capitulo 2

MIA

Taeyeon no se dirigió directo al piso, sino que paró en un aparcamiento cercano y estacionó el deportivo en una plaza vacía.

—Tenemos que comer algo. Este es el mejor restaurante italiano de la zona,

Pero no te preocupes, no es nada pijo—salió del coche, lo rodeó de una carrera para abrir la puerta del copiloto y ofreció a Tiffany la mano para ayudarla a salir.

—Pero es que... No voy muy elegante, que digamos—protestó Tiffany.

Llevaba los vaqueros y el jersey que se había puesto para ir a la clínica, y era consciente de que estaba hecha un asco.

Física y emocionalmente.

—Estás preciosa, pero sé que ha sido un día duro. ¿Te apetece entrar?

—Un montón. Me encanta la comida italiana y estoy muerta de hambre.

Y así era.

Por la mañana no había desayunado porque se había quedado dormida y la hora de la comida se les había pasado mientras esperaban en comisaría.

Taeyeon le sujetó la puerta y la invitó a pasar con una mano en la parte baja de la espalda.

¡Madre mía, qué modales!

Tiffany tendría que felicitar a Bora por educar tan bien a su hija. No era capaz de recordar la última vez que una persona había echado a correr para abrirle la puerta.

Probablemente... nunca.

La iluminación del restaurante era tenue. En el centro de cada mesa había una vela ancha y alta.

No era una pijada, pero tampoco era un cuchitril.

—Me alegro de volver a verla, señorita Kim—comentó una chica guapísima de largas piernas mientras le indicaba una mesa en una esquina y esbozaba una sonrisa que parecía sacada de un anuncio de dentífrico.

Tras sentarse taeyeon pidió una copa de vino y Tiffany un té helado. La castaña zalamera estuvo remoloneando y, cuando por fin se marchó a por las bebidas, Tiffany respiró aliviada:

— ¡Menuda fresca!

Se arrepintió de aquel comentario en cuanto lo hizo.

¿Qué le importaba a ella si una mujer ligaba con taeyeon?

Igual a la coreana le gustaba.

— ¿Quién? ¿Elaine?

Taeyeon la miró sorprendido mientras cerraba la carta. Obviamente ya había

Decidido lo que iba a pedir.

— ¿Se llama así? A mí no se me ha presentado. Parecía mucho más interesada en ti.

«Cállate, idiota. Pareces una novia en pleno ataque de celos».

—No estaba ligando conmigo. Soy un cliente habitual. Tiene que ser amable—repuso encogiéndose de hombros.

Madre de Dios, la pobre no se enteraba de nada.

Tiffany se concentró en la carta para olvidarse del tema.

—Tú ya conoces el sitio, ¿alguna sugerencia?

—Todo está buenísimo. Yo voy a tomar el pollo al parmesano.

Tiffany miraba la carta como un niño delante de una tienda de golosinas. Llevaba tanto tiempo sin ir a comer a un restaurante que ya no estaba acostumbrada a elegir entre tantos platos.

—No sé qué pedir—cuando por fin levantó la mirada de la carta, vio que taeyeon estaba sonriendo.

—Parece que te estuvieras matando tu cerebro para resolver un problema

Complejo.

— ¿Se nota que no salgo mucho?—se rio burlándose de sí misma.

Taeyeon le dedicó una mirada tan intensa y penetrante que sintió cómo una ola de calor se propagaba por su cuerpo hasta recorrer cada centímetro de su piel.

—Eres la mujer más adorable que se ha sentado conmigo a una mesa. Las

Demás no te llegan ni a la altura de los zapatos.

El comentario bastó para sonrojarla, pero la mirada abrasadora que le dedicó

A continuación en plan «Quiero follarte» acabó de ponerla como un tomate.

Ninguna persona le hacía perder los papeles como taeyeon. Bastaba una palabra, una frase, una mirada... para que se pusiera como una adolescente en celo.

Tiffany se alegró de que viniera a traer la bebida y a tomar nota de la comanda una camarera mayor de pelo oscuro.

