama lo más pronto posible. Sus párpados se sentían pesados luego de noches completas sin haber podido conciliar el sueño. “eso es lo de menos ahora, tenemos un problema” el siguiente anuncio de su mejor amigo hizo que una parte de él empezara a despertar por completo. “tus padres han estado preguntando por ti, están preocupados por los movimientos de tu tarjeta de crédito. Les dije que todo estaba bien, pero insisten en que les diga donde estás”

“Jin, por favor no les digas. Aún no estoy listo para volver” la voz de HyeSung se tornó suave, suspirando pesadamente ante el pensamiento de todo lo que tendría que enfrentar cuando regresara a Corea. “Claro que no les diré nada pero ese es el problema, tus padres van a congelar tus tarjetas a menos que no les diga donde estás”

“Qué! No pueden hacer eso!” el pánico se dejó oír en la voz de HyeSung, olvidándose por completo de las noches en vela que tenían que ser repuestas. “estoy haciendo lo que puedo, pero la orden ya está dada. A partir de hoy tus tarjetas están congeladas” la voz de lamento de Junjin no ayudó a reducir la furia que iba incrementándose dentro de HyeSung.

“Y qué se supone que haré?! No estoy listo para regresar a Corea! No voy a regresar! No lo haré!” como si fuera un niño pequeño, HyeSung comenzó a dar vueltas por la habitación, aterrorizado con la idea de tener que enfrentar los rostros de lástima de sus padres. Aún no estaba listo para enfrentar a las personas que le dieron la vida y escuchar el típico “te lo dije” cuando oyeran de sus labios su ruptura con su ex-novio. No estaba listo para ser señalado y regañado.

“Pensé en enviarte dinero, pero mis movimientos están siendo vigilados por tus padres. Hyung creo que no tienes salida. O les decimos a tus padres donde estás o regresas a Corea ya mismo” Junjin ya se encontraba resignado, y hasta cierto punto feliz de tener de regreso a su hyung favorito. “olvídalo! No pienso regresar! Voy a conseguir el dinero que necesito para seguir quedándome aquí por mi cuenta!” la resolución en la voz de HyeSung asustó a Junjin. “de dónde vas a sacar el dinero!?”. “Ya pensaré en algo, pero a Corea no voy a regresar! No aún. Lo siento Jin” la conversación fue terminada sin que ninguno de los dos hombres se diera cuenta.

HyeSung cayó pesadamente sobre su cama, las manos sujetando su cabeza como si tratara de evitar que explotara. Sabía que no podía ocultarse por siempre, pero aún no estaba listo.

No estaba listo para enfrentar a los amigos que habían sido testigos de sus días felices, no estaba listo para regresar a su antiguo empleo y explicar que su relación, que creía que duraría para siempre, se había terminado. No estaba listo para enfrentar a nadie.

“Maldición! Necesito conseguir dinero...” sin darse cuenta, las luces de la mañana ya empezaban a iluminar su habitación. Ruidos ligeros de pasos yendo y viniendo por el corredor podían ser oídos a través de su puerta. Los demás huéspedes ya estaban despiertos, probablemente dirigiéndose al comedor del hospedaje a tomar el desayuno. Su cabeza ya estaba cansada de pensar, estaba desesperado y en estado de pánico.

“Acepto, cuando partimos...” las palabras del extraño tomaron por sorpresa a Kim Dongwan, quien solo atinó a seguir sosteniendo la perilla de la puerta de su habitación, observando con ojos bien abiertos la figura desaliñada del extraño frente a él.

 

 

No estaba seguro exactamente que era lo que hacía, todo lo que estaba en su cabeza era el estado de pánico y desesperación por volver a desaparecer. El mundo no estaba listo aún para él, o era más como si él no estaba listo aún para el mundo. Al menos no solo.

Colocó las últimas prendas dentro de la pequeña maleta, dando una mirada rápida por los estantes en el baño, asegurándose de no haber olvidado nada de suma importancia. Tenía que agradecer los tres meses en los que no se preocupó por su apariencia personal, esto le había permitido ahorrar en los productos de aseo personal que más atesoraba, y que eran los más costosos. El dinero era lo que más necesitaba atesorar en estos momentos.

“Woah! Te dije que sólo serán un par de días?” la voz sonriente de Kim Dongwan no ayudó a mejorar su humor esa mañana. Le había costado mucho doblegar su orgullo y aceptar la oferta del extraño. Un ingreso extra era lo que necesitaba, y desaparecer por unos días de aquel hospedaje en caso que sus padres ya hayan descubierto su paradero. Sonaba infantil y cobarde, pero no podía pensar en nada más. “No es de tu incumbencia” la misma actitud arisca y pocas ganas de querer socializar. Después de conocer la historia, sin pedirla, del fotógrafo, la presencia de éste ya no era tan irritable pero tampoco se sentía listo para tratar con extraños entrometidos.

El grupo de hombres reunidos en la recepción del hospedaje, se despidió tan pronto como el transporte encargado de llevarlos a la montaña llegó por ellos. Los pies de HyeSung dudaron por un segundo, un corto escalofrío recorrió su espina dorsal. Era la primera vez que cometía una locura como esta. Viajar con un grupo de extraños a los que veía por primera vez, sin haber repuesto aún su confianza en la humanidad. “no vienes bonito?” la voz natural y despreocupada de Dongwan lo hicieron despertar. Era irritante pero a la vez tranquilizante. “ya deja de llamarme así!” renegando y molesto por el adjetivo usado hacia su persona, HyeSung tomó su maleta y subió a la camioneta. “lo siento, pero es que aún no me has dicho tu nombre” respondió Dongwan inmediatamente, tomando asiento en el sitio disponible al lado del extraño. “HyeSung. Shin HyeSung”.

