capitulo 10

la esposa del vecino

Hacía frío, y estaba nublado, antes del inicio de su primer partido de voleibol.

 

Tiffany llegó a la playa muy temprano, sabiendo que necesitaría hacer una gran cantidad de estiramientos.

 

A pesar de que había estado practicando con el equipo, todavía se consideraba a sí misma bastante oxidada.

 

No quería sufrir ninguna lesión grave.

 

Además, necesitaba todo el tiempo posible, para calmar las mariposas revoloteando en su estómago.

 

Estaba terriblemente nerviosa.

 

Se habían colocado tres tribunas, justo en la playa, cada una con una torre de madera en la que el funcionario correspondiente haría de árbitro.

 

La arena era suave.

 

Parecía limpia y acogedora.

 

Recordó la advertencia de taeyeon, de no fiarse de ello.

 

A pesar estar limpia y lisa, seguía siendo arena de playa y siempre podía haber objetos extraños enterrados.

 

—Dios mío—murmuro una oración—Si puedes, me gustaría mucho que no pisar vidrios rotos.

 

Cuando se sentó en la arena para estirar sus músculos, se dio cuenta de que había varios jugadores, que parecían ser tan nuevos como ella, y se preguntó quienes estarían jugando.

 

Había un par de mujeres, que golpeaban una pelota, de un lado a otro, entre ellas, con suficiente competencia como para parecer que sabían lo que estaban haciendo, pero no tanto como para parecer amenazantes.

 

Las dos jóvenes, en la mitad del patio, eran otra historia.

 

Una de ellas estaba gruñendo, con ira, cada vez que golpeaba la pelota en el suelo.

 

Uff. Espero que no juguemos hoy contra ellas, pensó con temor.

 

Taeyeon le había asegurado que la liga era estrictamente recreativa, y que estaban ahí para divertirse.

 

Eso, por supuesto, no era garantía de que sus competidores pensaran lo mismo.

 

Apartó los ojos de la mujer gruñendo, y se concentró en sus estiramientos de hombros y espalda. Ambos podrían ser áreas problemáticas para ella, ya que lo habían sido en el pasado, y lo último que quería era salir con una lesión durante su primer partido.

 

Cuando pensaba que ya había estirado lo suficiente, se estiró un poco más, sólo para estar segura, y esperó a que sus compañeros de equipo llegaran.

 

Wendy fue la primera.

 

—Hola, extraordinaria jugadora—saludó con una gran sonrisa.

 

—No me des mala suerte—la regañó.

 

Wendy rió.

 

—No te preocupes, cariño. Vas a jugar muy bien.

 

Se apartó un mechón de su pelo rubio corto, detrás de la oreja, y sacó de su bolsa de deporte una botella de agua de color amarillo brillante, sellada con el logotipo de Kodak.

 

— ¿Dónde están Seulgi y yuka?

 

—Nuestra sección de animadoras estará aquí en poco tiempo. Toda la tarde, es un poco largo para yuka, así que Seulgi la traerá más tarde. Así podrán quedarse hasta el final, y Seulgi puede ver cómo lo hacemos. Prefiere ver el final que el principio.

 

—No la culpo. ¿Ella no juega?

 

—Ya no.

 

Tiffany detectó un dejo de tristeza en la voz de Wendy.

 

—Siempre ha tenido algunos problemas en las rodillas y fue a peor durante el embarazo. Su médico le sugirió, suavemente, que renunciara al juego y buscara algo que castigara menos sus articulaciones.

 

—Vaya fastidio.

 

—Eso seguro. Era una buena jugadora. Se la echa de menos.

 

Continuaron estirando, durante varios minutos, discutiendo cómo si las lesiones comunes de rodilla fueran algo normal en mujeres atletas.

 

Leeteuk y jessica aparecieron poco después, tras haber topado el uno con el otro en el aparcamiento.

 

Leeteuk llevaba, pantalones cortos a cuadros en tonos azules y verdes y blancos, camiseta con un pequeño logo, ilegible en el pecho izquierdo.

 

Jessica estaba vestida de rojo, pantalones cortos de lycra, que acentuaban sus largas y bien formadas piernas, Tiffany movió sus ojos antes de que se quedara atrapada mirando.

 

Su camiseta de color amarillo pálido en forma suelta. Las gafas deportivos de sol ocultaban sus ojos, lo que era un poco más desconcertante para Tiffany, que no podía decir si jessica la estaba mirando o no.

 

Unos tres minutos más tarde, Minho se unió a ellos.

 

Parecía que había salido directamente de una revista.

 

Su traje de baño, color naranja brillante, mostraba sus musculosas piernas y sus ojos cafés con una camiseta que se aferraba a sus enormes hombros, como si estuviera mojada.

 

Se sentó junto a Tiffany en el círculo y todos charlaron sobre su respectivo día.

 

—Bueno, ya era hora—Wendy reprendió en broma cuando taeyeon se acercó.

 

—Lo siento. Perdí la noción del tiempo—dijo taeyeon sin aliento.

 

Tenemos el equipo más guapo en la playa, Tiffany pensó, suprimiendo una risita avergonzada cuando se sentó en la arena y observo a su amiga.

 

Taeyeon llevaba pantalones cortos de algodón negros y una camiseta de manga larga estampada en la parte delantera con la palabra "Provincetown" en letras finas y blancas.

 

Su pelo oscuro estaba recogido en una coleta, aunque varios mechones de pelo se le escapaban. Sus mangas estaban dobladas hasta en centro de los antebrazos, revelando sus músculos y el comienzo de un verano broceado.

 

Tiffany la miró a la cara, sintiendo una inmediata sacudida, al darse cuenta de que taeyeon también la estaba mirando. Rápidamente miró hacia abajo y se puso a mover la arena de los pies.

 

—Hola, vecina. ¿Estás lista?

 

Tiffany asintió.

 

—Creo que sí. Lo sabremos muy pronto, ¿no?

 

Taeyeon reconoció el nerviosismo en su voz, se puso en cuclillas junto a ella, y coloco una mano cálida, en la espalda.