Decidió no complicarse la vida y pidió lo mismo que taeyeon.

Cuando la camarera se hubo marchado, Tiffany cogió el vaso perpleja:

—Creo que me han puesto un té con alcohol.

Taeyeon se echó a reír mientras miraba la bebida que tenía Tiffany en la mano.

—Claro que tiene alcohol. No pensé que quisieras un té de verdad.

— ¿Qué lleva?—preguntó observando el líquido, que tenía un color muy parecido al té helado, pero que estaba servido en un vaso ancho con una cereza en el borde.

En los restaurantes en los que había trabajado nunca habían servido cócteles y no era precisamente una experta en bebidas alcohólicas.

Taeyeon esbozó una sonrisa traviesa.

—Ron, ginebra, tequila, vodka, triple seco..., un chorrito de cola y otro de

sour mix.

¡Mamma mia!

Acabaría bailando encima de la mesa.

Una copa de vino le bastaba para ponerse contentilla. Nunca había tenido gran tolerancia al alcohol; seguramente porque rara vez bebía.

—Prométeme que, cuando me acabe esta copa, no me dejarás bailar desnuda encima de la mesa—elevó una ceja esperando a que aceptara el trato.

Taeyeon soltó una sonora carcajada antes de coger aire para preguntar:

— ¿En serio? Por tomarte una o dos copas.

—No tiene gracia. No estoy acostumbrada a beber—repuso a la defensiva.

De pronto, sentada frente a una multimillonaria que ya se las sabía todas—pero todas todas—, se sintió como un bicho raro totalmente fuera de lugar.

Taeyeon esbozó una amplia sonrisa.

—Lo sé. Pruébalo. Si no te gusta, te pido otra cosa—se puso seria y se le iluminaron los ojos con un sentimiento que ella no supo identificar—Y, puedes estar tranquila, te prometo que no bailarás desnuda sobre la mesa a no ser que sea una actuación privada en mi casa—añadió con la voz aterciopelada y una mirada apasionada, como si estuviera imaginando la escena y tuviera muchas ganas de que se hiciera realidad.

Tiffany, que tenía un nudo en la garganta del tamaño de una pelota de tenis,

Trató de no mirarlo a los ojos.

¡Qué diablos!

Después de la mañana que había tenido le vendría bien tomarse una copa.

Tomó un sorbito precavido y dejó que el líquido se deslizara por la lengua y le bajara por la garganta pese al nudo que había creado taeyeon con su comentario picante.

—No está mal—se relamió los labios—No sabe fuerte.

Taeyeon le dedicó otra mirada pícara:

—No te dejes engañar. Es bastante potente.

Disfrutaron comiendo, bebiendo y charlando alegremente.

Taeyeon le contó historias de su familia y algunos proyectos que tenía entre manos.

Tiffany comentó algunas anécdotas graciosas de su trabajo de camarera y de los años en la carrera de Enfermería.

Taeyeon termino su plato de pollo al parmesano y, cuando Tiffany ya no pudo más, se acabó también el de ella.

Después pidió dos tiramisús y otra ronda.

El postre estaba delicioso, pero Tiffany no se lo pudo terminar. Daba igual, la pelinegra estaba más que dispuesta a echarle una mano.

Comía como una lima.

No sabía cómo podía tener ese cuerpo fibroso y atlético que dejaba a Tiffany con la lengua fuera, como un perro delante de un hueso, cada vez que lo veía.

— ¿Cómo puedes tener ese cuerpazo con todo lo que comes?

Al momento quiso que se la tragara la tierra.

¿Cómo se había atrevido a decirle eso?

Era el alcohol el que hablaba, no ella.

«Auto nota: A partir de ahora no beberé más de una copa de vino y la rebajaré siempre con agua».

Taeyeon la miró con picardía:

— ¿Cuerpazo?

Tiffany se encogió de hombros.

¿Qué sentido tenía negar la verdad?

Tenía un cuerpazo.

—Bueno sí.

«Un cuerpazo duro como una roca. Para caerse de culo. El cuerpo más y del planeta».

