—Si de casualidad ves a Solar en Seul, me tienes que llamar de inmediato — Jin el mejor amigo de Byul estaba sonriendo de oreja a oreja mientras llevaba a su amiga a un lugar sin retorno, la gran ciudad donde ahora la facultad de ingeniería le daba la bienvenida.

Moon Byul Yi dejo el cómodo pueblo y las manos protectoras de su madre para embarcarse a una aventura nueva que le llenaban de mariposas la panza, proveniente de una familia de tres mujeres y con la menor de ellas enferma para Byul esto era oportunidad, una gigante para sí misma, de sentir una forma de presión que no esté siempre enfocada en otros, sino en la construcción de su propio destino.

La casa donde viviría era una a solo cuadras de la universidad, habitaciones compartidas por supuesto, sin trabajo y con ahorros que se acabarían pronto tampoco podía exigir demasiado, empujando su maleta sobre las colinas, con calles adoquinadas suspiro y  acomodo su  bufanda de lana, se maldijo a sí misma por no  estar lo suficientemente abrigada, si bien Mujin era de clima frio, esta Seul que le decía hola, le estaba congelando los huesos. 

Pronto Byul llego al lugar, y cuando entro en el patio bajo un árbol que parecía ser de sauce vio a una mujer de cabello castaño, piel blanca, , con unos shorts de tela, y abrigo enorme, le hizo preguntarse si tenía frio, la extraña mujer tenía un cigarrillo en su mano derecha, y cuando sus miradas se encontraron, Byul por alguna razón sentía que estaba haciendo algo incorrecto, la saludo de manera formal con una reverencia a lo que la extraña mujer ignoro, y le desvió la mirada, maleducada pensó para sí misma, pero no pudo evitar verla de nuevo antes de entrar, el humo de cigarrillo que  salía de sus labios al aire, por sobre ella misma formaba una especie de halo, los ojos marrones que pudo distinguir entre las la refracción del sol, ella jamás había visto a alguien tan hermosa, y grosera también,  la hizo sentirse curiosa una curiosidad peligrosa, pero ella sacudió la cabeza y decidió discar el código en la puerta para poder entrar.

Conoció así a sus compañeros de casa, por un lado estaba  Wheein una fan de la limpieza que la recibió con un conjunto de reglas a “NO SE SER INFRINGIDAS DE NINGUNA MANERA” y una chica de nombre Eun Bi con una apariencia de niña tierna y amorosa.

Moonbyul acomodó todas sus cosas, limpió y dejó que los vientos de cambio fluyeran por las cortinas, por debajo  del piso de madera viejo que  era el soporte bajo sus pies, el olor a roble fascino a la estudiante y la hizo sonreír sin ningún motivo,  MoonByul acomodaba sus libros mientras la voz de Rachel Yamagata saliendo de su speacker vagaba libre por sobre el espacio, abrió las ventanas para dejar salir el polvo y nuevamente allí estaba la misma chica de cabello castaño en la terraza  con un cigarrillo en su mano derecha y en la izquierda su celular como llamando a  alguien, la extraña sensación de curiosidad ferviente se quedó estancado y no podía dejar de mirar, pronto la mujer miraría hacia su dirección y Moon pensó que a esta altura la otra pensaría que es una ertida, asi que cerro las ventanas para evitar de nuevo cualquier cosa.