Capítulo 3

Long Story Short

ROSE’S VERSION.

Ciudad de Nueva York, 13 de septiembre 2018.

Rápidamente pasó del ligero aturdimiento a volver en sí. Fue como una sacudida de agua helada. Jisú estaba mirándola de manera desorbitada, pidiendo disculpas a diestra y siniestra. Parecía tan irreal. Chaeng pensó que Jisú no se veía como el tipo de persona que se disculpaba o aceptaba sus errores con facilidad. Tiene ese aire bastante altivo y rebelde, muy similar a Jennie. De hecho fue una incomodidad espesa en el aire que la hizo desear que su unnie estuviera ahí para cuidarla. Jennie es una fuerza que empujaba las energías disparejas de Lisa y Chaeng, las amoldaba de tal forma que las tres convergían en paz. Cada insuficiencia era llenada por la otra. A eso lo llamaban trabajo en equipo. Y Jennie era la persona que se encargaba de lidiar con las situaciones socialmente incomodas. Siempre cuidando de Lisa y Chaeng estuvieran bien. Por eso se autodenominaba así misma como ‘el chaleco de la balas de Blackpink’, perpetuamente al frente de ambas, dando la cara por el grupo.

Sintió como se le revolvían las tripas, ‘¿A qué costo su Unnie las había protegido?’.

Si Chaeng tuviera que describir a Jennie en esos momentos, lo haría como alguien completamente magullada. Pero que pretendía siempre estar en completa pulcritud.

‘Esto es lo que hace una hermana mayor, Rosie Posie’ había dicho una vez dándole un beso en la parte posterior de la cabeza, cuando Chaeng la encontrado llorando a las 3 AM junto al fregadero, con llave de agua abierta para disimular sus sollozos.

Eso contrarió mucho porque Jennie nunca había sido una hermana mayor. Ella era hija única.

Se preguntó si la propia Alice había vivido de la misma forma, sintiéndose presionada por todo mundo, mientras se encargaba de cuidarla.

Hubo un tiempo en que su hermana estuvo enojada con ella, Chaeng no entendía porque, no entendía nada, sólo recuerda que todos estaban tensos, su padre estaba desesperado y su madre no dejaba de mirarla con lastima.

Esa sensación espesa en la lengua la hizo tragar con dificultad.

‘¿Te encuentras bien?’

“¿Enserio te encuentras bien?” parpadeó al sentir como esa voz se sobreponía a la de su padre. Se giró para encontrarse con los ojos de Jisú.

“Oh, sí…sólo me arden un poco los ojos”.

La culpa se detallaba bastante bien en su rostro: “Lo siento mucho”.

Se inclinó en una reverencia mientras seguía sentada y Chaeng quiso haberle corregido, deseó decirle que eso era de mala educación. Las reverencias usualmente se hacían de pie, aunque fueran muy leves. Su nariz se arruga pensando en aquel aprendiz arrogante que se había metido con ella en su primer día, por no haberse inclinado correctamente. Así es como conoció a Jennie, que no había hecho otra cosa que cuidar de ella desde ese momento.

“Te prometo que no pasa nada” negó con las manos.

“¡Ya déjala respirar un poco Kim, la pobre chica acaba de ser azotada por una cabellera que debe valer un millón de dólares!” la voz de Kiko fue bastante aguda y las hizo sobre saltar a las dos. Chaeng casi olvida la existencia del restó del plató y los asistentes que aún eran guiados por el staff a sus asientos.

Vio como Jisú rodó los ojos y después le ofreció una sonrisa suave a Chaeng.

“Lo siento” deletreó con sus labios en inglés.

Esta vez fue Chaeng quien entornó los ojos ante eso. Siente que se estaba mareando con las disculpas de la actriz.

No esperaba que alguien como ella pareciera disculparse tanto.

“No pasa nada”.

“Po cierto, ¿Cuál era tu nombre?, no hemos terminado de presentarnos”.

“Oh…soy…Cha… ¡Rosé!” no cree que fue la mejor manera de responder, pero sintió que la pregunta de Jisú fue tan súbita que no tuvo tiempo de pensar en una respuesta, casi olvidó por completo su estado de celebridad.

La verdad era que se sentía como una penosa delgaducha, ni siquiera sentía que ese bonito vestido Balenciaga verde el cual Jennie había seleccionado para ella unos días antes de partir, le hacía justicia. Su unnie juraba que el verde era su color. Aunque ahora mismo, con toda la tensión acumulada en la mandíbula se sentía como un payaso.

“Ah, yo soy Jisú” dijo con tanta simpleza, con aire casi engreído mientras se apuntaba de manera orgullosa con el dedo pulgar. Pudo sentir la forma en como sus palabras se arrastraban al final en un acento afrancesado, mientras el resto estaba en inglés bastante negligente, cortado y con un enmarcado acento coreano.

