Parte 1

Retrato Familiar (Family Portrait)

MinSeok mira hacia su antiguo hogar. Es un lugar simple, en un barrio simple; una pequeña casa hecha de oscuros ladrillos y ventanas blancas. Ha pasado todo un año completo desde que decidió dejar el lugar, debería ya estar acostumbrado a su nueva rutina, pero aún es incómodo el volver. Aún es incómodo el verlo.

 

Sube las escaleras, arreglando el beanie en su cabeza. Están a la mitad del invierno, y está helando del frío. Toca el timbre de la puerta, tratando de mantener sus manos calientes al respirar sobre ellas, y de repente la puerta finalmente se abre, dándole la bienvenida la sonrisa más preciosa en el mundo.

 

“¡Papi!” Su pequeño hijo grita, prácticamente tirándose sobre él. MinSeok lo carga, dándole vueltas, ambos riendo juntos. “¿Me trajiste un regalo? ¿Me lo trajiste? ¿Me lo trajiste?”

 

“Claro que lo hice,” MinSeok dice, deteniéndose para así poder verlo. Su hijo está sonriéndole, vistiendo unas pijamas con temas del espacio exterior, y MinSeok lo extraña tanto que siente la necesidad de abrazarlo nuevamente para lidiar con el sentimiento.

 

“Ustedes dos deberían de entrar. Está helando ahí afuera,” escucha una voz diciendo aquello, y cuando mira hacia el hombre que está parado dentro, siente su corazón saltar un poco. LuHan está mirándolo con  una pequeña y suave sonrisa. Su cabello rubio oscuro está cayendo sobre sus ojos, y se ve maravilloso, tal y como MinSeok lo recuerda. Camina hacia adentro, colocando a su hijo en el suelo y cierra la puerta tras él.

 

Su hijo, JiHun, comienza a picar la maleta que MinSeok trajo con él, “¿Es éste mi regalo?”

 

MinSeok sólo le sonríe en broma, haciendo que el niño salte sobre su lugar antes de tomar la maleta de las manos de MinSeok y seguidamente corriera a la sala.

 

Siente la atmósfera cargarse al instante. Mira alrededor del pasadizo, notando que LuHan ha colgado un nuevo cuadro en el lado opuesto de la pared, y el hecho de que ha cambiado las flores del lado de la mesa. MinSeok siempre solía traer lirios blancos, pero ahora había un jarrón con margaritas ahí. MinSeok odia las margaritas.

 

“Entonces,” LuHan empieza, y cuando MinSeok lo vuelve a ver, sonríe incómodamente una vez más, “Dejé la comida en el refrigerador, lo único que debes de hacer es calentarla. Sabes cómo utilizar el microondas  ¿Verdad?” MinSeok lo mira y LuHan ríe un poco por su propia broma.

“Muy muy gracioso.”

“Lo siento,” LuHan se muerde su labio inferior nerviosamente, tomando el maletín que yacía cerca de las escaleras. “Cuídalo bien ¿Si?”

 

“¿Te vas a quedar en la casa de Kris otra vez? ¿Cómo está él y su novio?” Pregunta metiendo sus manos en sus bolsillos para esconder su falta de comodidad.

 

LuHan sólo asiente a lo que responde su primera pregunta, caminando en dirección a la puerta, “Sí, ellos están bien. Se mudaron juntos.”

 

“¿De verdad?” MinSeok exclama, “Woah. Estoy feliz por ellos.”

 

“Sí. Kris está tratando de actuar todo cool, pero ya lo conoces. El sol está brillando fuera de su trasero.” MinSeok ríe por eso, pero se detiene cuando se da cuenta de la ligera tristeza que brilla en los ojos de LuHan. Se pregunta si su ex-esposo está pensando acerca del día en el que ellos dos decidieron mudarse juntos, esos jóvenes días en los que tenían o en cada esquina de su antiguo apartamento, y sin problema podían pasar días encerrados en él. Él intenta no pensar en ello en aquel momento.

 

“Bueno. Entonces, me voy.”

 

“Cuídate. ¡Diles que les dije hola!”

 

“Claro,” LuHan abre la puerta, mirándolo por una última vez antes de cerrarla e irse. MinSeok lanza un profundo y pesado suspiro. Han pasado meses, pero aún se siente raro el ser tan diplomático cerca de LuHan, pero no puede comportarse de otra manera aún. Es como si todo lo que alguna vez tuvieron pasó en otra vida, en otro universo. O como si nunca hubiera sucedido en absoluto.

 

“Papá ¿Estás bien?” Se voltea, y ve a su hijo ladear su cabeza hacia él. Su cabello negro ha crecido más de lo contado, cayendo sobre sus ojos. Y LuHan probablemente le ha permitido lanzarse por la borda con los dulces, porque sus mejillas han engordado definitivamente. MinSeok no puede hacer más que sonreír ante aquello. LuHan siempre ha sido el débil ante los pequeños pucheros de su hijo, por ello ahora que pasaban la mayoría de su tiempo juntos, el niño probablemente estaba teniendo el tiempo de su vida.

 

“¿Quieres ver Iron Man?” Le preguntó, y de repente su niño comienza a saltar en su lugar de nuevo. Lanzándose a sus brazos en el aire mientras grita de felicidad. MinSeok ríe con él, cogiendo a su hijo y saltando en el sillón con él. Ambos ruedan en el suelo, medio luchando, medio haciéndose cosquillas el uno al otro, y cuando su pequeño hijo se echa sobre él, sonriendo tan amplia y hermosamente, tal y como MinSeok lo recuerda, finalmente vuelve a sentirse completo de nuevo.

 

 

-

 

 

Todo empieza cuando pierde su trabajo. MinSeok va a casa con una expresión derrotada, y el peso del mundo apoyado sobre sus hombros, pero LuHan le da la bienvenida con una sonrisa y una taza de té. LuHan continúa sonriendo día a día, volviendo del trabajo con comida y suaves besos. Su hijo crece feliz y hermoso y los días pasan mientas MinSeok va de puerta en puerta, entregando su currículum e inscribiéndose para entrevistas de trabajo. Vuelve a casa todos los días con un dolor e su espalda y los pies ardiendo, y LuHan siempre está ahí. Su esposo lo hace sentarse en su silla favorita, y le masajea los hombros, mientras su hijo mira la tv. “Todo va a estar bien,” él dice, besando sus mejillas y acariciando el lóbulo de su oreja, y MinSeok le cree.