—Hago ejercicio en el gimnasio que tengo en casa todos los días. Si te gusta

Mi aspecto, supongo que el esfuerzo merece la pena—comentó con incredulidad.

« ¡Ya te digo! Merece mucho la pena».

—Se nota—respondió Tiffany intentando que no se notara demasiado que

Estaba deseando hacerle de todo—Es uno de los motivos por los que las personas como Elaine caen rendidas a tus pies. No es el único, pero es una razón de peso.

« ¡Mierda! ¿Lo había dicho en voz alta? ¡Maldito alcohol! Tenía que aprender a morderse la lengua».

—Las personas no admiran ni mi cuerpo ni mi personalidad, ni nada de eso. Solo les gusta mi dinero—afirmó taeyeon con pragmatismo.

Tiffany se quedó mirándolo pasmada.

¿De verdad pensaba eso?

—Ya, ¿así que no afecta para nada que estés como un tren, seas una genio, tengas gracia y además seas un cachito de pan? ¿Lo único que les interesa a las mujeres es la pasta?

Madre mía, la estaba sacando de quicio.

¿No se enteraba de nada?

¿No se daba cuenta de que tenía muchas más cosas que ofrecer aparte de su dinero?

—Eso es.

Tiffany sintió una punzada en el corazón al darse cuenta de que taeyeon estaba convencida de que el dinero era su única virtud.

¿Cómo podía pensar algo así una mujer que le había demostrado lo generosa que era en múltiples ocasiones?

Tiffany se la quedó mirando con deseo, incapaz de creer que la persona más atractiva y cautivadora a la que había visto en la vida pudiera pensar eso.

—Te diré—las palabras se escaparon de la boca con premura y taeyeon se

Quedó mirándola desconcertado—Te deseo. Y no tiene nada que ver con tu dinero—la frase salió a borbotones de entre sus labios, sin medias tintas. Desvió la mirada avergonzada por lo que acababa de confesar, pero le estaba sacando de quicio que no fuera capaz de ver lo mucho que valía—Tu dinero me importa una mierda.

—Ya... Me he dado cuenta—respondió con una voz ronca.

Por fin Tiffany se atrevió a devolverle la mirada, pero no supo interpretar su

Expresión.

¿Perplejidad?

¿Desconfianza?

¿Incredulidad?

¿Esperanza?

Expresaba todas esas emociones, pero no sabía cuál era la predominante.

Inclinó el vaso para acabar el segundo té helado.

—No bebo más.

Si se tomaba otra copa, acabaría arrancándose la ropa y suplicándole que se la tirara en ese preciso momento.

Se preguntó si más tarde se arrepentiría de haber sido tan espontánea y decidió que seguramente no.

Tenía que abrirle los ojos de algún modo, aunque hacerlo le resultara incómodo y bochornoso.

Era una mujer autosuficiente y contenida, pero bajo aquella superficie se ocultaba alguien vulnerable.

En más de una ocasión sus preciosos ojos marrones habían mostrado desconfianza en sí misma, y una mujer tan guapa, tan amable y tan generosa no debería dudar ni por un instante de su capacidad.

No cabía duda de que taeyeon era una alfa, lo que Tiffany ponía en entredicho era que lo que le impulsaba a atar y a vendar los ojos de las mujeres con las que se acostaba fuera el afán de dominación.

Obviamente esa forma de sometimiento resultaba erótica —tanto que cada vez que recordaba lo que había ocurrido la noche anterior empapaba las braguitas—, pero no soportaba la idea de que la desconfianza limitara la vida ual de taeyeon.

Por desgracia es lo que sospechaba.

Un instinto visceral le reconcomía por dentro repitiéndole una y otra vez que eso no tenía nada que ver con la dominación, sino con la falta de confianza.

Tras ponerse de pie taeyeon sacó la cartera y dejó algo de propina sobre la

Bandejita de la cuenta.

Tiffany suspiró cuando la coreana la cogió de la mano y tiró de ella con delicadeza para salir del restaurante.

Estaba oscureciendo y el aire fresco la ayudó a despejar su mente nublada.