 

—Relájate. Vas a estar bien. Esto debe ser divertido, ¿recuerdas?

 

Su tranquilidad sonó dulce, y Tiffany sintió que su hoja de ansiedad bajaba una o dos puntos.

 

—Diversión. Cierto—asintió con la cabeza—Estoy contigo.

 

—Bueno—sonrió, agarró la mano de Tiffany y tiró de ella para que se pusiera de pie—Vamos.

 

Se unieron al resto del equipo, que ya se había trasladado a su zona para hacer calentamientos.

 

Se pasaron el balón, aflojaron los brazos y dedos. Luego se alinearon para hacer un poco de saltos.

 

Tiffany se situó junto a la red, estudiando a sus compañeros de equipo uno a uno.

 

Después de un rato, vio a jessica retroceder y regresar al banco, donde hizo sus últimos estiramientos.

 

Recordó que taeyeon le había dicho lo difícil que era encontrar una liga femenina de voleibol sobre arena. Simplemente no era tan interesante, y por ello en su mayoría las ligas eran masculinas o mixtas.

 

Dijo que en la mayoría de las ligas mixtas, un equipo formado por mujeres estaba permitido, pero un equipo formado sólo por hombres no lo estaba.

 

Tiffany se estremeció al darse cuenta de que el equipo que estaba a punto de jugar incluía a la mujer gruñona, y que eran todos hombres, excepto una.

 

Todos parecían muy jóvenes.

 

Pensó que ninguno de ellos parecía tener más de veintidós años. El único jugador que tenía más años, era la chica, y la boca de Tiffany se abrió cuando vio a su salto vertical.

 

Taeyeon de repente se acercó Tiffany, alcanzando su brazo izquierdo hacia arriba y detrás de la cabeza, estirando sus tríceps.

 

—Joder. Estos chicos no parece que se estén divirtiendo, ¿verdad?

 

—Estaba esperando que dijeras que ya habías jugado con ellos antes, y que parecen más intimidantes de lo que realmente son.

 

—Lo siento, cariño. Son nuevos este año.

 

Oyó de nuevo el gruñido y vio a la mujer tirar la pelota hacia la arena, rugiendo con satisfacción.

 

—Y un poco demasiado serios, si me lo preguntas.

 

—Esto debería ser divertido—comentó Artie con sarcasmo, uniéndose a las dos mujeres al ver a sus oponentes— ¿Qué son, seis adolescentes?

 

—Chicos universitarios apuesto—agregó jessica, acercándose a ellos con el ceño fruncido—No me gusta jugar contra los universitarios. Son pendejos.

 

Wendy y Minho terminaron su calentamiento y se unieron a los otros cuatro.

 

Wendy asumió el papel de entrenador y sacó a los jugadores en un apiñamiento sólo con el sonido de su voz.

 

—Está bien, escuchen. Estos cabrones van a ser difíciles. Pero eso es todo lo que son. Pequeños cabrones que piensan que lo saben todo. La mala noticia para ellos, es que saben todo sobre el poder y no saben nada acerca de la habilidad y la consistencia. Es por eso que vamos a ganarles. No nos dejemos intimidar. Ya jugábamos a este juego cuando ellos todavía estaban en la escuela primaria, así que los vamos a mandar de nuevo a clase, y enseñarles una cosa o dos. Manteneos alerta. No dejemos de moveros. ¿De acuerdo?

 

Su charla pareció despertar el equipo, llenándose de confianza.

 

Se juntaron en un círculo. Hicieron una ovación rápida y el juego ya estaba en marcha.

 

Cuando Seulgi y yuka llegaron, el partido estaba en la mitad del segundo juego.

 

Habían ganado el primer juego, pero había sido una lucha y estaban agotados, seis de ellos empapados en sudor.

 

Las cejas oscuras de Seulgi se levantaron por la sorpresa. Era inusual para el primer partido, de la temporada, fuera tan intenso.

 

El cansancio ya había hecho mella, y les separaban ocho puntos.

 

— ¡Limpio!—Wendy gritó, al ver que el otro equipo había lanzado el balón por encima.

 

Leeteuk lo recibió con facilidad y lo envió con gracia, a Tiffany en la primera fila.

 

Se fijó en taeyeon, pero el enfoque de la mujer de cabello oscuro estaba apagado y el monstruo de dos metros, en el otro lado de la red, no dejaba de gritar con deleite y a sus compañeros.

 

—Lo odio—taeyeon murmuró mientras se alejaba de la red, sintiéndose derrotada.

 

Tiffany la agarró del brazo, acercándose, para hablarle rápidamente en su oído.

 

—Escúchame. Está sólo a un paso afuera y te está bloqueando por el interior. Ponte un paso más cerca de la red, de lo que estás, y golpea por la línea en lugar de por el centro de la cancha. Nadie está cubriendo esa zona.

 

Vio como taeyeon absorbía la información, y luego lidiaba consigo misma.

 

Se deslizó por la red, acercándose más, lo que obligaba a jessica a jugar una fracción de segundo más tarde, de lo habitual. Cuando un saque golpeaba la red, se daba como tanto muerto, y se llamaba salida lateral.

 

Así fue como Tiffany lo recordaba.

 

Pero al parecer, esa norma había cambiado.

 

Una bola de red en el saque era ahora legal, para su sorpresa.

 

No sólo parecía que se perdía un punto, con el cambio de esa regla, pero la gente que había estado jugando, por más de diez años, se le hacía difícil tenerlo en cuenta.

 

Como testimonio de ese hecho, el pase de Emily no fue muy bueno, pero Tiffany consiguió llegar a ella y servírselo a Santana otra vez.

 

Este tiempo, era un enfoque perfecto.

 

El monstruo de dos metros quería bloquearla de nuevo, gruñendo amenazadoramente, pero taeyeon mantuvo la calma cómodamente. Hizo lo que Tiffany había sugerido, clavando limpiamente el balón hacia abajo.

 

Sonó el silbato.

 

Punto.

 

Taeyeon gritó alegremente, en una imitación inconfundible de su bloqueador.

 

Tiffany no pudo evitar sonreír.

 

—Bonito Set—comentó taeyeon.