 

Sin embargo, las cosas no terminan por estar bien. Ellas lenta y progresivamente empiezan a ir cumbre abajo a una velocidad que asusta a MinSeok. Cuando alguna vez MinSeok esperó emocionado por que LuHan llegue a casa, ahora sólo deseaba que no lo hiciera. Porque cada vez que LuHan llega a casa, trae buenas noticias y brilla con la luz del progreso, mientras MinSeok está atascado. Ha estado atascado por meses, ahora. Pero LuHan siempre trata de confortarlo, besándolo y diciéndole que está bien, que él puede manejar las cosas por sí mismo por un tiempo. Ahora que lo han promovido, su pago es el doble. Ellos pueden mantenerse un poco más, y MinSeok puede tomar las cosas con calma. Puede empezar a trabajar en aquel libro que siempre quiso escribir, y MinSeok sólo le sonríe a medias, sólo porque sabe que LuHan se está desesperando.

 

Y tal vez eso es lo que le duele más a MinSeok. La forma en la que nota a LuHan empezando a tomar consciencia de él. La forma en la que nota que su esposo está siempre escogiendo las palabras cuando él está cerca y sonriendo porque no quiere que MinSeok se altere o termine lastimado. MinSeok no es un niño. Él no quiere ser salvado, él quiere saber qué está pasando realmente.

 

Pero la peor parte es éste raro y amago sentimiento que va creciendo en su pecho. Ve a LuHan convertirse en el blanco de todos sus no-deseados sentimientos. Él hace que MinSeok se sienta enojado, fastidiado, irritado por cada pequeña cosita que hace. LuHan hace que MinSeok quiera herirlo, un casi incontrolable sentimiento que trata con todas sus fuerzas de enjaular. Y MinSeok empieza a sentir cómo comienza a perder ese control que tenía. Él empieza a querer lastimar a LuHan cada vez que puede, con cada pequeño error que comete.  Al principio sólo con ironías aquí y allá, o crueles comentarios que LuHan borra con suaves besos en sus mejillas, cosa que sólo hace que MinSeok se sienta peor.

 

La sensación se arrastra dentro de él, gruñendo y expandiéndose hasta que no queda nada más dentro de él, nada más que un indeseado e inexplicable odio. Todo lo que LuHan hace le fastidia, cada pequeño detalle. Cosas que alguna vez lo hicieron amarlo ahora sólo hacen que su piel se escarapele. Las venenosas palabras empiezan a salir desde la punta de su lengua, y mira cómo estas golpean al hombre que ama como si fueran cientos de cuchillos. LuHan esconde su dolor y heridas detrás de sonrisas, pero MinSeok sabe que eso no durará por siempre. Él lo sabe cuando ve cómo esos ojos que alguna vez lo miraron con tanto amor, ahora lo miran con miedo. Él lo sabe cuando cada vez que van a la cama, y LuHan trata de iniciar algo sólo para ser rechazado, lo mira en silencio antes de decirle buenas noches con un tinte de decepción en sus ojos que hace que MinSeok casi se sienta culpable.

 

Se siente culpable, pero no lo suficiente como para obligarse a parar. Se hunde en sus propios sentimientos, en su propia amargura, en el hecho que LuHan vaya todos los días a su brillante trabajo mientras MinSeok recibe otro no. No es justo, y duele. Sabe que no es la culpa de LuHan, pero cuando MinSeok se da cuenta de ello, ya está diciendo esas cosas, o retirando su rostro cada vez que LuHan trata de besarlo, o incluso minimizando cada una de las pequeñas acciones que hace.

 

LuHan trata lo más que puede de estar bien, y MinSeok sabe que se ha estado repitiendo a sí mismo por alrededor de unos seis meses que es sólo una fase lo que MinSeok está pasando. Que una vez que consiga un trabajo de nuevo, las cosas estarán bien. Trata con todo su ser de que las cosas funcionen, de mantener su castillo de cristal en pie, pero a MinSeok sólo le divierte el ver cómo éste se está rompiendo delante de sus propios ojos. Así que cuando LuHan finalmente pierde el control un día, MinSeok no está realmente sorprendido.

 

MinSeok no sabe lo que está diciendo realmente hasta que esas palabras abandonan su boca, entrometiéndose como toda la mierda que ha estado derramando sólo por el bien de ser un imbécil. Pero, de hecho, puede ver sus palabras rompiéndose contra la piel de porcelana de LuHan y haciéndola quiñarse, MinSeok puede ver su espalda subiendo y bajando gracias a sus agitadas respiraciones, y cuando mira nuevamente ve aquello que MinSeok ha estado intentando tan desesperadamente de conseguir, pero ahora que lo ha conseguido no puede entender el por qué. La perfecta fachada de LuHan finalmente se ha roto.

 

Tal vez tú deberías verte a ti mismo antes de ser una pequeña mierda hacia los demás,” LuHan dice con su voz temblorosa, y MinSeok sabe lo que va a venir, “es gracioso que hables mierda de mí cuando has estado pegado a mí como una sanguijuela, durmiendo todo el día como un maldito holgazán sobre tu trasero por todo un puto año.”

 

Siente las palabras de LuHan atravesar su piel, llegando hasta sus órganos internos hasta estrujarlos. MinSeok se levanta, acercándose a su esposo, y aquel hombre ni se inmuta un poco, mirándolo con ojos fieros.

 

“O tal vez debería irme.” dice no realmente sintiéndolo, pero ya no hay vuelta atrás.

 

LuHan se burla de él, “has estado tratando hacerlo hace meses. Sólo huye como el pequeño niño que eres, en verdad te queda.”

 

“Eres un jodido imbécil,” MinSeok murmura, y la risa de LuHan es como un chillido en sus oídos.

 

Se siente surreal el estar empacando sus cosas, LuHan sentado en su cama y quedándose totalmente quieto hasta que terminara. MinSeok no sabe cómo puede estar moviéndose, cómo no está tirando todo para correr a los brazos de LuHan. Sigue adelante con todo porque no es esa clase de persona que se retracta de lo dicho, y esa pequeña parte de sí que le dice que está haciendo lo correcto, cada vez se hace más y más chiquita a cada segundo que transcurre. Baja las escaleras, tratando de no pensar que en cualquier momento su hijo puede salir corriendo por la puerta de su cuarto y toparse con aquella escena.

 

LuHan lo toma del brazo cuando está a punto de salir de la casa, haciendo que voltee su rostro hacia él. MinSeok puede ver las lágrimas y la confusión brillando en sus ojos, y duele, pero no lo suficiente como para hacerle sentir amor nuevamente.

 

“Esto es estúpido, MinSeok. Sólo es una fase. No puedes irte.”

 

“Necesito hacerlo. Este es un ambiente jodidamente tóxico, LuHan, necesito salir.”

 

“Piensa en nuestro hijo,” susurra débilmente, y MinSeok siente los dedos de LuHan jalar suavemente las mangas de su camiseta, tratando de llevarlo nuevamente a casa. MinSeok tiene aunque sea la decencia de alejar gentilmente las manos de LuHan.