No recordaba qué ingredientes tenía el cóctel que había tomado, pero estaba claro que servían para soltarle a uno la lengua.

Aunque el trayecto en coche fue breve, ya que el piso de taeyeon estaba a pocas manzanas, hubo tiempo de sobra para que Tiffany se alterara.

Tenía a taeyeon demasiado cerca y su olor era demasiado tentador. Además, todavía no se le había pasado el bochorno por haberse sincerado con ella.

Aunque no le hubiera confesado toda la verdad, sí había admitido lo mucho que la deseaba y el hecho de no recibir una respuesta en condiciones la había dejado bastante pensativa.

« ¿Qué quería que dijera? Mi objetivo es ayudarla y no debo esperar nada a cambio. Nunca me ha prometido nada, excepto un polvo alucinante. Y esa promesa la ha cumplido. ¡Con creces!».

En realidad ella no esperaba nada de la coreana, pero le habría gustado que el deseo hubiera sido recíproco.

Se sentía ridícula y tenía la sensación de haberse puesto en evidencia, por lo que estar a su lado en ese momento era de todo menos cómodo.

«No lo entiendo. No sé qué lo lleva a comportarse así».

Pero quería entenderla.

Lo que más quería en el mundo era entender todos y cada uno de los secretos de taeyeon Kim.

Tiffany suspiro de alivio al entrar en el piso.

Cruzó la cocina y se dirigió a su dormitorio para pegarse una ducha.

Estaba a punto de desearle buenas noches cuando un brazo la cogió de la cintura y la atrajo contra un cuerpo.

—No te vayas. Todavía no—la voz grave de taeyeon le rozó el oído y un escalofrío de anhelo le recorrió el cuerpo entero hasta dejarla sin habla.

La cogió en brazos y la meció contra el pecho mientras se dirigía al salón. Se sentó en el sofá con Tiffany en su regazo.

— ¿Qué te pasa?—preguntó Tiffany con dulzura al percibir la intranquilidad y la rigidez de su cuerpo.

Le acarició los hombros y sintió sus músculos en tensión.

—Necesito abrazarte un rato. Por favor. Hoy me has quitado veinte años de

Vida. Si sigues teniendo incidentes de este tipo, acabaré siendo una vieja desquiciada y calva como una bola de billar. Las mujeres así de calvas no somos bonitas—la abrazó con fuerza, apretando su cuerpo contra el suyo hasta no dejar ni un hueco entre ellas.

—Lo siento—apoyó la cabeza sobre su hombro y sintió en la mejilla el placentero roce de su mejilla.

Trató de no hacerse ilusiones porque taeyeon hubiera mencionado un futuro juntas.

—Es que no lo aguanto. No soporto la idea de que te ocurra algo—confesó

Con la voz entrecortada.

El salón estaba a oscuras, la única luz que había provenía de la cocina. Tiffany se apartó para acariciarle el mentón mientras el corazón le latía cada vez más deprisa.

Taeyeon se preocupaba por su seguridad.

No pudo evitar sentirse conmovida.

Muy pocas personas se habían preocupado tanto por ella, y el único que lo había hecho había sido su papá. En estas circunstancias su ex probablemente le habría quitado importancia y le habría dicho que era culpa suya por ofrecerse como voluntaria en ese barrio.

No era un novio muy cariñoso, que digamos.

Taeyeon le cogió la mano y la posó en sus labios para llenarle la palma de

Besos.

—He tenido que reprimirme mucho para no lanzarme a la yugular del policía.

— ¿Por qué?

—Por el amor de Dios, Tiff, el tío te estaba follando con la mirada en plena

Comisaría—respondió con firmeza.

—Solo estaba siendo amable...

—Se estaba imaginando cómo sería echarte un polvo—le informó remarcando las palabras—Soy mujer. Créeme. Sé lo que me digo. Y me estaba cabreando de veras. No me gusta compartir.

«Glups».

¿Estaba insinuando que...?

—No sabía que era tuya.

« ¿Era suya?».