 

—Bonito golpe—Tiffany respondió, golpeando la mano levantada de taeyeon—Ahora hay que prestar atención. Probablemente tendrán que bloquear ahí y dejar algo más de espacio abierto.

 

Taeyeon sonrió con una sonrisa deslumbrante y Tiffany sintió que su estómago hacía flip-flop.

 

Cinco minutos antes, taeyeon se había sentido miserable y ahora estaba sonriendo.

 

La parte egoísta de Tiffany quiso tomar el crédito por eso... y lo hizo.

 

Wendy pidió tiempo muerto para descansar.

 

Todos los miembros del equipo tomaron sus botellas de agua o Gatorade y bebieron profundamente.

 

—Dios, me alegro de que no salta mucho—comentó leeteuk, limpiándose la cara con una toalla—Nos hemos pasado a estas alturas.

 

Estaba cubierto de arena de pies a cabeza, al igual que Blaine.

 

Los seis estaban empapados.

 

—Buen trabajo, tae—Wendy la elogió.

 

Saludó a yuka, que estaba ocupada construyendo un castillo de arena.

 

—Mantén los ojos bien abiertos. Sobre qué lugar están dejando sin cubrir.

 

—Tiff fue lo suficientemente amable para señalármelo—taeyeon sonrió a Tiffany.

 

—Bueno, entonces funcionó. Estamos consiguiendo enojarlos. No creo que les de igual perder, contra un equipo, en su mayoría de mujeres. Sin ánimo de ofender, chicos.

 

—No hay problema—leeteuk respondió.

 

—Ten cuidado con el tipo de la camisa roja—jessica sugirió, señalando al hombre gruñendo con los ojos—Él acaba de llegar a la primera fila. Lo he visto jugar por el interior. Él no es muy consistente, pero si obtiene un conjunto perfecto, su pique es tan rápido que ni siquiera se ve hasta después de que rebote.

 

Wendy asintió y llamó la atención de Minho.

 

Él después de Tiffany era el más alto y el jugador más fuerte, por suerte quiso estar en la primera fila durante la próxima rotación.

 

—Es todo tuyo, cariño.

 

—En realidad no es mi tipo... —le respondió con una sonrisa irónica.

 

Wendy le dio una palmada juguetona.

 

—Hey, él tiene un pene, ¿no?

 

—Buen punto.

 

 

Hicieron su alegría cuando sonó el silbato, marcando el final del tiempo muerto, y volvieron a la cancha.

 

Estaban de nuevo en apenas siete minutos, después de haber abandonado el segundo juego-set, por doce puntos.

 

Se sentían abatidos cuando empezaron el tercer set. La oposición del otro equipo era poco menos que insoportable. Argumentaban, cada llamada de atención del árbitro, de forma completamente miserable.

 

Eran descuidados en sus aproximaciones y aterrizajes.

 

Bajaban peligrosamente debajo de la red, sacando de quicio a Wendy y leeteuk. No tenían espíritu deportivo alguno, y jugar con ellos simplemente no era divertido en absoluto.

 

Pero eran buenos.

 

Taeyeon estaba cerca perdiendo los nervios.

 

Tiffany se dio cuenta del ardiente disgusto en su rostro. Estaba siendo bloqueada de izquierda a derecha y la ponían nerviosa a la hora de golpear.

 

De hecho, había pedido a Tiffany que, durante un tiempo, sirviera el balón a Minho, para poder recomponerse.

 

Reflejando su última conversación en la cancha, Tiffany se acercó a taeyeon para hablarle.

 

—No puedes ir a través. Debes rodearlo y será tuyo.

 

Taeyeon asintió con la cabeza, apretando su mandíbula y tragando saliva mientras se preparaba para recibir.

 

Se arrancó por la red y leeteuk recibió. Su recepción fue mucho mejor, Tiffany presintió un cosquilleo de alivio cuando el saque se dirigió hacia él.

 

Significaba que conseguiría un bonito pase fácil, lo que aumentaría, en gran medida, las posibilidades de conseguir una buena jugada con taeyeon y Minho.

 

Puso la pelota en taeyeon, quien siguió el consejo de su vecina, golpeando alrededor de sus bloqueadores. No fue un golpe muy fuerte, pero lo consiguió, así como el fallo del bloqueador gruñón y eso le gustó.

 

Recibió el balón y se lo envió a su compañero. Lo puso a la perfección para el hombre del gruñido, que subió de una forma impresionante, casi a cámara lenta, bloqueando a taeyeon y Minho.

 

Tiffany no vio su balanceo de brazos en absoluto.

 

En realidad, no vio el balón, en absoluto, hasta que lo golpeó de lleno en la cara.

 

No recordaba caer, pero cuando todo lo que vio fue el cielo.

 

Todo lo que podía oír era el rumor de la sangre en sus oídos. Parpadeó rápidamente y todo se volvió oscuro.

 

La siguiente cosa que supo, era que todo el equipo estaba inclinado sobre ella.

 

El rostro de taeyeon era en lo único en lo que podía concentrarse, la preocupación claramente estaba grabada en ella. Rozó suavemente flequillo de Tiffany.

 

—Seulgi—Wendy gritó—Hielo.

 

Bueno, pensó Tiffany, Lo he oído.

 

Las orejas están trabajando de nuevo.

 

Eso es una buena cosa.

 

— ¿Tiff?—preguntó taeyeon— ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

 

— ¿Quieres que te diga cuál es la matrícula de mi coche?—respondió Tiffany.

 

Taeyeon sonrió con alivio, y Tiffany se encontró pensando en aquella hermosa sonrisa.

 

—Me siento como una idiota. Lo siento.

 

— ¿Por qué? Esa pelota habría bajado a cualquiera de nosotros. Vamos a ponerte un poco de hielo para reducir la hinchazón.

 

Una bolsa de hielo apareció de la nada. Taeyeon puso una mano en el lado de la cabeza de Tiffany, y apretó la bolsa de hielo sobre el ojo y la mejilla, con la otra apretó ligeramente cuando Tiffany se estremeció por el frío, su pulgar acariciando suavemente la sien de Tiffany.