 

“Estoy pensando en él. Y es por eso que me estoy yendo ahora, así él no verá esto. No verá en lo que nos hemos convertido.”

 

“No somos esto, MinSeok. Esto va a pasar, lo haré funcionar. Ya verás.” Su voz es de súplica, casi desesperada, pero MinSeok lo aleja.

 

“Necesito tiempo,” dice, volteándose nuevamente antes de empezar a oír a LuHan sollozando en silencio.

 

 

-

 

 

Ha pasado un año desde que MinSeok dejó su hogar. Bueno, ya no es realmente su hogar. Es el hogar de LuHan y su hijo ahora, y MinSeok ya no está más en la fotografía, en el retrato. No puede culpar a LuHan, por supuesto. No más. Él sabe que la ira incontrolable que sentía en ese momento era enteramente suya, en su mayoría gracias a sus propias inseguridades, siempre buscando encontrar a alguien más a quién culpar.

 

No es como si su nuevo hallazgo pudiera hacer la diferencia ahora. LuHan está viviendo su vida con su hijo, y MinSeok pasó de ser el padre favorito a quien sólo aparece los fines de semana con regalos para reparar su falta de presencia. LuHan nunca dice nada, por supuesto. Nunca lo hizo. Ellos nunca realmente firmaron un papel para el divorcio, pero MinSeok no volvió a usar su anillo desde el día en el que se fue. Sin embargo, LuHan aún lo usa, pero MinSeok pretende nunca darse cuenta.

 

A veces MinSeok piensa en hablar con LuHan, tal vez tratar de juntarse de nuevo. Él aún lo ama. Lo sabe muy dentro suyo, pero algo lo detiene de decirlo. Tal vez la culpa de lo que hizo, tal vez MinSeok siente que necesita castigarse a sí mismo, como si él no mereciera más a LuHan después de todo lo que ha hecho.  Así que se castiga a sí mismo siguiendo adelante con su nueva vida. Tiene un trabajo ahora, no algo que lo hará rico, pero lo suficiente para seguir pagando las cuentas y vivir más o menos bien. MinSeok extraña a su hijo, y extraña lo que alguna vez vivieron, pero no sabe cómo volver.

 

Hace su nueva casa su hogar, sentándose en su sofá y llenándolo con cantidades excesivas de comida chatarra y cerveza, cuando un “knock” en su puerta lo interrumpe. Se levanta, abriendo la puerta, y cuando ve a JongDae ahí parado no puede evitar sonreírle a su amigo.

 

“Dios, te ves horrible,” JongDae dice, empujándolo a un lado para así poder ingresar, haciendo a reír a MinSeok.

 

“Es bueno verte también.”

 

JongDae para en la sala, mirando alrededor y soltando un pesado, profundo y exagerado suspiro. “¿Esto es lo que estás comiendo? No creo que sea saludable.”

 

“No me importa,” MinSeok responde a medida que se tira nuevamente sobre su sofá, y JongDae frunce el ceño, sentándose a su lado.

 

“Te estuve llamando toda la semana ¿Por qué no respondiste el teléfono?”

 

“Estuve ocupado,” MinSeok le dice, y JongDae le da una sonrisa algo dudosa. “Es cierto, El trabajo está poniéndose algo pesado.”

 

“¿Tanto que no puedes responder un jodido mensaje de texto? Era importante.”

 

“Uso ambas manos para trabajar ¿Sabes?”

 

“Idiota,” JongDae murmura casi escupiendo dicha palabra, sacándose sus zapatos para relajarse. “¿Puedo tomar una cerveza?”

 

MinSeok las señala, diciéndole que continúe, y así lo hace. “¿Decías que querías decirme algo importante?”

 

“Sí, n-no es que sea importante, es que sólo quería que lo supieras. Es que. JoonMyun y yo nos mudaremos juntos.” La sonrisa de JongDae es una contenida, como si temiera la reacción de MinSeok. “Nos tomó un tiempo el decidirlo, pero nos mudamos a un nuevo apartamento éste sábado.”

 

“¡Woah, eso es asombroso!” MinSeok exclama, sonriendo ampliamente a lo que le da unas palmaditas en la espalda a su amigo, y JongDae lo mira calladamente.

 

“¿En verdad lo crees? Aún estoy un poco… confundido.”

 

“Sí, no lo sé. Cuando LuHan y yo nos mudamos todo terminó bien,” paró cuando JongDae levantó una de sus cejas, “bueno. Por un tiempo, al menos.”

 

JongDae mordió su labio inferior viéndose ansioso, “¿Cómo está él por cierto? Lo has visto esta semana ¿No es verdad?”

 

“Él está bien. Se ve bien. No hablamos mucho,” MinSeok suspira, y JongDae asiente,  “es gracioso porque me habló acerca de unos amigos suyos que también acababan de mudarse. Supongo que es temporada de parejas.”

 

JongDae ríe nerviosamente, estirando su cuello, “Como sea. Te quería hablar porque deseaba invitarte a que vinieras a ver nuestro nuevo apartamento. JoonMyun cocinará.”

 

MinSeok sonríe un poco, “No creo que deba comer algo que JoonMyun cocine.”

 

“Oh, vamos,” JongDae se queja, haciéndose el ofendido, “él no te envenenaría.”

 

“El hombre me odia desde lo más profundo de sus tripas, JongDae.”

 

“¡No, no lo hace!” JongDae replica, y cuando MinSeok lo queda mirando en silencio, él levanta sus hombros, “Tal vez le desagradaste en un principio porque eras mi ex, pero luego dejaste a LuHan y le desagradaste aún más, pero no podría decir que te odia. O sea. Odiar es una palabra muy fuerte ¿Sabes?”

 

“Claro.”

 

JongDae suspira. “No me importa si te odia. Eres mi mejor amigo, y quiero que seas parte de esto. Es importante para mí, MinSeok.”

 

MinSeok suspira, “¿Cuándo es?”

 

“¡El siguiente sábado!”

 

“Iré,” le dice MinSeok, y JongDae le sonríe brillantemente.

 

 

-

 

 

Cuando llega, JongDae es golpeado por una ola de nostalgia.

 

Porque alguna vez, las cosas fueron tan distintas. Hubo un tiempo en el que él fue quien sostuvo las manos de MinSeok, y él fue quien acogió su roto corazón, y no LuHan. Hubo un tiempo en el que él fue quien llamó a MinSeok suyo, pero eso fue hace mucho, mucho tiempo atrás. Aunque no el suficiente para hacerlo sentir simpatía alguna por LuHan.

