-A dream inside a dream-

~Of Storms and dreams~ (Español)

A/N: Perdonen los errores.

 

 

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El chasquido de las hojas secas  bajo sus pisadas era opacado por el constante gorgoteo de  la lluvia. Ahogándose  contra charcos  que reflejaban, a penas  durante un instante, la imagen de dos personas aventurándose entre la maleza del bosque.
Dos jóvenes. Uno podía identificarlo como él mismo. Y el otro. No poseía un rostro.

Sueños así, Junmyeon los tenía todo el tiempo. Y  se intensificaban en esta época del año. Se sentían más reales y menos como un sueño. Podía casi percibir el rocío sobre su piel al espabilar.

 

Un sueño recurrente durante el otoño. Quería verlo como un aviso de la llegada de la nueva estación.

Siempre se trataba de un par de figuras, agua, un bosque, y un rostro que no podía recordar al abrir los ojos. Durante las últimas noches, había notado algo más; El sonido de los truenos.  El rostro de la otra persona se hacía más claro durante sus sueños. Pero al despertar,  nuevamente se esfumaba.

En ese bosque, podía sentir las gotas de agua golpeándole la cabeza y la espalda. El frío roce sobre su piel causándole escalofríos.  Escuchaba el par de pisadas,  entre árboles frondosos y maleza, abriéndose  paso por intrincados senderos de tierra y hojas. El color del cielo era  de un azul ultramarino, coloreando su entorno.

Deambulaba ente construcciones abandonadas e inconclusas. Buscando algo o  alguien, sin saber qué o a quién exactamente. Perdido en un laberinto de caminos, llegaba al bosque guiado por la figura de un joven que, a mitad del recorrido, le miraba fijamente. Lo estaba esperando. Lo sabía.

En sus sueños nunca podía verse a sí mismo llegando a su encuentro. Pero sabía que siempre recorría el follaje a su lado.

La fantasía había tomado fuerza desde hacía un par de días, cuando fue  a visitar a su tío, quién vivía fuera de la cuidad. Ya que el pobre hombre estaba solo en la enorme casa en el campo, necesitaba de manos jóvenes y fuertes que le ayudaran traer la leña, acarrear agua, ayudarle a limpiar y tener provisiones antes de que la temporada de lluvias y frío comenzara. 

Luego de haber pasado una tarde ayudándole.  Su tío salió  para recoger el dinero de su pensión al banco de la cuidad.

Mientras el joven Junmyeon, decidió tomar una pequeña siesta reparadora en el sillón de la sala.


Durante su sueño, le pareció que el sonido del agua tamborileaba en sus oídos con más fuerza, probablemente había dejado la llave abierta  ese día también. A menudo le sucedía. Olvidaba cerrarla y su recibo de agua aumentaba con descaro, aún en la casa de su tío.  El correr del agua le gustaba mucho. Lo hacía sentir en paz.
Era de la clase de personas que duraban mucho tiempo bajo el chorro de la regadera. Su casa de la cuidad poseía un estanque con una pequeña fuente y un par de peces koi a los cuales le gustaba mirar mientras escuchaba  su  fuente de bambú.

El estruendo de un rayo lo sacó de su ensoñación de una vez. El último recuerdo;
Ese rostro.

Abrió los ojos. Escuchó el agua correr.  Ni siquiera había notado el incesante sonido de su alarma encendiéndose una y otra vez sobre la mesita de la sala a su lado.

Con algo de cansancio se levantó del sillón. Caminó hacia el lavabo del baño pretendiendo enjuagarse el sueño y cerrar la llave. Extrañamente, no estaba abierta, a pesar de seguir escuchando el sonido del agua corriendo. Al girar el grifo ni siquiera salió agua. Se asomó por la ventana, preguntándose si el sonido era de la caída del agua del techo, probablemente llovía. Las calles estaban secas. Eso picó su curiosidad. 

Se dirigió al  patio trasero, directo al campo. El pasto estaba seco. El sonido cesó. Sin rastro de humedad. Miró al cielo y extendió las palmas hacia arriba. Podía sentir la humedad sobre su piel. Cuando levantó la mirada, ahí se encontraba el  bosque.

A penas esa  mañana había ido a recoger algo de leña. Conocía bien los alrededores por las incontables veces que había ido. Cada vez que iba, era inevitable recordar el sueño. Sin embargo algo era diferente esa vez.
Un sonido provenía del bosque. Una sensación en la nuca y un hormigueo en el fondo del estómago le decían que debía ir.

Atravesó la espesura, adentrándose y escuchando cada vez con más intensidad el correr del agua. Al andar, oyó varias veces el crujir de la hojarasca a sus espaldas. Con frecuencia volteaba para revisar si  había alguien más ahí. Nada. Nadie.   Su corazón comenzó a latir, intranquilo.

Pasando el arbolado, se hallaba una alberca. Lugar donde él y sus primos siempre pasaban las vacaciones de verano juntos cuando niños. Desde siempre había adorado jugar en el agua.  El recuerdo entrañable le trajo nostalgia. Mas no redujo su inquietud.

 


La piscina se encontraba vacía. Pero el sonido parecía provenir de ésta. Sin pensarlo entró. Se sentó en el piso. Su corazón latía con fuerza. Ansioso. Esperando. No había ni una gota que lo rodeara a pesar de sentir como si una gran presión le oprimiera el pecho, como cuando uno se sumerge profundo en el agua.

Se sentía como un idiota. Sentado en el fondo, totalmente solo. Con el viento revolviéndole los cabellos y enfriándole las mejillas. Pero algo le decía que debía esperar.
Sintió el vibrar del suelo bajo sus manos. Algo se acercaba.  Y entonces, como un espejismo. Divisó las ávidas olas acercarse a él. La espuma cabalgando sobre éstas.
La emoción lo invadió. No podía, más bien no quería moverse. Esperaba un fuerte golpe.
Sin embargo, lo único que sintió fue paz.

Paz y alivio  al fin.

 

El sonido era fuerte y rico. Borbotones de agua chocaron contra sus oídos. Llenándolo. La frescura y tranquilidad le invadieron.

 
Divisó los restos de luz que se filtraban a través del agua. Y entre las olas, contempló esa penetrante mirada. Lo habría encontrado de nuevo. Al dueño de esos pómulos prominentes y largas pestañas que le visitaban en sueños. Una sonrisa felina y coqueta de parte del extraño fue todo lo que necesitó para recordarle. Fue entonces cuando comprendió que hasta ese día, había vivido dormido, como quien sueña dentro de un sueño y hasta ese momento, finalmente , había despertado.

 

La piscina estaba tan llena que se desbordó. Toda el agua salió y bañó los campos, hasta quedarse vacía nuevamente. Se filtró en la tierra y volvió a ser uno con ella. Siguiendo su propio camino. La espuma lo llevaría a él.

El agua siempre vuelve a su cause.

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Comments

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KyungSoosito
#1
Chapter 2: Me quede esperando el final feliz en el que se quedan juntos :))) xd
KyungSoosito
#2
Chapter 1: Se murio?