El resto del viaje fue en completo silencio por parte del nuevo integrante de grupo de fotógrafos.

El trabajo era sencillo, todo lo que HyeSung tenía que hacer era asistir al equipo de fotógrafos, cinco personas en total contando con el irritable Kim Dongwan, por los tres días que duraría el viaje. Dongwan había asegurado el pago del hospedaje y una remuneración por sus servicios. Era justo lo que necesitaba.

“despierta, ya llegamos” sus ojos se despegaron de la vista a través de la ventana, no se había dado cuenta exactamente en qué momento el paisaje de ciudad cambió. Ahora todo lo que veía alrededor estaba teñido del color blanco de la nieve. No era su primera vez viendo nieve, por su puesto, pero se sentía maravillado con el paisaje a su alrededor.

“hermoso, cierto? Vamos a registrarnos” la voz tranquilizante de Kim Dongwan se oyó cerca, notando luego que sus maletas habían desaparecido de su lado. El fotógrafo caminaba en dirección hacia la recepción del hospedaje, llevando una maleta en cada mano.

No demoró mucho para que el grupo terminara de registrarse en el hospedaje. Los cinco hombres se encontraban ahora ubicando su equipaje en sus respectivas camas. En realidad, cuatro de ellos desempacaban tranquilamente sus pertenencias, mientras que HyeSung solo observaba con la boca abierta desde la puerta de la habitación. Kim Dongwan había dicho que pagaría por su estadía en el hospedaje, pero nunca le aclaró que los cinco hombres compartirían la misma habitación. Del lado derecho estaban ubicadas tres pequeñas camas con una escasa separación entre ellas; por el lado izquierdo era aún peor, la separación de las dos camas restantes era diminuta, casi como si ambas camas fueran en realidad una sola de tamaño medio.

“Qué? Estaremos aquí solo por tres días, esperabas una suite presidencial?” sonrió Dongwan, señalando la única cama que se encontraba desocupada en el lado izquierdo de la habitación, al lado de la suya.

Esto no sería tan fácil como HyeSung se lo había imaginado.

 

 

“Salud!”, risas, murmullos por todo alrededor, olor a alcohol y humo que se mezclaban en sus fosas nasales, Hyesung no tenía idea en qué momento se dejó arrastrar hasta al bar del hospedaje por los cuatro hombres que lo acompañaban en la mesa. Su mente ni siquiera estaba presente en la conversación que sostenían los cuatro hombres, todo lo que podía ver eran rostros riendo a viva voz, como si se tratase de una especie de alucinación. Su idea de despejar su mente y volver a encerrarse en su soledad había sido completamente arruinada.

“Es tu turno” la voz gruesa del hombre sentado a su lado izquierdo, lo hizo fijar su atención a los otros tres rostros que lo miraban intensamente como si estuvieran esperando por algo. “Ya todos hemos contado nuestras historias, es tu turno” intervino otro de los hombres, haciendo un gesto con la mano que le indicaba que era su hora de empezar a hablar. Su mente en blanco no le había dado la oportunidad de prestar atención a lo que se estaba diciendo en la mesa, en verdad todos ya habían hecho sus presentaciones?, estaba obligado a hacerlo él también?.

“Déjenlo, aún es muy tímido” saliendo a su salvación, la voz de Kim Dongwan envió cierto alivio al bello hombre. “Tsk!… Dongwan nos dijo que estás pasando por una decepción amorosa. Algo en lo que podamos ayudar?” guiñando un ojo coquetamente en su dirección, pasando luego su mirada por cada parte de su cuerpo que podía ser visible sobre la mesa, un tercer hombre intervino en la conversación. El tono rojo de sus mejillas era suficiente para notar lo incómodo de la situación.

“Yah! Déjenlo en paz, no ven que aún está de luto?” nuevamente la intervención heroica del fotógrafo devolvió el tono normal a las mejillas del bello hombre. El silencio se apoderó de la mesa, pare ser reemplazado luego por risas cómplices. “Tranquilo, sólo estábamos bromeando!” el primero de los hombres colocó una mano sobre el hombro de HyeSung, asegurando la sinceridad de sus palabras.

“Ves Dongwan… así se actúa cuando te rompen el corazón” el segundo de los hombres señaló en dirección del bello hombre en la mesa. Muy bien, de alguna manera HyeSung se había vuelto el centro de atención en la conversación. “Quién en su sano juicio va a la boda de su ex prometida!” la voz del tercer hombre llamó poderosamente la atención de HyeSung. Su mirada se fijó de pronto en el rostro sereno y sonriente de Kim Dongwan.

“Por qué no habría de hacerlo? Alguna vez la amé, por qué no habría de compartir su felicidad?” se defendió Dongwan, alzando el vaso de cerveza que hasta ahora no había tocado. “Porque te engañó?” intervino el primer hombre. El silencio volvió a caer, Dongwan volvió a sonreír “Eso fue en el pasado, no tiene sentido guardarle rencor. Es su pérdida!” rió el fotógrafo con exceso de confianza, lanzando una mirada rápida al bello hombre en la mesa que lo observaba perplejo.

El resto de la noche siguió entre más risas y alcohol, HyeSung logró escabullirse de la mesa y encontrar refugio tras la puerta de cristal que daba a la parte trasera del hospedaje, donde la vista del cielo estrellado y el resplandor de la nieve bañada por las luces nocturnas le dieron la bienvenida. El escenario era sencillamente hermoso.