 

No era que fuera solamente la culpa de LuHan. Se necesitaban dos para bailar el tango, pero LuHan siempre fue demasiado. La primera vez que JongDae lo vio fue cuando empezó a trabajar en una librería a la cual él y MinSeok solían siempre ir, y JongDae supo en aquel momento que estaba arruinado. LuHan era demasiado hermoso, demasiado brillante, demasiado receptivo. La sonrisa de MinSeok era siempre amplia y cálida hacia él, y JongDae a veces no podía evitar apretar con fuerza la mano de su novio por miedo a que se le fuera a ir en cualquier momento. Le tomó dos meses a MinSeok el dejarse ir, muchas lágrimas y liadas disculpas. “Me enamoré. No es tu culpa,” fue lo que dijo, y JongDae lo aceptó con una sonrisa y un corazón roto.

 

Eran perfectos el uno para el otro. Aún lo eran, y JongDae lo sabía. Aunque no lo hacía ser menos amargo al respecto. Incluso cuando fue LuHan el que le presentó a JoonMyun.

 

Se perdió en el camino de vuelta a su nuevo hogar, y cuando finalmente llegó, JoonMyun le dio la bienvenida con los brazos abiertos. JoonMyun era completamente opuesto a MinSeok, y JongDae se preguntaba si eso era lo que más le gustaba de él. No era de los que pasaban horas limpiando las cosas hasta que brillaran, y de hecho disfrutaba de momentos cursis como cenas románticas y cosas por el estilo. JongDae aún podía recordar la forma en la que MinSeok se encogía lejos de él ante tales cosas, huyendo de ellas como si fueran tóxicas.

 

“Te tomaste tu tiempo en la casa de tu amigo,” JoonMyun dice mientras JongDae se sienta en su sofá. Coloca sus dedos en la parte trasera de su cuello, en su nuca, lentamente empezando a masajearla, y JongDae suelta un profundo suspiro.

 

“No realmente. Me demoré porque me perdí en camino aquí.”

 

“¿De verdad?” JoonMyun ríe, y JongDae sonríe ante dicho sonido. Ese ambiente se siente tan familiar, tan acogedor. Eso entibia su corazón. “¿Y cómo está él?”

 

JongDae cierra sus ojos, inclinando su cabeza buscando el calor de las manos de JoonMyun contra su cuello, “No lo sé. Dice que está bien, pero no se ve para nada bien. Y lo conozco. Se ve un tanto deprimido, enojado.”

 

“Oh,” JoonMyun susurra, y JongDae puede casi sentir el desdén en sus palabras.

 

“Pobre MinSeok.” JongDae tira su cabeza para atrás, y JoonMyun le ofrece una mofa. “¿Cuál es tu problema?”

 

“Sólo pienso que es divertido,” comienza a hablar y sus manos empiezan de repente a ser un tanto más toscas al masajear la piel de sus hombros, “que dijeras pobre MinSeok cuando LuHan es el que está quedándose en casa con un jodido anillo de bodas en su dedo y un hijo que ambos decidieron tener juntos-”

 

“Hey, hey, hey,” JongDae se levanta y mira a JoonMyun, quien está respirando pesadamente, “¿Por qué me estás diciendo esas cosas? Yo no soy MinSeok.”

 

“Pero lo estás defendiendo.”

 

“Bueno, él es mi amigo. LuHan no es mi amigo. Yo defenderé a mi amigo.”

 

“Ciegamente, si me preguntas,” replica, y JongDae suspira pesadamente.

 

“Bebé. En serio. Ahora no.”

 

“Sólo me molesta lo parcial que puedes llegar a ser con MinSeok. No. JongDae. Suéltame,” JoonMyun trata de pararlo pero JongDae sonríe, buscando y tratando de acercarse a él. “Te estoy hablando a ti muy seriamente.”

 

“Yo ya terminé de hablar,” JongDae susurra y siente a JoonMyun temblar vacilante bajo su toque. Es fácil el hacerlo dejar de hablar, trazando besos a lo largo de la línea de su mandíbula y luego dándole un beso en los labios, lo calla finalmente.  Él le sabe a hogar, y JongDae  lo ama. Él ama la comodidad, y ama la forma en la que las manos de JoonMyun instantáneamente van a la parte trasera de su cuello, y ama la manera en la que sus dedos se moldean en su nuca a la perfección, como si encajaran sin siquiera intentarlo.

 

 

-

 

 

Cuando JoonMyun coloca un pie dentro a la casa de LuHan, no puede evitar el sentir su corazón sentirse pesado en su pecho.

 

El lugar es un revoltijo total. Hay envases de fideos instantáneos por todo el lugar, y JoonMyun puede sentir el aroma de comida congelada filtrándose en el aire. LuHan le da una mirada apenada, una de disculpa, tratando de esconder los círculos negros en sus ojos y el hecho de que ha estado probablemente en sus pijamas todo el día.

 

“¿Dónde está JiHun?”

 

“Durmió en la casa de su amigo, su mamá me dijo que lo llevará hoy a la escuela. Ahora es todo un niño independiente,” sonríe, “está creciendo rápido.”

 

“¿No deberías estar trabajando?”

 

“Me tomé el día libre. Mentí diciendo que tenía un resfriado, sé que no es lindo mentir pero-”

 

JoonMyun suelta un profundo y pesado suspiro. Mira a su alrededor en la sala, notando más y más envases y bolsas de comida chatarra tirada en el suelo y una botella vacía de soda. La manta de LuHan está ahí, cosa que le muestra que LuHan probablemente durmió en la sala. Sus ojos terminan en la televisión, aunque la pantalla está congelada, es una escena JoonMyun recuerda muy bien.

 

“No puedo creer que estés viendo esto de nuevo.”

 

“¿Qué?” LuHan pregunta, poniéndose a la defensiva, “me gusta ver esto.”

 

“Estás torturándote.”

 

“Es el video de mi boda. Pagué por él. Puedo verlo las veces que yo quiera.” JoonMyun puede escuchar la voz de LuHan romperse, y muerde su labio inferior. En la pantalla, puede ver al LuHan que alguna vez conoció, un hombre con una brillante sonrisa y ojos confiados. Como fuere, el LuHan que yacía delante suyo se veía roto y muy lejos de poderse reparar. LuHan se abraza a sí mismo, apretando sus labios juntos con tanta fuerza que JoonMyun teme el que pueda lastimarse.

 

Extendió sus manos hacia las de su amigo, tomando una de sus frágiles manos. “LuHan, tú necesitas-”

 

“No me digas que lo supere.” Quita sus manos de las de su amigo, tratando de alejarse y JoonMyun acaricia suavemente su propia nuca.

