Fin

NOCHE DE LLUVIA

A/N: No es RicSung, así que espero no decepcionarlas. 

 

En medio de una fría noche de invierno, Isabella caminaba en las sobrepobladas calles. Con o sin rumbo, a ella no le importaba. Todo lo que le importaba era deshacerse de ese sentimiento de vacío y dejar a un lado los tormentos que llenaban su cabeza, una vez que llegaba a esa fría casa y se encerraba entre esas cuatro paredes que la tuvieron presa por casi tres infinitos meses.

La noche se sentía fría y tentadora. Tentadora para continuar caminando por las calles; echando a volar su imaginación que prefería oír la danza de las olas del mar, en lugar del molesto ruido de motores de autos acelerando a cada paso que avanzaba.

Sin saber cómo o cuándo, Isabella se encontró frente a su centro de estudios. Un lugar que no había pisado los últimos tres meses, debido a su lentísima recuperación. Haciendo uso de su credencial aún activa, Isabella ingresó al centro, refrescándose en el tocador por unos segundos y luego continuar su camino.

Pero el destino tenía que hablar.

Y ese mismo destino fue el que hizo que Isabella se detuviera en una esquina, debatiendo consigo misma que camino debía seguir para tomar el bus de regreso a casa.

Fueron breves minutos que bastaron para que el destino juegue sus cartas e Isabella sintiera unos brazos envolviendo su cuerpo contra el cálido pecho que ya le era familiar. Y una voz que sin saber por qué, seguía susurrando a sus oídos “sólo estaba acompañando a una amiga

El desconcierto dentro de Isabella era indescriptible. Los brazos que la rodeaban la hacían sentirse protegida, sin embargo ella sabía que debía poner una distancia por el bien del otro.

-H-HyeSung… hola… no te había visto – saludó tímidamente Isabella, al muchacho que finalmente la dejó ir de sus brazos.

-qué haces acá? – interrogó el muchacho conocido como HyeSung

-terminé de ayudar a mi mamá y decidí caminar un poco para tomar el bus – respondió Isabella, ya más concentrada en lo que debía hacer

-ohh!... te acompaño!, para dónde vas? – ofreció inmediatamente HyeSung

El corazón de Isabella se rindió ante la calidez de las palabras, regresando a su ser natural con el muchacho que días antes le había declarado su amor.

-aún no lo sé, estaba decidiendo que ruta tomar justo ahora – respondió Isabella, mirando en ambas direcciones de las calles

-hummm… te parece si caminamos para allá? – señaló HyeSung uno de los caminos que iban opuestos a las opciones de Isabella

-claro!... de todos modos sólo quiero caminar – sonrió Isabella, iniciando el camino.

 

 

El camino fue silencioso hasta cierto punto. Las calles se veían ahora más mágicas ante los ojos de Isabella.

-sólo pasabas por aquí? – rompió HyeSung el silencio

-sí… estoy cansada de andar encerrada en mi casa y me gusta caminar – respondió Isabella, mirando el camino de frente

-ya estás mejor?

-sí! – sonrió Isabella, sintiendo pequeñas gotas tocar su rostro

-está lloviendo? – preguntó mirando al cielo, mientras estiraba una mano para sentir las gotas de lluvia caer en su palma

-sí… y te has venido bien preparada – rió HyeSung, observando el chal que llevaba puesto Isabella sobre los hombros

Isabella rió junto con HyeSung, apurando el paso hacia dónde quiera que sea.

-te parece si nos sentamos un rato? – propuso HyeSung, señalando un parque a una calle de distancia

-ya, vamos! – animó Isabella, caminando como una niña pequeña de paseo con su papá en un parque

-pareces una muñequita – rió HyeSung, detrás de ella, siguiéndola hasta una banca

-lo dices por que soy chiquita? – respondió Isabella con una mueca de falso enojo

-no, por que te ves muy linda con ese chal… pareces una muñequita… - repitió HyeSung, haciendo que las palabras se evaporaran de labios de Isabella

-una muñeca de trapo? – habló Isabella, frunciendo los labios inconscientemente

-no, una muñeca de porcelana – respondió HyeSung, acomodando algunas hebras del cabello de Isabella, por detrás de su oído

-la porcelana se rompe con facilidad – observó Isabella con tristeza, pues sabía que su corazón era demasiado frágil. 