“Tienes idea de a cuánto baja la temperatura por las noches?” la tranquilidad del bello hombre se vio interrumpida por la presencia de Kim Dongwan. “No deberías estar con tus amigos?” la voz fría del bello hombre no detuvo los pasos del fotógrafo, que se colocó a su lado observando el escenario de la noche. “Es la hora de los chistes malos, no los soporto” Dongwwan dejó salir una pequeña risita, dirigiendo luego su mirada al rostro del bello hombre. “Wow! Has pensado en mi propuesta?” la voz seria del fotógrafo puso en alerta a HyeSung. “Sobre fotografiarte… tu rostro es una buena inspiración” la voz del fotógrafo era ensoñadora. “Creí que les habías dicho a tus amigos que respeten mi “luto” “ la molestia e incomodidad eran obvias en el tono de voz del bello hombre, combinándose con el tono rosado de sus mejillas.

“cuanta confianza, ya te he dicho que no eres mi tipo. Soy fotógrafo, mi inspiro en la belleza del mundo” la respuesta del fotógrafo sólo empeoró la situación.

 

 

“Es cierto que fuiste a la boda de tu ex prometida?” molesto e incómodo con la presencia del fotógrafo, aún así HyeSung no podía ocultar su curiosidad por la conversación sostenida minutos antes en el bar del hospedaje. Dongwan solo asintió con una sonrisa, fijando su mirada en el cielo estrellado. “Cómo tuviste valor para hacerlo? Que acaso no te lastimó?” HyeSung sabía que estaba pasando el límite de la prudencia pero no podía evitarlo. Le era tan inverosímil que alguien haya asistido a la boda de la persona que le había roto el corazón.

“Fue un año después que terminamos. Ella fue sincera conmigo, me dijo que amaba a otro hombre y se fue. Sufrí lo que tenía que sufrir, lo superé y continué con mi vida. Fui a su boda sintiéndome realmente feliz por ella. Quizás no vio en mi la felicidad que si pudo encontrar en ese otro hombre, no la culpo. A veces la vida es así” la sinceridad en los labios del fotógrafo enervaban más la molestia en el bello hombre a su lado.

“Pero te hizo sufrir… cómo...”

“No podía pasarme la vida llorando mientras ella rehacía la suya sonriente. Los golpes, las caídas, todo hay que superarlo y dejarlo ir o nunca podrás continuar avanzando. Y aún si empiezas a avanzar, si llevas contigo las piedras restantes del dolor, el camino también seguirá siendo doloroso. Sólo déjalo ir, respira y piensa en el mañana. El mañana traerá alivio, y ese amor que se quedará a tu lado por siempre…”

El silencio invadió el espacio entre los dos hombres, el ligero soplido del viento helado sobre sus rostros era lo único que podía ser oído. “Ojalá fuera tan fácil… dejarlo ir” la voz de HyeSung sonó más como si estuviera hablando consigo mismo. “Puedes hacerlo, sólo ten confianza en ti mismo” una mano descansó sobre el hombro del bello hombre. “Aunque pudiera… no creo que sea capaz de volver a amar” la voz de HyeSung se quebró en su última palabra.

“Todos podemos volver a amar, créeme” aseguró el fotógrafo, retirando la mano del hombro del bello hombre, buscando algo dentro del bolsillo de su abrigo. “Me dijo que quería una vida “normal”… qué estúpido fui todos estos años, sólo éramos dos hombres fantaseando en un mundo real” más lágrimas comenzaron a caer por las mejillas del bello hombre.

“Fantasear? Quien te dijo que no puede ser real? Sólo por que tu ex novio no haya tenido las agallas no quiere decir que no haya oportunidad” la voz del fotógrafo era severa, extendiendo una mano en dirección del bello hombre. El rostro de HyeSung miró de frente en la firme mirada de Dongwan, encontrando luego el pañuelo desechable en su mano. El tinte rosa regresó a sus mejillas.

La soledad y el abandono volvían a golpear en el corazón del bello hombre. Sus sueños e ilusiones fueron desperdiciados por tantos años, cómo se supone que podía sonreír y voltear la página tan fácilmente?

“Para ti es tan fácil decirlo...” HyeSung limpió sus lágrimas, recuperando rápidamente la compostura, no queriendo mostrar más fragilidad frente al fotógrafo a quien apenas conocía. “y para ti es tan fácil darte por vencido. Eres joven, te falta mucho por vivir, eres hermoso, atraes a cualquier persona con ese rostro… si el sujeto no era el indicado, déjalo ir. No te ahogues en tus fracasos, convierte tus fracasos en oportunidades”

“Oportunidades?” la voz de HyeSung era molesta, definitivamente el fotógrafo estaba siendo digno de ser considerado la persona número uno en irritarlo con tan sólo una palabra. “Claro, ahora tienes la oportunidad de expander tu mundo, conocer nuevas personas y encontrar alguien que te valore de verdad. No te das cuenta?” Dongwan sonrió como si hubiera dicho la cosa más evidente del planeta.

Los pensamientos de HyeSung se perdieron, había demasiada información que su cabeza estaba tratando de procesar. Sentía la necesidad de aferrarse a su dolor porque creía que era la correcto, pero un nuevo sentimiento comenzaba a palpitar dentro de él, desvaneciendo las lágrimas internas que cargaba aún en su alma.