 

—Hey, ¿podemos terminar el juego?—dijo una voz desconocida.

 

Tiffany observó, con fascinación, como la cara de taeyeon se endureció, las aletas de su nariz y sus labios se convirtieron ligeramente en una línea delgada y recta.

 

—Em, ¿podrías sostener esto por un momento?—hizo un gesto con la bolsa de hielo.

 

Jessica tomó su lugar, sorprendiendo a Tiffany con su suave tacto.

 

Taeyeon se puso en pie y desapareció.

 

— ¡taeyeon, no lo hagas!

 

Los gritos de Wendy brillaron a través de Tiffany, que no podía ver más que unas piernas moverse. Levantó la cabeza para ver lo que estaba pasando.

 

Eso fue un gran error.

 

El mundo se inclinó sobre ella y apretó los ojos cerrándolos, gimiendo mientras se volvía a recostar.

 

— ¿Qué está pasando, jessica?

 

Jessica lanzó al cabeza para mirar.

 

—Ese fue el gran hombre gruñón que quiere terminar el partido. San fue a cantarle unas cuantas verdades en su cara. Wendy y Minho, afortunadamente, estaban cerca para alejarla, si se descontrolaba el asunto.

 

Había una sonrisa clara en su voz, que trajo una sonrisa a la cara de Tiffany también.

 

Sólo podían escuchar fragmentos y pedazos de lo que se decía.

 

Oyeron la voz de taeyeon gritando cosas como "divertido, que mierda" y "espíritu deportivo”.

 

La idea de taeyeon saltando a su rescate hizo que se sintiera caliente.

 

—Está bien, Wendy está tirando de ella—le informó jessica. Entonces se echó a reír, con una risa de sorpresa—El hombre en realidad parece que se siente mal. Al igual que un niño que acaba de ser regañado—su voz tenía un tono de diversión.

 

—Creo que debería salir de la cancha—dijo Tiffany, retirando la bolsa de hielo en su cara.

 

De repente se sintió estúpida y avergonzada por todo el asunto.

 

— ¿Estás segura?

 

—Uh-huh. Tienen que terminar y hacer tres puntos.

 

Jessica resopló.

 

—Pero, ¿te golpearon en la cabeza no?

 

Wendy, leeteuk y Minho todos se unieron a ellas.

 

Taeyeon estaba a la defensiva, y era difícil mantenerla en su lado de la red.

 

El rostro de taeyeon estaba rojo y sus ojos brillaban.

 

— ¿Cómo estás?—preguntó.

 

Tiffany, estaba visiblemente calmada, con la sustitución de Emily a su lado.

 

—Mi héroe—Tiffany bromeó.

 

—Ella quiere moverse fuera de la cancha para que podamos terminar el partido—dijo jessica.

 

—Así podremos ganar el set—corrigió Tiffany.

 

—Eso es lo que yo llamo espíritu de equipo—Wendy rio, tomando el brazo de Tiffany, para ayudarla a levantarse.

 

—Whoa. Okay. Espera—Tiffany estaba entre Wendy y taeyeon, agarrándose fuertemente a las dos y esperando que el mareo disminuyera.

 

No pasó mucho tiempo.

 

—Está bien. Eso está mejor.

 

Las tres caminaron lentamente hacia donde estaba Seulgi, y se sentó en una silla de playa, con su ceño fruncido por la preocupación.

 

Yuka se acercó corriendo, mirando a Tiffany, mientras se acomodaba en la arena, con su bolso del gimnasio, apoyada detrás de la cabeza para que pudiera ver el juego.

 

— ¿Tienes mucho daño?—la niña preguntó con preocupación, cayendo de rodillas junto a Tiffany.

 

—Sí, pero sólo un poco.

 

Entrecerró los ojos grandes y negros, mientras inspeccionaba la herida. Se inclinó hacia delante, su fino pelo rubio cepillado estaba en el rostro de Tiffany, y le dio un beso tan dulce, en el pómulo, que hizo crujir su corazón, provocando la salida de lágrimas.

 

— ¿Mejor?

 

—Mucho mejor—susurró Tiffany, realmente tocada—Gracias, yuka.

 

—Tú eres la cosa más dulce del mundo—dijo taeyeon a la niña, con el rostro radiante de orgullo— ¿Lo sabes?

 

Yuka se limitó a sonreír, y se deslizó de nuevo, hacia sus juguetes en la arena.

 

Taeyeon tomó la mano de Tiffany colocando la bolsa de hielo en ella, presionando suavemente en la cara.

 

—Sólo veinte minutos más, ¿de acuerdo? Seulgi, mantendrás un ojo en ti, ¿verdad?

 

—Patéenles el culo—ordenó a Tiffany.

 

—Sí, señora.

 

Tiffany gruño suavemente, y luego taeyeon se fue corriendo de nuevo a la cancha.

 

Tiffany se fijó en que Seulgi la había estado observando todo el tiempo.

 

La coreana parecía demasiado divertida para su propio bien.

 

 

—Este es un coche muy bonito—comentó taeyeon, asintiendo con incertidumbre mientras conducía el Volvo de Tiffany desde la playa a su casa.

 

Después de mucha persuasión, y más que un poco de insistencia, el plan había sido resuelto.

 

Conduciría el coche de Tiffany y Wendy el de taeyeon, mientras que Seulgi las seguía para recogerla y llevarla a su casa.

 

En una noche de voleibol normalmente, sin incluir lesionados, el equipo salía a tomar unas copas para celebrar su victoria o fruncir el ceño por su pérdida.

 

En esa noche, como nunca, el equipo había acordado, en su conjunto, que a pesar de que habían ganado, no podían salir de fiesta sin Tiffany.

 

Ella había protestado, como se esperaba, pero se decidió que definitivamente irían la semana siguiente, ganaran o perdieran.

 

También estaban algo preocupados por una posible conmoción cerebral.

 

Ella juró que estaba bien, sólo un poco confusa, y se negó a ir a urgencias.

 

Taeyeon y Wendy estaban de acuerdo, con su evaluación, pero taeyeon era reacia a dejarla sola, al menos por un tiempo.

