One

Una familia

-¿Te gustan los chistes de toc-toc, Channie?

-¿Chistes de toc-toc? ¿Cómo ésos de toc-toc…?

-¿Quién es?

-¿Quién?

-¿Quién, quién?

-¿Qué eres tartamudo?- termino el pequeño sonriendo –Voy a contárselo a papá, ahora vengo.

-¡Papi, papi!- Gritaba el pequeño mientras corría por el largo pasillo hacia los brazos de su papá, quien se puso de pie y lo recibió con los brazos abiertos dispuesto a cargarlo.

-¿Cariño que te he dicho sobre interrumpir las conversaciones de los adultos?- Junhui hablo con un tono de dulzura depositando un beso en su sonrosada mejilla.

-Que está mal, muy mal –Contesto el pequeño haciendo un mohín con su boquita–. Lo siento, papi.

-Está bien, vuelve a tus deberes- Le dijo Junhui a su hijo al ponerlo nuevamente sobre el suelo y el pequeño asintió con su carita regresando por donde había venido.

-Ha crecido mucho y lo has criado bien –Dijo Wonwoo con nostalgia quien solo se había dedicado a mirar la tierna escena.

-¿No crees que contigo pudo haber estado mejor?- Junhui volvió a sentarse y a beber té.

-¿Qué? Vamos, no, pude haberlo hecho el niño más infeliz. Sabes que yo no nací para cuidar niños, además él es y va a ser muy feliz a tu lado, él te adora.

-Como te hubiera adorado a ti, Wonwoo.

-Pero yo no quiero que lo haga, y a todo esto... ¿Dónde está Dongjin?  ¿Aún está en el colegio?

-No, ayer viajo con su padre a China y no lo veré hasta verano.

-¿Entonces es un hecho?- Pregunto el más delgado después de darle un sorbo a su taza.

-Sí, aunque no estoy de acuerdo en que Dongjin tenga que vivir viajando de China a Corea y viceversa.

-¿No lo hablaron ya?

-Lo intente pero él no me escucha, dice que el niño va a tener una mejor educación en China y Dongjin quiso irse con él.

-Ya veo, ahora solo te quedas con dos hasta verano.

-Prácticamente solo uno porque Junghan se puso en un plan imposible desde que Mingming se fue de la casa, la última vez que trate de lidiar con él me dijo que era mi culpa que su padre se fuera porque no fui lo suficiente para él y termine abofeteándolo.

-Tranquilo, tal vez solo es la edad –Le reconforto Wonwoo.

-Espero que sea solo eso, Wonwoo- Junhui soltó un suspiro cansado.

Más de un año paso desde que Junhui y Mingming empezaron a tener cada vez más diferencias y casi dos meses desde que acordaron que cada quien tomaría su propio camino por el bien de ambos y de sus hijos, pero Mingming quería recordar que alguna vez hubo un tiempo en el que eran una familia feliz, y por eso se iba a marchar a China llevándose consigo a Dongjin, el más pequeño de sus tres hijos, él era su más valioso tesoro y sabía que estaba siendo cruel al separarlo de Junhui pero así tenía que ser, según él.

-¡Llegue!- gritó Junghan mientras caminaba hacía al jardín con una enorme sonrisa, cosa que era muy rara en el desde que Mingming se fue. -¿Papi?-

Junhui escucho la cantarina voz de su hijo mayor y frunció el ceño, Junghan nunca saludaba al regresar del colegio. –Estoy aquí, cariño –Hablo Junhui extrañado por la actitud de su hijo.

-¡Hola! Hoy estas radiante, papi. –Saludo Junghan luego de besarle la mejilla. -¿Wonwoo? Que sorpresa que estés aquí ¿Te hiciste algo en el cabello? Te vez lindo –saludo Junghan sin borrar su sonrisa.

-Sí, hola, Junghan, comúnmente vengo todos los días a esta hora. –Contesto Wonwoo divertido.

-Como sea, sigan en lo que estaban que yo solo vine a preguntar, ¿has visto a mi tío, pá?-

-Sí, está en la habitación de Channie.

-¡Genial! –Junghan regreso al interior de la casa en busca de su tío Minghao.