“Achuu!” el ruido a su lado, proveniente de los labios de Kim Dongwan, despertaron a HyeSung haciéndolo sentir el viento helado que continuaba soplando sobre su rostro. “La temperatura está más baja, regresemos” la voz de Dongwan sonaba diferente a la de hace unos minutos, su semblante también parecía diferente a pesar de la poca iluminación en el lugar.

 

 

“estás seguro que estás bien?” HyeSung se oía preocupado, no quería hacerlo muy evidente ni admitirlo por él mismo pero era así como se sentía, preocupado. “Si… vete, ve a esquiar con los demás” la voz débil de Kim Dongwan se hacía oír por debajo de los cobertores de su cama. La noche había pasado tranquila, pero la mañana no había perdonado las horas que el fotógrafo había pasado expuesto al frío de la noche. Dongwan se encontraba ahora con temperatura alta y un dolor de cabeza que no lo dejaba salir de la cama.

HyeSung no sabía qué hacer, no era muy cercano al fotógrafo y lo que pasara con él no debería importarle, pero Dongwan era la única persona que conocía en aquel resort, por los demás acompañantes en el equipo de fotógrafos, HyeSung se sentía como un completo extraño entre ellos. Además, algo en su interior no lo dejaba en paz cada vez que pensaba en dejar solo al enfermo fotógrafo. Se sentía intranquilo y eso no le gustaba.

Abandonando sus propios instintos, el bello hombre bajó hasta la recepción del hotel, dirigiéndose inmediatamente al comedor cuando algo llamó su atención y lo hizo detener sus pasos. En un rincón entre la división entre la recepción y el comedor, una pequeña puerta de madera con una cruz roja en un fondo blanco, resplandecía. HyeSung sólo pudo reaccionar cuando su puño se encontró tocando la puerta de madera.

Dongwan sentía sus párpados pesados, la cabeza le latía como si fuera a estallar y el escalofrío en su cuerpo no cesaba. Constantemente retiraba y volvía y colocar los cobertores sobre su cuerpo, sabía que tenía que ir por medicina pero su cuerpo se encontraba demasiado cansado como para aventurarse a salir de la cama. Quizás sería un día muy largo.

El sonido de la puerta abriéndose puso en sobre aviso al fotógrafo, girando de lado sobre la cama, dando la espalda a quien quiera que sea de los otros cuatro huéspedes que ocupaban la misma habitación. “Yah! Quieres enfermarte más?” la voz era conocida, musicalmente conocida a pesar del tono de irritación que provenía de ésta.

“Vete a esquiar, para qué regresaste?” manteniendo su posición, la voz del fotógrafo sonaba más débil. “Acaso tienes cinco años?” sin continuar la conversación del fotógrafo, HyeSung tomó un extremo de los cobertores, lanzándolos bruscamente sobre el cuerpo de éste. Dongwan pudo sentir todo su cuerpo volver a estremecerse por el repentino contacto. “En la enfermería dijeron que las tomaras cada seis horas” una botella de agua y una diminuta píldora en color azul fueron presentadas cerca del rostro del fotógrafo.

“Déjame dormir. Sólo necesito unas cuantas horas de sueño y estaré como nuevo” las quejas de Dongwan sonaban como las de un niño rebelde. “Se supone que viniste a trabajar y pasarás el resto del viaje en cama?” completamente en su ser natural, HyeSung comenzó a regañar aún más al fotógrafo. “Vete. Ve a divertirte. No prefieres esquiar?” Dongwan continuaba insistiendo en deshacerse de la molesta compañía. “No sé esquiar! Qué se supone que voy hacer ahí!” frustrado e inmerso en sus propios pensamientos, HyeSung se sentó en un extremo de la cama, aún sosteniendo la botella de agua y la píldora azul.

“No sabes esquiar? Ok, te propongo un trato, déjame en paz y cuando me recupere te enseñaré. Tengo un certificado como maestro de esquí y snowboarding” no era el momento para presumir sus logros y tampoco era la intención de Dongwan, pero de pronto la 'discusión' con el bello hombre se sintió cálida desde su punto de vista.

“No vas a hacer nada si no tomas la medicina para recuperarte” insistió HyeSung, retirando una parte del cobertor que cubría el rostro del fotógrafo. “Yah! Ya te dije que… “ las palabras de Dongwan fueron cortadas por el rápido movimiento del bello hombre, quien introdujo la píldora azul en su boca tan pronto como vio la oportunidad, la botella de agua ahora era necesaria si el fotógrafo no quería morir asfixiado por la píldora que se encontraba aún pegada a su garganta.

“De ángel sólo tienes la cara, pude morir asfixiado!” se quejó el fotógrafo, volviendo a colocar el cobertor sobre su rostro. HyeSung soltó una pequeña risita, deteniéndose luego al darse cuenta que había pasado mucho tiempo desde la última vez que pudo reír libremente. El silencio cayó en la habitación. El rostro de HyeSung se torno serio.

“Wow, realmente sonaste como un ángel… “ asomando una parte de su rostro por el cobertor que lo cubría, el rostro de Kim Dongwan lucía maravillado. La expresión de HyeSung se tornó nerviosa, colocando la botella con agua al lado del frasco de las píldoras restantes sobre la pequeña mesita al lado de la cama.

Y en silencio y a pasó rápido, el bello hombre abandonó la habitación.

 

 

El día consumió rápido las horas, HyeSung ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba sentado en el sofá del otro extremo de la recepción del resort. El sonido de la leña ardiendo dentro de la chimenea había captado toda su atención, o era más como la excusa perfecta para que nadie notara sus pensamientos perdidos. Los últimos meses habían sido de demasiadas lágrimas, que el bello hombre no se sentía con el derecho de volver a sonreír aún. Sin embargo, su corazón se sentía diferente.