-pero es más valiosa – habló HyeSung, conectando su mirada con la de Isabella

-por eso eres mi muñequita de porcelana, por que eres más valiosa – concluyó HyeSung con voz serena.

La noche caía en medio de ese parque. Una noche oscura y mágica, mezclada con las gotas de lluvia que caían casi imperceptiblemente sobre los dos muchachos sentados en aquella banca, bajo  la luz de un poste, cuya luz tenue le daba un toque más íntimo a la atmósfera que empezaba a cambiar.

 

 

-por qué no quieres ir a tu casa? – habló HyeSung luego de unos minutos

-me siento asfixiada ahí… no me gusta estar encerrada, ya estuve encerrada por mucho tiempo – respondió Isabella, jugando con los flecos de su chal.

De pronto HyeSung sorprendió a Isabella, colocando un brazo por detrás de sus hombros.

-ah! No hagas eso! – reaccionó Isabella, riendo para evitar la incomodidad del momento

HyeSung sonrió en respuesta del tímido comportamiento de la muchacha, empezando a hacer cosquillas en sus lados.

-no! Déjame! – reía Isabella, luchando con las traviesas manos de su amigo

-no que no tenías cosquillas – reía HyeSung, jugando aún más con Isabella

-jajajaja!! Ya! – continuaba riendo la muchacha y sin darse cuenta, se encontraba casi pegada al muchacho que continuaba haciéndole cosquillas

-si no te gusta por que te acercas más?, no debería ser al revés?, no deberías alejarte? – rió HyeSung, notando la posición en la que se encontraban él y su amiga

-ah verdad! – rió Isabella, regresando a su posición original

-aish! Ya que importa! – exclamó HyeSung, trayendo de regreso a Isabella a su lado

Minutos silenciosos pasaron entre los dos amigos. El silencio era cómodo y relajante

-tengo sueño… - habló Isabella en voz baja. Los ojos entrecerrados

-duerme… yo te cuido – habló HyeSung, apoyando la cabeza de Isabella sobre su pecho.

-ok… - susurró Isabella, entregándose al sueño

-está lloviendo un poco más – observó HyeSung

Isabella sintió gotas de mayor espesor caer sobre su rostro, lo que la hizo enterrar el rostro contra el pecho de su amigo aún más.

HyeSung envolvió a Isabella con sus brazos, susurrando palabras suaves que hasta hoy Isabella no puede recordar. Todo lo que Isabella recuerda, es que su corazón se movió ese día.

Un corazón que ya había renunciado al amor.

La cercanía entre los dos muchachos ya se había hecho más íntima. Isabella no deseaba moverse de ese sitio. La calidez de HyeSung la llenaban de una paz que no había sentido en meses.

Todo era perfecto como para desear que se termine.

Pero el tiempo es cruel y el destino también.

-ya es tarde…  ve a tu casa – oyó Isabella hablar a HyeSung

-no quiero… quiero quedarme acá por siempre – respondió Isabella, abandonando el pecho de su amigo

-qué graciosa… ve a tu casa, ya es muy tarde – insistió HyeSung.

Esta vez Isabella le hizo caso, haciendo el camino hasta la avenida principal

-ya es muy tarde, por que no tomas un taxi? – sugirió HyeSung, al ver que ningún bus que llevara a Isabella a casa, aparecía

-taxi?, yo sola?... primero, no tengo dinero para un taxi y segundo nunca he tomado uno yo sola – respondió Isabella

-jajaja… yo te acompaño – ofreció HyeSung, sorprendiendo a la muchacha

Los nervios en Isabella se hicieron nuevamente presentes.

-mejor no… deja que tome el bus…

-pero si no está pasando ya?... además es muy tarde… prometo no mirar el camino! – ofreció HyeSung, dejando salir una risita divertida

Isabella lo pensó por un par de minutos para finalmente aceptar la oferta de su amigo

-pero no veas el camino eh? – remarcó Isabella, una vez los dos muchachos en el taxi

 

 

El camino silencioso y ligero.