-Seguro estas pensando que es bipolar…- Murmuro Wonwoo provocando una sonrisa en Junhui.

Minghao, es un chico soltero (o eso asegura el), hermano de Junhui, quien se encarga cuidar al pequeño Channie mientras Junhui trabaja y por ultimo pero no menos importante es el confidente (o alcahuete) de Junghan.

-… y así es como se escribe “Hoy lo hice bien” en Chino, Channie- Señalo Minghao orgulloso.

-No me gusta aprender Chino, es feo- Dijo el pequeño haciendo un puchero y cruzando sus brazos.

-¡Oh!- exclamo el chino indignado. –Pues vas a tener que aprenderlo si no quieres que tu tiíto le cuente a tu papi que estas frecuentando al vecino grosero-

-Hansol no es grosero, es solo que papi y tú no le agradan.

-No le agradamos porque sabemos que es un niño malo y eso lo hace una mala amistad para ti- Reprendió el de cabello gris.

-Pe-

-¡No me lo van a creer!- interrumpió Junghan gritando emocionado, abriendo de un empujón la puerta y asustando a los otros dos.

-¡NO!- Dijeron al mismo tiempo el pequeño y su tío mientras fruncían el ceño.

-¡Jisoo me invito a salir el sábado!- exclamo contento el de cabellera larga sentándose en la pequeña cama de su hermano. -¡por fin le demostré a Jihoon quien es el que manda!- Dijo orgulloso.

-UNO- Soltó en tono serio Minghao sin quitar la vista de los garabatos en la libreta de Chan. -¿Solo estás haciendo esto por quitarle su único amigo a Jihoon?

-Claro que no y aunque así fuera, él se lo merece. Siempre se la pasa tocando a Jisoo a propósito.

-DOS- Volvió a hablar Minghao cerrando el pequeño cuaderno y poniendo toda su atención en Junghan. –El plan del sábado sería magnífico si no estuvieras castigado.

-Dile a papá que me vas a acompañar a comprar materiales para mi taller

-No, Junghan, si Junhui se entera de que estoy pasando sobre de él, es capaz de mandarme de regreso a China con los pies por delante.

-¡Que exagerado!- Junghan rodo los ojos. –Solo tienes que acompañarme a donde es mi cita y te regresas-

-No, Junghan y esa es mi última palabra- Reprendió Minghao.

-Esto está mal, Junghan, y ya es tarde-. Se quejó Minghao.

-Llegamos 20 minutos antes, todavía faltan 10, lleva a mi hermanito a comprar un helado o yo que sé-.

Esa mañana Junghan despertó 6:30 “¡6:30 en una mañana de sábado!” había gritado Minghao. Tenía que estar listo para las 11:00 porque 12:30 se habían quedado de ver Jisoo y el, en el centro comercial, tal vez exagero un poco pero quería verse perfecto y eso empezaba por su cabello que no se iba a peinar solo, y a eso se debía el enfado de Minghao.

-Tu hermano no puede comer cosas dulces- Frunció el ceño el más alto.

-Entonces llévalo al área de juegos o, espera, ¿Conoces a ese tipo?-. Pregunto Junghan

-¿Qué? ¿Cuál tipo? Yo no veo a nadie, no lo conozco-. Minghao sonó nervioso y se hizo el desentendido.

-¿Entonces porque te está sonriendo?- Volvió a preguntar sospechosamente Junghan parándose de la banca en la que estaba sentado junto a su tío y su hermano para poder ver mejor a aquel chico, muy atractivo, por cierto.

-Junghan ¿Qué haces? Siéntate- el de cabellos grises jalo del brazo a Junghan intentando para que se volviera a sentar pero el otro no cedía. -¿Cómo voy a conocer a alguien si siempre estoy cuidando de tu hermano? Nunca salgo y ni me despego de él.

-¡Espera!- Junghan se quedó pensativo –Acabo de hacer algunos cálculos en mi cabeza y he podido determinar que eso es puro cuento.

-Ja, ja. Esto no es divertido Junghan.

-Así que las clases de baile son importantes para Channie. –Junghan le arremedo y recordó cuando Minghao había insistido en ellas.