—Ahora sí.

— ¿Desde cuándo?

—Supongo que desde el primer día que te vi. Sin duda alguna desde la primera vez que te toqué. Y, por supuestísimo, desde anoche—puso su mano tras la nuca de Tiffany para acercarse a su boca y le dio la vuelta con gran habilidad sin alejarse ni un milímetro de sus labios.

Así, pasó de estar sentada sobre su regazo a encontrarse tumbada bajo su cuerpo.

La besó hasta dejarla sin aliento, hasta que fue incapaz de pensar, hasta que lo único que pudo hacer fue sentir.

Abrió las piernas para dar la bienvenida a su cuerpo y rodeó con los brazos su espalda, tratando de acercarse a ella lo máximo posible.

Necesitaba que esto ocurriera, la necesitaba a ella.

Deslizó la lengua por la suya, se moría por acercarse aún más, quería meterse dentro de taeyeon.

Frotó las caderas contra las suyas y, al sentir cómo chocaba con su monte de venus, empezó a gemir ansiosa por sentirla sin ropa.

Arrancó su boca de la de ella y jadeó:

—Necesito que me folles. Por favor.

Con el rostro enterrado en el cuello de ella taeyeon emitió un sonido gutural:

—Al dormitorio.

—No. Aquí. Ahora. Ahora mismo—resolló Tiffany.

No quería moverse de aquel inmenso sofá, esta vez no quería estar atada con los ojos tapados.

Abrazó su cadera con las piernas a modo de ruego silencioso y le agarró el trasero con las manos para acercarlo más a sus ondulantes caderas.

— ¡Joder! Cuando haces eso soy incapaz de pensar. Yo tampoco quiero esperar más—afirmó con voz queda y, mientras la cogía del culo para rozarla aún más contra su entrepierna, emitió un gemido atormentado.

—No esperes. Por favor.

El cuerpo de Tiffany ardía cual madera en un incendio.

—Sabes que no puedo hacerlo así—le recordó con un tono de enfado y frustración, pero sin dejar de agarrarle el trasero.

—Sí que puedes.

Deseaba que lo hicieran así: con esa espontaneidad, con tanto anhelo.

Descruzó las piernas y se revolvió para meter las manos entre sus cuerpos. Se desabrochó los vaqueros y se bajó la cremallera. Taeyeon tuvo que incorporarse para que Tiffany tuviera espacio para bajarse los pantalones y las braguitas, que tiró al suelo de una patada.

—Tócame.

Taeyeon gimió al introducir la mano entre sus cuerpos, al deslizar los dedos en su o empapado.

—Joder, estás empapada.

—Por ti—repuso intrépida—Así que no vuelvas a decirme que las mujeres solo están contigo por dinero. Yo estoy tan loca por ti que te ruego, de rodillas si hace falta, que me folles—le dijo furiosa tratando de hacerle comprender que lo que sentía por ella no tenía nada que ver con la economía.

No podía confesarle todo lo que le necesitaba: ni ella estaba preparada para desnudar su alma ni la coreana para oír algo así.

Es más, puede que ella tampoco estuviera lista para enfrentarse a esa verdad.

Pero esto sí tendría que aceptarlo: tenían que tener o.

Ahora.

El cuerpo de Tiffany se estremecía mientras los dedos de taeyeon se deslizaban por su piel blanda y húmeda, y trazaban círculos en el clítoris.

—Sí, sí... Tócame—se había dejado llevar y su cuerpo reaccionaba a cada sensación, a cada roce de sus dedos.

Dejó caer la cabeza hacia atrás y se abandonó a esas caricias atrevidas y constantes.

—Estás tan excitada. Tan desatada. Me cuesta creer que me desees tanto. Dímelo otra vez—exigió mientras la acariciaba con menos delicadeza y más

Exigencia.

—Te necesito, tae. Fóllame.

— ¿Solo yo?

—Solo tú. Eres la única persona que me pone así.

La única capaz de hacerle perder la cabeza con un solo roce.

Sabía que eso suponía una debilidad, pero en ese momento no le importaba nada.