 

“Escúchame-”

 

“No es fácil ¿Está bien?” LuHan resopla de repente, y JoonMyun siente que algo en su interior se rompe. Hay lágrimas destellando en sus ojos, y cuando habla nuevamente, su voz es débil, “No puedo. No soy como él, no puedo superarlo. Él fue capaz de atravesar esa puerta, pero para mí a veces es como si él aún estuviera aquí. Excepto que no lo está.”

 

Las lágrimas ruedan por su rosto y JoonMyun camina un paso adelante tratando de abrazarlo, pero LuHan niega con la cabeza, volteándose para controlar sus sollozos. Nunca le gustó ser consolado, o llorar delante de otros, pero JoonMyun piensa que es lo mejor que puede hacer ahora mismo. LuHan necesita dejar las cosas ir, y si debe primero dejar que las lágrimas rueden, y que los gritos abandonen su garganta, entonces que así sea. JoonMyun puede estar ahí para levantarlo una vez que haya terminado.

 

Y JoonMyun odia a MinSeok. Lo odia tanto en aquel momento que le cuesta todo el bien en su ser el no pararse, y manejar su auto en dirección a su casa y lanzarle un puñetazo en esa ridícula cara que tiene hasta que vuelva de nuevo en sí. JongDae siempre le dice que MinSeok aún ama a LuHan, pero JoonMyun no entiende cómo eso puede ser amor.  No entiende cómo MinSeok puede decir que ama a LuHan y todavía hacerlo pasar por todo aquello por sí solo. Para JoonMyun aquello parece crueldad, no amor.

 

LuHan se sienta en el sofá, y JoonMyun se hace espacio para sí, tirando toda la basura al suelo. Luego puede limpiarla, espera hasta que LuHan se quede dormido y ordena el lugar hasta que se vea casi tan bien como solía verse. Es lo menos que puede hacer. Él recuerda visitar su casa cuando MinSeok estaba aún por ahí, y el lugar solía ser meticulosamente limpio. Y nunca habían margaritas.

 

“¿Cómo está JiHun manejando todo?”

 

“Él está bien. MinSeok viene cada fin de semana con regalos, cosa que lo emociona. Aunque siempre hay aquellos días…”, cruza sus brazos a la altura de su pecho, “noches en las cuales llora porque lo extraña y no entiende qué está pasando.”

 

“¿Le dijiste que se han divorciado?”

 

“Nunca nos divorciamos, JoonMyun. Tú lo sabes.”

 

“Y yo pienso que debes de hacerlo, LuHan. No, escúchame,” lo cortó cuando LuHan intentó hablar nuevamente, colocando una de sus manos en la parte superior de la suya, apretando ésta gentilmente, “Ha pasado un año. Un año completo. Cuando me lo contaste, un año atrás, me dijiste que lo esperarías por un tiempo hasta que reconstruyera su vida, y entendí. No estuve de acuerdo, pero entendí. Pero mírate ahora. Él reconstruyó su vida, pero la tuya está destruyéndose.”

 

“Eso no es verdad,” LuHan niega con su cabeza, sonriendo superficialmente.

 

“Sí lo es. Sigues esperando, y lamento decirte esto, LuHan, pero no creo que él vaya a volver. Es tiempo de superarlo.”

 

LuHan lo mira nuevamente, los ojos heridos y sus dientes penetrándose en su labio superior.

 

“No sé si podría. No sé si eso es lo que deseo.”

 

“Yo estaré para ti,” JoonMyun le asegura, “tienes a Kris, y a BaekHyun, y a JongIn. Nos tienes a todos nosotros. Todos estamos aquí para ti. Kris es un abogado, por el amor de Dios, y estoy cien por ciento seguro que está loco por sacarte de éste lío.”

 

Cuando LuHan lo mira nuevamente, por primera vez en mucho tiempo, JoonMyun ve un rayo de esperanza en sus ojos. Le sonríe a su amigo y LuHan le sonríe de vuelta ligeramente.

 

“No pienses ni por un segundo que estás solo en esto.”

 

 

-

 

 

Es otro fin de semana, y MinSeok se encuentra siendo arrastrado hacia el interior de su casa (¿O la casa de LuHan?) por pequeñas manitos que son las de su hijo, quien está viéndolo con una enorme sonrisa. El niño sigue diciéndole que verán Cenicienta (de nuevo) y que harán toda clase de cosas divertidas aquel fin de semana, pero MinSeok no está realmente escuchando. Él está viendo a su alrededor en la sala, un extraño sentimiento en su pecho aparece cuando nota que LuHan no está espetándolo como siempre.

 

“¿Dónde está tu papá?” MinSeok pregunta, y el niño le hace un puchero.

 

“Papi se está cambiando,” responde, y en ese momento MinSeok escucha rápidos pasos bajando de las escaleras, y cuando mira hacia arriba, su boca se seca.

 

Ha pasado un largo tiempo desde que vio a LuHan así, viéndose todo atractivo y guapo en jeans apretados y con algo de maquillaje. Su cabello cayendo sobre sus ojos, y está usando una chaqueta azul que MinSeok recuerda muy bien habérsela regalado en su aniversario.

 

“Hola,” dice LuHan, sonriéndole deslumbrantemente, y luego caminando en dirección a JiHun, cargándolo, “tú diviértete con tu papi, ángel.”

 

“También diviértete, papi,” su hijo lo besa y LuHan lo abraza tan fuerte que el niño se queja de que lo está sofocando. LuHan lo pone en el suelo, despeinando sus cabellos y luego le mueve su mano en forma de despedida a MinSeok. Es la primera vez que MinSeok siente que LuHan se le está escapando de las manos, y hace que una pizca de desesperación se cuele hacia el interior de su pecho…

 

“H-Hey,” lo llama a lo que sigue a LuHan por el pasillo, y el chico se voltea con ojos curiosos, “¿A dónde vas?”

 

“A la casa de Kris.”

 

MinSeok se apoya contra la pared, jugando con las (horribles) margaritas que yacen sobre la mesa, y una risa abandona sus labios, es una un tanto más desesperada de lo que esperó, a decir verdad, “pero estás completamente vestido…”

 

“No realmente,” LuHan responde, chequeándose a sí mismo, “sólo es que irán a la fiesta de éste amigo de JoonMyun, y estoy pegándome a ellos.”

 

Oh.” MinSeok casi pierde su equilibrio, “oh ¿Una fiesta?”

 

“Sí. Ha pasado un tiempo desde que estuve en una. Creo que la última a la que fui fue… ¿la de la boda de tu primo? No lo sé,” hace un movimiento con sus manos como si intentara restarle importancia a dicha memoria, y MinSeok casi grita porque no, no puede borrar sus memorias así por así. Así que cuando LuHan está a punto de partir, lo detiene una vez más.

 

“¿Y dónde es ésta fiesta?”

