Capitulo 1

Luck

Antes de bajar del avión inhalé profundamente, armándome así de valor, seguí a la multitud de pasajeros hacia el área designada para recoger el equipaje trate de disimular mi nerviosismo y camuflarme  todos ellos pretendiendo que no era la primera vez que estaba en un aeropuerto. Cuando al fin pude obtener mis maletas me encamine a la salida, un hombre de traje y gafas oscuras esperaba por mí, hice una reverencia, ninguna palabra salió de nuestras bocas (lo cual agradecí), simplemente sonrió y me abrió la puerta del auto negro para que pudiese entrar me deslice rápidamente dentro del auto mientras el hombre colocaba mi equipaje en el maletero; puso el auto en marcha y me estremecí, trate de ignorar mis sentimientos y lo atribuí al aire acondicionado.

-Lo siento, es verano y hace calor. Puedo apagarlo si le molesta.

Vocifero el hombre en una forma respetuosa y con una sonrisa amable, solo negué con la cabeza mientras trataba de calmar mis pensamientos. Volví a inhalar profundamente, cerré los ojos y me deje caer en el respaldo de piel. En algún punto del trayecto debí perder la conciencia pues cuando abrí los ojos el hombre me miraba desde el retrovisor con una sonrisa.

-Bienvenida.
Dijo al tiempo que me abría la puerta del auto y me acompañaba a la entrada de la casa: un portón de madera sólida y lisa donde fui recibida por una mujer vestida en un sencillo hanbok, quien me llevo a través de un gran jardín con pequeñas colinas, lo que me hizo suponer que la casa se encontraba en una zona inclinada, mi respiración comenzó a agitarse al tiempo que nos acercábamos a la entrada de la casa, un edificio típico de  arquitectura clásica, la mujer me invito a descalzarme para pasar a la sala, un espacio abierto que a diferencia del exterior del edificio reflejaba modernidad y elegancia, deje mis viejos converse al lado de otros iguales pero más grandes y tome asiento en uno de los sillones de madera con cojines blancos que se encontraban en el cuarto.

-Iré a avisar de su llegada. Pongase comoda, bienvenida

Y la mujer me dejo salió del cuarto, mi respiración se volvió irregular y difícil, mis manos se tensaron y de pronto el sillón me parecía incomodo el espacio demasiado grande y yo demasiada ajena al lugar, cerre los ojos, respire y me convencí a mí misma de que no había nada de malo en esto. Al cabo de unos cinco minutos, los más largos de mi vida al parecer, llego la mujer acompañada de un hombre alto y robusto de tez un poco más clara que la mía, me apresure a ponerme de pie y hacer una reverencia.

-No hay necesidad de formalidades.- Dijo y me sonrió al tiempo que se acercaba a mí con los brazos abiertos. –Ha sido un largo tiempo- y me tomo entre sus brazos acariciando mí desacomodado cabello. –  Bienvenida- Esa última palabra me hizo sentir tranquila y reconfortada. Sonreí al tiempo que me alejaba de él para examinarme, pues aún era incapaz de pronunciar palabra alguna.

-Has crecido demasiado. – su expresión se llenó de melancolía – Lo siento, debes estar cansada, la señorita Park te llevara a tu habitación .

-Uhh… yo creí que…que… - Las palabras salieron atropelladamente de mi boca y sin que pudiese notarlo.

-Sé que no estas acostumbrada a estar sola. Ponte cómoda, descansa y nos vemos en la cena.

La señorita Park me hizo una seña para que la siguiera a través de un estrecho pasillo que conducía a la parte posterior de la casa donde se encontraban las habitaciones. Entre, era un cuarto no muy diferente al mío en casa… quiero decir, mi antigua casa. Una cama matrimonial en medio de la habitación, en el costado derecho lo que parecía ser un closet con puertas blancas en el izquierdo una zona para poder hacer mis tareas y por ultimo al frente de la cama un pequeño tocador con un taburete. Era igual a casa solo que un poco más espacioso

-Sus maletas están en la primera puerta del closet.

-Gracias
Respondí mientras me paseaba por la gran habitación. El acabado obscuro de los muebles contrastaba bien con las paredes y piso claro de la habitación.

-¿Necesita algo más señorita…

-Jazzlyn, puedes llamarme Jazzlyn.

Me apresure a completar la oración inconclusa, sabía que ella no podría llamarme por mi apellido, nadie en esa casa podría. La señorita park asintió al tiempo que sacaba una pequeña tarjeta de su hanbok.

-El señor Han me pidió que le entregara esto, es la membresía para un estudio de baile.

Me quede atónita, dudosa acepte la tarjeta y agradecí con una pequeña reverencia.

-Si no necesita nada más me retirare señorita… Jazzlyn. El baño es esa puerta.

Y señalo una pequeña puerta deslizable que estaba junto al área de estudio

-OhH… gracias.

-El señor Han, quiso mantener la habitación sencilla pero si desea redecorarla hágamelo saber.