 

Cuando Tiffany mencionó que Siwon iba a pasar la tarde en Buffalo, taeyeon se ofreció a llevarla a casa, para conseguir que se sintiera cómoda, y sentarse, con ella, durante el tiempo necesario, hasta asegurarse que no se durmiera hasta que estuvieran seguras de que estaba bien.

 

 

 

Una vez llegaron, se detuvieron en el camino de entrada a casa, mientras veía a Tiffany cómodamente el asiento de pasajero.

 

—Siwon quería que me comprara un Cross Country. ¿Sabes a cuáles me refiero?

 

— ¿Es la camioneta que parece un SUV? Son muy buenas.

 

—Él cree que sí, también.

 

—Y no es así.

 

—Para mí, sigue siendo una camioneta. En mi opinión, conduces una camioneta o un minivan y todo el atractivo ual se va por la ventana.

 

Taeyeon se rio entre dientes, mientras miraba el camino, donde estaba Seulgi en su minivan.

 

Pensó en lo mucho que Wendy había luchado para no comprar una, por exactamente la misma razón que Tiffany tenía.

 

Sin embargo, después de conducir durante dos días, había caído enamorada de ella y cantaba sus alabanzas, cada vez que tenía la oportunidad.

 

Decidió mantener ese comentario de Tiffany para sí misma.

 

Saltó del coche y se acercó a abrirle a Tiffany la puerta, antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo por sí misma.

 

—Mi señora—le dijo con su mejor acento británico—Hemos llegado. ¿Me permite que la acompañe?—le tendió una mano.

 

—tae, estoy bien—dijo con una risa silenciosa—En serio. No tienes que hacer esto.

 

A pesar de sus protestas, deslizó su mano en la de taeyeon, sintiendo el cosquilleo cálido de su piel.

 

Sus ojos cafés se encontraron con los de oscuros de taeyeon, en un silencioso gracias, y taeyeon se encogió interiormente ante el profundo color púrpura, que comenzaba a mostrar alrededor de su ojo, pensando en lo tierna que parecía.

 

Entonces, sonrió ante la idea de Tiffany con un ojo morado.

 

—En serio—dijo, como si taeyeon no la hubiera oído la primera vez.

 

—Me preocupo. ¿De acuerdo?

 

Wendy llegó corriendo por el patio para dar las llaves a su amiga.

 

— ¿Cómo vamos?

 

—Estoy bien—Tiffany le aseguró—Aunque estoy aquí con la Dra. Kim, que parecer se un buen dolor en el culo.

 

Wendy miró a taeyeon, fingiendo seriedad.

 

—Ella no tiene ni idea de cómo está.

 

—No tengo idea—taeyeon dijo sin expresión.

 

—Sí, muy graciosas, las dos—Tiffany apretó la mano a de taeyeon—Vamos, doc., llévame dentro. Me siento un poco mareada.

 

—Voy a poner Ginger en su sitio, ¿de acuerdo? Puedes usar mi llave—Wendy ofreció.”

 

—Eso sería genial, w. Gracias.

 

—Llámame si necesitas algo. Y vendré en un instante.

 

—Gracias, Wendy—dijo Tiffany con sinceridad—Y dale las gracias a yuka por mí. Dale que su beso me hizo sentir un millón de veces mejor.

 

—Lo haré.

 

Los ojos de Wendy se reunieron a los de taeyeon, en un trance silencioso.

 

Después de más de una década de estrecha amistad, las dos se podían leer una a la otra, con sólo mirarse.

 

Taeyeon le dijo con sus ojos que estaría bien.

 

Wendy estaba satisfecha con eso y se fue.

 

Taeyeon y Tiffany saludaron a Seulgi, estacionada frente a la casa de taeyeon, luego entraron a la casa de Tiffany.

 

— ¿Cómoda?

 

—Inmensamente.

 

Acercó un vaso de té helado, sobre una montaña en la mesa de café, para que Tiffany pudiera alcanzarla.

 

Estaba tendida en el sofá de cuero, con una camiseta rosa limpia y pantalones cortos blancos con peluches.

 

Olía a talco de bebé.

 

Los bordes de su golpe estaban húmedos tras haberse lavado la cara, mientras su cabello colgaba alrededor de sus hombros.

 

El ligero adormecimiento en sus ojos, la hizo adormecerse, y taeyeon pensó que era simplemente adorable a más no poder, incluso con la magulladura desagradable, no estropeaba el panorama general.

 

Mientras bebía de su propio vaso, examinando sus opciones de asientos y deseando poder tomar una ducha rápida. Tiffany levantó las piernas un poco y señaló el extremo del sofá con la barbilla.

 

—Toma asiento.

 

—Estoy llena de arena—le advirtió taeyeon.

 

—Siéntate.

 

¿Voy a discutir con una orden directa?

 

Creo que no., pensó taeyeon.

 

Se sentó, obediente, hundiéndose en la piel deliciosamente suave, y Tiffany llevó los pies en su regazo y eso fue todo.

 

Taeyeon no tenía intención de volver a moverse de nuevo.

 

No eres más que una tonta, por una bonita chica, se reprendió.

 

Una hermosa, y casada chica.

 

—Hey, pensé que siwon iba a venir al partido.

 

Tomó un sorbo de su té, tratando de pensar en cualquier cosa menos en la suave piel de las pantorrillas firmes, que descansaban contra su pierna.

 

Tiffany suspiró suavemente y una nube oscura pasó sobre su cara. Tomó un sorbo de su copa.

 

—Sí, iba a hacerlo. Al parecer, se quedó atascado en la oficina. Una vez más—hizo una mueca al recordar el mensaje de correo de voz, que le había dejado en su móvil.

 

Le habría gustado que estuviera ahí, para verla jugar, pero obviamente, una vez más, había tenido cosas más importantes que hacer que pase tiempo con su esposa.

 

Como de costumbre, taeyeon la observó con atención, preocupada por su repentino cambio de comportamiento.

 

— ¿Estás bien?

 

—Si. Ni siquiera sé más, tae.

 

—Dime.