 

“¿No lo sé?” LuHan levanta una ceja, y MinSeok muerde su labio porque por supuesto que está usando delineador de ojos. Por supuesto, está viéndose lo mejor que se ha visto en un largo tiempo, para la fiesta de un extraño mientras MinSeok se quedará en casa viento a la tonta Cenicienta teniendo suerte con su Príncipe Encantador. Y por supuesto el cuerpo de MinSeok está teniendo todas las reacciones equivocadas ante el rostro de LuHan, y la forma en la que los jeans de LuHan se pegan a sus muslos. “Mira, en serio necesito irme.”

 

“Sí, sí, claro, no es que te esté deteniendo o algo por el estilo,” MinSeok ríe de una forma incómoda nuevamente, y cuando LuHan se voltea, MinSeok golpea su rostro contra la palma de su mano tan fuerte que hasta termina doliéndole el rostro. “Oye, LuHan.”

 

“¿Ahora qué?” LuHan se vuelve hacia a él una vez más, mirándolo con algo de fastidio, y es como si lo hubieran apuñalado directamente en el corazón.

 

“Nada. Sólo-sólo diviértete.”

 

La expresión de LuHan se suaviza y sonríe, “tú también.”

 

 

-

 

 

LuHan juega con el cabello de su hijo mientras ambos están echados en el sofá, comiendo palomitas de maíz y viendo Enredados. El chico para por un segundo, sus manos tocando las puntas de los cabellos de JiHun. MinSeok tiene razón, en realidad está muy largo ahora, pero el niño siempre lanza un cambio de tema cada vez que LuHan habla de cortárselo, así que prefiere dejarlo así.

 

“¿Cuándo volverá papi?” El niño dice de repente, y LuHan lo mira con confusión.

 

“Pero estoy aquí.”

 

“No me refería a ti, papi. Me refería a papi.”

 

“Oh,” LuHan aprieta sus labios en una fina línea, soltando un suspiro antes de atraer a su hijo más cerca suyo, “no lo sé, cariño.”

 

“¿Será mañana? El niño mira hacia arriba con ojos grandes y LuHan mueve la cabeza.”

 

“No creo que sea mañana.”

 

“¿Tal vez el día después de mañana, entonces?”

 

“Cariño, préstale atención a la película,” LuHan lo silencia, y el niño suspira antes de volver a mirar.

 

De repente el anillo en su dedo parece pesar al menos el doble de lo que debería pesar, y LuHan siente un apretado nudo en su garganta. Ha pasado un tiempo desde que JiHun le preguntó la pregunta el billón de dólares, pero cada vez que lo hace LuHan siente su corazón perder otra pieza más. Porque una parte de él siempre espera que la próxima vez que pregunte aquello, LuHan sepa la respuesta, pero nunca lo hace. MinSeok aún está fuera de su alcance. Sigue aún muy lejos de él, y LuHan empieza a perder la fe.

 

Desde que MinSeok caminó por la puerta LuHan siempre ha creído que se despertaría un día y vería a su esposo sonriéndole, disculpándose y diciendo que aún lo ama, que los ama. Tiene todo éste escenario de la reconstrucción de su familia nuevamente unida, tal vez teniendo un viaje a París. JoonMyun una vez le dijo que él cuidaría de JiHun si alguna vez LuHan lo necesitaba. Pero MinSeok nunca volvía, y LuHan nunca viajaría a París con él, y JiHun siempre preguntaría la pregunta que hace que el corazón de LuHan se rompa.

 

A veces desea que MinSeok se mude a otro lugar. Desea que se vaya y los deje de una vez. Si es lo que desea entonces que lo haga por su bien, que desaparezca y los deje solos. Porque ahí, tal vez, LuHan finalmente sería capaz de superarlo y conseguir una vida, en lugar de acurrucarse contra las sábanas que MinSeok dejó atrás antes de partir.

 

LuHan lo ama demasiado como para dejarlo ir, incluso cuando lo ve solamente los fines de semana. Y LuHan se odia a sí mismo cuando siente su corazón empezando a acelerarse cuando el viernes en la noche llegan, sabiendo que vendrá. Se odia a sí mismo cuando se chequea en el espejo antes de abrir la puerta, o cuando tiene que detenerse de besarlo porque así no es más como funcionan las cosas. Se siente tan correcto el besarlo, y eso es lo que LuHan quiere hacer, pero no puede, y no debería, y odia cómo esto lo destruye su interior. Pero el único momento en el que siente enojo hacia MinSeok es cuando nota que su gran descubrimiento hiere a su hijo.

 

JiHun es un fuerte niñito, y LuHan lo ama por eso. Si él hubiera actuado de alguna forma diferente, LuHan sabe que se hubiera roto a los meses después de la partida de MinSeok. Pero su hijo lo despertaría siempre con una sonrisa, le daría un beso a LuHan en la mejilla y lo abrazaría con sus pequeños bracitos, diciéndole que es el mejor papá en el mundo. LuHan ha decidido tomar sus palabras de corazón y creer que en realidad lo es. Haría el almuerzo de su niño y lo dejaría en la escuela, antes de manejar a su trabajo con dolorosos sollozos. Nunca ha llorado delante de su hijo, y LuHan se da crédito por ello.

 

Claro que habían días en los que JiHun lloraba, y esos eran días en los que LuHan odiaba más a MinSeok. Noches en las cuales JiHun gatearía dentro de la cama de LuHan, llenando el espacio vacío que MinSeok había dejado. Se acomodaría en forma de “u”, llorando hasta dormirse, y LuHan abrazaría su pequeña figura, dándole besos en su cabeza. Cada vez que esto pasaba LuHan sentía su corazón ser llenado con aflicción, y muy dentro en su interior deseaba decirle a su hijo que dejara a MinSeok irse. Ellos no lo necesitaban de todas formas. Ellos estaban mejor sin él. Pero no podía decir esas cosas, así que se tragaría su enojo, y le diría que su papi estaría ahí pronto. Que incluso cuando papi vive en otra casa ahora, aún está con ellos. Y LuHan se odia por querer creer sus propias palabras.

 

En ese momento, oye a JiHun sorber su nariz, y cuando baja su mirada viendo a su hijo, hay lágrimas en sus pequeños ojos. Luhan mira a la pantalla, viendo que la princesa finalmente encontró a su familia. Ella abraza a su madre y a su padre, JiHun aprieta la mano de LuHan y lo mira con una pequeña sonrisa.

 

“Espero que papi nos encuentre también.”

 

LuHan necesita inhalar hondo para detenerse de ahogarse, así que esconde las lágrimas en sus ojos al enterrar su rostro en el cabello de su hijo.

 

“También lo espero, angelito.”