El vehículo avanzaba a velocidad normal, mostrando en el camino, la belleza de una ciudad adornada por las luces tenues de los postes, dándole un toque íntimo y melancólico. Una melancolía que llevaba a Isabella a llenar nuevamente su cabeza de esas preocupaciones que quería borrar por siempre de su cabeza.

-en qué piensas?... – interrumpió HyeSung las cavilaciones de Isabella

-nada – respondió Isabella, observando lo cansado que se veía su amigo

Fue sólo un momento. Isabella lo recuerda claramente. La radio del vehículo tocaba una canción de un cantante portorriqueño, que hablaba sobre el amor perdido. La media mitad de una persona que ahora se sentía vacía.

Isabella nunca supo en qué momento, HyeSung se acercó hacia ella, tomando sus manos suavemente, susurrando las palabras que pedían por un poco de fe.

-Isabella, si te volviera a preguntar lo que te pregunté ese día… qué responderías?... ha cambiado tu forma de pensar? – la voz de HyeSung sonaba suave y casi suplicante.

Por dentro Isabella no sabía qué decir. Su vida estaba envuelta en una maraña de confusiones sin fin.

Sabía que su familia pondría firme oposición. Sabía que una bomba nuclear explotaría en su casa. Sabía que habría muchas lágrimas. Sabía que el muchacho sentado a su lado sosteniendo sus manos, sería rechazado y expuesto a otras humillaciones. Sabía que no podía darle lo que deseaba; una relación normal como la que él estaba suplicando.

Y no podía exponerlo a eso. No podía exponerlo al rechazo y al sufrimiento. HyeSung se merecía una relación normal, dónde podría presentarse sin problemas ante los padres de su novia y éstos le abrieran la puerta con una sonrisa. Sí, eso se merecía él. No la relación que Isabella podía ofrecerle.

Además estaba él.

Él, que siempre estuvo en su corazón por los últimos ocho años. Él, que nunca abandonó sus pensamientos. Por el que esperó pacientemente, rechazando a otros muchachos que ofrecían hacerla olvidar. Él, que acababa de salir de su corazón, dejando un vacío reconfortante dentro de ella. Una libertad por la que estaba añorando durante los últimos años.

El adorado tormento de una niña que soñaba con el amor, pero que sólo encontró una decepcionante ilusión, en el chico de al lado, que ahora ya no significaba nada en su vida.

-Isabella?... – llamó HyeSung calmadamente

-eh? – giró el rostro Isabella, conectando sin querer su mirada con la de su amigo

-me darías una oportunidad? – repitió HyeSung con voz suave

-no lo sé… estoy confundida… - habló Isabella, sabiendo que su coraza estaba debilitándose.

-puedo esperar todo el tiempo… - respondió HyeSung, apretando amorosamente la mano de Isabella.

 

 

Finalmente el vehículo se detuvo a varios metros de casa de Isabella. HyeSung bajó del auto, dispuesto a acompañar a Isabella hasta la puerta de su casa.

-no, está bien… ves? la calle es segura – señaló Isabella, las rejas que cerraban la calle

-estás segura? – insistió HyeSung.

-sí!... gracias por acompañarme y por no mirar el camino – rió Isabella, recordando como los últimos minutos del recorrido, su amigo mantuvo los ojos cerrados, cumpliendo su promesa de no mirar el camino a su casa.

-ok, te veré entonces… cuándo? – habló HyeSung

-hummm… el martes voy por allá! voy a ver a Pamela y Adriana! – respondió Isabella

-te veré ese día entonces… bye – se inclinó HyeSung despidiéndose con un beso en la mejilla

-bye – se despidió Isabella, alejándose del vehículo, hasta verlo desaparecer en la carretera.

Su corazón empezaba a acelerarse, deseando nunca haberse bajado de ese vehículo.

Sí, su coraza ya no existía.

Muy dentro de ella, Isabella sabía que en ese vehículo iba su Príncipe soñado.

 

 

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Comments

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Ailec1612
#1
Chapter 1: Realmente muy lindo, pero a la vez tan melancólico y triste... se que es un one-shot, pero me dejo con más preguntas que respuestas...

Gracias Shinbella por otra historia ^-^
exoshinhwa #2
Chapter 1: Wow! Nunca había leído algo así, espero que no tenga nada que ver con la realidad... es que lo sentí triste y bueno, creo que me preocupé...
Amores mi Shin!