Si revisaba todas las veces que Jisú se disculpó se dio cuenta de que no sonaba exactamente como el resto de personajes en sus películas. Había una ligera pizca británica en sus palabras, que incluso volvía todo más singular. En las películas Jisú se escuchaba casi bastante fluida, como si pudiera realmente imitar a un hablante nativo del inglés americano, un acento que podría ser neoyorquino. Sin embargo aquí era una mezcolanza rara, una mezcla casi pastosa, entre francés, inglés de Gran Bretaña, una pisquita de Nueva York y la rara entonación que hacían los coreanos al momento de querer pronunciar palabras en el idioma anglo. Algo raro que hacía que en nuevo sentimiento se amoldara en el estómago de la rubia, la sensación de querer escuchar más. Hace unos días Lisa y ella habían llegado a la conclusión de que tal vez Jisú había sido entrenada por un profesor de locución, para lograr la fluidez en ambos idiomas (inglés y francés). La idea no era tan descabellada, Lisa y ella habían tenido entrenadores de locución en coreano, lo que hizo que la voz de ambas sonara bastante bien mezclándose en la urbanidad acelerada de Seúl. Aún así fue una terrible tortura, aparte de la escuela de coreano y 14 horas de entrenamiento les drenaba toda la energía. Lo peor era regresar a los dormitorios hechas polvo. Lisa solía lloriquear en la estación del metro mientras Chaeng le alzaba su capucha para que nadie notara que su amiga lloraba. Ella misma intentaba mantener la mirada gacha, sintiéndose culpable de la sensación ajena, mientras la apretaba contra ella. Lisa había estado lidiando con todo, ocupándose de Chaeng, ocupándose de sus propios asuntos, sobre todo abrumada por la idea de poco a poco ir borrando parte de su esencia tailandesa, para adoptar las costumbres coreanas. Eso era algo que Chaeng no comprendía del todo. Ella misma no se sentía parte de ningún lugar, pero no le afectaba en lo absoluto desprenderse del clima caluroso australiano, para aclimatarse al polvo fino de Seúl. No le quitaba nada, a diferencia de Lisa.

Uno de los defectos de Chaeng es siempre ser ajena, ajena a otras personas, ajena a la empatía. Es una paradoja, porque era muy fácil hacerla llorar y resultaba ser un ser sensible, melodramática y sobre todo desprendida. Alice siempre fue bastante puntual en marcar ese defecto de su hermana, siempre que se enojaba de manera iracunda (ambas resultaban enojarse de manera fácil), terminaba echándole cara el desapego emocional. Podía ser muy emocional consigo misma, entender sus propios sentimientos, pero era difícil hacerlo con los del otro. Sobre todo antes…su madre siempre decía lo mismo cuando la propia Chaeng se sentía mal de ser así, de siempre estar en su mundo ‘Eres un pequeño parajito, los pajaritos son libres, Chaeng’.

Y era eso, el deseo de libertad a lo que Chaeng siempre se orientaba, odiaba la represión, odiaba estar encadenada.

Quería ser libre, quería ser diferente.

Pero no quería ser una Mary Sue.

‘¿Lo era acaso?’

Al menos con el tiempo había podido trabajar en ello, también gracias a la señorita Astrid, que en su niñez y parte de su pubertad, se encargaba de verla dos veces por semana. Después la señora Shappiro quien había sido recomendada por la señorita Astrid. Se encargaba de darle lecciones de piano, cuando todo mundo se dio cuenta como el sonido que producían las teclas parecía retenerla por bastante tiempo en una actividad. Ayudó a que el caos dentro de ella, se encaminara en algo hermoso. Pero las cosas se detuvieron de forma abrupta cuando se fue a Seúl. Sus padres quisieron buscarle un remplazo, pero no tenían el tiempo para asistir a sus sesiones semanales. Se forzó mucho en concentrarse y no perderse los detalles, y al menos las cosas se tornaron un poco más fáciles gracias a Lisa.

Además si no fuera por Miyeon (una antigua aprendiz de la compañía), como también por Jennie. Las dos extranjeras no hubieran mejorado en el coreano, tanto como lo hicieron. Resultaban ser un asco en la escuela nocturna, sin duda apestaban. Miyeon se encargó siempre de sacarlas pasear por lugares singulares de Seúl, Jennie también se adhierió a ellas, aunque intentaba a veces ser una estupenda guía no funcionaba. Muchos años en Nueva Zelanda le habían reseteado el cerebro. Al menos tendría que agradecer que no estaba tan perdida como Lisa en algunas cosas de las costumbres. Conocía pocas palabras, por la constante visita que hacía su familia a su tía de Seúl en su infancia, lo demás que podía hacer era una mímica espantosa para preguntar por el baño.

Y ahí estaba una vez más, ajena al mundo.

Este tipo de periodos largos en que su cerebro decidía tener inactividad sin duda le costaba bastante. Sobre todo siempre estaba divagando. Iba hacía otro lado, cuando en verdad quería ir a un lado totalmente opuesto.

“Y sí, parece que has vuelto, hola nuevamente pequeña astronauta” la voz de Kiko sonaba divertida, pero sin parecer grosera, pasó sus dedos frente a al rostro de Chaeng intentando captar su atención. Cuando la cantante volvió en sí, se dio cuenta de cómo ambas mujeres estaban mirándola fijamente.

Otra vez volvió a sentir el súbito color rojo apoderándose de ella.

“L-Lo siento… ¿En qué estábamos?”.

“Oh, le estaba diciendo a Jisú que eres parte de este grupo popular de chicas en Corea, ¿No es así Kim?”.

La susodicha asentía elevando las manos hacia arriba exhalando un leve Fighthin’.

“A…aaa” es lo único que Chaeng pudo decir.

Buscó de manera intuitiva los ojos de Jisú, había una especie de confusión en ellos. No quería ofenderla o incomodarla de alguna manera, porque entendía que quizá la industria coreana no era algo que Jisú quisiera compartir o recordar. Pensó en esa entrevista que vio en aquel top de Mojo de ‘entrevistas incomodas’; Como un periodista nefasto le había preguntado a Jisú por su época en BlankSpace y como ésta simplemente se negó a estar un minuto más ahí. Ella dijo ‘Lo siento, no puedo seguir haciendo esto’ y se quitó el micrófono saliendo de la sala, mientras el entrevistador y parte del equipo de grabación le llamaban de vuelta.

 

 

Ni siquiera nadie sabía a ciencia cierta sobre lo ocurrido con BlankSpace. Ni siquiera habían oído hablar sobre el destino de sus integrantes. Casi todas desaparecieron de la faz de la tierra y Jisú por consecuencia se volvió el último vestigio de ese grupo (y la razón por la cual no se dudaba de sus existencia o se volvia una simulación más en la matrix). Se podía apreciar que ese legado lo cargaba con mucho pesar. Por la forma en que su rostro se volvía una avalancha nieve.