 

 

-

 

 

Fue un día lluvioso cuando LuHan conoció por primera vez a MinSeok. El trueno fue tan ruidoso que hizo que las ventanas de la librería se movieran. LuHan siempre había odiado las tormentas eléctricas. Así que en aquel particular fin de jornada, LuHan estaba en el rincón más oscuro de la tienda, justo en la sección de Literatura Alemana, cuando un hombre apareció, arrodillándose por su estante como si estuviera buscando algo. LuHan lo reconoció de inmediato. Lo había visto caminar por ahí junto con un chico bastante apuesto cada fin de semana desde que empezó a trabajar ahí. LuHan se sintió mal al principio, cuando notó sus ojos posarse en aquel joven, siguiéndolo con la mirada por aquí y por allá, pero la sonrisa de MinSeok tenía ese algo que le hacía querer verlo sin parar. El chico se veía enojado aquella tarde, aunque sus ojos se fijaban en los libros, era demasiado obvio que no estaba mirando a algo en lo absoluto.

 

“¿Puedo ayudarte?” LuHan preguntó, casi no intencionalmente. Sólo quería acercársele de alguna manera, y cuando el chico lo miró de vuelta, LuHan sintió su estómago volcarse.

 

Era el principio de todo.

 

Hablaron acerca de autores y literatura hasta que la librería cerró, y MinSeok terminó volviendo el día siguiente. Y el siguiente, y el siguiente, y el día después de ese. LuHan realmente trataba de no pensar mucho en eso. MinSeok obviamente tenía un novio, aparecía con él cada maldito sábado (día que rápidamente se convirtió en el menos favorito de LuHan). El novio de MinSeok era bajo, extremadamente guapo, tenía la sonrisa más bonita que LuHan había visto jamás, y estaba seguro que no tenía oportunidad alguna. Se lo decía a Kris cada noche cuando ordenaban la sección de niños, sacando los libros que no estaban destinados a estar ahí (ya que un idiota había empezado a poner libros ográficos en medio de los de cuentos de hadas, cosa que hacía que Kris despotricara sobre lo perjudicial que podría ser un libro así en un pequeño niño).

 

“No creo que no tengas una oportunidad,” dijo Kris, tomando un libro de Cincuenta sombras de Gray del estante con una expresión nada divertida, “¿A caso no tenemos cámaras en ésta tienda?”

 

“Concéntrate,” le dijo LuHan, sentándose en un colorido puff de la sección para niños, “¿Por qué piensas que tendría oportunidad?”

 

“Bueno. Ha estado viniendo aquí como que todos los días, y no parece siquiera ocultar sus no-intenciones de comprar un jodido libro.”

 

“¿Estás diciendo que viene solamente a hablar conmigo?”

 

“Bueno, sí.”

 

Sin embargo, LuHan hizo lo que pudo por no creer las palabras de Kirs. Las negó e ignoró hasta que MinSeok un día lo besó, sus labios impacientes y toscos por la prisa y la culpa y LuHan realmente no recuerda cómo terminaron follando en la escalera de emergencia. LuHan fue despedido, y MinSeok fue rechazado, y ambos terminaron en los brazos del otro buscando confort. Y la forma en la que las cosas de dieron aún divierte a LuHan hasta el día de hoy.

 

Fue fácil en un principio. Ellos encajaban perfectamente, y se llevaban muy bien, y el ex-novio de MinSeok no había hecho realmente escándalo alguno. Para el primer año, todo fue libre de drama hasta que LuHan le preguntó a MinSeok cuándo conocería a sus padres. MinSeok ya conocía a su madre, y se convirtió en su propio pequeño hijo casi al instante, pero LuHan aún tenía que conocer a los padres de MinSeok. Fue la primera vez que tomó contacto con la arruinada infancia de MinSeok y la primera vez que pelearon. MinSeok no quería presentarlo a su padre –por todo lo que sabía, MinSeok estaba saliendo con una jovencita llamada Luana. Sin embargo, LuHan no quería vivir en las sombras. Había tenido que vivir mucho tiempo escondiéndose de su madre, y ahora que era finalmente libre, no pensaba tener la fuerza para volver a la oscuridad. Terminaron haciéndolo funcionar, a pesar de todo. LuHan cree que el tiempo cura las heridas, y a veces lo hace. MinSeok terminó diciéndole a su padre al final de cuentas, e incluso cuando el hombre sabía de por sí que su hijo era gay, gritó, despotricó, y terminó no mirándole el rostro a MinSeok por un año.

 

Como sea, terminaron siendo invitados para la cena de Navidad a pesar de todo. LuHan aún puede recordar al hombre sentado en aquella silla y con un cigarrillo en los labios. No les dijo una sola palabra, era casi como si LuHan y MinSeok no estuvieran ahí, pero el hermano de MinSeok lo tomó de las manos agradeciéndole el que haya cuidado a su pequeño hermanito.

 

El tiempo pasó volando luego de ello. Un año se convirtió en dos, y luego en tres, y luego estaban viviendo juntos, por mucho tiempo LuHan empezó a preguntarse a dónde se suponía que debían de ir luego de ello. Hasta que un día MinSeok apareció con un anillo, un beso, y la pregunta de si es que quería casarse con él. LuHan estuvo asustado al principio, un millón de escenarios corrieron por su cabeza, pero al final aceptó. Era un deseo de su madre el verlo caminar al altar con la persona que amaba, e incluso cuando LuHan no era muy tradicional que digamos, se llevaba bien con aquellas tradiciones.

 

El día de su boda es probablemente su más preciado recuerdo. Aún recuerda el sol en su espalda y el arreglo de flores hecho por su madre que llevaba en manos. Aún recuerda a JoonMyun sonriéndole mientras caminaba al altar. Aún recuerda la forma en la que MinSeok se mordía sus labios y sus uñas enterrándose en sus propios pantalones. LuHan nunca lo amó más que en el momento en el cual se tomaron de las manos delante de todos, MinSeok viéndose sensacionalmente hermoso en su traje y sus sudorosas palmas contra las manos de LuHan. LuHan silenciosamente le susurró que respirara, y MinSeok cerró sus ojos, inhalando y exhalando lentamente, luego abriendo sus ojos y sonriéndole ampliamente. Dijeron sus votos y la gente los ovacionó, y LuHan aún recuerda las lágrimas en los ojos de MinSeok cuando su padre se levantó y le aplaudió como todos los demás. No sonrió, no los bendijo pero fue suficiente para hacer que MinSeok arrastrara a LuHan al baño justo después de terminada la ceremonia para poder llorar en su regazo.

