Yuri se sintió más relajada cuando Taeyeon regresó a la mesa, pero sola. Jessica se había disculpado con ella porque primero debía saludar a su nuevo socio y los demás involucrados en el financiamiento del evento. Yuri río. Jessica después de todo se había convertido en lo que siempre había querido. Una diseñadora de modas.

Los días en la secundaria eran recuerdos que atesoraba, junto a las demás chicas había disfrutado de sus momentos más vibrantes en la adolescencia. Ahora en su juventud no podía estar muy segura de que su vida fuera muy vibrante, sino ocupada. Se la pasaba la mayor parte del tiempo escribiendo y editando para una revista de sociología. Sí, descubrió que otras de sus pasiones era escribir sobre temas de género, discriminación, ciudadanía y cultura. Los medios habían recibido muy bien sus obras literarias, pero en cuanto a su trabajo de opinión, no era muy reconocido. 

Corea del sur aún no estaba lista para sucumbir ante el cambio social que los jóvenes exigían, pero era muy grato ver para ella que la atención a ese trabajo era muy bien recibido por ellos. 

Yuri era una persona que, a pesar de hablar abiertamente sobre temas de discriminación y género, no podía hablar abiertamente de su ualidad. Su madre la había rechazado en un principio y sabiendo de antemano que, si su madre no la aceptaba, el resto de la sociedad no lo haría. Por lo que su vida personal era un secreto para los medios. Se dedicaba exclusivamente a hablar de sus obras literarias y su trabajo.

En ocasiones le producía resentimiento ver como una de sus compañeras, Taeyeon, era bien recibida por su familia. Taeyeon, desde que la conoció, sabía que era lesbiana y al contrario de la más baja, no lo exponía demasiado. Taeyeon desde un principio fue aceptada por su familia a tal punto de que cuando presentó a Jessica como su novia, la familia de la más baja no se sorprendió. ¿Por qué no podía tener unos padres como los de Taeyeon? Era una pregunta que Yuri se hacía constantemente cuando era más joven. 

Taeyeon y Jessica eran novias desde la secundaria y esto no era un secreto para el grupito de amigas. Cuando Yuri se trasladó a la misma secundaria que ellas, se sintió muy segura al saber que incluso sus propias amigas eran muy abiertas al tema. La otra cosa es que dicha comodidad no duró demasiado cuando se dio cuenta que estaba completamente enamorada de la novia de Taeyeon, Jessica Jung. ¿Cómo podía estar enamorada de Jessica? Una de sus más grandes amigas y novia de Taeyeon. ¿Cómo osaba a traicionar la confianza de la más baja? La realidad es que enamorarse de la joven castaña nunca estuvo en sus planes. Simplemente sucedió.

***

—Creo que todas sabemos por qué estamos aquí reunidas—Empezó a decir Taeyeon, quien tenía una pequeña corona en su cabeza. Se veía bastante pasada de copas, pero aún tenía la consciencia para poder articular palabras, a diferencia de Sooyoung quién estaba recostada en el suelo de la habitación y muy ebria.

—¡Fin de curso! —Exclamó Seohyun risueña, sosteniendo en sus manos una botella de vino

—¡Sí! —El grito de Sooyoung asustó a la mayoría pues se levantó abruptamente, levantándose para bailar al son de la música.

Era un sábado por la noche. Las chicas habían acordado reunirse en la casa de Jessica para festejar el fin del curso del tercer año de secundaria. Pronto ingresarían a una preparatoria técnica, en la que todas acordaron estarían en la misma. Al menos todas pues Seohyun, quién estaba segura de que se convertiría en médico, ingresaría a una preparatoria especializada en las ciencias de la salud para prepararse completamente para ingresar a la escuela de medicina en la universidad. Era un poco triste para todas, pero al final, se habían comprometido a no dejarla sola en ningún momento. Amigas por siempre, prometían.

—Iré por más vino ya que Seohyun se lo acabó—Dijo Jessica riendo, sosteniendo la corona de juguete que le había regalado Taeyeon. Taeyeon había hecho un pequeño chiste previamente sobre que Jessica era una princesa y ella, el rey. Al final Jessica le había dicho que no necesitaba a ningún rey porque ella quería a una princesa. —¿Me acompañas, Yuri? —preguntó Jessica a la morena, quién también estaba ligeramente risueña y roja por el alcohol. Al menos era