HyeSung se juzgaba y se preguntaba si había hecho bien en hacer este viaje. Ahora entendía el verdadero significado de la frase “No puedes huir siempre de los problemas”. Huir de un “problema” sólo lo llevaba a enfrentarse a otro. Era como un círculo vicioso al que tenía que darle fin. “Los golpes, las caídas, todo hay que superarlo y dejarlo ir o nunca podrás continuar avanzando”. Las palabras de Kim Dongwan vinieron a la mente de HyeSung, aumentando la profundidad de ese mar de pensamientos en los que se encontraba perdido.

“Acá estás! Los chicos están esperando en la habitación” y hablando del diablo, el mismo Kim Dongwan se encontraba ahora de pie frente al bello hombre, bloqueando su vista de la chimenea, sonriendo ampliamente. “No deberías estar en cama?” la respuesta de HyeSung fue automática, dándose cuenta después que la luz de la mañana había desaparecido por los vidrios de las ventanas de la recepción del resort. La noche ya había caído.

“Te lo dije, unas buenas horas de sueño y como nuevo!” volvió a sonreír Dongwan, tomando asiento al lado del bello hombre. HyeSung no lo podía creer, se había molestado en conseguir la medicina y regresar a la habitación para nada. “Por cierto, gracias. Ha pasado tiempo desde que alguien se preocupó así por mi. Ya sabes, so y un alma solitaria” la sonrisa en el rostro de Kim Dongwan no se desvanecía, era como si se sintiera bastante cómodo con sus palabras. Por otro lado, HyeSung sintió la incomodidad recorrer su cuerpo, colocándose de pie rápidamente cuando ésta fue reemplazable por una extrañe calidez en su corazón.

“Di-dijiste que me están buscando?” tratando de lucir lo más sereno posible, el bello hombre volvió a hablar. “Recuerdas que viniste a trabajar? Tenemos que colocar los equipos, empezaremos a grabar esta noche” sonrió Dongwan, colocándose de pie, dirigiéndose a la habitación en la que se encontraban hospedados.

HyeSung siguió al fotógrafo hasta encontrarse con el resto de sus acompañantes de viaje e iniciar el transporte de equipos hacia las afueras del resort, donde los fotógrafos esperaban poder grabar la aurora boreal que se esperaba para esa noche.

El viento helado volvió a recibir al bello hombre, acomodando la bufanda que decoraba su cuello. Sorprendentemente esa noche, casi todos los huéspedes del resort se encontraban en las afueras, agrupados, esperando por el mismo evento que el equipo de fotógrafos. HyeSung no tenía idea que había tanta gente hospedada en el resort.

“Con suerte pasará esta noche… “ la voz de Dongwan atrajo la atención del bello hombre. “No sería mejor que esperes adentro?” HyeSung se maldijo internamente, no debería estar preocupándose tanto por alguien a quien apenas conocía. “Estás loco, esto no me lo pierdo” respondió Dongwan, alistando la cámara fotográfica que sostenía con ambas manos. HyeSung quería seguir argumentando, pero su orgullo lo contenía.

La noche avanzaba, las estrellas decoraban el cielo oscuro, el viento helado soplaba ligeramente, sólo los susurros de algunas personas alrededor podían ser oídas. Nadie tenía idea de cuanto tiempo llevaban ya esperando, era como si todos estuvieran inmersos en la belleza de la noche.

“Bebe esto, hace mucho frío” ya era casi costumbre que Kim Dongwan lo sacara de sus pensamientos. “Gracias...” pudo murmurar ligeramente, aceptando sin reclamos la taza de chocolate caliente que le ofrecía el fotógrafo. Un sólo sorbo bastó para que su corazón volviera a sentirse cálido, aunque HyeSung estaba seguro que no se trataba del chocolate caliente.

“Ahí está!” la repentina emoción en la voz del fotógrafo hizo que los ojos del bello hombre se pegaran inmediatamente en dirección del cielo. Ahí, sobre sus cabezas, el oscuro del cielo se teñía en trazos de colores, iluminándolos con la maravilla de la naturaleza.

“Wow… es, hermoso” HyeSung se sentía hechizado por el bello espectáculo que tenía frente a sus ojos, de pronto, todas sus preocupaciones y el pasado quedaron olvidados. Era como si el paso de la aurora boreal se llevara consigo todo su pasado. Y se sentía ligero. Más ligero que cualquier otro día.

“Sí, muy hermoso… “ la voz de Dongwan se oyó en un susurro encantado, seguido por un corto sonido proveniente de la cámara fotográfica en sus manos. HyeSung sintió un resplandor de luz por su lado derecho, girando inmediatamente en dirección del fotógrafo. “… la aurora boreal, es hermosa” habló Dongwan, fijando el lente de su cámara en dirección del cielo.

 

 

La mañana los saludó con un sol resplandeciente, no sólo ellos sino todos los huéspedes del resort lucían con un semblante diferente. Era como si el evento de la noche anterior los hubiera llenado de energías. “Listo?” con su habitual sonrisa en el rostro y vistiendo más abrigado que los días anteriores, Kim Dongwan se colocó de pie frente a la cama del bello hombre, donde éste se encontraba aún recostado.

“Listo para qué?” respondió HyeSung, levantándose de la cama en dirección del baño dentro de la habitación. “Te dije que te iba a enseñar a esquiar” aclaró Dongwan, siguiendo de cerca al bello hombre. “Es en serio?” sin quererlo, una nueva sonrisa se dibujó en el rostro del bello hombre, esta vez dejándola brillar confiadamente frente al fotógrafo.