 

Volvió a suspirar, sopesando los pros y contras, de abrirse con aquella mujer.

 

Estaba segura de que el golpe en la cabeza la había dejado débil, por lo que decidió que tenía que hablar con alguien, totalmente imparcial, de lo que pasaba en su familiar.

 

Lo había estado pensando durante mucho tiempo, pero nunca había dicho nada. Decir las palabras lo haría más real, y no sabía si estaba lista para ello.

 

Levantó la vista y se encontró con la mirada suave y marrón de su vecina, una mujer que se estaba convirtiendo rápidamente en la mejor amiga que había tenido, y eso le hacía sentir segura.

 

Respiró hondo, preparándose para el impacto del sonido que las palabras tendrían, y habló.

 

—Creo que está engañándome.

 

Ya está.

 

Lo dije.

 

Esperó que las paredes se vinieran abajo, pero se mantuvo en silencio, el suave chapoteo del agua era el único sonido.

 

Sintió una sensación de casi aliviado.

 

—Oh, vaya—dijo taeyeon suavemente— ¿Estás segura?

 

Se frotó su ojo sano, asintiendo con la cabeza lentamente.

 

—No soy estúpida. Debe pensar que lo soy, pero no. He llamado a la oficina de Buffalo en varias ocasiones, por la noche, cuando se supone que debe estar ahí, y solo salta la centralita o su correo de voz, pero nunca lo localizo. Lo he intentado en su móvil, pero él afirma que la recepción va misteriosamente mal, y que no recibe mis llamadas. Siempre está hablado de lo duro que está trabajando, pero he oído mencionar a su padre que está preocupado por su falta de atención—tomó otro sorbo de té, con cuidado para no mirar a taeyeon—Casi nunca tenemos o, y cuando lo hacemos, siento como si fuera por mí.

 

Ninguna de mis amigas tiene relaciones uales.

 

Fue el primer pensamiento de taeyeon.

 

No estaba segura de qué decir o hacer, y que se encontró un poco sorprendida por la falta de ira, en la voz de su amiga.

 

Tiffany no parecía muy enojada, sólo triste y sorprendentemente aliviada, así que era algo que había estado pensando desde hacía bastante tiempo

 

— ¿Qué vas a hacer?—finalmente preguntó, con voz suave.

 

Tiffany miró a su copa como si buscara la respuesta.

 

—No tengo ni idea.

 

Se sentaron en silencio durante varios minutos, cada una perdida en sus pensamientos.

 

Taeyeon se dejó caer un poco más en el cuero, apoyó los pies descalzos sobre la mesa de café, y descansó su mano suavemente sobre Tiffany, como muestra de apoyo.

 

Intentó no prestar atención a lo bien que se sentía al tocar la piel de la joven mujer entre sus dedos.

 

Mientras miraba a la cara de Tiffany, se dio cuenta que su vecina parecía más cansada que triste, y sabía que debía mantener la conversación, con el fin de mantenerla despierta, al menos durante un tiempo más.

 

Siwon era un tipo definitivamente fuera de sus límites, pero quería animar a su amiga.

 

—Hey, ¿cómo va la decoración?

 

El rostro de Tiffany iluminó ligeramente.

 

—Muy bien. Creo que por fin tengo todos los pequeños detalles pensados para el dormitorio principal. Y adivina lo que hice.

 

El brillo de sus ojos había vuelto y taeyeon sabía inmediatamente que esta era la pasión de su amiga.

 

Le resultaba entrañable y halagador que decidiera compartirlo con ella.

 

— ¿Compraste nueva pintura?

 

—No. Todavía no.

 

— ¿Has empezado a rascar la pared?

 

—No—se echó a reír.

 

—Me rindo.

 

—Me rompí pintado la pared. Esa pared.

 

Taeyeon frunció el ceño y sacudió la cabeza.

 

—Esa pared, ¿qué pared?

 

—La pared de color púrpura.

 

—La pared de color púrpura.

 

Tiffany negó con la cabeza, y le dio un codazo para que recordara.

 

— ¡Oh! ¡Las muestras de pintura para la pared! ¿Pintaste la pared de color púrpura? ¿Púrpura?

 

—Así es.

 

La cara de Tiffany estaba radiante, positiva. Taeyeon la encontró intoxicante con sólo mirarla.

 

—Al final qué, ¿púrpura oscuro? ¿Igual que los morados que estuvimos viendo?

 

—Así es.

 

—Al igual que, ¿morado como tu ojo?

 

— ¡Hey! Cállate—le dio una patada a taeyeon juguetonamente—Se llama profundo berenjena.

 

— ¿Y? ¿Estas satisfecha con ello?

 

—Es un color increíblemente sensual. Me encanta.

 

—Ooo, sensual, ¿verdad? Yo diría que es más bien apropiado para un dormitorio, ¿no?—taeyeon meneó sus cejas con fingida aflicción.

 

— ¿Sí? ¿Quieres verlo?

 

Tiffany le sostuvo la mirada de sorpresa de taeyeon, sin lugar a dudas estaba coqueteando de nuevo, superando a taeyeon en su propio juego.

 

—Mañana.

 

Tiffany sonrió, saboreando su victoria, a pesar de que sus ojos parecían nadar un poco fuera de foco.

 

—Profundo Berenjena, ¿Eh?

 

—Uh-huh. El tipo de ventas, que me atendió, fue genial. ¿Sabías que hay una cosa llamada imprimación tintada?

 

— ¿Tintada? Pensé que era imprimación en blanco.

 

—No tiene por qué serlo. Está teñido, y así la pintura cubre mejor. Estaba en lo cierto. Se ve muy rica y suave. Tuve que pintar menos capas y mucho menos esfuerzo del que esperaba.

 

—Entonces, ¿es seguro asumir que tu más reciente viaje a Chase-Pitkin fue mejor que la anterior?

 

Taeyeon sabía que era un delicado tema, para su amiga recién llegada y más, con un golpe en la cabeza.

 

Quería que pudiera hablar más abiertamente, pero su comportamiento era demasiado tentador para resistirse a insinuar su pregunta.

 

Quería aprovechar la oportunidad y ver si podía encontrar más información sobre la misteriosa Bora.