Por eso esperaba algún tipo de desprecio por parte de la actriz. Un comentario hiriente que saliera súbitamente al darse cuenta de que Chaeng formaba parte de algo que despreciaba.

Sin embargo Jisú terminó por sorprenderla a ella.

“¿BTS?”.

El momento fue casi tan cómico que tanto Kiko como Chaeng se echaron a reír.

¡Estaba incrédula!

La actriz parecía no entender realmente lo que era tan gracioso. Eso quizá ayudo a que su propia tensión desapareciera.

“Si yo fuera tú, me sentiría ofendida” Kiko le dio un codazo a Chaeng de manera amistosa, luego fijo la vista a su amiga resoplando “Baka, su banda es la del pasito de las pistolitas que te pareció gracioso”.

Los ojos de Jisú se abrieron de manera sorpresiva inhalando aire de manera repentina “¡La del tanque!”.

Tanto como la actriz japonesa como la cantante asintieron de manera afirmativa mostrando sus pulgares hacia arriba.

“¡Te juró que pase horas pensando si era un tanque de verdad, si era CGI…yo estaba: Mierda cómo robaron un tanque del ejército y lo adornaron como una mirroball!” explotó con la voz aguda por la emoción, sus ojos parecían sobresalir mucho mientras comentaba todas sus dudas.

Por otro lado Chaeng se sentía como una gelatina temblorosa, su pulso se le aceleró tanto que sentía que todo el plató se le venía encima “T-Tú… ¿Viste nuestra canción?”.

Fue surreal, ver a Jisú asentir de manera efusiva, con una sonrisa que mostraba sus dientes (¡Que dientes!). Bastaba con contemplarla medio segundo para saber lo animada que estaba. Muy lejos de la apariencia fría que siempre parecía conservar con ella de cara al público.

¡Una total locura!

Chaeng estaba extasiada.

Su ing actriz favorita, ¡Había visto su MV y parecía gustarle mucho!

¿Qué clase de buena acción habrá hecho en la otra vida para que esto sucediera?

“Kiko me mostró el video, en una salida a almorzar. Sin duda debo de prestar más atención a los nombres de las bandas…” exhala las últimas palabras con frustración, Chaeng se apresura a negar diciéndole que estaba bien, que se sentía muy animada por el hecho de que le haya gustado el MV. Se habían esforzado mucho en prepararse para su regreso y ver la reacción de Jisú la había animado a seguir trabajando duro. La actriz parecía complacida con la respuesta, sin embargo puntualizó que también debe de asegurarse de mantenerse saludable y no sobre exigirse demasiado. A lo que Kiko bufó diciendo que ella misma no sigue esas pautas.

“Claramente soy su puente a la música que se hace en estos días. Esta idiota no sale del top 10 de Billboard del 2015” dice Kiko, en respuesta Jisú le saca el dedo medio, haciendo que a Chaeng se le agrandaron los ojos y Kiko saca la lengua en una contestación juguetona.

“Para tu información, el 2015 fue un gran año para el pop, pero en realidad es el top 10 del 2016” corrige como si fuera lo más obvio mientras se cruza de brazos en una manera infantil.

Kiko redirige su mirada a Chaeng dándole un codazo suave para llamar su atención “¿Qué había en 2016?”.

“Creo que estaba Ariana Grande, Adele… ¿Fifth Harmony?” Chaeng una vez más busca la mirada de Jisú de manera inconsciente escudriñando un sinónimo de aprobación, cuando ve el asentimiento sonríe de manera tímida.

“Sí, Into You es de 2016, aparte Fifth Harmony sacó Work From Home”.

“¡Oh lo recuerdo demasiado bien, me obligaste a comprarte la edición japonesa de 7/27, estuviste lloriqueando en mi SMS por días hasta que te la conseguí!” reclama Kiko “Incluso me tuve que pelear con una niña y ésta me mordió el brazo”.

“No fue para tanto”.

“Pudo haber tenido rabia”.

“Yo creo que los niños no transmiten la rabia” irrumpió Chaeng rodando los ojos, como si tuviera la premisa de que ambas iban a comenzar a discutir hasta el cansancio.

“¿Y si sí?” inquiere Kiko.

“Ojala te hubiera dado rabia” sentencia Jisú arrugando el rostro antes de sacarle la lengua.

“¡Eres de lo peor, Kim!”.

Chaeng se dio cuenta de que mientras más corría el tiempo, más estaba comenzando a ver un espectro amplio en ambas actrices. Podían se ruidosas y alegres, bastante testarudas (ella misma era bastante testadura), como también tener se temple frío y elegante que hacía que te quedaras mirando un buen rato preguntándote, ‘¿Cómo alguien puede ser tan sublime?’.

“Como sea a Jisú le gusta mucho Ariana Grande” saca a relucir Kiko “Hablo enserio”.

“Ni tanto”.

“Oh, fuiste tres veces al Dangerous Woman Tour”.

Jisú parece sorprenderse ante la declaración de Kiko “¿Cómo sabes eso acosadora?”.

