—Appa, ¿cómo le pediste salir a eomma?

Namjoon levantó la mirada de la libreta donde se hallaban un montón de garabatos a los que no encontraba sentido alguno y la fijó en Jungkook, que le observaba con una sonrisa entre tímida y divertida. A veces odiaba los papeles que se les había dado dentro del grupo... más cuando era Yoongi quien hacía la referencia en base a su relación con Hoseok (lo malo de que les hubiera pillado a mitad sesión de magreo en la habitación cuando se suponía que nadie más estaba).

—Deberías dejar de juntarte con Yoongi-hyung —se giró por completo en su silla para mirar directamente al maknae—, se te están pegando sus formas. ¿Y a qué viene esa pregunta? ¿Tienes a alguien en mente para confesarte?

—Jimin. Le he mandado bastantes indirectas, pero es tan cabeza hueca que no se da por enterado... y además estoy harto de que Yoongi-hyung se mofe de mí cada vez que ve mis fracasos.

Namjoon no pudo evitar reírse entre dientes al ver el puchero que Jungkook hizo justo después de decir lo último. Nadie mejor que él para saber lo malicioso que podía llegar a ser Yoongi cuando algo le divertía demasiado. Y absolutamente nada le gustaba tanto como ver sufrir al resto por motivos amorosos o ponerse en ridículo.

—¿Por qué no te confiesas usando algo que le guste mucho a Jimin? —preguntó mientras apuntaba una cosa rápidamente en la libreta—. Yo terminé pidiéndole salir a Hoseok a través de un rap porque siempre que intentaba hacerlo de la manera convencional las palabras se me quedaban trabadas en la garganta.

Se rió sólo al recordar lo condenadamente nervioso que se había puesto cuando por fin se decidió a enseñarle el rap a Hoseok con la excusa de haber compuesto una nueva canción.

—¿Por qué no preparas algún baile? Seguro que a Jimin le gustará... y a una mala, siempre puedes decirle que era un reto o algo si no lo pilla.
—¿En serio crees que eso hará mella en ese cabeza hueca? Porque ya no sé qué más hacer... porque está claro que no me voy a arrodillar con un ramo de flores para declararme —Namjoon vio como Jungkook se tiraba ligeramente del pelo—. ¿Por qué me fijé en el más idiota, hyung?
—Eso siempre es un gran misterio, Jungkookie.

Sin decir nada más, Namjoon observó al adolescente salir de ahí con algo de decepción y resolución a la vez. Se giró de nuevo en su silla para seguir buscándole sentido a sus notas antes de sentir unos brazos rodear su cuello desde atrás. No le hacía falta mirar para saber que se trataba de Hoseok.

—¿Nuestro pequeño ha venido a pedirte consejo? —fue una simple pregunta susurrada en su oído, pero una que logró que se relajase por completo en la silla.
—Sí, quiere pedirle a Jimin que salga con él y no sabe cómo —Namjoon se recostó más en su asiento para sentir mejor el calor que irradiaba Hoseok—. Le he dicho que lo haga con algo que a Jimin le gusta.
—Sabes... Jimin a mí me pidió consejo sobre cómo hacer que Jungkook se confesara —la vibración que sintió por la estridente risa de Hoseok tras decir eso logró que una sonrisa divertida se apoderara de los labios de Namjoon—. Parece ser que me hizo caso y siguió mis mismos pasos.
—¿Así que tú también te hiciste el difícil? —se giró tan rápidamente que se sorprendió de no haberse caído de la silla.
—Pues claro —la sonrisa divertida de Hoseok le deslumbró por un instante—, quería saber hasta dónde llegarías antes de confesarte de forma coherente.

Lo siguiente que Namjoon supo fue que los labios de Hoseok estaban sobre los suyos y que no le importaba tanto como debería que le hubiera engañado de ese modo.