-Por última vez, Junghan, yo no conozco a-

-¡Maestro Ten!- Grito el pequeño con emoción quien no había estado prestando atención a la conversación de los dos mayores, fue el quien reconoció al chico del que Junghan hablaba y corrió hacia él.

-¿Maestro Ten?- Sonrío Junghan con burla mirando a su tío y la cara de Minghao se tornó de un color carmín.

Chan saludo con una reverencia a su maestro y lo tomo de la mano llevándolo a donde anteriormente había estado sentado. –Junghan, él es mi maestro de baile –Dijo el pequeño muy alegre con su dulce voz–. Maestro Ten, él es mi hermano mayor Junghan- Les presento el pequeño.

-Mucho gusto, Junghan –Saludo Ten– Channie siempre me plática sobre ti.

-El gusto es mío –Junghan le sonrió.

-¿No vas a saludar a mi tío? –Pregunto el pequeño jalando levemente el brazo de su maestro.

-Es cierto, ustedes se conocen-. Comento Junghan en tono burlesco

-Ellos siempre se saludan con un beso salivoso cuando se ven –Dijo inocentemente Chan.

-¡Channie!- a Minghao se le fueron los colores de la cara y Ten solo sonrió.

-Bueno, me encantaría seguir charlando sobre sus besos salivosos pero tengo una cita. –Junghan sonrió y salió corriendo porque ya había perdido 20 minutos tonteando con el “maestro Ten”.

-¡Junghan! –Lloriqueo Minghao mientras veía como su sobrino se perdía entre la gente.

-Entonces… ¿un beso salivoso?- Hablo Ten en un tono divertido ocasionando que Minghao rodara los ojos y lo pasara de largo dirigiéndose al área de juegos llevándose al niño con él.

 

 

-¡Llegaste!- Exclamo Jisoo al ver a Junghan quien llego corriendo a abrazarlo.

-Si –Junghan interrumpió el abrazo para depositar un beso en los labios del otro. –Siento haber tardado

La causa por la que Junghan llego aquel día con una sonrisa radiante a su casa era porque había sido el mejor día de su vida. Jisoo y él, eran oficialmente pareja desde esa vez pesase a quien le pasase, Jihoon, el mejor amigo de Jisoo, podía maldecirlo las veces que quisiera, ya que a él, eso le importaban 3 kilómetros de…

-… verdura

-¿Qué? –Junghan pregunto curioso.

-Vamos a la tienda de orgánicos, necesito comprar verduras para mi madre.

-Vamos.

Esa vez, tenía muchas ganas de contarle a su tío pero más temprano que tarde se lo iba a contar a su papá y a como estaban las cosas con él, lo mejor era que por ahora no se enteraran de la existencia de esa relación.

 

Lunes…

Junghan siempre ponía atención a sus clases. Pero esa mañana de lunes cuando el profesor Park comenzó a hablar sobre los aportes de Spallanzani a la microbiología, el chico de pelo largo de pronto se encontró divagando, mirando afuera por la ventana.

-Señor Yao –dijo el profesor Park–. Estoy forzando mis pulmones aquí para su formación. Sin embargo, hay algo afuera que capto su atención de una manera que yo no he logrado. Cuéntenos, ¿qué es lo que ha descubierto allá afuera?

Junghan sintió arder sus mejillas y como su respiración se entrecortaba. La clase entera lo miraba agradeciendo no ser el en ese momento. El profesor Park hacía mil veces al día esto, sacar a los chicos de la clase por estar tonteando y luego mandar a traer a sus padres para tener una amena plática con ellos.

-Eh, esto, estaba mirando afuera, ah, las canchas y pensando en, eh, los árboles y las pequeñas criaturas que…

El profesor Park, que por supuesto no toleraba las divagaciones, le interrumpió:

-Le voy a pedir que salga de mi clase, señor Yao, para que pueda ir afuera y descubra la relación entre los eh-árboles y las eh-canchas. Y mañana, cuando esté listo para tomar esta clase en serio, le daré la bienvenida en compañía de su padre.

Junghan se quedó petrificado, con el lapicero en su mano, el cuaderno abierto y la cara sonrojada. Dos filas atrás, una silla se movió.