Dicho esto, la mujer salió con su porte fantasmal cerrando la puerta (también deslizable) a sus espaldas. Deje la tarjeta que me habían entregado en una de las mesas de noche y me recosté en la cama era confortable, cubierta por un suave edredón de algodón, respire hondo y sonreí …. No pude evitar pensar en casa, la otra casa ¿Qué estaría haciendo ella sin mí? ; el sonido de mi teléfono corto mis pensamientos, me apresure a responder quizás era ella, quizás llamaba para decirme que me extrañaba, que volviera… pero ¿Por qué habría de hacerlo? Yo no lo merecía, era una traidora. 

diga…. – murmure con desgano

-¿Señorita Han? –

- Para ya-  dije con fastidio

- AHh… si, es la fría Jazzlyn Han-  dijo la voz a otro lado del teléfono

-Y tú eres el mismo señor Carter fastidioso-  murmure tratando de sonar indiferente. Aunque no puedo negar que me alegro recibir su llamada ahora él era lo único a lo que podía aferrarme, era él quien me haría reaccionar cuando fuese necesario y con suerte reconfortarme en momentos tristes.

-¿Y?... ¿Cuándo inicia la escuela?

-Una semana- suspire con pesar

-Perfecto, podremos ir a pasear

-No podría, tendrás que esperar dos semanas.

- Bien, hazte la difícil

-Basta ya- dije riendo

-Ok, ok… solo me queda ser paciente, soy tan paciente que debería ser un Jedí-  reí , él no dijo nada- Ey, debo dejarte porque mañana debo trabajar pero promete que después de la escuela harás un tiempo para vernos. Estoy tan feliz de que estés aquí

-Lo prometo… oppa-  respondí con la voz más melodiosa que pude, un tanto en burla otro tanto porque quería ser linda.

Deje mis cosas sobre la cama, me senté frente al tocador estaba hecha un desastre, saque unos jeans desgastados y una blusa blanca de mi maleta y fui a tomar una ducha pues quería estar presentable durante la cena, al salir del baño me recosté sobre la cama un momento, lo más seguro es que haya dormido pues estaba obscuro cuando desperté; la señorita Park llamo a mi puerta un par de veces antes de que me integrara por completo.

-Adelante

-La cena está servida, si gusta la acompañare a la mesa

-ohh… si- asentí con la cabeza. Y la seguí hasta llegar al jardín donde viramos ligeramente a la izquierda y me llevo hasta una pequeña mesa rectangular donde se encontraba el señor Han y su familia, cuando la señorita Park se apartó para indicarme el camino a mi lugar en la mesa pude ver como la sonrisa de la esposa del señor han se desvanecía en una mueca de sorpresa, hice una reverencia.

-Toma asiento, por favor-  me invito él – Los conoces, mi esposa Kang So Min y mi hijo Han Seung Yun- hice otra reverencia al tiempo que su esposa sonreía nerviosamente, ciertamente solo conocía a su hijo, nuestra relación era de compañeros de clase en un campamento de artes un verano hace mucho tiempo, y su esposa… nunca me había sentido muy bienvenida por ella.

-¿Esta es la sorpresa, querido? – Comentó la esposa del señor Han con un tono de incredulidad.

-Sí, he decidido que la apoyaremos hasta la universidad por ser la primera beneficiaria de nuestro programa de artes.

-Eso.. es… excelente. – murmuro Kang so Min con indiferencia mientras bebía un sorbo de agua.

-Yo creo que está bien… papá sabe lo que es bueno para su imagen política-  y Seung Yun tomó una cucharada de su plato, tenía razón, yo solo estaba ahí por razones políticas, para ganarme la simpatía del público hacia su padre a cambio de eso recibiría educación en una de las mejores escuelas de y podría elegir la universidad que quisiera, lo cual no me parecía nada malo, alguien mejoraría mi vida y yo mejoraría la mia; era un trato justo, 50-50.

-No se trata de solo eso- dijo su padre .-deberíamos comer para que Jazzlyn pueda descansar pronto-

-oHh… yo estoy bien- respondí, Yun miro mi plato de reojo y luego a mi, me di cuenta de que no había probado nada en todo el rato

-¿Quizas la comida no es de tu agrado? Dijo

-Oh…no es eso.-  y tome un bocado de mi plato, pretendiendo. Estar hambrienta. La verdad es que podría no haber comido nada hasta dos días después. La cena transcurrió mayormente en silencio salvo por comentarios por parte del señor Han hacia mí como “Empezaras las clases en la escuela pronto”, “Cuando desees ir a practicar al estudio solo debes notificar al chofer”, “si necesitas algo puedes pedírselo a mi esposa o la señorita Park”, a los cuales solo asentía poniendo mi mejor sonrisa, me apresure a terminar la comida para poder retirarme pronto. Agradecí por la cena, pregunte si podía retirarme, me levante y me dirigí a mi habitación. Minutos después alguien llamo a mi puerta, era Seung Yun.

-Jazzy Jazzlyn ¿Aún puedo llamarte así?- Pregunto él con frialdad, algo típico de él en estos últimos años,

- oHh…. –no pude decir nada

-No importa, solo vine a darte un regalo… de… bienvenida- continuo como si yo no hubiese articulado sonido alguno-  Esta en el jardín, vamos- Seguimos el mismo camino que tome con la señorita park para ir al jardín esta vez nos fuimos derecho, casi hasta llegar al portón de madera, donde me encontré con una bicicleta de color menta y con una pequeña canasta al frente.

- Sé que te gusta ir en bicicleta-

-Seung Yun… yo… -

-Tranquila, no es un regalo gratis…. –  “Típico de él”, pensé

-AHh… ¿No?- Respondí con frialdad

-En realidad es porque no quiero que viajes en el auto conmigo, ni que te me acerques en la escuela

-De verdad no entiendo que está mal contigo, nunca podría juntarme con alguien como tú- Di media vuelta y lo deje ahí, no podía creer que pensara que con cosas materiales podría ser manipulada. 

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