Media hora después y luego de un rápido desayuno, los dos hombres se encontraban de pie uno al lado del otro, observando la cuesta abajo de la colina donde los demás huéspedes del resort disfrutaban de una mañana de esquí. “Estás seguro de esto?” aún dudando de las habilidades del fotógrafo, el bello hombre observaba hacia el final de la colina temiendo por su vida. “Te dije que tengo una certificación! Confía en mi!” aseguró Dongwan una vez más, entregando los bastones del equipo de esquí recién adquirido para el bello hombre.

“Juro que si muero ahí abajo, mi fantasma te perseguirá por toda tu vida!” sacando su lado infantil y observando aún con miedo el final de la colina, el bello hombre se colocó en la posición que acababa de ser enseñada por el fotógrafo. “Serás un bonito fantasma” rió Dongwan, ignorando la mirada asesina que el bello hombre le dirigía.

“Separa los pies a la altura de las caderas, flexiona las rodillas ligeramente hacia adelante, separa los brazos, asegura bien los bastones en tus manos...” el fotógrafo continuaba dando instrucciones pero HyeSung ya había dejado de oír claramente, era tan extraño oír a Dongwan siendo tan serio en otra cosa que no sea su trabajo. “Yah! Presta atención si no quieres golpearte el trasero ahí abajo” incluso los regaños del fotógrafo se oían tan diferentes. De alguna forma, Kim Dongwan se veía demasiado atractivo con toda esa seriedad.

“A la cuenta de tres te daré un pequeño empujón y todo dependerá de ti...” HyeSung no había terminado de oír todo lo que estaba diciendo el fotógrafo, cuando sintió un ligero toque en su espalda y su cuerpo comenzó a deslizarse sobre la nieve. Fascinación y pánico se apoderaron de él. “Yah! Te dije que aún no estaba list.. “ las palabras del bello hombre fueron cortadas por la ración de nieve que cubrió su boca al caer de frente contra la demás nieve que cubría la colina.

“Jajajaja! Jajaja! Te dije que prestaras atención a las instrucciones” la risa de Kim Dongwan era tan sonora y libre que contagió al bello hombre, quien por primera vez en su vida no se sintió avergonzado por haber fallado tan miserablemente en algo.

Los dos hombres pasaron el resto de la mañana esquiando en la colina. Le tomó sólo un par de horas más al bello hombre para aprender completamente la técnica correcta para esquiar. Dongwan no se contentó con sólo esquiar y HyeSung terminó recibiendo también clases de snowboarding. Nunca antes en toda su vida se había divertido tanto.

 

 

10 MESES DESPUÉS

El sonido del líquido siendo vertido dentro las copas de cristal era todo lo que podía ser oído dentro del acogedor departamento, la música ligera que había acompañado la cena se había detenido y el invitado de la noche estaba haciéndose cargo en estos momentos, mientras el dueño del departamento acomodaba las dos copas de vino sobre la mesita del café al centro de la sala.

“Eres la única persona que conozco que todavía escucha estos viejos discos de música clásica” el bello hombre colocó uno de sus discos favoritos cada vez que visitaba el departamento del fotógrafo, tomando asiento luego a su lado en el sofá. “Me costó trabajo conseguirlos” el siempre sonriente fotógrafo entregó la copa de vino a manos del bello hombre.

“Entonces… por un feliz viaje?” Dongwan trataba de hacer brillar su sonrisa, aunque en el fondo un sentimiento de melancolía lo abrazaba. Habían pasado varios meses desde que conoció al bello hombre y una gran amistad nació entre ellos. Aunque Dongwan estaba seguro que el sentimiento dentro de él ya no se trataba de solo amistad.

“Si mis ahorros no estuvieran disminuyendo me quedaría” rió HyeSung, tocando su copa de vino con la del fotógrafo. “Por qué no buscas trabajo acá?” Dongwan había hecho la misma pregunta desde el día que el bello hombre le dio la noticia de su retorno a Seúl. “Ya te lo dije, demasiado papeleo para conseguir los permisos legales, mi cuenta bancaria está agonizando, necesito ir a hacer algo ya mismo” la posición de HyeSung era muy firme y el boleto de avión en el bolsillo derecho de su abrigo lo aseguraba.

“Y qué harás llegando a Seúl?” resignado a ver partir al bello hombre, el fotógrafo trató de continuar con una conversación casual. “Junjin está tratando de conseguirme una entrevista de trabajo con un conocido que es dueño de una cadena de restaurantes” los últimos diez meses habían servido para que HyeSung se abriera completamente con el fotógrafo, contándole cada mínimo detalle de su vida, sin pena ni vergüenza. “Te deseo suerte, sé que lo harás bien” el fotógrafo volvió a tocar su copa con la del bello hombre, bebiendo todo el contenido del vino restante.

Las siguientes dos horas continuaron entre más charla, risas, recuerdos, nuevas anécdotas y proyectos futuros de parte de las dos personas.

“Sabes, lo único que lamento, es que nunca aceptaste posar para mi” Dongwan llevó la botella y las dos copas de vino a la cocina, colocándolas sobre el lavabo. “Sobre eso...” HyeSung se levantó de su sitio en el sofá, dando el encuentro al fotógrafo en la cocina, quien se encontraba ahora lavando las dos copas. “Qué ocurre? Demasiado tarde para arrepentimientos” sonrió Dongwan en un intento por avergonzar al bello hombre.”Pues, había pensado… ya que no tengo nada que perder” las palabras de HyeSung cayeron en un silencio mortal. El fotógrafo definitivamente no se lo esperaba. No ahora.