-Eso es una tontería. No lo puede sacar de clase. Usted habla dos horas seguidas todos los días, ¿y a nosotros no se nos permite ni mirar por la ventana?

El profesor Park fulmino con la mirada a Jisoo.

-Durante 120 minutos al día, cinco días a la semana, ustedes siguen mis reglas. O reprueban. Le elección es suya. Ahora, los dos, váyanse.

Junghan metió sus cuadernos en su mochila y salió apresurado de allí, humillado. Camino hacía el pasillo central que estaba desierto ya que todos estaban en sus clases, Junghan sintió como palmearon su hombro izquierdo y volteo, pero no vio a nadie. Luego vio al otro lado y se encontró con la sonrisa de Jisoo.

-Es el truco más viejo del mundo –le dijo–, pero todos caen en él.

Junghan intento sonreír pero no dejaba de pensar en lo que el profesor Park le diría a su padre mañana por la mañana. Sabía que estos últimos meses había estado metiendo la pata con respecto a la situación de sus padres.

-Es un imbécil –Dijo Jisoo que se movió a su lado y le tomo la mano.

-A pesar de todo es un genio y tiene razón. No lo estaba escuchando.

-Cierto, pero no tenía por qué portarse como un imbécil por eso. Como si necesitara probar su poder humillándote. De todos modos, el tipo del que hablaba, ese si es un verdadero genio

-Spallanzani –Dijo Junghan rodando los ojos haciendo sonreír a Jisoo.

-Spallanzani –repitió Jisoo– Si es un verdadero genio. El profesor Park solo es un tipo amargado.

Jisoo comenzó a caminar junto con Junghan hacía las palapas del patio trasero.

-Como sea, estoy seguro de que en lenguaje también van a patearnos el trasero.

-¿Lenguaje? Pero llevamos buenas notas ahí –Pregunto Jisoo extrañado.

-Sí, pero cuando se entere sobre esto alguien cuyo corazón late desenfrenado por el profesor Park va a hacernos la vida imposible.

-Mmmm… -Jisoo se apoyó en la mesa de la palapa atrayendo a Junghan con él. –No tienen derecho a ser condescendientes  con nosotros. Pero por ahora tú ya no vuelvas a mirar por la ventana que yo no voy a soltar tonterías.

-Está bien –Dijo Junghan–. Promételo, nunca vas a ganar haciendo enojar a Park. Primero, te comerá vivo, después te hará mierda y luego se orinara encima de ti.

-No puedo asegurarte nada, la manera en la que te trato fue horrorosa. Quería besar y sanarte en ese momento.

-Qué lástima que no lo hiciste –le dijo Junghan sin expresión alguna haciendo reír al Jisoo.

-Eres adorable –afirmó, y Junghan sintió la intensidad de sus ojos sobre él y soltó un suspiro.

-¿No vas a besarme? –Pregunto en un susurro el de cabello largo.

Jisoo tomo la cintura ajena acercándola, así destruyendo el molesto espacio que los separaba. Junghan poso sus brazos alrededor del cuello de Jisoo, estrello sus labios en los ajenos y jugo con ellos a su antojo. Necesitaba des estresarse de lo que había pasado hace unos minutos.

 

 

Martes por la mañana…

Junghan había salido como alma que lleva el diablo del edificio en donde se encontraban las oficinas de los profesores y en su cabeza resonaba una y otra vez la voz de Junhui “Entiendo que Junghan pueda no estar prestando atención al 100%, como también entiendo que esto no es problema suyo, Profesor Park, pero su padre con quien era más apegado, ahora no puede hacerse cargo de él y eso le ha afectado mucho y, y, y yo ni siquiera le he dicho que él está re haciendo su vida”

“Rehaciendo su vida”

Junghan corría sin escuchar los llamados de Junhui, no quería hablar con nadie, no debió de haber escuchado esa conversación, quería estar a salvo, y cuando pensó que lo estaba una pelota lo golpeo directamente en la cara. Cayó y la parte posterior de su cabeza se golpeó contra el suelo. Se puso inmediatamente de pie, como si nada le hubiera pasado y llego a las palapas del último patio, sentándose en una de las bancas vacías. Jisoo quien había visto como Junghan había caído al suelo corrió tras el sabiendo a donde se dirigía.

