Parado frente a la puerta del dormitorio Donghae seguía indeciso si tocar o simplemente irse, después de hablar con su mayor se quedó pensando, su mente seguía debatiendo en qué no era su culpa pero el sentimiento que Hyukjae se hubiera arrepentido de darle otra oportunidad pesaba fuerte en su corazón. Volvió a casa cansado, pidiendo a Dios una respuesta en sus sueños, no podía y no quería imaginar una vida donde su mejor amigo no estuviese por eso allí estaba, levantó la mano para tocar pero en ese momento la puerta se abrió dando paso a un demacrado Kyuhyun

—pasa y arreglalo, saldré un rato— Donghae no lo noto pero Kyuhyun antes de marcharse susurro un "debe amarlo mucho para soportar todos sus berrinches"

Entro a paso lento notando un plato de comida cubierto en la mesa, avanzando hasta la habitación del bailarín sorprendido que estuviera abierta. La iluminación era suave y un pequeño bulto se hacía presente entre las sábanas, una sonrisa se escapó de sus labios, Hyukjae podia ser adorable
Se sentó a un costado sin saber bien como comenzar —sabes Kyu creo que tienes razón y no me he comportado como un buen novio pero no sé cómo disculparme, lo extraño ¿Sabes?—

Su corazón se sacudió y se le escapó una risita —yo venía a decir lo mismo— El bulto bajo su mano se tenso, lo sintió moverse hasta que una cabeza se asomó entre las mantas. El cabello ahora rubio miraba en todas direcciones, los labios de fresa formaban una pequeña O y sus ojitos brillantes como gemas destellaban en lágrimas contenidas —por favor no llores, odio ser el causante de tus lagrimas—

—yo—

—dejame hablar. Solo un minuto, por favor— Soltó un suspiro estirando sus manos para agarrar las de Hyukjae, intentando transmitir un poco de calor a los fríos dedos —lo siento, principalmente por gritarte, no quiero justificarme pero estaba muy molesto. Luego de todo lo que pasó con Harmony estuviste cada vez más ocupado, tus programas, tu familia, me sentí olvidado. Se que nos vimos para los ensayos pero anhelaba solo estar un rato los dos tirados en el sofá juntos mientras tú duermes y yo acarició tu pelo pero en cambio cada vez que quería acercarme me decías que era pegajoso o simplemente jugabas con alguien más. Perdí la cabeza y comencé a pensar que quizás te habías arrepentido de darme otra oportunidad, quería que habláramos pero los pensamientos seguían llegando una y otra vez. Te di tu espacio, me concentre en otras cosas, fui al gimnasio, al tennis, a natación, incluso tome un curso de carpintería pero nada pudo hacerme dejar de pensar en ti. Te amó demasiado, si aún quieres ignorarme hazlo pero por favor no te vallas— Las lágrimas caían sin control por su rostro, ¿Había perdido su cordura?

Las manos que h