“Obviamente me llevaste a uno de ellos, algo que tienes que saber aquí Park, es que Jisú odia ir sola a conciertos. Bueno ni siquiera le gusta salir, vive sus días encerrada en su gran castillo, jugando videojuegos en su móvil sin salir de la cama y sólo lo hace cada mil años para pedir comida para llevar” exhala fingiendo pesar mientras juguetonamente señala a Jisú que tiene los brazos cruzados mientras niega sacudiendo la cabeza. De repente se queda quieta con esa mirada aguda, que hace que a Chaeng se le sacuda el pecho, hay una especie de ademán violento cuando se inclina hacia adelante. Puede sentir el olor de su fragancia. Algo que tiene que decir es que la mayoría de las celebridades que le gustan están siempre detrás de un monitor, por ende ni el sonido que producen o la cercanía son algo que piense. Lo que hace que Jisú se vuelva más real en ese momento es poder olfatear ligeramente su perfume, es como si se topara con un muro de ladrillo que dice ‘¡Mírame aquí estoy!’, y sí, exactamente ahí estaba ella, con ese olor suave a lavanda mezclado con algún tipo de aroma floral. La última vez que su nariz sintió ese olor, fue cuando se creyó un perro olisqueando las sabanas suaves de Baksu (‘¿Qué suavizante de telas usas?’ le había preguntado, pero esta simplemente se encogió de hombros diciendo que la maniática de lavandería era su Unnie, no ella, de hecho estaba restringida al cuarto de lavado).

Fue ahí cuando su cerebro cayó en cuenta de la proximidad que existía entre Jisú y ella.

¿Era peligrosa?, posiblemente.

Se dio cuenta que todos los asistentes estaba apretujados como sardinas en las gradas y que el lugar estaba casi a oscuras, el evento parecía haberse atrasado y podía escuchar el centellar de murmullos quejándose, ella misma quería hacerlo, aunque otra parte de ella, disfrutó todo el tiempo que pudiera absorbiendo la sensación de calor en la boca del estómago. Podía sentir el muslo de Jisú chocando contra el suyo, la tela resbalándose contra la de ella, sus mejillas estaban calentándose y estaba maldiciendo al tipo que estaba al lado de Jisú, que tenía las piernas muy abiertas, haciendo que las personas a su alrededor se oprimieran entre ellos para tener espacio. ‘Ay Chaeng no seas una ertida, eso es asqueroso, ok, piensa en algo asqueroso, ¡Algo asqueroso!, ¡JYP bailando con pantalones trasparentados!’, eso hizo que se le revolviera el estómago con tanto asco que su nariz se arrugó de recordar ese vídeo, sin duda fue culpa de Lisa que quedara en su memoria.

“Yo…” carraspea Chaeng antes de proseguir al notar que tanto Kiko como Jisú la miran esperando a que de un veredicto, como si fuera la especie de balanza entre ambas, ‘¿No acaso Kiko era Libra?, sí tal vez tenga luna en Sagitario o ascendente en Aries, ¿Yo tengo ascendente en Aries?, ¡Yo no sé nada!’ piensa antes de simplemente sonreír de manera forzada “Y-yo…usualmente suelo hacer lo mismo…me gusta pasar el tiempo en mi habitación cuando tengo un horario libre…no juego mucho…tengo un ¡Switch con Mario Kart, aunque apesto!” luego lanza una carcajada nerviosa mientras se masajea el cuello y baja la mirada sintiéndose ruborizada, ‘Ok…¿Enserio tengo sol en Acuario, soy un asco como acuariana, ¿No debería ser la Mary Sue de este lugar?, ¡¿Dónde está tu honor basura?!’ se riñó internamente. Elevó la mirada y de vuelta sus ojos buscaron los de Jisú y estos ardían, como si esperara algo, como si la incentivaran a seguir vocalizando lo que iba a decir, tanta fue esa sensación que hizo espesar su pecho cálidamente y decidió inhalar antes de hablar “También…no me gusta ir sola a los conciertos” dice avergonzada mientras Jisú le sonríe suavemente mostrando su pulgar de manera aprobatoria ‘bien hecho’ la miró articular con la boca discretamente.

Chaeng suspiró reclinándose, sus ojos fueron al techo. Ok, eso fue demasiado para ella, su presión cardiaca esta al tope y siente como si hubiera hecho CrossFit, Chaeng odia el CrossFit, el cardio, odia todo. Lo peor de todo, Lisa ama hacer cardio y la empuja a ir a ejercitarse juntas, correr es lo peor. Luego su mente divagó hacía un recuerdo cálido que hizo que una sonrisa se destensara en sus labios. Fue ese festival de música indie que la Universidad Nacional había organizado, había asistido junto con Lisa, Jennie y Miyeon. Recuerda que el aguacero que hizo que el suelo se volviera en lodo pastoso, rememora la forma en que saltaba de un lado a otro gritando mientras abrazaba a una enérgica Lisa, la sonrisa de Miyeon y la felicidad chisporroteante de Jennie. Esa noche era el cumpleaños de su mejor amiga y días antes en una escapada Gangnam justo en la estación del metro Jennie había preguntado a Lisa qué quería hacer en su cumpleaños. Lisa señaló el afiche en las paredes de la estación y no había forma de que Jennie le negara algo a Lisa.

Le gustaba pensar en ese recuerdo, le gustaría vivir atrapada eternamente ahí.

Esas chicas jóvenes e invencibles.

¿Qué había sido de ellas?

¿Cómo es que habían sido comidas por las inseguridades?

“¿Qué acaso soy sólo yo la única extrovertida en toda la población asiática de este concierto?” la voz melodramática de Kiko hace que tanto Chaeng como la propia Jisú rueden los ojos.

Luego vuelven a verse para compartir una mirada divertida.

“¿Por qué piensas que somos las únicas tres personas asiáticas aquí?, ¿No eres tú americana?”.

“Soy japonesa” corrige “¿Ves a otra persona asiática?”.

“El mundo es oscuro con esta iluminación” señala Jisú “¿No tu madre era coreana?”.

“Es complicado” responde antes de que ambos ojos vayan a parar a Chaeng. Su pobre corazón no se acostumbra a tener la atención de dos mujeres hermosas “¿Tu qué opinas?”.

“Tal vez somos las únicas personas asiáticas aquí”.

“¡Ves!” señala Kiko con victoria mientras Chaeng se remueve avergonzada al sentir la mirada de falsa molestia por parte de Jisú.

La actriz por su parte vuelve a retomar el tema principal de la discusión: “¡No querer ir sola a un concierto me vuelve automáticamente introvertida!”.