 

Pasaron su luna de miel en México y esas dos semanas fueron las mejores semanas de la vida entera de LuHan. Pero diría lo mismo de los siguientes meses, y los siguientes años, así que no se tomaba a sí mismo muy en serio. La única cosa de la cual LuHan está realmente seguro hasta el día de hoy es que el tiempo en el que vio a MinSeok siendo la persona más feliz del mundo, fue el día en el que adoptaron a JiHun. LuHan siempre puede recordar el aroma que tuvo aquél día, el aroma a piel de bebé y shampoo para niños. Él siempre fue pequeño, frágil, una pequeña cosita, y la asistente les dijo que la visitaran para chequear cómo estaban yendo las cosas por los siguientes días. JiHun se aferró del dedo de MinSeok, con sus ojos bien abiertos y brillantes, y los ojos de su esposo casi al instante habían sido llenados por lágrimas de júbilo.

 

Desde el día en el que JiHun llegó llenó sus vidas con nada más que felicidad. Ellos fueron el retrato de la familia ideal: se amaban mutuamente, estaban siempre el uno para el otro, eran las bases y el soporte el uno del otro. Hacía que LuHan se preguntara cuándo todo salió mal. Lo hacía perder el sueño a veces pensando qué pudo él haber hecho de diferente. Tal vez fue un detalle que perdió a lo largo del camino. Tal vez estaba tan metido en su propia fantasía de familia feliz que terminó soltando la mano de MinSeok en algún punto. JoonMyun solía decir que culparse todo el tiempo así sólo lo amargaría más, pero no era algo que LuHan podía manejar. MinSeok siempre se había visto feliz alrededor de su hijo, la única persona con la que cambiaba era con él, así que era lógico el asumir que él era el único culpable.

 

Así que LuHan se echa completamente solo en su cama extremadamente grande, llenando sus noches con recuerdos porque el presente está demasiado vacío. Demasiado superficial. Su madre siempre le dice que no es sano el tener una relación en la que te conviertes en nada una vez que la otra parte se ha ido, pero LuHan no puede evitarlo. Se siente tonto, se siente estúpido, y demasiado apegado, pero no puede evitarlo. Él nunca ha sido así en ninguna de sus relaciones, pero MinSeok trajo lo mejor que tenía dentro de sí, y quiere eso de vuelta.

 

Él quiere a MinSeok de vuelta.

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Comments

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Yukiko_93Yam
#1
Chapter 2: Muchisisisisisimas gracias por terminar de traducir el fic, es simplemente maravilloso! T^T te estoy muy agradecida!
Inna_0321
#2
Chapter 2: Al fin lo terminaste de traducir, no sabes lo que sufrí porque pensaba que nunca iba a pasar (? jajaja la autora se fue y eliminó todo y pensé que no lo iba a poder leer este fic más, se que suena dramática, pero cuando lo leí en ingles, se convirtió en uno de mis favoritos y lo cuando lo volví a busca me enteré que ya no estaba más (?---- estoy muy agradecida que hayas terminado de publicarlo! gracias <333
NyaAbyss #3
Chapter 1: Ame este fanfic. No soy fan del XiuHan/LuMin, pero cuando leí que Chen y SuHo participaban no pude evitar leerlo.
Es precioso, coincido con que no parece una traducción es más como un fanfic escrito en tu idioma natal, no hay frases raras, repeticiones molestas; nada, es precioso.
Por favor siguelo y si es cierto lo que dice Yukiko_93Yam de que ha desaparecido, por favor haz un breve resumen de lo qué ocurrió al final con XiuMin y LuHan o termina la traducción si tienes guardo el capitulo.
De igual forma gracias por tan lindo trabajo.
Yukiko_93Yam
#4
OMG!!!
POR FAVOR!! POR FAVOR!!
DIME QUE TÚ TIENES LA CONTINUACIÓN!! PORQUE LA AUTORA DESAPARECIÓ DEL FANDOM LLEVÁNDOSE CON ELLA TODOS SUS FICS! Y HAN DESAPARECIDO DE SU LJ!! ASI QUE POR FAVOR! TE LO SUPLICO DIME QUE TIENES LA CONTINUACIÓN EN TU COMPU!! PORQUE DE VERAS NECESITO SABER QUE PASA!! POR LO MENOS EN INGLÉS O CONTADO NO PUEDO VIVIR ASIII!!
TT_TT
ME ENCANTÓ....Y ESTOY MURIENDO POR DENTRO!! PLEASE!! si lo tienes pásamelo por favor en inglés!
por cierto me encaaaantó tu traducción es tan hermosa que no parece traducida!! *oo*
muchisisisismas gracias!! amo el xiuhan forevaaaa <3 <3 <3
lucyminseokbuin #5
Wooo me he enamorado de este fic en realidad me he puesto a llorar casi desde k lo empeze a leer ....gracias por tu duro esfuerzo y trabajo de traducir este fic ...me encantaria mucho que en algun momento pudieras subir la otra parte igual esperare jejejje ^^
Hasleyg #6
Chapter 1: Holaa! Asds me esta encantando este fic ;3; esta hermoso! Y muy deprimente por cierto xDD estaré esperando para cuando pongas la segunda parte ^^ <3 :33
maylin #7
Chapter 1: Sniff es muy tristee...me recuerda un poco a una relación que tuve hace unos años...la historia me parece que pinta muy buena y muy real...me gusta :) Si ellos aun se aman ! Deberían volver ...siempre digo que uno no puede vivir de intenciones, tienes que hacer y decir lo que tu corazón te diga , para luego es tarde y una no puede vivir de arrepentimientos y de "y si hubiese dicho esto y hecho aquello " nooo...el tiempo es corto y lo mínimo que podemos hacer en esta vida es disfrutarla...eso es lo que pense cuándo Luhan y Minseok se separaron y a pasado un año ! Y que aun se amen y no hagan nada al respecto...siguiente capitulo y espero no desesperarme por como van las cosas ...
Besos y gracias x traducir ;)
angeltatita
#8
esta historia la iba a tomar como proyecto personal para una amiga que no cree en lo maravilloso del mundo de los fics (y con xiuhan,mucho mejor!) asi que ya te escribire lo que ella dice sobre todo esto. Ademas del hecho de ser este uno de mis fics favoritos :)

Ya te estare comentando en tu fic propio, que me emocione cuando vi que habia nuevo capitulo *giggling internally*
nadiaTBM #9
Chapter 1: DIOS!!! que hermoso... me dieron ganas de lagrimear leyendo esto.
gracias por traducirlo es realmente genial, hace rato que queria leer algo asi.
<3
DarknessX #10
Chapter 1: AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ES TAN BONITO Y DOLOROSO A LA VEZ.

QAHGFLSJHDG ME MUERO, QUIERO MAS(?)
ESPERO PRONTO ESTAR LEYENDO OTRA PARTE.
Bien, no se porque seguía gritando. . . Em, GRACIAS(?) <3