Tinta y papel.

Carta.

Buenos días, Princesa.

Hoy desperté después de una noche terrible, en estos últimos meses es todo lo que he obtenido, la gente cercana a mi dice que he caído en el abismo de la depresión… yo digo que solamente intento ahorrar energía; desde nuestra última pelea suelo tener una rutina un tanto peculiar que consiste de la cama al baño del baño a la cocina y después al trabajo del trabajo a casa y por último a la cama, ese es mi manera de afrontar las cosas y creo que al final no soy tan madura como pensaba.

Hace dos días di una caminata  el parque, te sorprendería la cantidad de cosas que me recordaron a ti, el pasto, los juegos y el olor a humedad antes de que cayera una llovizna, podría nombrar más cosas pero no quiero recordar la soledad tan profunda que me invadió aquel día. Era como si el mundo entero conspirará para que te pensara en cada hoja y en cada soplo del viento, me sentí tonta después de pensarlo… me sentí tonta al extrañarte.

Supongamos que tengamos nuestras razones, y cariño somos jóvenes, pero el amor que profeso por ti es grande tan grande que parece irreal, tal vez por eso tu escepticismo ante el tema…tal vez por eso tu odio hacia mi persona. No quiero ser una mártir, porque a ninguna de las dos le queda el papel de santa y mucho menos es algo que quiera asumir pero a diferencia tuya yo no te odio, nunca lo haría y la prueba es que hoy estoy escribiendo esto mientras contemplo desde mi ventana como el tiempo pasa y mi café se enfría al igual que lo que queda de mi corazón y de mis recuerdos; una pregunta asalta mi mente en cuanto el cielo comienza a oscurecer, ¿Podrías volverme amar? Intento contestarla con el mismo tono de voz que usarías para conmigo para después simplemente quedar con el estómago revuelto. La pregunta es remplazada por un ¿Podría yo dejarte de amar?, muerdo la punta de mi lápiz un poco, estoy nerviosa y sé que la respuesta es un rotundo no.

¿Quién no podría amarte? Me pregunto y llevo mis manos a mi cabeza, sabes esa fue la pregunta que desato muchos de los problemas que fueron matando a pequeñas puñaladas esta relación. Tú celosa, yo celosa, tú allá, yo aquí …en definitiva fue una combinación fatal. No sé en qué momento perdimos el rumbo o el porqué pero yo estoy dispuesta a recuperarlo… o al menos eso creía… hasta que te vi de nuevo, llevabas un abrigo café que resaltaba las mechas en tu cabello, unos lentes negros y unos pantalones de mezclilla,  unos botines que te combinaban a muerte, te observe de lejos no me atreví a acercarme a ti, te veías tan mujer… tan madura y… me di cuenta que ya no eras la niña de la cual me enamore, ya no eras esa que me tenía caminando de lado a lado cuando apenas llegaba a los 17.

Entonces mire mi reflejo en uno de los vitrales de esta gran ciudad, el cual  me asqueo tanto, tenía el cabello hecho un asco más aparte  mi ropa, una camisa a cuadros y unos pantalones viejos que me regalaste un día de abril, mis tenis rotos que iban con mi alma, para rematar mi cara… era un fiasco total, las ojeras se hacían presentes al igual que la mirada ausente en mis ojos. Sentí pena por mí en el fondo no quería que me vieras así, tú lucias tan fresca, tan llena de vida que confirme que tu vida sin mí estaba bien pero definitivamente mi vida sin ti no lo estaba.

Me aleje de manera abrupta no sin antes echarte un último vistazo, te mire con una mezcla de orgullo y celos. Volví a la época donde caminábamos cogidas de la mano, donde apenas éramos unas niñas llenas de sueños y promesas, pude sentir esa calidez abrigándome justo antes de girar y seguir con mi camino. Ciertamente éramos tú y yo contra el mundo, muy pocas personas sabían de lo nuestro y aun así al principio el sentimiento de posesión y los celos no hicieron aparición hasta años después. Después me sentí pequeña a las dos cuadras… me sentí estúpida al haberte dejado ir. Al día de hoy no soy capaz de recordar de cómo era mi vida antes de ti, me da miedo pensar en que tal vez no tenía una hasta que te conocí.

Te decepcione, me decepcionaste.

Pero yo sola tengo que aferrarme al único sueño que he tenido, tú tenías cabida en el pero preferiste no  entrar, nunca has querido entrar. Y si miras desde un mundo externo entenderás que no fui la única culpable,  y tal vez puedas entender que cada 14 pongo un video de nuestros momentos, aquellos en que se nos olvidaba nuestras caretas frente al público, y lloro.

Porque Yul el infinito nos quedó grande, la noche corta y la vida hecha un desastre… al menos la mía.

Y ahora mientras el cielo estrellado me recuerda a tus ojos, el sonido de los carros a Seúl y el sonido de fondo a nuestro primer beso; sólo puedo preguntarme si en otra vida serás capaz de amarme otra vez.

 

Con cariño, Jessica Jung.

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-¿Me debería preguntar por tantos sobres en tu escritorio?- Menciono Krystal después de haber sido invitada a mi estudio de creación.

La miro mientras bebo un trago de whisky.

-Deberías olvidarla- me dice al mismo que toma varios de los escritos  y los pone en una de las esquinas. –Hace daño amar tanto, y no aprender a soltar.- Los apila, veo que los ordena por fecha. –Escribes cartas para alguien pero estas nunca llegan a su destinatario…

-Al igual que mi amor- Comento tan rápido que ella me mira con un poco de lastima, sé que no encuentra las palabras correctas y esto me recuerda tanto a Yul, ella tampoco las encontró cuando me fui.-Ya no digas nada…-Susurré la misma línea que le dije a mi gran amor el día en que todo acabo y me vuelvo a servir otro trago.

 

 

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Comments

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Eriika
#1
Chapter 1: Nooo...mi cora