“¡Pero eres introvertida porque no te gusta ir a conciertos y si vas con alguien te hace sentir menos pesimista!, además, lo mejor de ir a conciertos es cuando haces amigos en la fila que les apasiona el artista tanto como a ti, sobre todo la fila de Meet and Greet, ¡Y sí es una indirecta hacía ti!, eres una tacaña no quiso pagar para ser abrazadas por Ariana Grande, ¡Ya tenía una pose planificada, tipo Power Rangers!”.

“¡¿Tacaña yo?! ¡Te pague la entrada vip y así me agradeces, ni siquiera el dealer que te cargabas como novio te pagó el concierto!, ¡La tenías frente a ti, hasta te escupió en la cara!, ¿Así me agradeces?” agudiza la voz de manera ofendida “¡Demuestra gratitud!” le exige de manera cómica.

Chaeng quiere reírse, pero está demasiado conmocionada por toda esta cantidad de información.

“¡Deja de decirle dealer, es un artista!, ¡¿Sabes acaso la definición de artista?!”.

“¿Ariana Grande te escupió en la cara?” Chaeng lo dice bastante perturbada “Suena asqueroso”.

Sus ojos buscan a Jisú otra vez que sonríe de manera juguetona “No para Kiko, créeme, no para Kiko”.

“Deja de pintarme como una degenerada fetichista”.

“Tu dijiste y cito: No pienso lavarme la frente nunca más” hay un rastro de vergüenza en la expresión de Kiko mientras cubre sus ojos maldiciendo en lo que parece ser japonés.

“¿Enserio te escupió?” los ojos de Chaeng se abrían con sorpresa aun procesando todo.

“Mira, no fue con malicia, fue accidental, dejemos descansar a la pobre Ariana”.

“No te preocupes” Jisú le asegura a Chaeng “Fue el mejor momento de su vida”.

“¡Pero tú también estabas saltando conmigo mientras gritabas como sirena de ambulancia celebrando que la baba de Ariana me cayó en la frente!”.

“Fue más la emoción del momento” se defiende.

“Yo sigo sin superar que te haya escupido en el rostro, no cabe duda, dios tiene a sus favoritos” concluye Chaeng.

La mera emoción la descompensa un poco, que hasta por un breve momento se siente mareada. Eso no se escapa de Kiko, ni de Jisú.

“Oye, ¿Te encuentras bien?” pregunta la japonesa.

“Sí…sólo…me maree” admite mientras lleva las manos a la sien.

“Creo que la anécdota la agitó o este lugar comienza acalorarse, hay mucha gente es muy pequeño” Jisú arruga el rostro mientras parece rebuscar algo en la bolsa “Mira, ten una chocolatina, Unnie me la dio pensando que quizá quiera comer algo dulce, pero creo que te hará mejor a ti”.

Tampoco es que Chaeng pueda decir que está viviendo demasiadas emociones intensar.

Rodeada de mujeres hermosas, sintiéndose apretada entre ellas. Es como si fuera un pedazo de jamón en medio de dos barras de delicioso pan de ajo. ¡Oh dios que ganas de un Subway!, mierda…que ganas de comer algo. Hay tanta intensidad en ambas miradas, piensa mientras sus dedos no parecen responderle y falla en abrir el envoltorio. Es Kiko quien le arrebata el dulce para abrírselo, le da una mirada cariñosa mientras se lo pone en la mano.

Se torna más rojiza y cuando busca de nuevo la mirada de Jisú ve la inexpresión en su rostro. Hay un ligero fruncimiento de las cejas, pero parece ablandarse cuando Chaeng la mira, sin darse cuenta se queda contemplándola mientras mastica de manera inocente su chocolate. Siente incluso que las mejillas se hinchan mientras masca y Jisú, parece enternecida.

Sin duda no hay espacio para la heteroualidad en estos ambientes.

‘¡Bien por ti Changie!’ puede pensar en la voz de Baksu vitoreándola.

Sí, sin duda estaría orgullosa de ella.

Pensado en Baksu recordó que habían acordado ir a cenar juntas. Hay un restaurante con cabinas privadas cerca de la compañía de Baksu, suelen tener parrillas para asar carne y la suficiente privacidad para beber sin miedo a ser atrapadas por algún acosador. Suponía que Baksu querría actualizarla con los nuevos chismes de su dormitorio, ok, Chaeng lo admite, ama los cotilleos, le encanta estar enterada de todo. No habla mal de nadie, pero le gusta estar enterada del contexto siempre que puede. Baksu es igual, sin embargo últimamente ha querido desahogarse con Chaeng, ésta lo permite porque Baksu ha tenido que aguantarla desde que agosto finalizó. Hay una especie de potencial guerra catastrófica en el dormitorio de su amiga. Y ella se enteró porque fue uno de esos días en donde la visitó para ordenar comida para llevar y ser perezosas juntas. Lo malo del lugar donde Baksu vive es que las paredes son delgadas, muy delgadas, todo se escucha con bastante nitidez. Y sobre todo es peor cuando vive con otras cuatro personas y todas ellas son tan ruidosas. A veces siente que son capaces de gritar como cantantes de ópera. Esa vez estaban compitiendo en Mario Kart en la pista para bebes mientras escuchaban a The 1975. Lo recuerda demasiado bien, fueron gritos estruendosos y explosivos que venían de afuera. Baksu simplemente le contó todo el lío que llamó el gran bollodrama en desarrollo.

