La música de jazz era un género al que particularmente no estaba muy acostumbrada, ni tampoco a los licores aromáticos, ni hablar de los aperitivos de almendras combinados con crema e ingredientes ostentosos. No se sentía para nada cómoda así que Yuri se limitó a tomar una copa de champaña, la única bebida alcohólica que conocía ahí, y coger un camarón bañado en salsa de teriyaki que los camareros de la ''reunión'' ofrecían a los invitados.

—¿Estás bien, Yuri? —la pregunta de Seohyun la sacó de sus pensamientos y haciendo que volviese a la realidad. Ella y Taeyeon la habían guiado hacia una de las mesas que estaban en el jardín de la grande casa. Los músicos estaban en un pequeño escenario ambientando el lugar.

—Sí—mintió, la champaña dulce hacía remolinos en su lengua, provocando después una mala sensación acompañada de náuseas apareciera. Definitivamente no estaba bien. Necesitaba algo más que licor caro y champaña, agua era una mejor opción así que se levantó decidida a buscar el baño más próximo y a un camarero demasiado amable que le pudiera ofrecer agua. 

—Taeyeon y yo te preguntábamos qué habías hecho últimamente en tu vida. Sooyoung también cree que eres la más pérdida del grupo—Yuri tuvo que tragar saliva para soportar las náuseas que aún continuaba teniendo. 

Carajo, no solamente estaba nerviosa, sino que también se había perdido en sus pensamientos e ignorado completamente la conversación de ambas chicas. Lo único que sabía de Taeyeon es que se había involucrado en la carrera de derecho y que pertenecía a una buena firma de abogados. Seohyun, por otro lado, se había instruido en las ciencias de la salud y trabajaba como médico

—Iré al tocador, regresaré con ustedes en un momento para contarles de mi maravillosa vida—Dijo con un tono sarcástico, lo cual produjo las risas de las presentes.

Dentro de la gran casa no tardó en encontrar el tocador. Unos minutos más tardes se encontraba frente al espejo lavando sus manos y asegurándose a sí misma que no tenía por qué estar nerviosa, ni ansiosa. Es solo una fiesta de ricachones, Yuri. Se dijo a sí misma y salió de ahí. Para su terrible sorpresa chocó con un camarero que, para su suerte, no sostenía más que una bandeja vacía. Apenada ayudó al chico a levantarla y cuando se incorporó, se encontró con un rostro familiar en la entrada del jardín.

—Yuri... 

—Maestra.

La persona frente a ella esbozó una suave sonrisa y se acercó a ella. Yuri, titubeando un poco, correspondió a su sonrisa y tomó su mano saludándola. BoA acarició la mano de Yuri y como si se estuviera dirigiendo a su alumna de hace años, le dijo: —Como siempre, distraída.

Yuri apenada, sintiéndose pequeña al lado de su maestra favorita de toda la carrera académica, no hizo más que reír con nerviosismo.

—Es grato verla por aquí, ¿Sooyoung la invitó?

BoA negó. 

—Tyler... Tyler Kwon—hizo una pausa—Él es quien financió este evento. Es mi hermano.

Yuri asintió a la vez que se encogía de hombros. Había escuchado de él antes porque se involucraba en algunas conversaciones que llegaba a tener con su amor platónico de la universidad, pero en realidad nunca había profundizado en saber sobre la vida de BoA.

—No tienes que hablarme de usted, Yuri. Ya estás fuera de la universidad. —Yuri sintió su profunda mirada conectarse con la propia, por un momento se olvidó de que tenía a las chicas esperando en el jardín.

—Por supuesto. Lo lamento... BoA. Es la costumbre—Yuri se disculpó e hizo un ademán de caminar hacia la salida para poder volver con las chicas. Por otro lado, su antigua maestra le sonrió y le mencionó que sería grato volver a encontrarse con ella durante la reunión.