Taeyeon se incorporó, se desabrochó los vaqueros y se los fue bajando junta a las bragas hasta las rodillas

—Me muero por estar junto a ti, Tiff, pero no sé si puedo hacerlo así—su voz transmitía pasión y enfado a la vez.

Comprendió que para ella era crucial dominar la situación. Aunque aún no había averiguado la razón, sabía que taeyeon necesitaba estar al mando.

—Sujétame de las manos, tae. Controla la situación. Fóllame como te haga

Falta. Me da igual. Pero fóllame de una vez—se moría de ganas de coger ese culo y unirlas pero, en lugar de hacer eso, levantó los brazos y la cogió de las manos.

Las tenía cerradas con fuerza, pero fue abriéndolas poco a poco hasta envolver las de ella. Entrelazaron los dedos y bajaron juntas las manos hasta posarlas sobre la cabeza de Tiffany.

—Ahora estás al mando y me tienes justo donde quieres. Fóllame—le rogó.

Necesitaba que lo hicieran así en lugar de con esposas y vendas porque, aunque la noche anterior había disfrutado mucho, no quería que esa fuera la única manera de hacerlo con taeyeon.

A partir de ahora deseaba que la única razón por la que taeyeon quisiera atarla y taparle los ojos fuera porque le pareciera erótico y y.

Instintivamente sabía que para recuperar la confianza era crucial que fueran pasito a pasito y que pasaran de echar polvos a hacer el amor.

Cuando recostó su cuerpo sobre el de ella, a Tiffany le entraron ganas de llorar.

Gimió al sentir su húmedo o junto al suyo, giró las caderas para un mejor roce.

Tiffany empezó a jadear mientras la unión era completa y el roce era perfecto.

—Sí... Me encanta...—resolló mientras la abrazaba con las piernas y se deleitaba con las sensaciones.

—Joder, estás empapada. Nada se interpone. Esta sensación es tremenda. Es lo mejor del mundo—jadeó sobre su cuello mientras deslizaba todo el cuerpo arriba y abajo, rozando sus pechos y raspando sus hinchados pezones.

Tenían las manos entrelazadas y taeyeon se las estaba apretando tanto que los dedos se le estaban empezando a dormir.

Taeyeon volvió a mover las caderas hacia atrás para embestirla y ella le respondió abalanzándose a su encuentro, por lo que se encontraron a medio camino.

Mientras sus cuerpos se unían una y otra vez Tiffany sintió una punzada en el corazón al darse cuenta de que estaban viviendo algo extraordinario, un momento especial que lo cambiaría todo.

Le hincó los talones en el culo, que lo tenía duro como una piedra, para empujarla y el roce fuera mejor y más rápido.

Cada movimiento era poderoso, enérgico.

Arriba y abajo.

Una y otra vez.

Taeyeon le comió la boca entera en un beso cargado de violencia con el que se adueñó de ella. Recorría con la lengua, suave como el terciopelo, cada centímetro de su boca, y le poseía entera..., y Tiffany se dejó llevar.

Completamente.

Sin reparos.

Deseosa.

Varias lágrimas le recorrieron las mejillas mientras le gemía en la boca y su

Cuerpo entero comenzó a convulsionar al sentir el clímax más intenso de su vida.

Su cavidad palpitaba, mientras taeyeon se movía desenfrenada y furiosa. Gimió en la boca y entrelazó la lengua con la suya mientras se movía por última vez.

Cuando se corrió, su cuerpo empezó a temblar sobre el de ella. Apartó la boca de sus labios y dejó caer el rostro en el cuello de ella.

—Tremendo—exclamó sobre su piel con la voz entrecortada.

Tiffany apartó las manos de las de ella para recuperar la circulación y la rodeó con los brazos. Le acarició el cabello empapado de sudor y le posó las manos en la nuca.

Se sentía relajada y satisfecha y, aunque el cuerpo de taeyeon empezaba a

Pesarle, no estaba preparada para que se quitara de encima.

—Creo que acabo de morir—resolló taeyeon sin haber recuperado el aliento.