 

—Dios, eso se siente bien—Tiffany murmuró, casi para sí misma, cerrando los ojos.

 

Taeyeon frunció el ceño, preguntándose a qué se refería, entonces casi jadeó en voz alta cuando miró hacia abajo.

 

Para su horror, estaba masajeando suavemente los músculos de la pantorrilla de Tiffany con sus dedos.

 

En respuesta, Tiffany estaba empujando su trasero hacia abajo en los cojines.

 

Se obligó a parar, pero sus manos se negaron a obedecer. A cambio, se decidió seguir hablando.

 

—Entonces, ¿no hay patrones de miedo que te envíen corriendo a la salida de nuevo?

 

Tiffany se echó a reír, con los ojos todavía cerrados.

 

—Bora. ¿Qué demonios estaba haciendo ahí?

 

—Parecía feliz de verte.

 

Tiffany resopló.

 

—Aunque tú no parecías muy feliz de verla, ¿verdad?

 

—Teniendo en cuenta que la última vez que la vi, ella estaba haciendo estragos en mi corazón, no.

 

— ¿Perdón?

 

¡Whoa!

 

¿Qué demonios?, pensó taeyeon.

 

Tiffany cautelosamente, tocó su ojo hinchado, hizo una mueca, y luego suspiró.

 

No había querido entrar en ese tema.

 

Nunca había hablado de ello con nadie, pero el efecto de ser golpeada en la cabeza, la dejó sintiéndose casi borracha, y no podía dejar de andar diciendo cosas que no debería.

 

Y la verdad era que le debía una explicación a taeyeon, por lo que había sucedido ese día.

 

Volvió a respirar hondo.

 

—Bora yo... no era esto... teníamos algo.

 

— ¿Algo?—taeyeon parpadeó.

 

—Sí, algo—replicó más bruscamente de lo que había pretendido—No sé cómo le dicen—sostuvo la mirada de taeyeon—¿Qué?—espetó con expresión de total asombro.

 

—Nada. Nada. Sólo estoy...—su voz se fue apagando.

 

— ¿Sorprendida?

 

—Bueno. En una palabra, sí.

 

Tiffany se encogió de hombros.

 

—Sí, bueno.

 

Se quedó en silencio, absorbiendo el hecho de que Tiffany había tenido "algo" con una mujer.

 

De repente, inexplicablemente, y de forma inesperada, todas sus percepciones de su amiga habían cambiado.

 

Deseaba presionar sobre el tema, para obtener más información.

 

Obviamente, era un tema delicado, pero no quería que terminara así la conversación.

 

Tiffany no parecía estar muy dispuesta a ofrecer más, o al menos por el momento.

 

Por mucho que taeyeon quería explorar, decidió respetarla, y dio marcha atrás, al menos por un rato.

 

Se quedaron ambas en silencio.

 

— ¿Cómo está tu cabeza?—preguntó finalmente.

 

—Todavía estoy un poco atontada. Creo.

 

Taeyeon se rio entre dientes, mirando sus manos que aún viajaban como si tuvieran pequeñas mentes propias.

 

Se trasladaron por los fuertes músculos de Tiffany, masajeando sobre sus tobillos, y luego se asentaron en sus pies, amasando, frotando, y presionando con fuerza en el arco, hasta que Tiffany gimió, retorciéndose ligeramente.

 

— ¿Demasiado fuerte?—preguntó taeyeon.

 

—No Perfecto—susurró—Tienes unas manos increíbles.

 

El tono de su voz de la café era baja y y, e hizo que taeyeon tragara saliva, mientras oía sonido de los latidos de su corazón golpeando en la cabeza.

 

Tuvo un repentino destello de Tiffany, con esa voz ronca y áspera, diciendo su nombre en su oído mientras violada su cuerpo con las manos, la boca y lengua.

 

La mente de taeyeon le gritó, advirtiéndole de que las cosas estaban yendo demasiado lejos, y que tiffany simplemente estaba disfrutando de su atención física.

 

Negó con la cabeza un poco, luego deslizó una uña por la planta del pie de tiffany, lo que la hizo que saltara de la sorpresa y tirara el momento a la basura.

 

—Hey—se quedó sin aliento, un poco molesta.

 

—Sólo me aseguro de que estás despierta—respondió inocentemente, palmeando la pierna de tiffany en un gesto que le dijo desear levantarse.

 

Para ella era necesario levantarse rápido.

 

—Estoy despierta—bostezó tiffany—No me quiero ir, pero lo estoy.

 

Taeyeon miró el reloj, habían pasado tres horas desde su lesión.

 

— ¿Todavía estás mareada o desorientada?

 

—Me siento bien. En serio. Un poco de un dolor de cabeza, pero creo que estoy bien.

 

Taeyeon estudió su rostro por la sinceridad y la encontró.

 

—Yo también. Aun así, No quiero que estés sola. ¿Qué tal si voy a sacar a Ginger, vuelvo aquí para pasar un poco más de tiempo? ¿Te parece bien?

 

Tiffany sonrió dulcemente desde el sofá.

 

—No tienes que quedarte, pero no voy a rechazar tu oferta. Me gusta cuando estás aquí.

 

La honestidad entrañable de su declaración calentó el corazón de taeyeon, y ella le sonrió.

 

— ¿Volverás?

 

—Volveré.

 

 

 

Una vez fuera, taeyeon respiró hondo, varias veces, en la noche fría, moviendo sus manos errantes mientras cruzaba hacia su casa.

 

Jesús, kim, también podrías arrancándole la ropa con los dientes.

 

¿Qué diablos te pasa?

 

Poniendo los ojos, se distrajo de su auto desprecio por los estridentes ladridos entrecortados de su perro.

 

Se inclinó sobre la pequeña valla y lo recogió.

 

—Oye, amigo—susurró cariñosamente, aceptando sus besos.

 

Abrió la puerta y lo puso en el suelo de la cocina. Su peluda cola blanca agitó continuamente mientras juguetonamente le regañaba por llegar tan tarde a la cena.