Al parecer las sospechas de todas sobre un tórrido romance entre su Main Vocal y una sunbaenim de la compañía habían sido confirmadas por la líder. La sunbaenim en cuestión era bastante popular, tanto que cuando Baksu le dijo su nombre Chaeng fue la imitación perfecta del Grito de Edvard Munch. ‘Pensé que estaba saliendo con la chica de su banda, la de la sonrisa bonita de ojos’ había dicho. Baksu entorno los ojos y negó. La líder estaba teniendo un severo estrés, sobre todo estaba fatigada de solapar una relación que en sus palabras era riesgosa para el grupo y podía terminar mal. Lo que hizo que empezara una guerra fría y ese día la líder había arremetido de manera cruel contra la Main Vocal. Para empeorar las cosas la líder tenía que lidiar con la Maknae del grupo, no estaba en su mayor estado anímico. Su novia había roto con ella en marzo, después de una escapada romántica a Bali, justo en el aeropuerto rumbo a Corea del Sur (‘su empresa la presionó para romper’ es lo único que dijo Baksu con un encogimiento de hombros). La única que parecía fuera de toda esta narrativa (aparte de Baksu) resultaba ser la Main Dancer, estaba más interesada en inscribirse a un curso de acuarelas y para no ir sola quiso arrastrar a una de sus miembros.

Para la mala suerte de Baksu, resultó ser ella la elegida.

Pasó la siguiente semana llenando su chat de Kakaotalk con fotos de manchas grises y de papel arrugado, mientras maldecía diciendo que odiaba este mundo cruel y rogándole a Chaeng que por favor le llevara un secador de pelo. Pero es mejor que estar en medio de un dormitorio donde los ánimos están tensos y en cualquier momento alguien va explotar.

¿Piscis y Aries?, ¿Qué tan mal funcionaban en las discusiones?

También era mejor que vislumbrar el ánimo apagado de la Maknae que en consecuencia había hecho del dormitorio un campo minado, en cualquier momento podría recibir un pastelazo en la cara o activar un raro mecanismo que le llenara el pelo de crema de afeitar (basado en los relatos de Baksu).

No es que Chaeng no estuviera igual de resentida que Yerim.

Quizá no vivió lo que Yerim con su chica, pero sin duda había un pequeño pinchazo incomodo entre las costillas que le molestaba bastante.

O peor.

Estaba indecisa.

Sólo sabía que finales de agosto había sido como chupar un limón antes de un shot de tequila.

Acidez y después ardor consumiéndole el estómago.

Al menos era bueno compartir el mismo sentimiento en cantidades menores con Lisa. Por más cruel que suene de su parte, entendió que Lisa y ella solían compartir muchas cosas, desde la edad, la ropa, el alijo de dulces al fondo del cajón de su cómoda, el ramen instantáneo en la parte superior de la alacena y sobre todo las desgracias. Hay cosas que ambas no podían decirse en voz alta, pero la mera corporalidad, el mero gesto indicaba la situación. Chaeng no pudo hablarle sobre agosto porque tuvo un miedo irreal a ser juzgada.

Y Lisa, Lisa era incapaz de hablar sobre…Jennie.

Es doloroso para su mejor amiga hablar sobre su líder y el extraño vinculo que construyeron con el paso de los años. Es como tragar pollo calcinado, Chaeng odia la comida calcinada, pero es una pésima cocinera.

Lisa no estaba bien. Chaeng no se dio cuenta hasta hace una semana. Mientras ella vivía su Illicit Affair, Lisa estaba teniendo un duro verano. Ese cruel verano tenía un nombre y era Jennie Kim. Si había algo que Chaeng siempre envidiaba de Lisa, era la libertad con la que demostraba sus sentimientos, Lisa era un ser enérgico y pasional, como una llama de fuego, sin control alguno. Nunca se limitó en demostrar como Jennie era especial para ella, era su mundo. Sin embargo ese verano había cambiado todo.

Como esas historias donde dicen que a principios de verano todo parecía indicar que seguiríamos siendo todas grandes amigas y al final cada quien va por su lado. Chaeng dejó de llorar en su habitación y comenzó a darse cuenta de la aflicción de Lisa. Estaba sola, tan sola que hizo que la cantante se sintiera culpable por abandonarla. Empezó a pasar tiempo con ella, lo que animó a su mejor amiga levantarse todas las mañanas (siendo la persona mañanera que era), para que le ayudara a hacer el desayuno. Siempre tenía esa sonrisa que rebozaba como una especie de sol. El mundo era más soleado cuando Lisa estaba sonriendo feliz. Hacía tostadas, Chaeng le ponía Vegemite a las suyas (Lisa lo odiaba porque decía que sabía asqueroso), mientras Lisa sacaba la mermelada de fresa que siempre se acordaba de tener en el frigorífico.

Porque Jennie amaba las fresas.

Todas las malditas mañanas Lisa hacía lo mismo, un poco de café instantáneo y con leche de soya, algunas cucharadas de azúcar para endulzarlo. Chaeng la miraba todo el rato, como el espectador que siempre fue en su propio hogar. Si las tostadas se quemaban, Lisa raspaba las áreas ennegrecidas con el cuchillo para untar en el fregador, sino había mermelada de fresa o se caducaba, corría a la tiendita más cercana. Si Chaeng no se levantaba, la sacudía brutalmente para que lo hiciera. Buscaba siempre la forma consentir a Jennie.

Su pobre Unnie…los últimos días despertaba más arreglada de lo habitual, con una sonrisa tensa. Su cabello prolijamente arreglado, su maquillaje impoluto con ropa demasiado discreta, pero sin dejar ese estilo bastante fashionista. En el momento en que la puerta de Jennie chirriaba, Lisa se erguía como un resorte. Se peinaba el flequillo y le pedía Chaeng que le dijera si se veía bien. Había una sonrisa muy luminosa, casi cegadora en sus labios. Todo para recibir a Jennie, su Nini.

Ésta aparecía por el umbral del pasillo, dándole una sonrisa gingival a Lisa. Pero en vez de ir directamente hacía ella, se alejaba de la cocina deseándoles un buen desayuno. Al principio las excusas eran razonables, luego carecieron de sentido, al final simplemente dejó de excusarse y desapareció de forma rápida.