—Entonces supongo que yo también he muerto a tu lado porque te he acompañado hasta el final—respondió con un hilito de voz sin dejar de recorrerle el cuero cabello con las manos.

Después Tiffany se preguntaría cuánto tiempo habían pasado ahí tumbadas, en un universo propio, sin dar crédito a lo que acababa de ocurrir.

Pero en ese momento se quedó absorta, disfrutando de la paz que sucedía a la turbulenta tormenta.

Tras un lapso de tiempo indeterminado taeyeon se quitó de encima.

—Peso mucho. Perdona.

Se acurró a su lado y musitó:

—Estaba bien.

—Ha estado mucho mejor que bien—bromeó con una voz aterciopelada, malinterpretando sus palabras a propósito.

—Gracias, tae—susurró con dulzura.

— ¿Por qué?—preguntó asombrada mientras la rodeaba con un brazo y le apartaba el pelo de la cara con el otro.

—Por lo que acaba de pasar.

«Por confiar en mí. Por librarte de algún fantasma del pasado. Por darme lo que necesitaba. Por darte lo que necesitabas».

No le veía la cara, pero no le hacía falta: percibía la sonrisa en su voz.

—No me des las gracias, cariño. Debería estar mostrándote mi veneración de rodillas.

Para quitarle hierro al asunto Tiffany bromeó respondiendo como si fuera una reina dirigiéndose a un súbdito:

—Ah, bueno... Si es menester..., que así sea.

«Pasito a pasito».

Taeyeon resopló.

—Ahora no puedo. Me has dejado hecha polvo.

— ¡Granuja desagradecida!—repuso Tiffany con una sonrisa mientras le daba un manotazo en el hombro.

—No hace falta que me ponga de rodillas. Ya te venero—susurró rozándole

La boca con los labios.

La soltó y se fue a poner las bragas y los vaqueros. Tiffany se incorporó para buscar los pantalones y las braguitas.

—Ya, ya..., algunas personas son capaces de decir cualquier cosa después de un buen o—cogió la tela áspera y pegó un brinco para ponerse las braguitas y los vaqueros.

Taeyeon la sujetó de las caderas cuando se estaba dando media vuelta para

Marcharse.

—Ha sido mucho más que un polvazo. Te has echado a llorar. Dime si han

Sido lágrimas de felicidad o de tristeza—preguntó preocupada.

—De felicidad. Sin duda.

Como no quería revelar nada más, le rozó la boca con los labios y se marchó a regañadientes.

Sabía lo que pensaba taeyeon de dormir acompañada, así que de momento tendría que contentarse con lo que acababa de ocurrir.

—Necesito pegarme una ducha—comentó antes de irse—Alguien me ha...

Empapado—salió para dirigirse a su cuarto y se echó a reír al oír un gruñido a sus espaldas.

Se dio una ducha y se metió en la cama, donde, agotada y satisfecha, no tardó en conciliar el sueño.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 31: Ahhhh que hermoso por fin están cómodas la una con la otra!!! *-* <3
Gracias por traernos estos fix TaeNy *-* <3
Skyth06
#2
Chapter 31: Amé el capítulo!!!
LlamaAmerica #3
Chapter 24: Alguien más está encantado con este cap? *-* <3 <3
Skyth06
#4
Chapter 24: Son tan awwwwwwww *-*
LlamaAmerica #5
Chapter 23: Haaaaay es que me llenan de amor estas dos!!! Ya que se casen mejor *-* <3
mv007842 #6
Chapter 23: Tan lindas y calientes que ya formen su familia siiiiii Tae es muy dulce me gusta esa personalidad fria pero por dentro con un corazon de dulce
Skyth06
#7
Chapter 23: Love. Love
LlamaAmerica #8
Chapter 22: Haaaaay pobrecita mi Tae :(
Me encanta esta historia *-* <3
Skyth06
#9
Chapter 22: Encantador *-*.
mv007842 #10
Siiiiii bolviste que bien sige porfa me gusta esta historia es super linda continua porfa no desaparescas