“E-e-es-estás hablando en serio?!” el exagerado entusiasmo en la voz del fotógrafo era muy evidente. “Me dijiste que para empezar de nuevo debía tomar riesgos y probar nuevas cosas” la voz de HyeSung era firme y decidida. Dongwan aún no podía creer lo que estaba oyendo.

Sin más preámbulos, el fotógrafo dirigió al bello hombre hasta la primera planta del edificio donde habitaba. De hecho, el departamento de Kim Dongwan se encontraba exactamente sobre su estudio privado de fotografía, el edificio donde vivía era pequeño de sólo cinco pisos, dándole la perfecta privacidad para tener su propio lugar de trabajo.

“Woah por qué no me habías mostrado esto antes?” habló HyeSung maravillado, observando cada esquina dentro del estudio de fotografía. “Porque nunca antes habías aceptado mi oferta” respondió Dongwan, acercándose a uno de los escritorios en un rincón del estudio, encendiendo la lámpara sobre éste y sacando luego una libreta del interior de las gavetas.

“Tengo algo que decirte antes” la voz del fotógrafo se tornó seria alarmando ligeramente al bello hombre. “La primera vez que te propuse fotografiarte, de hecho no tenía idea de qué clase de concepto quería hacer contigo, tu rostro se me hizo muy interesante y sólo quería captarlo en mi cámara” la explicación del fotógrafo se hacía muy larga y comenzaba a despertar la impaciencia en el bello hombre.

“Pero, después de conocerte estos meses, finalmente tuve una idea de lo que quería” Dongwan se detuvo, esperando porque el bello hombre le diera la pauta para continuar, enviando también una señal de que había estado prestando atención a todo lo que acababa de decir. “Continua” HyeSung satisfizo las esperanzas del fotógrafo.

Dongwan no dijo una sola palabra más, sólo entregó la libreta que llevaba sosteniendo en manos por varios minutos. “Oh” fue todo lo que respondió HyeSung, al dar una mirada a los bocetos que había elaborado el fotógrafo. Una corriente de nerviosismo comenzó a recorrer el cuerpo de Dongwan.

“Está bien” una respuesta inesperada dejó en total shock al fotógrafo. “Estás seguro?” aún así, Dongwan quería tener la seguridad que HyeSung no se arrepintiera luego. “Este será el inicio de mi nuevo comienzo. Vamos a hacerlo” aseguró el bello hombre con voz más firme, retirando la chaqueta que llevaba puesta.

 

 

La sesión de fotos les tomó toda la noche hasta que las luces de la mañana inundaron los rincones del estudio privado. HyeSung pudo dormir solo un par de horas en el sofá del fotógrafo, para luego tomar un taxi con destino al pequeño departamento en el centro de la ciudad, que llevaba habitando por los últimos meses. La hora de regresar a Seúl había llegado.

Rápidamente y sin perder más tiempo, el bello hombre tomó una ducha, empacó las últimas pertenencias que le quedaban dentro de su maleta y volvió a llamar un taxi, esta vez con destino al aeropuerto.

Poco más de un año había pasado desde que HyeSung llegó a Canadá, huyendo de su pasado y entregándose completamente a su dolor. Meses después, un nuevo Shin HyeSung partía de la ciudad que le había regalado la mejor experiencia de vida de su existencia, y lo había hecho conocer al hombre que con mucha seguridad echaría de menos.

Un sentimiento doble reposaba en el corazón del bello hombre. La idea de regresar a la tierra que lo vio nacer, renovado, sin temor a las miradas que de seguro lo juzgarían, y sintiéndose más libre que en toda su vida, era definitivamente agradable. Pero también estaba la melancolía de abandonar una ciudad cuyo significado era muy grande para él. Y sobretodo, dejar atrás aquella amistad que lo había salvado y lo había hecho el hombre firme y seguro de hoy en día.

Pero no se puede huir por siempre, cierto?. Y HyeSung ya no sentía la necesidad de huir y esconderse.

“Creí que te habías arrepentido” el sonriente Kim Dongwan recibió al bello hombre en la puerta principal del aeropuerto, ayudando a bajar su equipaje del taxi. “Había mucho tráfico” se justificó HyeSung, despidiendo al taxista con una sonrisa.

Treinta minutos después y luego de hacer su respectivo registro, los dos hombres se encontraban de pie frente a una de las ventanas de vidrio del piso superior del aeropuerto, esperando por que el vuelo del bello hombre sea anunciado.

“No me quiero poner cursi pero… espero que no te olvides de mi” Dongwan soltó una risa nerviosa, avergonzado por sus propias palabras. “Jamás. Espero que algún día vengas a visitarme a Seúl” respondió HyeSung, colocando una mano sobre el hombro del fotógrafo. “Si el dest...”

“Pasajeros del vuelo 2403 con destino a Seúl, por favor abordar por la puerta 11”. el repentino anuncio no dejó que el fotógrafo pudiera terminar sus palabras.

“Es hora” la melancolía era más clara en la voz del fotógrafo. “ Gracias por todo” HyeSung se acercó a Dongwan, rodeando su cuerpo con sus brazos en un cálido y fuerte abrazo. El fotógrafo sólo pudo corresponder el abrazo, conteniendo las palabras finales que tenía preparadas por los últimos minutos. “Adiós Kim Dongwan”, observando silenciosamente como la delgada figura del bello hombre desaparecía detrás de la puerta de abordaje, el fotógrafo solo pudo soltar una sonrisa de alivio.