-Tengo una conmoción –Junghan le anuncio a Jisoo cuando lo vio llegar.

-Vas a estar bien –Le aseguro

-Lo siento –dijo–, ni siquiera puedo levantarme.

Junhui llego corriendo y se sentó junto a su hijo.

-¿Estas bien, cariño?

-Tengo una conmoción –Dijo Junghan.

-¿Qué te ocurrió? –Pregunto Jisoo preocupado tocando sus mejillas suavemente y tratando de evadir la mirada curiosa del padre del Junghan.

Junghan dirigió la mirada a su padre y hablo en un tono herido. -¿Por qué no me dijiste que mi papá esta con alguien más?

Junhui no supo cómo contestarle a su hijo y pospuso el asunto. –Vamos a hablar más tarde en casa, ¿sí? –Junghan asintió dudosamente.

Jihoon llego a decirle alguna cosa importante a Jisoo (que Junghan ignoro), dándole antes una mirada reprobatoria a Junghan pero en ese momento, el hijo mayor de los Yao se inclinó hacia adelante y vomito sobre el uniforme del más bajo de todos, su desayuno.

-¡Ah! –grito Jihoon horrorizado.

-¡Oh, dios! Lo siento tanto –Se disculpó sinceramente Junghan.

-Creo que puedes tener una conmoción –Dijo Jisoo, como si la idea nunca hubiera surgido.

-Cariño, tenemos que ir a que te revisen.

Dos minutos más tarde Junhui, el Profesor Park y con ayuda del profesor de lenguaje (que en realidad no ayudo en mucho) se lo llevaron a la enfermería, en donde le diagnosticaron una conmoción.

-Su hijo sufre de náuseas y mareos asociados a una conmoción leve –Recito la doctora Kwon– Lléveselo a su casa y que trate de dormir mucho, pero despiértelo cada cuatro horas.

Jisoo insistió en acompañar a Junghan toda la tarde y Junhui no quiso negarse ya que era evidente lo que había entre su hijo y ese chiquillo.

Junghan despertó tres veces en total, encontrándose en cada una de ellas con la sonrisa de Jisoo a su lado y una que otra vez a Junhui parado en la puerta con una leve sonrisa.

Luego, se quedó profundamente dormido hasta las dos de la mañana, cuando su tío Minghao sin pena lo despertó para decirle:

-Ten es maravilloso.

-Tengo una conmoción –respondió Junghan medio dormido.

-Ya lo sé. Por eso te estoy despertando. ¿Quieres ver vídeos graciosos en internet?

-Está bien, pero sin sonido. Todavía me duele la cabeza.

-Sí, supe que le vomitaste encima a Jihoon –Minghao se rio tratando de no hacer tanto escándalo– Que agradable.

-¿Viste a Ten?

-Sí. Hoy tuvo clase con tu hermano, creo que nuestra relación va mejorando. Somos una buena combinación. De verdad lo quiero.

-Ja, ja, que idiota –Junghan se reía viendo la pantalla mientras le ponía atención a su tío– Quien diría que hace apenas el fin de semana pasado me lo estabas negando.

-Tu papá aun no lo sabe, no sé cómo vaya a reaccionar y si se enoja conmigo ¿Qué hare después?

-Papá no es ese tipo de persona. Trata de contarle y si resulta que después perdiste a tu hermano puedes pelearte conmigo –Le propuso Junghan divertido.

Junghan cerro el portátil, se acomodó entre sus cobijas y se quedó nuevamente dormido. Cuando estaba cayendo, escucho susurrar a Minghao:

-Contigo no puedo estar enojado, inofensivo tarado.

 

 

Era casi medio día cuando empezó a llover. A Junghan todavía le dolía la cabeza y tenía un gran chipote que parecía, según Minghao, que tenía una cabeza deforme, así que Junhui decidió que él se tomaría el día libre y su hijo no asistiría a clases.

-Supongo que no cae mal un poco de lluvia –Dijo Junghan acomodando su cabeza en el regazo de Junhui.

-Me alegra que ya estés un poco mejor.