Y aunque los ojos de Lisa siempre pedían que se quedara, ella nunca lo hizo.

Chaeng lo sabía, sabía que Jennie estaba viendo a alguien. Baksu se lo dijo, que a su vez se enteró por Seulgi-sunbaenim en sus aburridas clases de acuarela, que supo por Yerim, que se lo mencionó cuando fueron a cenar ramen, gracias a que había presenciado una de las discusiones habituales entre Wendy-sunbaenim e Irene-sunbaenim en la cocina en pleno desayuno dominical, cuando sus otras miembros estaban en casa de sus familias. Al parecer Wendy-sunbaenim arremetió contra Irene-sunbaenim por estar siendo la casamentera de Jennie Kim y ese chico popular de una banda de chicos de la misma empresa, después de que Irene-sunbaenim volviera a decirle que debería tener más consideración con el grupo, en respecto a su relación con Taeyeon-sunbaenim.

Chaeng piensa que Lisa lo sabía o al menos lo sospechaba. Contrario a lo que Chaeng pensaría, Irene-sunbaenim parecía tenerle cierto afecto a su mejor amiga (Lisa), quizá pudo habérselo mencionado.

Lo que sabía es que su amiga aún tenía la esperanza de que volviera, de la misma forma en que Chaeng la tuvo los primeros días de septiembre.

¡Diablos ella era la acuariana, debería ser fácil hacer el gosthing, no ser ella la goshteada!

Podía ver cada mañana después de que Jennie saliera del dormitorio grupal, como su amiga se desmoronaba.

La luz en sus ojos se apagaba.

Y se comía el desayuno especial para Nini, como si este estuviera podrido.

Tal vez Lisa quería una excusa para creer lo contrario. Pensaba que quizá si hacia lo suficiente Jennie se quedaría como para ir juntas a la cafetería que estaba a una cuadra del dormitorio, a tomar té con leche. Era su tradición desde aprendices, ir a ese lugar, sólo ellas dos. Sin embargo no pasaba. Al final Chaeng tenía que ser la que acompañara Lisa a ese lugar, porque su mejor amiga quería ir a acariciar al gato gordo que siempre estaba en el mostrador, siempre ronroneaba y si el dueño estaba de acuerdo podías darle una golosina. Chaeng ordenaba pastelillos y tés de burbujas, mientras Lisa volcaba su tristeza arrullando al gato con voz de bebé y este estiraba sus patas regordetas enseñando sus uñas afiladas. Nunca pedía té con leche, a petición de Lisa, porque decía que era lo que siempre ordenaba con su Nini.

Bastante deprimente.

Chaeng entendía que Blackpink estaba al borde del colapso. Todas sus integrantes lo sabían. Lo cual sin duda era una completa tontería, ¡Por problemas de comunicación!, ojala las cosas fueran menos complicadas. Incluso pensó en encerrar a Lisa y Jennie en un armario hasta que por fin solucionaran sus tensiones. Se lo había dicho a Baksu, como todo parecía como un día de campo donde pretendían que el día era soleado y que los sándwiches de pepino sabían deliciosos.

¡No lo era!

El día era escabrosos, un gran nubarrón y una persecución de abejas asesinas queriendo pincharles la carne.

Buen momento para ser parte de Blackpink.

Éxito y fracaso convergiendo.

“¡¿Está todo bien ahí arriba?, yahoo!” el llamado de Kiko la sobresaltó, haciendo que llevara la mano su pecho.

“¡Oh, Jesús!”.

“Te fuiste muy lejos, fue como si te montaras a un cohete rumbo a la luna, pero antes pasaras a rodear un asteroide” Jisú dice mientras le da una sonrisa suave.

“Eso es una exageración, fue más como si un ovni te hubiera abducido el alma”.

“Pues eso sonó peor” alegó Jisú.

Chaeng se talló las sientes. Siempre pasaba, se iba muy lejos y cuando se daba cuenta, el tiempo había corrido demasiado rápido.

Así funcionaban las cosas, el tiempo y ella eran enemigos mortales.

“Un penique por tus pensamientos” sus ojos siguen la voz de Jisú, que le da una mirada juguetona antes de lanzarle una moneda de diez centavos a la palma.

Una vez cuando era pequeña su padre intentó meterla en el equipo de Sotfball femenino, para ayudarla a lidiar con el exceso de energía. Sin embargo Chaeng era pésima. No podía coger la pelota ni siquiera por inercia. Su padre siempre le decía que se concentrara en la pelota, pero de la nada siempre había otra cosa que mirar: Pájaros colgados en los cables, había un niño molesto haciendo muecas graciosas y estaba la coleta de Vanessa siendo ondeada por el aire.

Esta vez fueron los nervios, la picardía de Jisú inquietándole y haciéndola sonrojar muy fácil.

La moneda resbaló y cayó a la punta de sus tacones.

Mientras Kiko protestaba alegando que eso no era un penique. Rodó los ojos de la misma forma que Jisú. La actriz alegó brevemente con Kiko, pero después con simpleza se agachó para tomar la moneda con sus dedos. Había un brillo burlesco en sus ojos mientras la mostraba. Estaba inclinada sobre su dedo índice, sujetándola con el dedo pulgar. Chaeng la miraba con atención, sentía incluso que la boca se le abría. Sin duda se veía estúpida. Jisú por otro lado siempre se veía espectacular. Cuando más descarada se ponía, más tenía ese brillo de Ian Somerhalder, en Vampire Diaries siendo un idiota.

“Vamos, tómala” la incitaba Jisú.

Su rostro se sumergía en un rojo profundo mientras tuvo la tentación de frotar su cuello con nerviosismo. Sus pulsaciones subían hasta sus oídos y sin duda su rostro expresó el terror puro que generaba el cosquilleo en su estómago.