“Aún no es tiempo, pero si algún día el destino quiere que nos volvamos a encontrar, entonces no lo dudaré y haré mi mejor esfuerzo por ti”

 

UN AÑO DESPUÉS

 

*Seúl - Corea*

Oppa! Oppa!!” una voz entusiasmada llamaba por los corredores de las oficinas administrativas del exclusivo restaurant “Six Myth”, la muchacha llevaba en sus manos un par de papeles, que dirigió directamente hacia la persona que detuvo sus pasos en medio de su camino. “Son los diseños de la carta del mes” explicó la muchacha a la persona, mostrando su mejor sonrisa. “Gracias Yumi, no esperaba menos de ti” el hombre que recibió los diseños, palmeó ligeramente la cabeza de la muchacha, regalando su más dulce sonrisa.

Oh! Oppa! Ven conmigo!” la muchacha tomó la mano del bello hombre, regresando su camino por los corredores en dirección de la sala principal de espera de las oficinas administrativas. El pequeño diamante en el anillo plateado en su dedo anular izquierdo resplandecía a cada paso. “Yumi, aún tengo unos pendientes” sonrió el bello hombre, dejándose arrastrar por la alegre muchacha. “no tardaré mucho, es importante” aseguró la muchacha, deteniendo sus pasos finalmente cuando sus ojos cayeron sobre la persona en la sala de espera.

Tengo que presentarte a mi prometido” Yumi avanzó unos pasos, tocando el hombro del hombre que se encontraba de espaldas, observando la vista periférica del interior del restaurant a través de la ventana de cristal ubicada en el lugar.

HyeSung oppa, este es mi prometido, Eric oppa”

La sorpresa fue para ambos hombres, aunque el único que lucía como si acabara de ver un fantasma era Eric. HyeSung sólo atinó a sonreír y extender una mano “Es un gusto conocerlo Eric ssi”, la voz del bello hombre sonaba calmada, demasiado calmado que de hecho desconcertaba a Eric.

El contacto de sus manos se sintió como si alguien hubiera echado un baldazo de agua fría sobre el cuerpo de Eric. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que Eric pudo sentir la suave y delicada piel de su ex novio. Los recuerdos comenzaron a invadirlo hasta oprimir su pecho y dejarlo casi sin respiración.

HyeSung ssi, tiene una llamada” una voz foránea se dejó oír desde los corredores, rompiendo el momento incómodo por el que sólo uno de los tres presentes estaba pasando.

Lo siento, tengo que ir. Cuídala, esta niña vale oro” dejando que sus últimas palabras quedaran retumbando por el resto de sus días en su cabeza, HyeSung abandonó a la 'feliz' pareja. El corazón de Eric comenzó a latir descontroladamente.

Tenías razón Dongwan. Por fin soy libre” en sus pensamientos, HyeSung sólo pudo sonreír y hacer más amplia su sonrisa al darse cuenta que su corazón estaba completamente sanado. Ahora era libre para volver a amar.

 

*Toronto – Canadá*

Las últimas maletas acababan de pasar por el control de aduanas, deteniéndose ahora en medio del camino cuando su vista cayó en cierto punto que se le hizo familiar en medio del enorme aeropuerto. Sus pasos avanzaron con rapidez, recostándose sobre la baranda de metal a pocos centímetros de distancia del vidrio de la enorme ventana que se encontraba frente a él.

“Así como te lo prometí HyeSung” sonrió el fotógrafo, sosteniendo en sus manos el panfleto de fondo oscuro que hacía resaltar la enigmática imagen en medio del papel, cuyo encabezado leía "Retrato De Un Angel".

“Pasajeros del vuelo 8991 con destino a Seúl, por favor abordar por la puerta 03”

Ese era su llamado. Su llamado hacia su destino. Su llamado a cumplir una promesa que había guardado en el fondo de su corazón por un año entero.

 

-- FIN --

 

A/N: Acerca del final, les voy a explicar un poco. inicialmente cuando tuve la idea para este fic, pensé en el final algo así como  sólo un sentimiento de liberación y auto-descubrimiento, es decir, HyeSung se quedaba solo, sanado y disfrutando de su momento consigo mismo. Pero conforme pasaban los días y mi cabeza no me dejaba en paz, comenzé a imaginarme más y más escenas que ya no iban con esta parte de la historia, por un momento pensé en dejarlo así, solo ideas. Pero mi cabeza insistía en asociar ambas ideas. Así que finalmente me dije "Ok, hagamos la idea inicial, pero con opción a la segunda idea", es decir, una continuación a este oneshot pero en un fic más largo por capítulos... ya sé! no me digan nada! Ya tengo muchos trabajos pendientes pero es esto es algo que en verdad quisiera hacer.

No lo pienso publicar inmediatamente (tengo un compromiso con mis antiguos bebés), pero si lo haré (o haría, dependiendo de la respuesta del público) mucho más adelante.

Gracias por leer hasta acá y espero que hayan disfrutado la historia!

Finalmente decidí escribir la continuación a esta historia:

Tu Reflejo En Mi

 

 

 

 

 

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Comments

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missstery #1
Chapter 1: Muy bueno, disfruto mucho leer tus fics a pesar de que en ocasiones me hagan llorar y me encantaría que hubiera continuación, esperare por ella. Es bueno verte de nuevo por aquí, me hace pensar que estas mejor. Gracias por esto.
shsngi #2
Oh dios esto es perfecto ;; necesito secuela para vivir.
saripark22 #3
Hermosa