Junhui comenzó a acariciar el cabello de Junghan, sonrió cuando recordó que su hijo a los cuatro años le pedía que le hiciera “piojito”.

-No fue tan grave lo que sucedió, pá.

-Aunque hubiera sido un pequeño rasguño, siempre voy a preocuparme.

Desde que Junghan empezó a salir con Jisoo se sentía muy susceptible, el solía ser alguien rebelde, si tenía que pelear con Junhui lo hacía sin importarle si lo lastimaba.

-Lo siento –Se disculpó– Ese día no quería gritarte que fue tu culpa que papá se fuera –Junghan hizo una pausa tratando de contener sus lágrimas– Sentí coraje porque de pronto dijo que se iría como si nosotros no le importáramos en lo absoluto, y también porque se llevó a mi hermano y tú no hiciste nada para evitarlo.

-Junghan, a mí me duele más que nadie que Dongjin no esté viviendo con nosotros, pensé en contratar un sinfín de abogados y llevar a juicio esto, pero sería desgastante para un niño como Dongjin, él va a estar a tranquilo y contento con tu papá y pasara unas felices vacaciones con nosotros.

-Pareciera como que el único que le importa es Dongjin –Dijo Junghan con un poco de resentimiento– ¿Por qué no se empeñó en llevarnos a los tres? Digo, no es como si quisiera ver su traición todos los días pero eso pudo haber demostrado que le importamos por igual.

-No es eso, cariño, tu padre los adora a los tres por igual, es solo que tú ya estás empezando a armar tu vida aquí y Channie, tanto tu padre, como tú y yo sabemos que no lo podemos separar de Wonwoo, aunque él diga que no le interesa en lo absoluto, nosotros sabemos que no es así.

Junghan levanto la cabeza del regazo de su papá y lo abrazo con todas sus fuerzas.

-Soy feliz contigo aquí –Junghan se separó y mordió su labio inferior levemente– Gracias por perdonarme.

-De nada, cariño –Junhui le dedico una sonrisa a su hijo– cuando se vuelva difícil, no tengas miedo.

Junghan tomo las manos de su padre entre las suyas y le devolvió la sonrisa.

-Fue horrible cuando el se fue, ¿cierto?

-Sentí como si me hubieran golpeado hasta morir –Junhui sonrió sin ganas al recordar –Pero Minghao siempre estuvo a mi lado para apoyarme, él siempre ha sido el mejor hermano.

-Espero que Ten lo haga feliz, se lo merece.

Junhui frunció el ceño y Junghan supo que la había cagado totalmente.

-¿Ten? ¿Ese no es, ese no es el nombre del maestro de tu hermano?

Junghan sonrió nervioso.

-¿Sabes que Channie se va a jugar con Hansol en las tardes? –Dijo el de cabello largo tratando de desviar la conversación pero eso empeoro las cosas.

 

 

Una semana después…

Si no fuera porque Junhui era el único que le dirigía la palabra a su hijo, se podría decir que Junghan era el marginado de la casa. Minghao y Chan le declararon la “Ley de hielo” por lengua suelta.

Junhui en una semana hizo bastantes cambios. Por ejemplo, había cambiado el horario en el que debía trabajar para poder pasar la tarde completa vigilando a sus hijos, eso trajo como consecuencia que Chan no pudiera acercarse a Hansol. En cuanto a Minghao, Junhui no dejo que se acercara a la academia de baile a la que asistía su hijo menor hasta que le confesara la verdad de su relación con el tan famoso “Maestro Ten”, ocasionando que Minghao se diera por vencido y organizara una pequeña comida para presentárselo debidamente.

La vida de todos los miembros de esta familia se estaba adaptando aun a los cambios. Junhui se iba a dedicar por completo a sus hijos porque ya era tiempo de que Minghao empezara a hacer su vida. A Junghan por su lado le iba a tomar un tiempo volver a comunicarse con Mingming sin sentir rencor, “sabes que no toda la vida puedes estar enojado con él” le había dicho Jisoo. Y el pequeño Channie iba a vivir solo para convencer a Junhui de que le dejase jugar con Hansol, tarde o temprano tenía que lograr su objetivo.

 

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