‘Oh Chaeng eres tan gay…’

Vamos, tú puedes hacerlo, levanta esos ánimos.

En esencia es fácil.

Jisú tiene el centavo sobre su palma y Chaeng se inclina tanto que su nariz casi golpea los dedos delgados de la actriz.

Tragó saliva.

Ok, es fácil, sólo tiene que estirar la mano y tomar la moneda con mucho cuidado.

Cierra sus ojos y puede imaginar la voz de Lisa, susurrando en su hombro.

Puede verse así misma esa tarde en el arcade de Hongdae.

Están inclinadas sobre la máquina de peluches, huele a palomitas acarameladas y puede escuchar el ruido de las personas, de las máquinas y de los encargados.

Su rostro está iluminado por luces de color neón rosado, mientras empuña su mano en la palanca.

Ve su reflejo y el de Lisa, puede verse a sí misma, ojos achicados, con la punta de su lengua sobre salida en sus labios apretados. Su amiga está siendo iluminada por las luces blancas que sobresalen del interior de la máquina.

Puede verlo ahí, el objetivo en la pirámide de peluches, justo frente a sus narices.

Es ese conejo de peluche con un caparazón de tortuga.

‘Es bastante exótico’ le había dicho Lisa.

Chaeng había rodado los ojos esa vez, ‘es perfecto’.

El bullicio es apabullante, pero intenta distanciar el ruido, Mr. Mr. de Girls’ Generetion está sonando en las bocinas y Lisa realiza levemente la coreografía, ella misma corea la canción.

Tiene 19 años, el debut le respira en la nuca.

La idea de ser como ellas le hace revolver el estómago de pura emoción.

Guía lentamente hacía el premio, puede escuchar las monedas chocar el bolsillo de su amiga. Intenta ser meticulosa, si eso puede. Sabe que puede concentrarse, sólo tiene que llegar al conejo tortuga.

Chaeng contiene el aliento…una sonrisa se empieza deslizar sobre sus labios. La garra ha capturado al conejo tortuga de manera eficiente. Pero existe esa tensión que le hace sudar la frente, es igual a la de un maestro pokemon después capturar a su primer espécimen en una pokeball. Las sacudidas brutales de un lado a otro, el brillo inestable. Entonces se detiene.

Guía el objetivo hacía el foso. Ya casi puede sentir la suavidad del peluche restregándose contra sus mofletes.

Sólo tiene que arrastrarlo más hacía adelante y éste tiene que caer lentamente para…

El centavo se hunde nuevamente en el suelo, al igual que se hunde su estómago ante el fracaso.

Escucha la pequeña risa de Jisú, mientras vuelve agacharse sin ningún tipo de problema. Mientras Chaeng está muy quieta con los ojos abiertos de par en pan, sintiéndose patética. En cambio rápidamente recupera la cordura y se agacha ella misma, pero en el movimiento repentino se da un leve golpe con la cabeza de Jisú. Todo esto parece causarle mucha gracia a Kiko que simplemente observa todo con un aire de curiosidad. Su móvil está en la mano y parece teclear algunas palabras alguien. Chaeng por otro lado palidece, espera mansamente a ser aniquilada por la actriz. Inclusive está pensando en ponerse de rodillas y hacer una reverencia completa, mientras recita un largo testamento disculpándose.

¿Cuáles serían sus últimas palabras?...

Ya… para… ¡Deja de ser tan dramática!

Pero de manera inaudita Jisú parece sorprenderla.

Con simpleza toma el centavo del suelo, finge limpiarlo con su vestido, frotándolo en su vientre y toma la mano de Chaeng que está tan floja como la de un muñeco de hule, y es bastante manipulable mientras la cantante permanece congelada con la boca abierta. Sentir el tacto frío de los dedos de Jisú es como un latigazo a su columna vertebral, ¿Así es el sentimiento de no querer lavarse esa mano jamás?

Jisú puso el centavo en su palma y luego empujó los dedos de Chaeng hasta empuñarlos.

“Listo” sonríe como acabara de pintar la Capilla Sixtina y se queda un momento admirando la obra con total orgullo.

“Es asombroso, ¿Saben?, la capacidad que tiene Kim de hacer que alguien pierda por completo la funcionalidad, es que me quedo helada”.

Kike hace que las dos volteen a verla. La modelo japonesa sonríe de manera provocativa, como si fuera Lucifer interpretado por Tom Ellis. Tiene esa mirada que Baksu suele usar cuando dice ‘Te he leído tus más profundas ensoñaciones’. Chaeng se siente expuesta ante aquello. Sin embargo Kiko fija su vista en Jisú “¡Brillante Kim, bravo!”.

La actriz hace una reverencia teatral y después un baile de victoria bastante tonto. Luego se recompone y vuelve a su posición habitual. La pierna cruzada y la mirada indiferente, pero cuando se gira a ver a Chaeng simplemente se le suavizan los rasgos.

Su estómago está lleno de mariposas.

Sin duda no esperaba esto, pensó que sería un evento elitista. Esperaba que sus compañeras de asiento fueran una semejanza a las Plásticas de Mean Girls. Sin embargo estaba sentada con un par de idiotas que rara vez se ponen de acuerdo, se sacan de quicio mutuamente y parecen olvidarse de la pomposidad de este lugar. Sólo una cosa parecen tener en común: Poner a Chaeng en un lamentable estado vegetativo.

Una sonrisa tonta se amolda en sus labios, sus ojos se vuelven a Jisú.

No puede dejar de verla, porque es preciosa.

Y la moneda de 10 centavos arde en sobre su palma.

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Thank you!
TorresMendoza
Este fic esta publicado en Wattpad y AO3

Comments

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Astraea21 #1
Chapter 6: ❤️
nishichan
#2
Ohhh thank u so much for u story i vote for u !