 

Se habría sentido mal si realmente no fuera tan condenadamente lindo, con sus pequeños labios negros en forma de O.

 

—Lo sé, lo sé. Lo siento.

 

Ginger la miro esperando una explicación y taeyeon se sintió como si hablar con un papá irritado.

 

—Lo habría hecho cuando llegamos aquí antes, pero Tiff se lesionó y nos preocupaba que pudiera tener una conmoción cerebral, por lo que me ofrecí a quedarme con ella un poco.

 

Ginger la miró con suspicacia mientras comía.

 

—Para mantenerla despierta, sabes. Sólo para asegurarme de que estaba bien. Deja de mirarme así.

 

Apartó la mirada con aire de culpabilidad, y se ocupó de los platos que había dejado en el fregadero, del desayuno, con la mente vagando de nuevo a la anterior conversación.

 

—Tuvimos algo. Y eso sólo podía significar una cosa... ¿no?

 

La frase -Tener algo- era una evasiva bastante común, ¿no?

 

Tiffany y Bora habían sido amantes.

 

Tiffany había estado con otra mujer.

 

— ¿Y qué?—dijo taeyeon en voz alta, molesta por el camino que su mente estaba tomando, pero no pude evitarlo.

 

Una gran cantidad de mujeres habían estado con otras mujeres.

 

¿No era una gran cosa si tiffany tenía…?

 

Sonrió mientras sintió un calor familiar extendido por todo su cuerpo, seguido de un ligero cosquilleo en el estómago.

 

Siempre había pensado que había algo increíblemente y y erótico en una mujer "hetero", que de vez en cuando bateaba en el otro equipo.

 

Se echó a reír, sacudiendo la cabeza para librarse de la idea, y entró en el dormitorio para cambiarse de la ropa, sacarse la arena, y tomar infusión.

 

Algún día, voy a conseguir que me cuentes todo sobre Bora.

 

Con todo detalle.

 

—Vamos—llamó y agarró su correa—Vamos air a ver a tu novia, y asegurarnos de que no ha comenzado sin nosotros.

 

 

 

Taeyeon estaba segura de que no haberse ido más de veinte minutos, pero cuando abrió la puerta de la terraza abierta de tiffany, no pudo hacer otra cosa que sonreír cariñosamente.

 

Tiffany se había quedado dormida, su respiración profunda y regular.

 

Uno brazo estaba colocado descuidadamente sobre su cabeza y colgaba, sobre el extremo del sofá. El otro estaba sobre su estómago. Una pierna la tenía inclinada, por lo que su parte inferior del cuerpo parecía la letra 'p'

 

Taeyeon se detuvo y la estudio por lo que pareció mucho tiempo.

 

Vio algo diferente, que le tomó varios minutos averiguar por qué. Finalmente se dio cuenta de que parecía infinitamente más relajada.

 

Nunca pensó en su joven amiga, como una mujer tensa, de no haber sido por el tan dramático cambio mientras dormía.

 

¿Qué te tiene tan estresada? pensó, deseando poder hacerlo mejor.

 

Se inclinó para desenganchar la correa de Ginger y lo dejó vagar.

 

—No te metas en problemas—advirtió en voz baja mientras se puso a trabajar con su ordenador.

 

Se debatió entre si despertar a su amiga o llevarla arriba. Apoyó su mano en la frente de tiffany, y luego en sus mejillas.

 

La sentía perfectamente normal, fresca y suave.

 

Exhaló un suspiro de alivio que no tenía, y se dio cuenta de que se había estado conteniendo.

 

Tiró de la manta, en la parte posterior del sofá, y la colocó suavemente sobre el cuerpo dormido. Sin pensar, se inclinó hacia delante y le dio un beso tierno en la frente.

 

Se sonrojó de vergüenza cuando se puso de pie y reconoció lo que había hecho.

 

Ten cuidado, Kim.

 

Te estas metiendo en un profundo...

 

Hizo una mueca al oír la voz en su cabeza, preguntándose por qué no estaba presa del pánico, ante la posibilidad de enamorarse de una chica hetero.

 

La miró con nostalgia, pero sabía que regresar a ese lugar ya no era una opción.

 

Entrecerró los ojos mientras observaba a Ginger que saltó, sobre el cuero, y se hizo una bola colocándose en el hueco de la rodilla de tiffany, y de forma posesiva apoyó la cabeza en su muslo.

 

Taeyeon estaba segura de que le estaba sacando la lengua.

 

—Pequeño bastardo—murmuró.

 

Encontró una segunda manta, y supuso que podría usarla para sí misma, miró a través de la habitación, y se acomodó en las sillas de gran tamaño.

 

Frunció los pies, y apoyó la cabeza en su mano, observando a su amiga mientras dormía, sintiendo una mezcla de frustración, excitación, afecto y tristeza.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Thiabel2128
#1
Chapter 19: bonita historiaaa, me encanto!! aunque al principio parecía tener pasos de tortuga xd
gabriela021
#2
Chapter 19: Muy buena tu historia, solo una cosa, asegúrate de hacer bien la adaptación por que no cambiaste algunos nombres y me confundía, supongo que ''santana'' era taeyeon, así como al principio dice que jessica esta con yuri y luego es diane. Pero muy buena historia aun yo no soy fan del taeny ni del taengsic pero espero tu próxima historia
LlamaAmerica #3
Chapter 19: Ahhhh tus historia son lo mejor sabes porque!??? Por que son TaeNy *-* <3!!!
Enssei #4
Chapter 19: Wow, sí fue cortita, estaba acostumbrada a tus historias largas jaja. Pero aún así estuvo buena <3
Gracias por estar siempre compartiendo tus adaptaciones, se agradece de cora <3
2597611 #5
Chapter 19: Awww...Me gusto mucho la historia , gracias por adaptarla !!! ...
KazKaz18 #6
Chapter 19: Nooooo Taeny.... :(
Skyth06
#7
Chapter 19: Ohh siii
skincrisday #8
Chapter 19: Gracias por compartir esta adaptacion con tod@s, en verdad estuvo interesante.
Itaenylove
#9
Chapter 18: Que hermoso final ^.^
Gracias por la historia