Ella a diferencia de mi se afectaba al verme jugando con chicos, no le gustaba para nada. Con Minhyuk tenemos una muy buena relación, él es muy divertido y un caballero, sin mencionar su evidente atractivo de chico de banda. Él me ayudaba cuando me ponía nerviosa en las grabaciones, me animaba y me decía “Lo hiciste muy bien” siempre se sumaba a divertirnos con Shin Hye mientras estábamos con tiempo entre escenas, la pasábamos muy bien pero no era más que un amigo y compañero de trabajo.

Sulli vio la escena del beso y se molesto bastante, yo no entendía por qué siendo que ella me conoce y sabe lo profesional que soy, tampoco fue algo de tanta importancia. Terminamos las grabaciones del drama hasta muy tarde, así que llamamos a nuestro manager para que nos llevara a casa. La filmación con el quipo habían tenido locación en Incheon, nuestro manager se tardó dos horas en llegar porqué venia de haber ido a arreglar la camioneta en el taller mecánico, casi no me hablaba, me ignoró prácticamente todo el tiempo de espera a pesar de que ya casi no quedaba nadie del equipo de filmación.

Cuando por fin llego nuestro manager, ella subió al vehículo y al igual que en la espera jamás volteo a mirarme, estaba muy molesta. Sulli vestía una camiseta muy delgada, hacia abajo una falda y su cuerpo se estremecía por el frio húmedo de la costa en el ambiente, había luna llena así que la marea era alta. Nuestro manager tomo cajas con el vestuario de ese día, mi bolso y mis apuntes del libreto, los subió a la camioneta y partimos. Ya de vuelta a la ciudad y a poco andar la camioneta se detuvo de pronto; estábamos fuera de Seúl, aún bastante lejos, hacia mucho frio y era tarde.

El manager dijo que iría a revisar el motor, seguramente alguna pieza se había soltado ya que la camioneta supuestamente había sido reparada aquella tarde, él bajó y yo aproveché para inclinarme hasta la parte de atrás del vehículo para abrir una caja donde podía sacar algunas piezas de ropa que el equipo de vestuario me pidió revisar para saber si me sentía cómoda con ella. Me saque el abrigo que yo traía para entregárselo, lo puse sobre su regazo para después ponerme una de las chaquetas de las que estaban en la caja, eran como para una niña de secundaria, sonreí pensando que le venían muy bien a mi personaje.

Sulli miró el abrigo en sus piernas y rezongando salió de su boca un “Déjalo, estoy bien”, respire hondo, me mordí el labio inferior, luego contesté “El orgullo te hará morir de hipotermia, se que estas molesta, ahora ponte eso.”. Abruptamente me dijo que no estaba molesta y cuando estaba a punto de responder a su mentira nuestro manager se asomó por la puerta del piloto y nos comunicó que había malas noticias, al parecer el mecánico era un timador y la camioneta debía ser remolcada, pues no partiría. No estábamos ni a mitad de camino así que pensamos en la solución más a alcance, había un viejo hotel a unos metros, nuestro manager nos fue a dejar hasta ahí acompañándonos por la orilla del camino hasta llegar al antiguo edificio, para después volver a donde estaba la camioneta a esperar la grúa, prometió recogernos en la mañana temprano.

Tomamos una habitación y el recepcionista era un anciano algo ciego así que no pudo reconocernos, y aunque tuviese buena vista no parecía una persona que siguiera a grupos como el de nosotras. Subimos a habitación, las escaleras crujían, ella estaba algo asustada por lo que avance primero tomando su mano para hacerla sentir segura. Abrí la puerta del cuarto, cuando entramos y cerré la puerta con seguro, me miró en seguida y le hice saber que no iba a comérmela así que su mirada fugaz no se justificaba.

Ella cerró las cortinas, se veía realmente inquieta yendo de un lado a otro en la habitación hasta que por fin se sentó en la cama, no entendía muy bien lo que pasaba por su cabeza, pero supuse que el estar varadas en mitad de la noche y a mitad de la nada en un lugar que parecía aun tener espíritus ancestrales con el no era algo que relajara a nadie. Me senté al lado de ella, me acerque suavemente buscando tranquilizar su mirada nerviosa, quería hacerla sentir mejor y segura, me detuve buscando sostener mi mirada sobre la de ella, ella tajantemente me pidió que por favor me alejara.

Desconcertada y notando que mis esfuerzos por hacer que se relajara no estaban funcionando no hice caso a su petición, acaricie su cabello y buscando rodearla con mis brazos ella me empujó gritando “¡Por favor ya basta!”, me levante muy frustrada de la cama diciendo “¡Esta bien!, ¡Entiendo, no te molestaré más!”. No demoró dos segundos en seguirme, me tomo de un brazo, agitada negando suavemente con la cabeza me dijo “No puedo continuar con esto más”, se abalanzó sobre mí y me besó.